Análisis de Rabbids: Mi Caaasa!!! (Wii, NDS)

Cuando Ubisoft presentó en sociedad al "Rayman" de la nueva generación pocos pensaron el éxito desmesurado que traería consigo la nueva saga de la compañía francesa. Tanto es así, que poco a poco el concepto de Rayman, limitado en los juegos de la nueva generación, ha ido olvidándose paulatinamente para dejar paso a unos Rabbids más fuertes y locos que nunca. Ahora, y para despedir el año de manera un tanto alocada, los simpáticos conejos de Ubisoft vuelven a la carga en una nueva aventura donde su único objetivo es llegar a casa... sea como sea.

Y es que todos los jugadores que conozcan a estos intrépidos personajes conocerán que su inteligencia es un tanto limitada en comparación a los héroes que aparecen hoy en día en los videojuegos. Y quizá es por eso que son tan adorables y graciosos.

Sea como fuere, y concienciados de que los conejos son "poco listos", estos personajes sienten que no encajan en la sociedad que los rodea, y por eso lo único que quieren hacer es llegar a la Luna (su "caaasa") de la forma más rápida posible. ¿Cómo? Pues como todo el mundo haría: formando una auténtica montaña de basura de varios miles de kilómetros para alcanzar el satélite. Simple y curioso, aunque no sabemos si efectivo o no.

Es bien sabido que el concepto de Rabbids no es sinónimo de una historia intrigante y/o que haga que el vello del jugador se ponga de punta, sin embargo, en esta entrega el guión es lo suficientemente atractivo como para que el espectador no pueda parar de pensar qué será el próximo objeto que tendremos que recoger para nuestra plataforma hacia casa. El concepto funciona, y a medida que avancemos por el juego viviremos situaciones realmente hilarantes, dignas de las mejores películas de risa de los últimos tiempos, eso sí, el humor que desprenden los conejos está más enfocado al humor tonto que al satírico.

Concepto nuevo

Hasta ahora los Rabbids siempre habían sido sinónimo de minijuegos, y no nos engañemos, el futuro también deja entrever que los conejos seguirán la misma estela que sus predecesores. Sin embargo, UbiSoft comienza aportar nuevos conceptos para evitar que la franquicia se estanque, como había ocurrido hasta ahora. Es por es que, una vez eliminado a Rayman de la escena, la compañía puede centrarse única y exclusivamente en estos animales rabiosos, mostrando una breve historieta que a más de uno estremecerá -por su parentesco al guión de Elliot y E.T.- y modificando el estilo de juego acercándolo a la aventura.

El resultado no podría haber sido mejor, dejando a nuestra disposición a un equipo de dos conejos que tendrán que ir reuniendo basura -y no tan basura- para completar su escalera al cielo y un control que funciona a la perfección. Es decir, contaremos con un lugar que servirá de nexo entre las misiones disponibles del juego, el centro de la ciudad, y desde ahí podremos ir cambiando de escenario y comenzar una de las 40 misiones que ofrece el videojuego, cada cual más disparatada. Desde disputar las carreras más frenéticas a lomos de nuestro impecable carrito de la compra, pasando por el plataformeo puro y duro e incluso llegando a partes donde la acción está más que asegurada. Y es que no sólo ha evolucionado el concepto de estos conejos estremecedores, sino que también se han añadido una serie de elementos que, sin duda, no hacen más que engrandecer una obra que podría haber supuesto el fin de los personajes de UbiSoft debido a un desgaste desmesurado.

Como decíamos, el nuevo juego de Rabbids tiene lugar en el planeta Tierra, hábitat natural de los humanos desde hace miles de años, y éstos, precisamente, no tienen demasiada empatia por estos animales, lo que dará lugar a situaciones todavía más disparatadas al tener que evitar su presencia día sí día también. No faltarán los humanos que vayan a darnos caza como si de terroristas se tratase e incluso perros -más rabiosos que nosotros- que andarán como locos por hincarnos el diente.

El control del videoju

ego está ligado a un esquema de juego de lo más simple, lo que implica que estamos ante una obra fácil de jugar a la par que divertida, sin demasiados retos para el jugador experimental pero que sin duda propiciarán unas horas de diversión a todos aquellos quienes le den una oportunidad. La idea de recoger toda la basura humana -de hecho en algunas ocasiones nos preguntaremos si realmente los conejos quieren llegar a la luna o si de lo contrario quieren hacerse millonarios- cuaja a la perfección con el estilo de juego, propiciando sonrisas cada vez que escuchamos las onomatopeyas de los personajes al tiempo que recorremos los niveles en busca de objetos. De esta manera, dejamos a un lado el concepto más plano de minijuegos para darnos un garbeo por la Tierra de la mano de los conejos más famosos del mundo de los videojuegos, y el resultado no podría haber sido mejor.

Más y mejor

Más allá del modo aventura, que si bien es cierto no es demasiado elevado en comparación con otros títulos de la misma envergadura, Rabbids mi casaaa!!! incluye un par de funcionalidades con el fin de aumentar las horas de diversión a los espectadores. Por un lado, siempre tendremos la posibilidad de que un segundo jugador se incorpore a la acción en una vertiente cooperativa que, pese a no ser demasiado completa, sí que es de agradecer en los niveles más difíciles. El objetivo del segundo jugador es, básicamente, apuntar a la pantalla con el mando de la consola para descubrir y coger objetos que llevarnos al carrito, nada más sencillo y gratificante, aunque también podremos atacar a los humanos con los rabbid bala o aturdirlos para tener vía libre en el nivel.

Y dejando a un lado el aspecto jugable del título, UbiSoft parece querer expandir la marca de Rabbids hasta nuevos niveles de profundidad, propiciando al espectador con completo modo de creación para crear nuestro propio conejo y, de paso, lanzarlo a la aventura como protagonista. Podremos cambiar del clásico color blanco a colores mucho más sofisticados, engancharles pegatinas para darles un toque más desenfadados y divertidos, así como complementos que encantarán, sobre todo, a los más pequeños de la casa. Además, gracias al sistema de detección de movimiento de Nintendo, crear los personajes es muy sencillo y rápido, por lo que no tendremos que estar horas para terminar un animal como en otros editores.

Por otro lado, y ahondando también en la temática de crear a tu propio protagonista, UbiSoft ha incluído un canal dentro del juego para darle un poco más de jugo al asunto. Cada semana, la desarrolladora propondrá un tema -similar a lo que ocurrió con el Canal de Miis de Nintendo- de partida y, a partir de ahí, los jugadores podrán crear sus propios personajes para proponerlos como vencedores, votar los diseños más acertados, etcétera. No es que tenga demasiada repercusión dentro de la obra, pero sí un añadido interesante y una idea bien llevada a cabo.

Mejorado

Rayman Raving Rabbids contó con un apartado técnico -y artístico- bastante destacable teniendo en cuenta que la alta definición estaba, por aquel entonces, entrando por la puerta grande en la industria, y en el título que hoy nos ocupa podemos notar una mejoría notable con respecto a anteriores títulos de la franquicia. El motor gráfico ha sido revisado para darle un aspecto mucho más depurado y consistente, con una estabilidad -que por desgracia no tenían sus predecesores- que evitará bajadas en la tasa de imágenes por segundo, otorgándole así el ritmo que merece un videojuego con este planteamiento.

De esta manera contamos con un apartado técnico que, si bien es cierto no cuenta con los típicos detalles tan realistas que se utilizan en la alta definición, se defiende a la perfección al representar el planeta Tierra de la mejor manera posible dentro del contexto. La variedad de los escenarios es muy elevada, y gracias al guión de la aventura visitaremos desde terminales de aeropuerto, pasando por supermercados, llanuras desiertas e incluso el centro de la ciudad, con todo lo que ello implica -coches, aglomeraciones de gente, etcétera-. Algunos detalles si que podrían haberse destacado un poco más, sobre todo los efectos como el de algunas explosiones, aunque el conjunto global es bastante notable.

El sonido, por su parte, cuenta con una gran ventaja con respecto a los demás títulos que aparecen en las tiendas de videojuegos: los protagonistas. Podríamos decir, sin ningún tipo de duda, que los sonidos que ofrecen los endiablados conejos pasarán a la historia por su sencillez y humor, propiciando un idioma incomprensible a priori por los espectadores pero que, gracias al lenguaje no verbal, no sólo comprenderemos lo que los personajes quieren decir, sino que además veremos como una sonrisa de oreja a oreja acaba de florecer en nuestro rostro. Todo un logro. La banda sonora, por otra parte, cuenta con varios temas a destacar, sobre todo los que suenan cuando la acción es más trepidante, hay persecuciones o simplemente los personajes están más eufóricos de lo normal.

Viento en popa

Hace unos años nos preguntábamos si los conejos más adorables de los videojuegos iban a sufrir un estancamiento en cuanto a concepto. Hoy podemos afirmar sin ningún tipo de temor que la franquicia a tomar un rumbo más que notable, volviendo a los orígenes de la diversión y ofreciéndonos una nueva aventura donde la risa está más que asegurada. UbiSoft ha traído a sus mascotas y las ha hecho bailar a ritmo de vencedor. Los conejos vuelven más salvajes que nunca, en exclusiva para la máquina de nueva generación de Nintendo.