Análisis Wonder Boy Asha in Monster World, el remake de un clásico de Mega Drive (Switch, PS4, PC)
Puede que no sea la saga más famosa perteneciente al género de las plataformas, pero a pesar de eso Wonder Boy (y Monster Boy) siempre han sabido cautivar a todos quienes hemos tenido la oportunidad de disfrutarla. Una serie que regresa a la actualidad con Wonder Boy: Asha in Monster World, una nueva puesta al día de uno de sus episodios más desconocidos y, también, destacados, en este caso Wonder Boy IV: Asha in Monster World. Una versión que, a grandes rasgos, respeta todos los elementos básicos que formaron parte del juego original de Mega Drive (y que nunca llegó a nuestro territorio de manera oficial) pero que, igualmente, incorpora una faceta gráfica completamente nueva y revitalizada.
Esta adaptación ha ido a parar tanto a PS4 como a Switch, si bien dentro de un mes también aparecerá en su versión para PC. Un juego apto para todos los públicos y que ofrece plataformas y combates muy ligeros bien plasmados, a lo que se añaden otros ingredientes menores de los que en un momento daremos buena cuenta. Pero antes nos vamos a detener muy brevemente en su narrativa que, como solía ser habitual en su día en esta clase de juegos, servían más como una excusa para dar vida al título en sí que otra cosa.
En este caso somos transportados a un mundo que ha sido tomado por monstruos de todo tipo, criaturas a las que tiene que parar los pies la heroína de turno, Asha en esta ocasión. Una joven guerrera que debe acabar con un puñado de grandes monstruos (jefes finales, vamos) que se encuentran en el interior de unos templos (las mazmorras de toda la vida). Una misión que, desgraciadamente, no nos llevará más de unas cuatro o cinco horas en llevar a cabo… y eso si tratamos de ir explorando a fondo los decorados y recopilando tesoros y objetos útiles de todo tipo, siendo justamente este uno de sus defectos más importantes.
Plataformas clásicas muy vistosas
En global, esta producción es un arcade de plataformas de desarrollo lateral en 2,5D, una disposición que la diferencia claramente del título primigenio de esencia completamente bidimensional de la consola de 16 bits de Sega. Eso sí, al margen de la posibilidad de poder desplazarnos de un plano a otro de los escenarios en puntos muy concretos de cada uno de ellos, el resto del juego es exactamente el mismo que disfrutamos décadas atrás. Una aventura que, por cierto, ha sido realizada por parte del equipo de desarrollo que firmó la edición original, con el gran Ryuichi Nishizawa al volante. Una obra que deja notar el cariño con el que ha sido concebida y que, sin ser perfecta, se trata de un título muy disfrutable a no ser que no te interesen para nada este tipo de juegos.
A través de un pequeño hub central, la aldea Rapadagna, tenemos que ir a diversos templos que vienen a ser las clásicas mazmorras. Unos lugares en lo que, básicamente, tenemos que avanzar y llegar al final de las mismas para acabar con el jefe final… unos combates que tampoco es que sean épicos, pero bueno. Pero para llegar hasta ellos es necesario ir acabando con los bichejos que merodean por el interior de cada escenario, obtener las llaves oportunas que nos habilitan el acceso a zonas previamente bloqueadas y, por supuesto, sortear zonas plataformeras y superar algún que otro puzle sencillo. Una disposición jugable que seguramente os sonará mucho porque no puede ser más clásica y que sigue funcionando de manera más que digna, aunque por supuesto no sorprende lo mas mínimo.
Para superar nuestra misión contamos con varias ayudas. La más estimable es la de nuestra mascota, el Pepelogoo, personaje al que podemos dar ciertas órdenes sencillas para que nos ayude de diversas maneras, como activar interruptores o planear por los fondos. También es posible ir mejorando las aptitudes de la protagonista mediante nuevas armas, escudos y complementos, así como ir ampliando su vitalidad recopilando una especie de lágrimas azuladas que están diseminadas por los decorados. Una mecánica jugable tan tradicional y conocida como, también, indudablemente entretenida. Es cierto que puede resultar algo sencilla para los usuarios más expertos puesto que, salvo un par de pequeños escollos leves, estamos ante un título bastante asequible. Pero tampoco esto es algo que nos parezca criticable de por sí, es simplemente una característica.
Entrando ya a analizar su vertiente técnica, se trata de una obra muy llamativa y que, además y como os hemos comentado ya, los desarrolladores no se han conformado con mejorar los diseños originales y poco más. Todo lo que se deja ver en el juego, desde los escenarios a los enemigos y personajes secundarios, ha sido recreado en 3D. Y aunque existen algunos altibajos en la apariencia que poseen unos y otros, en líneas generales nos parece que se ha realizado una gran labor, siendo el clásico juego que entra por los ojos como podéis apreciar en las imágenes y vídeos que acompañan a este texto. Una parcela gráfica muy cuidada como también ha sucedido con su acabado sonoro, con melodías variadas y bien interpretadas, un doblaje en japonés (textos en español) bastante notable y efectos menos conseguidos pero que no desentonan.
Saltos como los de antes, pero más bonitos
No es la primera vez que disfrutamos de una puesta al día de un título perteneciente a esta saga. Y lo mejor de todo es que se trata de otra producción que merece bastante la pena, al menos si dejamos de lado su punto más criticable: su escasa duración y no excesivamente elevada rejugabilidad. Este juego de plataformas es capaz de entretener a cualquiera que tenga la más mínima atracción por este tipo de productos, siendo un título que se disfruta mucho mientras dura: apetece siempre echarse una partida. Una obra que además alberga una vertiente técnica muy vistosa y totalmente tridimensional, un trasvase que le ha sentado rematadamente bien. No es un nuevo referente dentro de su género, pero sí un juego altamente recomendable… especialmente en su versión física, la cual incluye el juego original.
Hemos realizado este análisis en su versión de Switch con un código proporcionado por PR Hound. La versión digital de Wonder Boy: Asha in Monster World se puede comprar en las tiendas digitales de Nintendo y Sony y está publicada por STUDIOARTDINK. La versión en físico incluye de manera exclusiva el Monster World IV original y está publicada por ININ Games.