Análisis de Wii Fit (Wii)
Descubre el camino a una vida un poco más sana con los ejercicios de Wii Fit.
Daniel Escandell ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
7
SONIDO
8
NOTA
8
DIVERSIÓN
8
JUGABILIDAD
9
Análisis de versión Wii.
De un tiempo a esta parte, Nintendo ha dividido su línea de juegos entre toda una serie de títulos de sus sagas tradicionales y algunas nuevas, y toda una serie de utilidades en forma de videojuego que con la excusa de ayudarnos a practicar inglés, o entrenar la sesera nos entretienen. ¿O es al revés?
En cualquier caso, está claro que la compañía ha diversificado su creación de videojuegos dando lugar a una tendencia a la que se han ido sumando en mayor o menor medida varias compañías, y no sólo en las consolas de la propia Nintendo. Ahora, esto va un paso más adelante y si hasta ahora nos ayudaban con habilidades de índole principalmente intelectiva, ahora le toca al cuerpo. Mens sana in corpore sano, que decía Juvenal, es algo que se aplica a los videojuegos en Wii Fit de una manera mucho más interactiva a lo que habíamos visto hasta ahora. y es que, aunque no han llegado a salir de Japón, para Nintendo DS ya hay algún juego de yoga, e incluso un juego para los músculos del rostro (apoyado en una cámara), pero es la primera vez en la que usamos todo el cuerpo. Y no, no tenemos en cuenta las partidas a lo histrión con Wii Sports.
En esta ocasión, sin embargo, la actividad del cuerpo es integral gracias al periférico que se incluye con Wii Fit, la Wii Balance Board, una tabla sobre la que estaremos en la mayoría de ocasiones que se alimenta por cuatro pilas de tipo AA (vamos, como las que usa el mando remoto de Wii). Parece que la duración de las pilas es bastante extensa, pues no han dado síntomas de desfallecimiento en todo el tiempo que llevamos jugado, pero está claro que conviene tener un paquete de repuesto pues dada la naturaleza del juego si éstas se agotan las opciones de juego son minimas. En cualquier caso, gracias a esta tabla se evalúa nuestro estado físico, empleando el índice de masa muscular, y convirtiéndolo en una edad física (al estilo de la edad mental de los Brain Training), a partir de la cuál el objetivo principal del juego será la autosuperación. Y si eso no es incentivo suficiente, podemos marcar unos objetivos (esto es, un peso a ganar o perder, y un periodo de tiempo) y el juego (además de avisarnos de si nos estamos pasando) nos ayudará a conseguirlo.
En ese sentido, Wii Fit se plantea como un juego relativamente tradicional al ir marcando metas a seguir de una manera mucho más clara que en otros entrenadores y, lo que es más, su representación visual está también más cuidada. Gracias al sistema de los Miis, nuestra imagen personal en la consola será un reflejo de nuestro físico, algo gordo o flacucho, según los resultados obtenidos. Esto se hace a través de una sencilla prueba inicial que apenas durará un minuto, en la que el juego nos hace unas preguntas y nos pide que realicemos unos ejercicios para evaluarnos. Según nuestras respuestas y resultados en la prueba, se nos clasificará e indicará si estamos bien, si tenemos que ganar o perder peso, etc. A partir de ahí, empezará el juego, con sus cuatro secciones bien diferenciadas y su propio Canal para el menú principal de Wii (al estilo de Mario Kart Wii).
La Wii Balance Board es un periférico imprescindible para este juego y que también usará Family Ski, de Namco, y razón por la que el precio de este título sube un poco. A diferencia del volante de Mario Kart, o la Wii Zapper de Link’s Crossbow Training que sólo son uns pieza de plástico, aquí nos encontramos un periférico completo y autónoma, de ahí que necesite pilas, que sea un poco pesado y que, en definitiva, encarezca el precio final del juego. Su estética se mantiene en la línea Wii, con una forma sencilla, un único botón (el de encendido), y un aspecto que desde luego no asusta a nadie por dar sensación de complejidad. La verdad es que tampoco parece nada serio, quizás buscando que la cosa ésa de hacer ejercicio no eche atrás antes de empezar, pero desde luego resulta robusta y resistente. Y no es para menos: hasta 150 kilos soporta la pobre, lo que se nos antoja suficiente para la mayoría de la población. Su tamaño parece igualmente apropiado para la media del tamaño de pie europeo, y resulta, desde luego, estable.
En su inocente carcasa blanca se esconden varios sensores capaces de detectar nuestro centro de gravedad y, con ella, la inclinación de nuestro cuerpo, y, con esto, incluso cómo movemos los pies por la distribución del peso, lo que es útil para algunos de los minijuegos incluidos. Por eso mismo hay que subirse descalzo, para prevenir dañarla, para que sus mediciones sean más apropiadas, y para tener más estabilidad sobre su superficie. Sabemos que ha habido múltiples prototipos para este accesorio, y la opción final nos parece de lo más adecuada, siendo un periférico independiente que no necesita conectarse al mando remoto de Wii (que, por otro lado, se usará en unos pocos ejercicios).
Pero, ¿es posible engañar a la tabla? Evidentemente, sí. El equivalente a engañar a Wii Fit es hacerse trampas a uno mismo, es como el que se pone a dieta y se engaña a sí mismo incumpliéndola sólo para enfadarse después por no haber perdido peso. O el que se apunta al gimnasio y no va. Desde luego, podemos hacer trampillas para engañar a los sensores de equilibrio, pasando por algo tan simple como apoyarnos en la pared, pero está claro que si no eres capaz de ser honesto contigo mismo, quizás tengas un problema. Al fin y al cabo, ponernos a hacer cosas raras para camuflar nuestra capacidad de hacer flexiones o equilibrio es el equivalente a usar un truco para tener vida o munición infinita en un juego de acción.
Y esto nos lleva a otra pregunta: ¿se hace ejercicio de verdad? Las agujetas no mienten. Si hacemos los ejercicios sin engañarnos, la verdad es que se notan las zonas que trabajamos, y desde luego está claro mientras hacemos ejercicios de tipo aeróbico que se produce un desgaste físico. No es que los de yoga sean relax puro, pues los hay que requieren habilidad, pero está claro que sí se llega a realizar un esfuerzo físico con este juego, por lo que es evidente que si nos lo tomamos mínimamente en serio estaremos realizando una actividad física que, aunque no creemos que llegue a ser excesiva (salvo por propia voluntad o cabezonería del jugador) puede ser saludable en caso de llevar una vida un poco más sedentaria de lo que nos gustaría.
La interfaz del juego es muy agradable y limpia, e incluso más eficiente que en el caso de Wii Sports, es decir, hace un uso más activo e inteligente de los Miis (sobre todo al ponerles lorzas o hacerlos demasiado espigados para representarnos), y con una mascota simpaticona en forma de tabla (sí, como la que estará sufriendo la planta de nuestros pies) parlante y la posibilidad de escoger, luego, un entrenador masculino o femenino, a elección del consumidor. El juego establecerá, como habíamos indicado antes, a través del índice de masa corporal (IMC) un resultado a escoger entre cuatro: obesidad, sobrepeso, ideal y bajo peso. Esto se puede hace de manera muy próxima a la realidad al poder indicar incluso cuánto pesa la ropa que llevamos en ese momento; está claro que se ha puesto atención a los detalles.
Luego, el juego comprueba nuestro centro de gravedad o CG (lo que puede señalar algún problema postural) y, posteriormente, nos pedirá hacer un ejercicio para establecer nuestro nivel de equilibrio. En esencia, no sólo establece un perfil (que podemos hacer que permanezca incluso a otros usuarios mediante una contraseña) que nos asigna una edad Wii Fit (un parámetro tan ficcional como la edad mental de los Brain Training, pero útil para las funcionalidades de medición simple y marca de objetivos y niveles), sino que puede permitirnos identificar problemas para mejorar con el título y un punto de partida que irá evolucionando con todas las gráficas del juego, para ver nuestro progreso.
Parte muy importante del objetivo de Wii Fit es establecer una masa corporal objetivo y un plazo de tiempo para alcanzarla. Estos objetivos se pueden modificar cada dos semanas, por la cosa ésa de potenciar el ser un poco constantes con los objetivos en la vida (suponemos), y el sistema nos prepará para conseguir llegar a esa meta a base de realizar tablas de una quincena de minutos, preferiblemente en sesiones diarias. De hecho, el juego nos avisa si nos volvemos descuidados. El problema es que cuando salga un juego nuevo y empecemos a disfrutarlo, igual nos da pereza buscar el disco de Wii Fit y meterlo otra vez en la consola. No hay problema: el Canal Wii Fit se instalará en el menú de la consola, y podremos acceder a esos ejercicios diarios sin necesidad de utilizar el disco.
El Canal Wii Fit es, junto al Canal Mario Kart, la primera muestra real de que la idea de los canales de la consola puede llegar a ser útil y tener aportaciones jugables relevantes. En Mario Kart Wii seguimos necesitando el disco para jugar, claro, pero podemos ver si hay amigos en línea, sumarnos a su partida, y, mientras tanto, meter el disco sin problemas y empezar a jugar. Pues bueno, en Wii Fit se va un poco más allá y podemos entender este Canal como una versión –muy- reducida del juego orientada, precisamente, a facilitar el acceso a la tarea rutinaria de hacer esos quince minutillos de ejercicio. No tiene todos los ejercicios (de hecho, están los del test diario, para lo demás habrá que insertar el disco), ni todas las posibilidades del juego completo, pero podemos acceder a cualquiera de los ocho perfiles (asociado cada uno a un Mii) y hacer nuestro test y ver la evolución. No es, por tanto, estrictamente necesario buscar el disco, y sirve para hacer esos ejercicios sin sacar nuestro título más reciente de la consola y evitar excusas del tipo "uy, es que no sé dónde está el juego." Al fin y al cabo, todos podemos ser un poco vagos de vez en cuando.
Pero Wii Fit no es sólo hacer los ejercicios que nos lanza el título, pues el juego nos invita a llevar una suerte de agenda vital en la que apuntar qué actividades hemos hecho. ¿Hemos realizado esfuerzos físicos? ¿Durante cuánto tiempo? ¿De cuánta intensidad? Ahí entra ya el criterio de cada uno, pero si aceptamos que el juego es tanto entrenador como motivador para llevar una vida un poco más sana, está claro que es una herramienta muy bien planteada capaz de realizar sugerencias y orientarnos en ese camino. El hecho de poder apuntar todas esas actividades es un detalle muy a destacar, pues refuerza todo el concepto de adoptar una vida sana y establecer hábitos saludables más que machacarse unos días o, simplemente, limitar toda nuestra actividad física a la que proponga el juego. En cualquier caso, poder añadir toda nuestra actividad vital (como los hábitos de sueño, actividades laborales cotidianas, etc.), sirve para mantener un control más estricto de nuestra propia actividad diaria y descubrir hasta qué punto somos pasivos y constata a Wii Fit como una herramienta que va más allá de mirarse el ombligo para ofrecer al usuario una experiencia mucho más global.
En cualquier caso, una vez hayamos marcado nuestros objetivos para acercanos al ideal del índice de masa corporal, Wii Fit establece cuál es el tipo de ejercicio que más nos va convenir dentro de las categorías del título, que son tonificación, yoga, aeróbic y equilibrio. Y si tanto queremos, siempre podemos ir por libre y ponernos una grabación con los mejores diálogos de películas como Heartbreak Ridge (El sargento de hierro) para motivarnos. Quizás también valga Fame. Sea como fuere, es importante recordar que para el desarrollo de este título la compañía ha contado con la colaboración de Karou Matsui, un profesional que ha ayudado a convertir los ejercicios a videojuego y, también, haciendo la criba para evitar las posturas y/o ejercicios que podrían ser perjudiciales si se hacen mal.
Sería un error pensar que el juego es soso, pues aunque mantiene una estética muy seria está salpicado de elementos divertidillos, como la mascota, o incluye pruebas mucho más cercanas a los videojuegos normales que a las pruebas físicas de un gimnasio, lo que se traduce en gráficos mucho menos serios. Por ejemplo, parar balones a cabezazos, con una estética tipo Mii, o la recreación de un gimnasio a la hora de hacer boxeo (bueno, una variante que nos hace coordinar pies con la Wii Balance Board y brazos con el mando remoto y el nunchuk). En esos momentos el juego luce bastante bien y se olvida de los gráficos esquemáticos y neutros que le caracterizan normalmente, como sucede en la saga Brain Training.
La presencia de los Miis se centra muy especialmente en los ejercicios de equilibrio y aeróbic, siendo, precisamente, los más desenfadados. En cambio, en tonificación y yoga casi siempre veremos a nuestro entrenador (o entrenadora, según sea nuestra elección) representado con unos gráficos mucho más esquemáticos y humanos que los Miis. Esto es bueno, porque algunos ejercicios pueden requerir que adoptemos posturas concretas (sobre todo en el yoga), y puede ser bueno ver un referente humano con todas sus articulaciones. Además, podemos mover la cámara a voluntad si así lo necesitamos, por lo que será todo muy accesible.
De esta manera, las partes más desenfadadas del juego son aquéllas en las que los Miis hacen acto de presencia, con minijuegos de equilibrio como esquiar, o una competición de step que nos recuerda a veces la saga Dancing Stage de Konami. Pero no todo estará accesible desde un primer momento, pues habrá que ir jugando para progresar en el juego y desbloquear más y más minijuegos y retos con los que ir trabajando las diferentes áreas de Wii Fit. Estos juegos adicionales tenemos que comprarlos mediante el dinero que acumulemos jugando, y que se genera en función del tiempo que pasemos con el título a través de la Hucha Wii Fit, una especie de monedero (o hucha, como bien describe su propio nombre) que no sólo nos recompensa por jugar mucho, sino que sirve como indicador de progreso adicional a todo el tema de progresar en las gráficas de evolución del juego. Además, muchos de estos nuevos minijuegos aportan nuevos retos de mayor exigencia física, por lo que también hace que algunos retos concretos de mayor desgaste físico tarden en aparecer hasta que tengamos un poco de fondo y evitar así que echemos el hígado por la boca.
Y es que hay que tener en cuenta que cuando hayamos realizado algunos ejercicios varias veces, pasaremos a tenerlos disponibles en modo de reto, compitiendo contra el entrenador virtual o contra otros jugadores mejorando nuestras marcas. Estos retos añaden mayor dificultad y son una buena manera de plantear un reto directo al jugador, lo que vuelve a situar a Wii Fit dentro del marco del lenguaje y estructura de un videojuego puro. Estas pruebas aportan una clasificación con las puntuaciones obtenidas, como el número de flexiones, o tiempo necesario para realizar una prueba concreta. Y, claro, las mejores puntuaciones se marcan con una estrellita, todo ello destinado a retarnos a nosotros mismos y a otros jugadores. Y cuando nuestros resultados sean lo suficientemente buenos, ahí llegará entonces un reto de mayor dificultad.
Por tanto, no se trata sólo de cuántos tipos de ejercicios diferentes hay, sino de cuán rejugables son por el reto que pueden llegar a proponer, de manera que incluso si no nos tomamos Wii Fit como un entrenador al que visitar regularmente, el simple hecho de conseguir todos los minijuegos y sus dificultades nos llevará bastante tiempo. Por otro lado, no podemos obviar que pese a que el juego abarca muchos tipos de ejercicios, no todo se puede gracias a la tabla o al uso del mando remoto (aunque hay que reconocer que meterse el mando en el bolsillo para correr es ingenioso), y hay que tener muy claro que esto es un videojuego; no es un entrenador serio, ni una máquina de gimnasio. Si buscamos eso, lo mejor será ir a un gimnasio de verdad, y si somos unos aficionados a visitar centros de deporte tampoco nos va a servir para sustituirlos, porque desde luego aquí no hay pesas para levantar, por poner un ejemplo burdo.
Para hacer de éste un juego completamente accesible se ha eliminado toda barrera idiomática con una localización a nuestro idioma muy cuidada que recoge, también, buena parte de la terminología habitual en el ámbito. Eso incluye usar también anglicismos estúpidos y erróneos como "footing" en vez de "jogging", pero está claro que es una elección tomada de manera consciente para emplear expresiones y términos habituales. En cualquier caso, las explicaciones son completas y bien planteadas, para ayudar al usuario y sí se prescinde (acertadamente) de lenguaje que podría resultar demasiado técnico, como nombres de músculos y cosas que no son de dominio general. Además, las voces están igualmente en castellano, tanto para los dos entrenadores como para la simpática mascota del juego y sus grititos ocasionales.
Conclusiones
Estamos ante una de las propuestas más originales que el sector de los videojuegos ha visto en los últimos tiempos gracias al uso de la tabla Wii Balance Board y su aplicación de ejercicios físicos al concepto de videojuego. Desde luego, Wii Fit resulta obvio: es un entrenador, y no lo esconde ni lo maquilla detrás de filigranas ni excusas, y como entrenador, es capaz de tomarse en serio en la justa medida. Sus consejos, su sistema de agenda, su planificación de ejercicios, y el resto de elementos asociados sirven para marcarnos las pautas hacia una vida un poco más sana. No pretende, eso sí, sustituir al ejercicio real, sino que más bien quiere incitarnos a realizarlo y a modificar los hábitos sedentarios, ni tampoco pretende ser un sustituto de un gimnasio, o de un rehabilitador o similar, sino una manera divertida de realizar unas pruebas, mejorar un poco nuestro estado, y animarnos en última instancia a modificar esos patrones por nuestro propio bien. Tesón, ánimo, humor y buena voluntad por parte del jugador harán el resto, y Wii Fit sabrá impulsarnos a ello con juegos divertidos, con mucho refuerzo positivo, y actividades muy variadas.
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