Análisis de Ghost Mania WiiW (Wii)
El mundo de los puzles sigue creciendo en WiiWare con la llegada de Ghost Mania, una nueva propuesta de Legendo para la distribución digital de la consola doméstica de Nintendo que parte de un sistema de juego muy tradicional, aunque ofreciendo un giro que puede gustar o no, radicando ahí la parte más importante de este título. Si su manera de deshacernos de las fichas convence, puede ser increíblemente adictivo, pero es también posible que no nos acabe de convencer.
Muchos de los juegos de puzles que se basan en la caída desde el techo de la pantalla de fichas dejan toda la responsabilidad al jugador, en la medida en que puede surgir una serie de fichas poco prácticas, pero es habilidad del jugador colocarlas para solventar el problema o, al menos, que nos perjudiquen lo menos posible.
En Ghost Mania dependemos completamente de que la máquina nos dé un tipo de fichas específicas, algo que no es tan habitual (aunque sí lo hemos podido ver en modos secundarios de algunos juegos del género).
Esto es lo que hará que el juego nos guste o nos resulte irritante. Puesto que necesitamos unas fichas especiales para eliminar las que hemos colocando en pantalla, todo depende de cuándo la máquina nos da una de esas fichas. Se trata de una ficha fantasmagórica que debe ser del mismo color que las piezas que eliminaremos, que serán todas las que estén conectadas entre sí y sean de ese mismo color, claro. Y todo ello jugando con el tiempo en nuestra contra.
Lo que puede suceder es que, de repente, empiecen a salir fichas fantasmagóricas en masa, o que estén un buen rato sin salir. La cuestión, por tanto, es que nuestra partida depende de nuestra habilidad, sí, pero también del azar en buena medida, es decir, de si a la máquina le da la ficha que nos hace falta o se resiste, y resiste, y resiste…
La mecánica de juego es buena, pero el peso del azar quizás sea demasiado para desarrollar partidas tan profundas como las que se dan en los grandes representantes del género. En el lado positivo, claro, lo cierto es que podemos crear enormes combinaciones de fichas que nos den muchos puntos, pero cuando uno lleva una buena cantidad de partidas se da cuenta de que, en ocasiones, no pierde porque ha fallado en la correcta colocación de las fichas, sino porque, simplemente, la consola lleva un buen rato sin darnos piezas fantasmagóricas para eliminar las fichas que hemos ido acumulando en pantalla.
De todos modos, lo cierto es que uno puede jugar sin darse cuenta perfectamente de que eso está sucediendo en realidad, pues es algo que sólo se descubre tras muchas partidas, por lo que un jugador que quiera simplemente un puzle divertido con el que entretenerse un rato sin mayores complicaciones puede jugar y jugar sin llegar a darse cuenta realmente de que esto sucede. Y es también probable que le parezca perfecto y un reto adicional que debe sortear en su estrategia para colocar las fichas en la zona de juego, por lo que aunque en principio nos parece algo negativo entendemos que puede resultar interesante para parte del público aficionado a este tipo de juegos.
En el modo principal de juego escogemos entre uno de los dos personajes protagonistas, y vamos jugando en una suerte de modo historia que, aunque liviano, promueve avanzar y seguir echando partidas mientras recuperamos las almas cautivas en las fichas de juego. No tiene pretensiones, ni las necesita: sólo es una excusa para ir superando niveles de dificultad creciente, y ya está bien.
Una alternativa interesante es el modo de puzles, en el que debemos eliminar todas las fichas que hay en pantalla con una cantidad limitada de movimientos. La concepción de este modo hace que el abanico de posibilidades sea limitado, pero logra ofrecer un tipo de juego diferente, con una buena progresión de su dificultad, al tiempo que es más pausado y reflexivo.
No podemos omitir el modo de juego sin fin, en el que jugamos y jugamos sin limitaciones, ni interrupciones, aunque hay que tener en cuenta que a diferencia de lo que sucede en otros juegos con propuestas similares (como Bejeweled) aquí sí podemos perder, así que no se trata simplemente de buscar una experiencia de relajación zen o algo así.
El modo multijugador es un interesante añadido para este título que, en realidad, es una adaptación de Spooky Spirits: Puzzle Drop!!, originario de iPhone. Hay varias combinaciones en su vertiente competitivo, y son partidas cortas, de un par de rondas, por lo que tiene un buen ritmo de juego.
Una de las ventajas de Ghost Mania es que tiene un apartado visual muy cuidado, con una línea estética desenfadada y muy juvenil, pero con bonitos fondos de pantalla, algunos efectos de iluminación… lo suficiente para cumplir con sus necesidades como juego de puzles, al tiempo que le da un aspecto lo suficientemente atractivo. La música, por su parte, cuenta con alegres composiciones, buenos efectos de sonido y, de hecho, es lo que más destaca en el juego, pues resulta muy amena y atractiva.
Conclusiones
Ghost Mania es una propuesta dentro del campo de puzles, muy nutrido en WiiWare, que tiene algo que ofrecer gracias a las peculiaridades de su jugabilidad dentro del sistema de fichas. Pero eso mismo es lo que puede convertirlo en algo muy adictivo o en una propuesta poco interesante, según nuestras preferencias.