Análisis de Raving Rabbids: Regreso al Pasado (Wii)
Si hay unos personajes, más allá que los de la propia Nintendo, que se asocien a Wii (a pesar de que sus juegos hayan salido en otras plataformas) son sin duda los Raving Rabbids, unos simpáticos y alocados conejos que hicieron su primera aparición de la mano de Rayman, pero que por derecho propio se convirtieron en personajes totalmente independientes. Tras tres entregas de minijuegos y una aventurilla muy bien acogida, los conejos vuelven de nuevo al género que les dio la fama y nos traen una nueva colección de minijuegos envuelta en un título que demuestra toda la experiencia que han ido adquiriendo sus desarrolladores.
No hay duda que los Rabbids tienen peligro allá donde vayan. Intentaron conquistar el mundo en la primera parte, se fueron de vacaciones por el mundo en la segunda, después montaron su propia cadena de televisión y luego planearon llegar a la luna con una pila de basura. Su nueva aventura quizás no es tan voluntaria, pero sus efectos son quizás más devastadores, pues ahora pueden viajar en el tiempo para cambiar el pasado. Todo esto lo harán a través de una lavadora y un museo muy especial en el que encontrarán cuadros con minijuegos ambientados en distintas épocas. De nuevo, el sentido del humor está presente en cada rincón del juego, tanto en los conejos (cómo se mueven o cómo berrean, por ejemplo), como el aspecto gráfico o las divertidas escenas que veremos antes y después de cada minijuego, algunas de las cuales nos traerá a personajes históricos perfectamente reconocibles.
De visita al museo
En esta ocasión tendremos un mundo central (el museo) que nos permitirá acceder a los distintos minijuegos del título, además de acceder a otros contenidos. Es cierto que aunque el museo está repleto de detalles y de cosas para hacer, puede llegar a ser un poco tedioso tener que recorrerlo siempre que queramos cambiar de prueba. Afortunadamente esto sólo tendremos que hacerlo los primeros diez minutos del juego, pues enseguida se nos dará el teletransporte, pudiendo acceder a cualquier minijuego (o cualquier sala del museo) de forma inmediata, solucionándose el problema. De todas formas, pasear por el museo no será ningún problema, ya que tendremos muchas cosas que hacer, además de ir a los minijuegos. El museo se divide en varias salas, una principal en la que podemos acceder a ciertas pruebas fuera de los minijuegos normales (ya hablaremos de esto un poco más adelante) y a las otras salas de minijuegos, y estas otras salas, cada una perteneciente a un tipo de minijuego (muelle, disparos, aviones, carreras y pesca, este último exclusivo para aquellos que usen el Motion Plus).
Tras entrar en una de estas salas veremos cómo cada una de ellas es totalmente diferente, centrándose en la jugabilidad de los minijuegos que tiene dentro. En el caso de la sala de los juegos de tipo muelle, por ejemplo, nos encontraremos con plataformas sobre las que saltar, mientras que en las de aviones, tendremos un techo muy alto que nos permitirá volar entre planetas e incluso encontrar ítems con los que disparar a otros jugadores. Otro detalle muy interesante es que diseminadas por las distintas salas del museo, nos encontramos con un buen número de pruebas que nos permitirán jugar para mejorar nuestra puntuación (no se guardará, pero si nos permitirá desbloquear logros). Por ejemplo, veremos una máscara y si la disparamos empezará a subir un contador que parará cuando la dejemos caer al suelo o tendremos que ir cogiendo unas mariposas que irán apareciendo antes de que desaparezcan. Aunque suelen ser minijuegos muy sencillos algunos de ellos son bastante divertidos e invitan a picarse para mejorar nuestras puntuaciones.
Los minijuegos más completos que nunca
Todo lo que hemos dicho hasta ahora está muy bien, pero lo más importante en un juego de este tipo es la colección de minijuegos incluida, y aquí este Raving Rabbids: Regreso al Pasado aprueba con creces. Lo primero que llama la atención es que no hay ningún minijuego repetido de anteriores juegos de la saga, siento todas las ideas nuevas. Incluso el juego de baile (que está aparte de los minijuegos normalmente, accediéndose desde la sala central del museo) no es como en las anteriores entregas de tocar un instrumento, sino que se basa directamente en Just Dance.
Esto hace que aunque hayamos jugado a los anteriores juegos, este traiga novedades más que de sobra para disfrutarlo, por lo que es perfectamente compatible. Pero aparte de que sean nuevas, las pruebas son todas muy buenas y cuentan con un nivel medio muy alto, no encontrándonos con ninguna prueba que nos dé ganas de pasar a la siguiente. Por supuesto hay minijuegos mejores que otros, pero no tanto porque algunos sean malos, sino porque los hay increíbles, como las carreras unidos a nuestro compañero con un papel higiénico, el robo de globos a bordo de un avión o la prueba de disparos del coliseo. Lo que si se nota al jugar es que los minijuegos tienen más consistencia, siendo algo más largos que antes y teniendo algo más de complejidad, lo que lo hace una experiencia muy buena para jugar con amigos, aunque quizás no sea un juego tan accesible para gente que no está familiarizada con las consolas como Wii Party, algo que no es malo, ya que ambos juegos se dirigen a un público bastante diferente.
Quizás la única pega es que su número (sin contar con los minijuegos extras metidos por el museo) es menor que en juegos anteriores, aunque esto es muy relativo, ya que antes, por ejemplo, los juegos musicales contaban como uno diferente por cada canción y ahora están agrupados, lo que sumado al hecho de que ahora hay muchas menos pruebas repetidas entre sí (tan sólo alguna carrera que, al cambiar totalmente el circuito es ya una experiencia diferente, mientras que en otros había muchos menos tipos de pruebas diferentes, repitiéndose más), hace que al final, esto no sea un problema real, ya que creemos que es mejor calidad a cantidad (y aun así el juego no se queda corto, con unos 30 minijuegos, sin contar los retos escondidos por el museo).
Además de los minijuegos "normales" (a los que podremos acceder desde el teletransporte), tendremos otras pruebas que estarán directamente en la sala principal del museo. Así, podremos bailar (minijuego tomado de
Además, nos encontramos con que podemos comprar ilustraciones con monedas que iremos encontrando por todo el museo, lo que unido a todos los pequeños minijuegos colocados por el museo, hace que el juego tenga una gran cantidad de contenido. También tendremos la posibilidad de adquirir disfraces para nuestros conejos según avancemos por el juego, los cuales serán una única pieza, no pudiendo intercambiar prendas (como el sombrero o los pantalones) entre varios trajes, como en los juegos anteriores.
Los conejos viajan por la red
Otro punto donde el juego ha ido un paso más allá es en la mejora del modo online, que no sólo nos permite subir la puntuación en cada minijuego a un ranking (algo que contribuye a picarnos para escalar posiciones), sino que también podremos escoger un minijuego y jugarlo online con hasta otros tres amigos. Sin duda es algo que se echaba de menos en la serie y nos alegramos de que por fin Ubisoft se haya animado a incluirlo, pues es algo que alargará enormemente la vida del título (aunque no nos engañemos, sigue siendo un juego para jugar en multijugador local).
Gráficamente el juego ha mejorado aún más, mostrándose a máxima resolución jugando sólo y con una multitud de detalles en cada uno de los escenarios y pruebas. Jugando a pantalla partida la nitidez se resiente un poco, aunque sigue siendo un juego muy fluido y cargado de elementos gráficos aquí y allá que hacen que sea un juego muy vistoso. Donde destaca el juego es en las escenas, que tienen una gran calidad (además de un gran sentido del humor), permitiéndonos pasarlas en cualquier momento para ir directamente al minijuego. El punto negativo del apartado gráfico son los tiempos de carga, algo más altos de los que nos gustaría (sin ser tampoco exagerados), aunque al menos podemos movernos por la pantalla de carga mientras duren, por lo que se hace más a menos.
El apartado sonoro es bueno, destacando por encima de todo los berridos de los conejos que, como curiosidad, podremos modelar si mientras gritamos giramos el mando a izquierda o derecha (algo que se usa en el genial minijuego del coro). Aparte de la colección de voces de los conejos y de los personajes que veremos en la escena (que no hablarán más que con ruiditos) nos encontramos con efectos de sonoros muy contundentes y graciosos y una música que acompaña bien, aunque si jugamos en multijugador pasará totalmente desapercibida, ya que su volumen bajará.
Los Rabbids nos traen su mejor título hasta la fecha
Raving Rabbids: Regreso al Pasado es sin duda el mejor juego de la saga y probablemente sea el mejor juego de tipo party para gente que esté familiarizada con los videojuegos (ya que es algo más complejo que otros). Su buena selección de minijuegos demuestra que sus desarrolladores han aprendido y han ido mejorando tras las distintas entregas, consiguiendo el juego más redondo de todos, y aunque quizás se eche en falta alguna prueba más, lo cierto es que el nivel de las que hay es muy alto.
A sus divertidísimos minijuegos se une la gran cantidad de contenido del juego que nos tendrá entretenidos un buen tiempo, eso por no hablar del online, que le da aún mas vidilla al juego, tanto la posibilidad de jugar con otros como el simple hecho de poder comparar nuestras puntuaciones en el ranking. Sin duda es un juego que nos hará pasar un rato tremendamente divertido y que a buen seguro sacaremos de la estantería cada vez que tengamos visita.
Últimos análisis
