Análisis Say No! More, la revolución será con autoestima o no será (Switch, PC, iPhone)
Aprender a decir 'no' puede ser un camino duro de recorrer, sobre todo si hablamos del ámbito laboral: la educación más clásica nos lleva a adoptar una postura servilista que no importune a nuestro interlocutor de mayor rango y le conceda aquello que nos haya solicitado sin importar cuánto nos pueda molestar a nosotros. Say No! More es un ensayo humorístico sobre esa posición de inferioridad a la que nos vemos abocados, un videojuego que nos ayuda a entender por qué aceptar los abusos no tiene por qué ser la norma, que decir 'no' no siempre es negativo, sino que incluso es útil para autocuidarnos, y que desplazar las responsabilidades a quienes de verdad le corresponden ayuda a mantener sanas las relaciones interpersonales.
Say No! More es el nuevo título de Studio Fizbin, un equipo de desarrolladores alemanes a quienes conocemos sobre todo por The Inner World, una aventura gráfica de point and click que significó su primer gran proyecto en la industria del videojuego. Con esta nueva obra se separan radicalmente de su anterior propuesta: en lugar de buscar los lugares comunes de un género ya establecido, Say No! More reclama su propio hueco dentro de los auto-runner poniéndonos en la piel de un becario recién llegado que decide no claudicar con todo lo que le ordenen y aprende a decir 'no' las absurdas peticiones de sus compañeros de trabajo. Este peculiar título llega a PC, iOS y Nintendo Switch de la mano de Thunderful Publishing, una editora que ya ha distribuido otros éxitos indies como Lonely Mountains: Downhill, Curious Expedition 2 o Steamworld Quest: Hand of Gilgamech.
Becario, tráeme un café
Comenzamos nuestra aventura laboral poniéndonos en la piel de un becario en su primer día de prácticas, un puesto que no le vuelve loco pero que intentará sobrellevar de la mejor manera posible gracias a la fiambrera que su mejor amigo le ha preparado.
Antes de eso, lo primero que hacemos en Say! No More es dar forma a nuestro personaje con un editor de avatares que le saca partido a la estética low-poly del juego y nos permite crear un becario a nuestra imagen y semejanza -o a la que queramos, en realidad- para después escoger entre una amplia variedad de idiomas en los que decir 'no': Say! No More cuenta con voces en inglés, textos en español y una variedad de idiomas a seleccionar para que nuestro 'no' sea más propio, pudiendo escoger incluso si queremos un tono de voz masculino o femenino para nuestro personaje.
Una vez decidido nuestro aspecto físico y voz, pasamos a recibir la bienvenida de la empresa en la que vamos a participar como becarios. Aquí comienza una parodia laboral que se ríe en la cara de todos esos estereotipos del sector llevándonos a una oficina genérica en la que nadie sabe muy bien qué es lo que se produce: hay personas sentadas en ordenadores, otros haciendo fotocopias, un grupillo en el dispensador de agua… Vamos, lo típico. El gerente de nuestro departamento no sólo nos recibe antes de guiarnos a nuestro espacio de trabajo, sino que también nos explica una de las normas inquebrantables de la empresa: aquí está prohibido decir que no. Es una palabra maldita, de hecho, y por eso nadie se niega nunca a nada. El mantra de la empresa conlleva que los trabajadores con un puesto inmediatamente superior al tuyo puedan pedirte cualquier tipo de favor a sabiendas que tú no puedes negarte a ello. Sin embargo nosotros, protagonistas de Say No! More, evidentemente vamos a romper esa ley no escrita montando un buen pollo en toda la oficina.
Un 'no' para dominarlos a todos
La habilidad de decir 'no' es una que se entrena y nuestro personaje lo hace con la ayuda de una polvorienta cinta de autoayuda que se encuentra en su recién estrenada mesa de trabajo. Cuando reproduce el cassette aparece un musculoso entrenador personal que le da las claves para negarse a cualquier proposición absurda que se le plantee, iniciándose así una verdadera revolución en la oficina: la negativa es tan poco habitual en la empresa que cuando lanzamos el primer exabrupto se crea una onda expansiva que hace que todo vuele por los aires y nuestros compañeros se quedan mirando, impactados por la fuerza del 'no' que acabamos de verbalizar.
A nivel mecánico es un juego bastante sencillo: prácticamente se juega con un par de botones, el de acción, que permite decir 'no' cada vez que lo pulsamos, y los de dirección, que no permiten mover al personaje (que anda solo, sobre raíles), sino modificar entre los diferentes tipos de negación (irritado, frío, pasota y trambólico) así como realizar acciones que distraigan a nuestros rivales antes de espetarles un 'no' como una casa. Los noes que vayamos lanzando pueden tener diferentes tipos de intensidades, algo que podremos regular manteniendo pulsado el botón de acción más o menos tiempo; eso sí, para ello tendremos que desarmar antes a los compañeros de oficinas a quienes queramos negarles sus peticiones, porque de lo contrario no tendremos suficiente estamina y nos atragantaremos al intentar soltar un 'no' demasiado cargado.
Avanzamos por la oficina a golpe de 'no' mientras nuestro personaje corre de manera automática por sus pasillos: los compañeros intentarán detenernos para pedirnos desde las tareas más sencillas, como traer un café o cambiar el tóner de la impresora, hasta otras más rocambolescas, como hacer un concurso de miradas o hablarnos de su nuevo videojuego favorito (que curiosamente es Minute of Islands, el próximo proyecto de Studio Fizbin). La mayoría de estas interacciones se resuelven espetando un 'no' rápido, pero otras requieren un poco más de fuerza para quitarnos de en medio a nuestros interlocutores. Además, Say No! More nos recompensará con escenas ocultas si sabemos cuándo no negarnos a las peticiones: vale que podamos decir que no cuando se trata de un abuso de poder, pero ¿y si alguien quiere mostrarnos el nuevo proyecto de juego en el que está trabajando? ¿Y si nos piden que le llevemos una carta de amor al compañero de la mesa de al lado? Si sabemos escuchar, podremos escoger entre llevar a cabo este tipo de pequeñas acciones que desbloquean simpáticos caminos adicionales.
Revolución obrera en horario de oficina
A medida que vamos avanzando en la trama del juego iremos escalando en la empresa para enfrentarnos cada vez más con personajes más poderosos en situaciones más rocambolescas, pero no cabe que esperemos aquí un juego desafiante: los diferentes tipos de noes y la intensidad de los mismos no se utilizan como una dinámica de progresión a través de la dificultad, sino como una herramienta narrativa con la que enmarcarnos en la obra. La mayoría de veces da igual si espetamos un 'no' frío o uno irritado, da igual si lo hacemos cargando a tope la barra de poder o si simplemente pulsamos el botón una vez; Say No! More nos da la posibilidad de negarnos como queramos y disfrutar del revuelo que montamos en la empresa, sin pretender convertirse en un juego de acción al uso.
Precisamente porque su propuesta en última instancia es la de realizar una crítica al sistema laboral y a los abusos de poder que se dan en él. Esto lo hace de una manera muy evidente, en realidad, con unos diálogos que son tremendamente cachondos pero que en ciertos momentos carecen de profundidad política; da igual, honestamente, porque Say No! More es gamberro y su estilo directo le sienta como un guante. Podríamos pedirle que busque exponer su mensaje anticapitalista de una manera más sesuda, pero ¿cómo encajaría eso en un juego que va de gritar 'no' a tus jefes y hacerlo saltar todo por los aires? Probablemente no muy bien. Studio Fizbin ha entendido a la perfección el ritmo humorístico de su mecánica principal, así como el de las cinemáticas que son sketches en sí mismos, y sin con eso ha sabido realizar un comentario político, por simplista que parezca, bienvenido sea.
Conclusiones
Say No! More pone sobre la mesa un tema tan delicado como el del abuso de poder en el entorno laboral y lo hace con una parodia del ámbito de trabajo que baña todos los aspectos de la obra: desde su estilo gráfico low-poly de animaciones exageradas y diseños coloridos, hasta su mecánica principal, esa que nos permite gritar 'no' a cualquiera que nos solicite realizar una tarea absurda y abusiva. Quienes vengan aquí esperando un juego de acción desafiante deben saber que lo que conduce este juego independiente es la sátira, no el reto, y que las mecánicas están ahí para permitirnos formar parte de su ensayo humorístico sobre el trabajo asalariado, no para plantear un desafío. Las bondades del juego de Studio Fizbin están ahí, en su visión cómica de una problemática innegable, y aunque a veces su discurso pueda pecar de simplista, encabezar una revolución obrera a golpe de 'no' es una divertidísima experiencia tan buena para recomendar como para revisitar.
Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código proporcionado por Plan of Attack.