Análisis de Blazing Angels : Squadrons of WWII (Xbox 360)
La Segunda Guerra Mundial es hoy en día un tema tan habitual en los videojuegos como las princesas secuestradas por villanos o las bandas criminales que siembran el caos en la ciudad. Sin embargo, hasta ahora los juegos que han tratado "el tema" se han limitado casi exclusivamente a la acción, salvo excepciones como el clásico Secret Weapons of the Luftwaffe o los más recientes Secret Weapons Over Normandy o Heroes of the Pacific.
Ubisoft es una compañía en claro crecimiento, que año tras año va lanzando nuevas franquicias, algunas de ellas exitosas, otras no tanto. Blazing Angels: Squadrons of World War II es una de las nuevas apuestas de la compañía gala en un género en el que hasta ahora no se había adentrado. Blazing Angels nos ubica en la Segunda Guerra Mundial, como decíamos, en las batallas donde la aviación ha tenido un papel más importante, y en la piel de un aviador americano que comienza como voluntario en el ejército británico.
En el juego participaremos en la evacuación de Dunkerque para luego defender a Londres del "Blitz" alemán, y ayudar a Montgomery en la guerra en el desierto del Norte de África. Más adelante participaremos en las batallas americanas, despegando desde Pearl Harbour ante el ataque sorpresa nipón, y machacando al imperio del sol naciente en la batalla de Midway; el resto no hace falta detallarlo demasiado, incluyendo el célebre Desembarco de Normandía.
En Blazing Angels no iremos solos, sino acompañados en todo momento de un escuadrón de otros tres pilotos americanos, cada uno de ellos con una habilidad especial que nos será de gran ayuda y de la que hablaremos más adelante. Las misiones transcurren de forma lineal, siguiendo un guión. Por ejemplo, en la batalla de Midway tendremos primero que proteger a los bombarderos de los cazas nipones, luego bombardear la cubierta de los portaaviones, más tarde las defensas antiaéreas y finalmente destruir la flota japonesa. Otras son más variadas; en Dunkerque tendremos que evitar que los alemanes eviten la evacuación, acabando con puentes y haciendo frente a peligrosos bombarderos.
Todos estos eventos se suceden de manera lineal en los niveles, sin que se intercalen diferentes sucesos –por ejemplo, que la escuadrilla de cazas llegue cuando aún estamos haciendo frente a los bombarderos-, lo cual es en cierto modo decepcionante en cuanto a realismo se refiere, pero también hace el juego menos caótico y frustrante. En las misiones no nos limitaremos a combatir a cazas y bombarderos nazis o japoneses sino que también tendremos que ejercer de bombarderos. Habrá momentos en que tendremos que prestar apoyo cercano a tierra, acabando con blindados enemigos, o bombardear barcos y otras posiciones; aunque evidentemente la mayoría de las veces estaremos inmersos en frenéticas batallas aéreas.
En Blazing Angels no nos complicaremos demasiado la vida a la hora de manejar nuestro avión. Con el stick analógico izquierdo se controla cómodamente, y el avión virará más o menos dependiendo de la inclinación. Éste no es un control realista, o al menos el típico de los simuladores, pero hace bien su efecto; si lo que los jugadores quieren es inclinar el avión, podrán hacerlo con el stick analógico derecho, que también se usa –hacia arriba o abajo- para controlar la velocidad del avión.
Una de las novedades de Blazing Angels es un innovador sistema de cámara para el seguimiento de los blancos. Los botones frontales se usan básicamente para manejar los blancos, seleccionando el siguiente blanco o bien seleccionando la amenaza más cercana. Esto es útil porque quizás nuestro siguiente objetivo sea un bombardero, pero tengamos varios cazas en la cola disparándonos sin parar, por lo que será interesante fijar nuestro blanco en ellos. ¿De qué sirve esto si están tras nosotros? Manteniendo pulsado el gatillo izquierdo, la cámara del juego pasará de la posición por defecto –tras nuestro avión- a enfocar el objetivo y a nuestro avión en relación a él. Esto hace muy sencillas las batallas áreas contra cazas, ya que siempre les tendremos enfocados y podremos movernos en relación a dónde estén ellos.
El sistema de fijar la cámara funciona bien pero extrañamente no tan bien como en la beta que probamos hace un tiempo y de la que os ofrecimos nuestras primeras impresiones. A veces, cuando acabemos con un enemigo, la cámara no pasará a enfocar al siguiente objetivo sino que seguirá fijada en el enemigo caído; esto puede hacer la acción engorrosa de vez en cuando pero uno se acostumbra rápido. El sistema de fijar la cámara puede considerarse un logro porque está francamente bien implementado –nuestro avión nunca dejará de estar "en escena"-, pero a veces resulta muy difícil usarlo y saber por dónde estamos yendo; un indicador de altitud lo habría solucionado, pero no en los escenarios boscosos donde de repente podemos toparnos con la copa de un árbol, una cabaña o incluso una montaña. Hay que ser, por lo tanto, prudente.
Uno de los grandes logros de Blazing Angels es la variedad de aviones que podremos controlar, desde los cazas hasta bombarderos, pasando por varios híbridos. Los cazas solo tienen un arma, la ametralladora, pero lo compensan con una gran velocidad y versatibilidad para el manejo y las maniobras rápidas en el aire. Otros aviones nos permiten disparar misiles o bombardear, ya sea bombas de caída libre o torpedos, aunque naturalmente sufrirán más apuros para hacer frente a los cazas en amigos. A medida que avancemos en el juego iremos desbloqueando nuevos aviones para los otros modos, tanto de los británicos y americanos como de los alemanes y japoneses, siendo el plantel completo de más de 40 aeroplanos.
En las misiones tendremos que cumplir muchos objetivos, a veces contra el crono o contra una barra de energía de unos aliados que tendremos que proteger, pero por suerte tendremos a nuestros tres compañeros de alas y amigos, con los que tendremos un relación de radio que se irá desarrollando a lo largo del juego. Podremos dar órdenes a nuestro escuadrón diciéndoles que permanezcan en formación, ataquen indiscriminadamente o nos defiendan, y además cada uno de ellos tendrá una habilidad especial que podremos usar cada cierto tiempo.
Tom podrá defendernos poniéndose en nuestra cola y atrayendo el fuego enemigo, y Frank, un experto piloto, podrá atacar ferozmente a muchos enemigos, pero sin duda la habilidad que más usaremos será la de Joe, que cuando nuestro avión esté en apuros – no hay barra de energía pero las llamas son una buena pista- nos dará una combinación de botones con la que podremos repararlo, siempre y cuando los pulsemos en el correcto orden.
A nivel gráfico Blazing Angels luce bien, como de hecho pasa con todos los juegos de Xbox 360 por la gran potencia de la máquina, pero en comparación con otros juegos de la consola se queda un tanto atrás. Aún así tiene escenarios muy vistosos como Londres, con el Big Ben y la Torre en todo su esplendor, y la ciudad extendiéndose hasta el horizonte, o los ambientado en Europa. Los aviones están bien modelados y el juego corre fluidamente, con buenos efectos especiales, pese que a veces habrá decenas de aviones en pantalla.
El sonido de Blazing Angels tiene ciertos altibajos. Por una parte se echa en falta un doblaje al castellano, que no se ve compensado con una buena actuación en inglés. Nuestros compañeros hablan mucho entre ellos, pero la caracterización de los enemigos –japoneses y alemanes- es tremendamente maniqueísta. Mientras que los aviadores aliados hablan como caballeros, los alemanes musitan frases ofensivas en inglés, y los japoneses se vuelven literalmente locos, entre el delirio kamikaze y las referencias a nuestra abuela. La música es terriblemente épica, con todo tipo de temas que nos hacen sentir como en una película sobre el conflicto, pero peca de repetitiva. Las melodías se nos quedarán grabadas por la gran cantidad de veces que las oiremos. Finalmente, los efectos de sonido son muy buenos, aunque no hay mucha diferencia en los sonidos de cada avión.
El interesante modo campaña de Blazing Angels, aunque con ciertos altibajos en la calidad del diseño de las misiones –la del desierto es muy, muy cansina-, se completa con varios modos de juego extra entre los que destaca con luz propia el modo online, con hasta 16 jugadores simultáneos y numerosas opciones de juego tanto para hacer equipos como para establecer reglas.
Blazing Angels: Squadrons of World War II es un buen juego de aviación, una interesante apuesta por algunas de sus novedosas ideas, pero no llega a brillar con luz propia; el motivo es ciertos altibajos en el diseño de las misiones, y algunos fallos jugables. Los amantes del conflicto y de la aviación en general lo disfrutarán mucho, mientras que, por lo poco habituales que son estos juegos, resulta un alquiler interesante para otros jugadores.