Análisis de Phoenix Wright: Ace Attorney WiiW (Wii, iPhone)
El abogado de Capcom, Phoenix Wright, sigue ampliando su zona de acción, y llega por fin a los sistemas domésticos, con el desembarco en WiiWare, el sistema de distribución digital para la consola de Nintendo. Y no nos engañemos: el juego mantiene las virtudes de siempre. En concreto, las mismas que estuvieron en el original de Game Boy Advance (jamás salió de Japón), y en la adaptación a Nintendo DS (que, en esencia, no incluía cambios sustanciales, más allá de un capítulo extra). Así que en realidad, estamos viendo un juego de Game Boy Advance llevado a la pantalla del televisor.
Por tanto, debemos tener en cuenta la perspectiva del asunto a la hora de evaluar el producto, ya que no será lo mismo en función de si ya hemos tenido contacto con este juego en encarnaciones previas (o, lo que es lo mismo, en Nintendo DS, dada la frontera lingüística del original nipón), o si es nuestra primera toma de contacto.
Desde luego, los usuarios que ya lo hayan jugado en la portátil de doble pantalla deben tener en cuenta que el juego no ofrece nada nuevo, más allá de la obligada adaptación de usar el micrófono a usar el movimiento del mando en situaciones concretas, algo que tampoco es obligatorio y se hace perfectamente con botones. Y, de hecho, ofrece menos: el último capítulo, creado expresamente para Nintendo DS, no se incluye de serie, y debe ser adquirido en forma de contenido descargable adicional de pago por 100 puntos (un euro); el precio es bajísimo, pero igualmente no está en el paquete de contenidos original, y se trata de una decisión absurda por completo que empobrece el conjunto.
Los problemas de esta adaptación se centran más que en la ausencia de novedades en los problemas visuales de pasar de una pantalla de portátil de apenas 256 píxeles de ancho a un televisor, sin cambiar los diseños y volver a dibujar el juego, lo que implica un enorme marco en torno a la imagen. Realmente, el coste de la adaptación es mínimo, pero lo cierto es que el usuario interesado lo que busca es disfrutar de su guión, de su concepto de aventura e investigación conversacional, más que por sus virtudes técnicas. Pero eso no es excusa para descuidar tanto su aspecto.
En esta primera aventura de la saga, tomaremos el papel del novato Phoenix Wright, un abogado muy inexperto que cuenta con el inestimable apoyo de su mentora en su primer juicio, que no es sino el primer caso al que tendremos que hacer frente. Las labores del abogado serán las previsibles, esto es, buscar pruebas, examinarlas, ir a la escena del crimen para hablar con posibles testigos, e intentar descubrir la verdad para, finalmente, examinar las declaraciones de los diferentes testimonios que la acusación suba al estrado.
Esto hace que se pase de la aventura de investigación de apuntar y pulsar sobre las pantallas estáticas de los escenarios del crimen, y zonas en las que hablamos con sospechosos o testigos, para luego dar paso a la parte conversacional, en los interrogatorios de los juicios. En cierto modo, se trata de reproducir los juicios de las películas, pero con cambios -justificados narrativamente- para agilizar el ritmo.
En esencia, todo lo que hemos visto en películas de abogados podremos hacerlo en este videojuego mediante los esquemas básicos de la aventura conversacional a los que se suma los de la aventura gráfica de apuntar y pulsar, es decir, señalar en los escenarios la zona que queremos investigar para, por ejemplo, buscar restos de sangre, o pruebas que alguien ha intentado destruir. Con un ritmo que se marca el propio jugador, la única certeza de esta aventura es que nuestro cliente siempre será inocente.
Por su propia concepción, éste es un juego con una fortísima estructura lineal y una única solución posible eran sus mayores defectos pero también la clave de su encanto, y la creación de Capcom se mantiene fiel a estos parámetros. Y es que gracias a esas limitaciones, los guiones pueden ser complejos, estar bien elaborados, mientras se traza la personalidad de los protagonistas a lo largo del desarrollo de la historia.
El juego nos dará una buena muestra de la intensidad de su desarrollo a nivel de un guión lleno de giros, sorpresas y tensiones, con una estructura casi calcada capítulo tras capítulo, aunque con intensidad y dramatismo in crescendo. Básicamente, tendremos que superar una primera fase de recolección de pruebas, como decíamos, visitando la escena del crimen y sus aledaños. Ahí habrá que buscar no sólo pruebas, sino también hablar con los testigos y las gentes del lugar para ver qué saben. Hablando con ellos podremos conseguir objetos, o el acceso a nuevos lugares y, sobre todo, hacernos una primera idea de qué podrían decir si son llamados a declarar.
Una vez hemos recopilado todos esos materiales, será el momento de llegar a los juzgados, para escuchar las declaraciones de los testigos y buscar las incoherencias en sus testimonios. Tendremos que demostrar sus errores o mentiras mostrando las pruebas necesarias y, cómo no, señalar al auténtico criminal. Habrá que ir presionando a los testigos poco a poco, forzándoles a cambiar su declaración. Si en Nintendo DS esto se hacía con la interfaz táctil o los botones, aquí nos encontramos un control centrado en los botones del mando remoto (un control realmente sencillo y accesible) con opción de apuntar a pantalla con vehemencia usando el mando para objetar y demás acciones; esto es totalmente opcional, y funciona a veces.
Todo el proceso judicial está limitado por una barra de exclamaciones (entregas posteriores la sustityeron por una barra de vida más similar a la de un juego de lucha, y diferentes impactos según lo grave de nuestras equivocaciones), que es el contador de fallos que podemos tener durante el desarrollo de esa fase del juicio. Hacer que el testigo cuente más detalles, esto es, detenerle en su declaración, no tiene penalización alguna, pero mostrar una prueba errónea o incluso la correcta pero en el momento equivocado (aunque sea tan sólo una frase antes o después de cuando tenga que hacerse), implicará una penalización. Éste es, como entonces, el principal problema del juego: aunque sepamos que hay que mostrar una prueba para desmontar una declaración, hay que encontrar el momento en el que se ha programado que se tiene que mostrar, y no siempre es tan lógico, y puede ser un poco frustrante, ya que el jugador puede creer que se ha equivocado de prueba cuando en realidad tan sólo la ha mostrado demasiado pronto o demasiado tarde.
Conclusiones
Por 1.000 puntos, diez euros, conseguimos una historia interactiva apasionante, muy bien llevada, con un guión (en castellano, como en la portátil) que sigue encandilando a día de hoy, y eso es todo un lujo. Pero, ¿por qué el último capítulo que se creó especialmente para Nintendo DS se debe comprar por separado? Entendemos que no se realicen cambios visuales, aunque no nos guste, o en el apartado sonoro, y que habrá usuarios que se beneficien mucho más de la posibilidad de acceder a un buen juego, como éste, ya sea por no tener la portátil o por llevar tiempo descatalogado, pero querer cobrarnos más por lo que estaba en la versión en la que basa es ridículo, cuando no una decisión insultante que llevará, con razón, a crear malestar en el consumidor. Phoenix Wright nos sigue gustando, pero esta versión no está a la altura técnica que se debe esperar, y será decisión nuestra decidir si esa limitación compensa el gustazo de disfrutar de su historia. Nosotros creemos que sí.