Análisis de Brave: A Warrior's Tale (Xbox 360, Wii)
Hace cuatro años aparecía para Playstation 2 un plataformas del montón titulado Brave: The Search for Spirit Dancer, un exponente más de un género que contaba con numerosos títulos en esta consola y que no consiguió destacar por nada, limitándose a resultar correcto. Ahora nos llega una revisión del original para Wii y Xbox 360, con diferente nombre, A Warrior's Tale, pero resultando ser prácticamente el mismo juego con algunos retoques, ya que no se le puede considerar realmente una continuación.
Un juego destinado sin duda a un público infantil pero al que no le debe pasar por alto su apartado técnico de otra época y sus errores de diseño y jugabilidad.
Clásico plataformas con un control justito y una cámara muy deficiente
La historia nos sitúa en un mundo inspirado en la mitología de los indios nativos americanos, en la que Brave, un ahora anciano pero que en su época fue un mítico guerrero nos irá narrando sus aventuras que nosotros jugaremos a modo de flashbacks.
Al principio de la aventura elegiremos que joven escuchará estas aventuras, sí un chico o una chica, algo que no tiene ninguna relevancia en los transcurrir de la aventura pero que nos parece una buena idea para que los juegos se vayan alejando del cliché machista que les acompaña sobre todo si tenemos en cuenta que es un título orientado a los jugadores más jóvenes.
El público al que va dirigido es algo que se nota desde los primeros compases del juego, tanto por el tono de la historia y las infantiles voces de sus personajes como por lo sencillo de su desarrollo y las distintas ayudas de que disponemos para hacerlo todavía más fácil si cabe. Estas se pueden elegir a nuestro gusto y en su nivel más extremo nos irán indicando a cada paso lo que debemos realizar a continuación y a donde nos debemos elegir, una ayuda que puede venir bien para alguien que no esté muy acostumbrado a jugar videojuegos, ya no decimos niños pequeños ya que estos muchas veces no dejan de sorprendernos con su temprana habilidad a los mandos.
La estructura del juego es la típica de plataformas en tres dimensiones que viene desde tiempos inmemoriales (que en esto de los videojuegos quiere decir como algo así como los últimos doce años), ir saltando por todas partes y por el camino venciendo diferentes enemigos mientras nos hacemos con nuevas habilidades que nos permitan acceder a otras zonas. La nota de "originalidad" en este caso es resultante del argumento, ya que al encarnar el papel de un joven indio tenemos que realizar acciones que se supone tendría que realizar un joven indio nativo americano: cortar ramas o usar el hacha para atacar a los animales del bosque, hacer fuego mediante un sencillo mini juego, pescar, seguir rastros de huellas de animales, etc, todo esto por unos bonitos parajes naturales, un compendio de actividades de las que un profesor boy scout estaría muy orgulloso, juego a recomendar para el clásico niño urbanita que lo más parecido a la naturaleza que ha visto ha sido el perro del vecino, aunque más recomendable sería que le dieran un paseo por el campo de vez en cuando pero ese es otro tema...
Los problemas salen a la luz a los pocos segundos de ponerse a los mandos, que dejando a un lado los puramente técnicos, son de control y sobre todo de una cámara que sigue la acción de manera horrible, ya que aunque la podamos ir moviendo a nuestro antojo ni aun así somos capaces de domarla y por momentos la dificultad del juego radica más en el control de esta que en el del propio personaje, y no creemos encontrarnos ante un simulador de director de cine. Es bastante sorprendente que después de tantos años de la llegada de las tres dimensiones al mundo de los videojuegos y de los centenares de juegos de este estilo que han salido y se han topado con la misma piedra todavía aparezcan títulos con una cámara tan nefasta como esta, de las peores que nos hemos encontrado en un juego de estas características, defecto este que se ve aumentado en la versión de Wii ya que no podemos más que centrarla detrás de nuestro personaje, al menos en la versión de X360 podemos moverla "libremente".
El control tampoco resulta muy exacto aunque no da mayores problemas, solo en los combates contra los enemigos es donde se descubren todas sus vergüenzas, resultando impreciso y con un sistema de colisiones bastante extraño. Bien es cierto que debido a la escasa dificultad nunca tendremos serias dificultades para seguir avanzando, pese al control y la cámara. Para redondear todos estos "halagos" se les une una batería de bugs bastante sorprendentes y que demuestran bastante dejadez en su desarrollo y testeo.
Aunque hasta ahora solo hemos dicho cosas negativas hay que matizar que pese a ellas el juego resulta entretenido y que para un jugador menos exigente y que desconozca lo que es una cámara en un videojuego o un control deficiente este puede ser divertido ya que es relativamente variado. Conseguir una habilidad para imitar el reclamo de los pájaros y que acudan para ayudarnos, pescar un pez misterioso, seguir el rastro de una ardilla que debemos capturar, hacer fuego para descubrir una inscripción en una cueva, conseguir un poder de los chamanes con el que poseer el espíritu de los animales y poder superar determinadas situaciones... estas y otras muchas son las situaciones que se suceden a los largo del juego lo que unido a una corta duración impiden que caigamos en la monotonía.
Un jugador más avezado se cansará a los cinco minutos pero para alguien que está dando sus primeros paso con las videoconsolas este título le puede proporcionar unos buenos ratos, reiterando que es una buena opción para que disfrute un niño pequeño ya que además de los accesible de su desarrollo cuenta con una historia bastante apropiada para este sector de edad. Para los más talluditos el juego contiene algunas búsquedas secundarias en forma de objetos secretos que pueden ser un reto relativo en comparación con lo fácil que resulta el resto del juego.
El desarrollo de los juegos tanto en X360 como en Wii son exactamente iguales y en esta última no se ha sacado ningún aprovechamiento de su particular control, pese a que en el desarrollo se suceden situaciones muy dadas a ello, algo que denota bastante dejadez en esta adaptación para Wii.
Técnicamente de una época muy, muy lejana
Si la versión de Wii no nos asusta en exceso pese a ser casi exactamente como la de ps2 de hace cuatro años, ya que hemos tenido la desgracia de presenciar auténticos horrores gráficos en la blanca de Nintendo, la de X360 es para echarle de comer a parte y no tendría muchas dificultades para situarse en un ficticio pódium de lo más cutre que hemos visto en esta consola, dejando a una lado los juegos del bazar, aunque bien pensado una gran mayoría los juegos del bazar superan gráficamente a este título. Se han limitado a coger el título de ps2 o la versión que han realizado para Wii y aumentar la resolución, dejando tal cual el resto de apartados, tanto las texturas como los efectos gráficos, dando un resultado de lo más espartano. Aún así el juego no resulta demasiado horrible ni dan ganas de arrancarse los ojos debido a unos agradables e infantiles diseños de los personajes y enemigos, que al contar con unos modelados poligonales tan minimalistas hacen que todo el conjunto tenga un aspecto cartoon medio decente y simpático.
Eso sí es de bastante sonrojante que en lo puramente técnico puede salir un título así a estas alturas en una consola como X360, que una cosa es que un juego vaya destinado a los más pequeños y otra que se les tome el pelo, haciendo de la vagancia en los modelados todo un arte en como diseñar pájaros y abeja con tres o cuatro polígonos. Las escenas de vídeo que están hecha con el propio motor del juego al menos se salvan un poco por su dirección aunque en la versión de Wii hasta se ralentizan, algo bastante inexplicable.
El apartado sonoro cumple muy raspado, con unas melodías anodinas que pasan bastante desapercibidas pero que no molestan y un doblaje que bueno, para unos puede resultar horrible y para otros puede ser gracioso, por la ridícula y exagerada entonación que tienen los niños de aparecen en el juego. De todas maneras es de lo más decente de todo el juego y bastante apropiado para el público al que va dirigido.
Para los paladares menos exigentes
A un precio reducido, tanto como las exigencias del que lo vaya a consumir, puede resultar interesante, para jugadores habituales o experimentados no deberían acercarse a menos de dos metros. Que un juego vaya orientado hacía un determinado público no debería eximirle de cuidar todos sus apartados y ser un producto digno tanto para jugadores ocasionales como para los más experimentados, y tanto en Wii como en X360 tenemos ejemplos de grandes productos para todos los públicos. Aunque hay que ser justos y decir que pese a su poco cuidado apartado técnico Brave: A Warrior's Tale es un juego entretenido que seguramente un niño que está empezando en esto de los videojuegos disfrutará sin complejos y sin darse cuenta de la gran cantidad de fallos que reúne.