Análisis de Command & Conquer: Red Alert 3 (Xbox 360)
Los avances tecnológicos surgidos de la brillante mente de Albert Einstein abocaron a la perdición al ejército rojo de Stalin y sus sucesores en su particular guerra contra las fuerzas de la Alianza. La Cronosfera ideada por este genio alemán, aparte de otros ingenios mecánicos, se convirtió en una de las principales bazas del ejército estadounidense que pudo frenar la ofensiva soviética en el particular universo alternativo que planteaba esta serie de juegos de estrategia desarrollada por el mítico equipo Westwood Studios.
Con el presidente de la Unión Soviética huido en combate, la plana mayor del país, con un magistral Tim Curry encarnando al nuevo líder soviético, ha dado con la clave para alzarse con la victoria. Como Einstein y sus inventos han sido todo un obstáculo para el ejército rojo, acabar con la vida de este genio pondrá fin a los problemas de la URSS. O al menos, ese era el plan inicial. Con este objetivo en mente, la plana mayor del país viaja al pasado y elimina al científico.
El problema es que como es habitual, los viajes en el tiempo siempre terminan pagándose caros, y este caso no iba a ser una excepción. No en vano, al regresar al presente los soviéticos no solo no se han convertido en la fuerza dominante del planeta –las fuerzas aliadas siguen intactas- sino que además, han dado pie a que otra gran nación se una a la lucha: el imperio del Sol Naciente.
Con este punto de partida tan espectacular y divertido, algo propio en esta clásica saga, llega a Xbox 360 Command & Conquer: Red Alert 3, el juego de estrategia en tiempo real aparecido en PC hace unas semanas que, como ya ocurriera con Tiberium Wars y su expansión, ha sido adaptado de forma notable a la consola de Microsoft.
Sobrevive a una guerra muy loca
Manteniendo prácticamente invariables las señas de identidad de la saga Command & Conquer, Red Alert 3 se trata de un título de estrategia en tiempo real de lo más sencillo y directo en el que prácticamente desde el primer minuto de juego nos veremos inmersos en emocionantes batallas contra ejércitos formados por unidades de lo más variopintas. En este sentido, los usuarios nóveles en el género se encontrarán ante un juego de lo más asequible ya que por un lado, el sistema de gestión de recursos se ha reducido a la mínima expresión apostando por una única materia prima a recolectar, mientras la construcción de campamentos y el adiestramiento de nuestras unidades se efectuará de una forma rápida e intuitiva, lo que lógicamente primará las escaramuzas constantes contra las facciones rivales.
Sin embargo, esto no significa tampoco que la estrategia haya sido relegada a un muy segundo plano en detrimento de la acción ya que como es lógico, en todo momento deberemos combinar sabiamente las distintas unidades con las que contaremos y lo que es más importante, aprender a usar con eficacia sus habilidades especiales. Por otro lado, del mismo modo que nosotros podemos conformar con no demasiadas dificultades un gran ejército, el bando contrario puede contestarnos de la misma forma, resultando letal en caso de haber realizado un ataque fallido sobre sus posiciones, lo que prácticamente les dará vía libre hacia nuestro centro de operaciones.
También, otro aspecto que potencia la estrategia en el combate de una forma notable se trata del propio diseño de los escenarios. Por norma, la mayoría de juegos de estrategia apuestan por entornos en los que básicamente debemos hacer uso de una única categoría de unidades, ya sean estas terrestres, aéreas o navales. Sin embargo, en el caso de Red Alert 3 ocurre todo lo contrario. Y es que la mayoría de escenarios dan pie a que realicemos ataques por mar, aire o tierra sin ningún problema, permitiéndonos así elaborar fantásticos planes de batalla o, al contrario, recibir devastadores ataques enemigos desde todos los frentes. Además, el diseño de las tropas potencia esta especie de guerra total. Valga como ejemplo la capacidad de los transportes soviéticos de lanzar a las unidades de infantería –incluidos los divertidos y letales osos de guerra- a través de sus cañones, lo que nos va a permitir sorprender a los rivales por la retaguardia llegando desde el mar; o las unidades mecanizadas con la capacidad de ir por mar y tierra –o aire y tierra- sin ningún problema.
Lógicamente, ante un juego tan intenso y con tantas opciones de combate, diseñar un sistema de control que nos permita hacer uso de todas estas acciones sin grandes complicaciones no es una tarea sencilla; pero Electronic Arts ya contaba con la gran experiencia adquirida con la publicación de anteriores títulos de estrategia en Xbox 360, algo que se nota desde el principio. Y es que básicamente, lo que han hecho con Red Alert 3 es coger el sistema de control empleado en los títulos de El Señor de los Anillos: La Batalla por la Tierra Media y Command & Conquer: Tiberium Wars, refinando algunos de sus aspectos más negativos, como el proceso de selección de unidades, para permitirnos de nuevo gestionar la construcción de nuestro centro de operaciones y los aspectos relacionados con la guerra sin grandes complicaciones, logrando así un resultado más que satisfactorio.
De nuevo, usaremos los dos sticks para controlar libremente la cámara y el puntero en pantalla, quedando los gatillos relegados a dos funciones francamente importantes. Por un lado, como ya vimos en El Universo en Guerra, con el gatillo izquierdo podremos ampliar el minimapa para dirigirnos de una forma inmediata a los puntos del escenario marcados en el mismo para observar con más detalle los conflictos que se producen a nuestro alrededor, o también, tras seleccionar a unas unidades, ordenarles que vayan a una de estas zonas en disputa sin necesidad de desplazar la cámara por todo el escenario. Del mismo modo, con el gatillo derecho tendremos acceso a un menú circular con todas las opciones disponibles para cada tipo de estructura o unidades, pudiendo así ordenar la construcción de todos los edificios del juego en cuestión de segundos, o acceder a las diversas habilidades especiales con las que cuenta nuestra facción –de las que hablaremos a continuación-.
En cuanto a las opciones de selección de tropas, éstas no varían mucho con respecto a lo visto hasta el momento en el género en Xbox 360. Tenemos opción a escoger a las unidades una a una pulsando sobre ellas con el botón A, agrupar a todas las de un mismo tipo pulsando dos veces A, o coger a todas las unidades que aparezcan en pantalla con X. Igualmente, se ha incluido una opción de lo más útil, que es la de ir seleccionado a todas las tropas que encontremos a nuestro paso manteniendo pulsado A. Por supuesto, también podemos crear distintos grupos para, llegado el momento, plantear ataques a gran escala sin excesivas complicaciones, aunque bien es cierto que, como viene siendo habitual en el género en consolas, mientras que los aspectos de gestión de recursos y construcción de campamentos son de lo más cómodos, a la hora de combatir, siempre resulta mucho más costoso que en compatibles, algo que en muchos casos nos obligará a usar tácticas poco ortodoxas como enviar a todo nuestro ejército, en masa, a atacar una posición determinada.
Aún así, esto no significa que el sistema de control en Red Alert 3 sea malo; para nada. Como decíamos, teniendo en cuenta la intensidad de las refriegas en las que nos veremos envueltos, resulta de lo más cómodo. No hay que olvidar, por ejemplo, que todas nuestras tropas cuentan con habilidades especiales que podemos activar sin complicaciones en todo momento –pulsando el gatillo derecho superior y X-, a lo que debemos sumar las habilidades propias de cada facción que activaremos también de una forma intuitiva a través del menú circular del que hablábamos anteriormente. Por tanto, todo lo que en PC se podía hacer sin grandes complicaciones se mantiene intacto en esta versión de Red Alert 3 para Xbox 360, aunque como decimos, a la hora de combatir, todo puede resultar algo caótico.
La guerra en equipo
A todo esto debemos sumar también una de las principales novedades del juego no ya solo con respecto a lo visto en el resto de títulos de la saga, sino también, dentro del propio género de la estrategia. Hablamos en este caso de la campaña cooperativa, que como su propio nombre indica, nos va a permitir compartir todas y cada una de las misiones del juego junto a otro usuario más. Y hay que remarcar que éste no es un imple añadido adicional sin peso en las partidas, al contrario. En todo momento dependeremos de las acciones que realice nuestro aliado y gracias al mismo, lograremos con mayor facilidad superar algunos de los desafíos más importantes de Red Alert.
Si jugamos junto a un amigo, podemos usar el chat por voz para compaginar nuestros movimientos y realizar ataques combinados. Si por el contrario dependemos de la inteligencia artificial, podemos hacer uso de un sencillo panel con órdenes para realizar la misma labor, aunque bien es cierto que nuestro compañero no se quedará quieto esperando a recibir nuestras directrices. En todo momento, orquestará ataques sobre las posiciones enemigas, algo que nos va a permitir en cierto modo vivir con mayor tranquilidad el desarrollo de los acontecimientos.
Eso sí, en este caso se echa de menos un mejor sistema de juego cooperativo a través de Internet, como también ocurría en compatibles, no porque éste funcione mal; como decimos, las partidas ganan muchos enteros gracias a este añadido. En concreto, hablamos del sistema de invitaciones, que si bien en PC ya resultaba algo cuestionable, en Xbox 360 empeora todavía más. Básicamente, porque no podemos buscar partidas a las que unirnos sino que tendremos que conformarnos con las invitaciones a los usuarios que se encuentren en nuestra lista de amigos, lo que limita mucho las cosas.
Extravagantes y letales
La serie Red Alert, sobre todo desde su segunda entrega, siempre ha destacado por el gran sentido del humor que desprendía tanto la historia, como los personajes y soldados con los que nos encontrábamos. Este nuevo título no desmerece en absoluto a la obra de Westwood Studios, llegando a resultar incluso más extravagante y delirante que las anteriores entregas de la serie. Y ya no hablamos solo de los actores que dan vida a los diversos protagonistas del juego, a cada cual más loco, sino también de las tropas a las que comandaremos.
Desde osos, perros y delfines, a espías vestidos de esmoquin o letales bellezas orientales con una vestimenta un tanto peculiar. El repertorio de unidades que pueblan cada una de las tres facciones en liza resulta digno de mención puesto que pese a respetar al máximo el tipo de unidades que cualquiera esperaría en un título de estas características, al final, gracias a las habilidades especiales que muestran, y su propio diseño, da la sensación de que estamos ante un título de lo más innovador en el género. Además, como decíamos anteriormente, será vital que usemos las habilidades de cada una de estas unidades para alzarnos con la victoria ya que gracias a las mismas, podemos sorprender a los rivales con estrategias de lo más interesantes –los vehículos mecánicos sickles de los soviéticos pueden caer sobre los enemigos saltando obstáculos con gran facilidad, por ejemplo-.
Tampoco podemos olvidarnos de las habilidades especiales propias de cada una de las facciones. En este caso, hablamos de tres ramas de actualizaciones disponibles que mejoraremos invirtiendo los puntos de habilidad obtenidos tras cumplir los objetivos que se nos encomendarán a lo largo de la partida. Y decimos que no hay que olvidarlas porque éstas también jugarán un papel importantísimo en el desarrollo de la acción permitiéndonos sobreponernos de situaciones catastróficas como la pérdida de todo nuestro batallón en un fallido ataque, o facilitarnos la conquista de un punto clave del escenario con bombardeos selectivos, por ejemplo.
También, dependiendo de la facción seleccionada, nuestra forma de actuar diferirá levemente, siendo en este caso las huestes del Imperio del Sol Naciente las que ofrecen un enfoque jugable más alejado que las facciones clásicas. Pero como decimos, nadie debe esperar diferencias entre ejércitos tan acusadas como en otros exponentes del género. En este caso, por ejemplo, los japoneses no tendrán por qué edificar sus estructuras alrededor del centro de mando ya que estas, una vez hayan sido construidas, tendrán la apariencia de un vehículo que nosotros podremos desplegar en el lugar que queramos -los aliados, al contrario, las crean en su centro de operaciones y luego la establecen alrededor del mismo, algo que hacen de forma idéntica los soviéticos pero creándolas directamente sobre el lugar indicado-. Sus unidades también muestran una mayor versatilidad al tener la mayoría de las mismas la habilidad de cambiar de apariencia para adaptarse a distintos tipos de combate.
La guerra en Internet
Tras superar los casi treinta niveles que presenta Red Alert 3 en su Campaña, podemos continuar nuestra particular guerra a través de Internet en más de 30 escenarios que de nuevo potenciarán la lucha a gran escala y desde todos los frentes contra/junto hasta tres usuarios más. En este sentido, hay que destacar que el sistema de recolección de recursos se ha ralentizado de tal modo que la obtención del oro con el que construir nuevas estructuras y comprar unidades de batalla no será una tarea de cuestión de minutos. Por tanto, gracias a esto, las escaramuzas no se limitarán a un asedio constante por parte de todos los jugadores. Una ofensiva fallida puede significar, y en muchos casos lo significará, el fin de la partida.
Por otro lado, como ocurre en el modo Campaña, las batallas navales cobran también un gran protagonismo en esta vertiente de juego, resultando además una experiencia muy espectacular gracias sobre todo al gran trabajo llevado a cabo por EA Los Angeles a la hora de recrear el líquido elemento. También ayuda mucho la variedad de unidades navales con la que nos encontraremos, poseyendo además algunas de ellas la capacidad de recorrer la superficie terrestre sin problemas.
En este punto, hay que destacar por un lado el juego que ofrecen las habilidades especiales de cada facción, y por otro, el problema con el que se encontrarán los usuarios que usen a las tropas japonesas. En este caso, esta facción cuenta con escasas defensas contra los ataques aéreos en sus primeros pasos, lo que puede resultar letal si no actuamos con muchísima presteza –es sin duda la facción a la que más horas hay que dedicar-.
Se agradece en este caso la estabilidad de los servidores, aunque se echan de menos más modalidades de juego a través de Internet, ya que únicamente podemos optar por la vertiente cooperativa, o las batallas contra otros usuarios –también de forma individual o por equipos-.
La guerra multicolor
Si por algo destaca este Red Alert 3 es por mostrar un apartado técnico de gran altura, con unos escenarios de grandes dimensiones, variados, en los que viviremos intensas escaramuzas contra ejércitos de lo más numerosos. Sin embargo, lo que de verdad marca a este título es el diseño de tropas y estructuras, así como el colorido que destila todo. Antes indicábamos que cada facción contará con unidades de lo más estrafalarias, pero es que hay que verlas para darse cuenta de lo divertido que puede llegar a ser el universo Red Alert. Como ejemplo valgan situaciones tan esperpénticas como ver a unos osos caer en paracaídas sobre las posiciones enemigas, o samuráis cibernéticos masacrando sin compasión a una especie de policías antidisturbios pertenecientes a las fuerzas de la Alianza.
En este sentido, el modelado de las tropas y estructuras es correcto contando además con buenas animaciones. Pese a ello, éste no es el punto fuerte del juego. Lo son en cambio efectos tales como las explosiones y las columnas de humo que generarán, situaciones como el ver a un soldado carbonizarse por culpa de una descarga eléctrica –veremos cómo sus huesos ennegrecidos forman un pequeño montículo- o algunas de las habilidades especiales más espectaculares y devastadoras del juego que en muchos casos nos dejarán impactados. También merece especial mención la recreación del agua, que es sin duda uno de los principales atractivos del juego gracias a las increíbles batallas navales que viviremos. En este caso, ver como el torpedo de un submarino hunde en el fondo marino a un gran buque de guerra no tiene precio. No se ve como en un PC con todos los detalles al máximo, pero sí se muestra con un gran nivel de detalles sin sufrir por ello ralentizaciones –aunque alguna sí notaremos en momentos muy puntuales-.
No hay que olvidar por supuesto los vídeos que dan paso a todas y cada una de las misiones, que como en el renacimiento de la serie Command & Conquer: Tiberium Wars, están protagonizados con actores de gran nivel –y exuberantes actrices-que nos harán vivir situaciones de lo más hilarantes.
También a nivel sonoro Red Alert cumple con nota. Las melodías que nos acompañarán a lo largo de la partida resultan de lo más acertadas, combinando temas más pausados y melódicos para las situaciones de calmas, con otros mucho más cañeros, con guitarras eléctricas de por medio, para meternos de lleno en las brutales escaramuzas que viviremos. Los actuales compositores del título Tim Wynn y James Hannigan, han contado también con la colaboración del compositor original de la serie, Frank Klepacki, del que se mantienen piezas tan emblemáticas como la fantástica Hell’s March.
Por último, la inteligencia artificial de nuestros aliados y enemigos también resulta más que buena, con unos rivales que no dudarán en usar sus virtudes para causarnos el mayor daño posible, y unos aliados que sin necesidad de que estemos siempre encima de ellos, sabrán actuar con cabeza –aunque a veces realizarán acciones un tanto cuestionables-. También es cierto que habrá momentos en los que nuestras tropas se liarán y tratarán de moverse todas por el mismo camino, teniendo en estos casos que guiarlas poco a poco para que salgan del embotellamiento en el que se han metido.
En definitiva, estamos ante un gran juego de estrategia en tiempo real, un digno sucesor de las anteriores entregas de la serie Red Alert, que sin duda satisfará a los fieles seguidores de la misma. La inclusión del Imperio del Sol Naciente ha sido todo un acierto, así como la vertiente de juego cooperativo integrada en todo el desarrollo de la acción. No es un título nada innovador, y tampoco supondrá un gran desafío para los más avezados en el género –uno de sus principales defectos-, pero aún así, pese a todos estos detalles más los fallos comentados anteriormente, estamos sin duda ante un gran título de estrategia que ningún aficionado al género debería dejar escapar, y una fantástica forma de adentrarse en el género para los menos duchos en el mismo. Además, el trabajo realizado con esta adaptación al mundo de las consolas resulta, como ya parece ser habitual en los títulos de Electronic Arts, de lo más satisfactorio, aunque todavía quedan algunos aspectos a mejorar en lo referente al sistema de control.