Mighty Goose, un divertido run'n gun haciendo el ganso (Switch, Xbox Series X/S, PS5, PS4, Xbox One, PC)
A pesar de que no pasa por su mejor momento, afortunadamente los juegos de estilo run’n gun al estilo Contra o Gunstar Heroes (por nombrar un par de ejemplos) siguen teniendo su protagonismo en la actualidad, si bien es cierto que la inmensa mayoría de los títulos que se dejan ver de este estilo son de origen indie. Ese precisamente es el caso de la obra que nos ocupa y que lleva por nombre Mighty Goose, una producción bastante sugerente y cargada hasta los topes de acción como es costumbre en este género. Un juego bastante entretenido que además llega a todos los formatos actuales, incluyendo las consolas de nueva generación.
Esta aventura de acción en plan arcade total está protagonizada por un ganso (de ahí su propio nombre). Pero no uno normal y corriente lógicamente, sino un cazarrecompensas espacial armado hasta el pico y que además es capaz de viajar por la galaxia. ¿Y con qué fin? Pues el de parar los pies al malo de turno, el Rey Void en este caso, el cual tiene la manía de ir conquistando galaxias con su armada de bichejos de hojalata.
Una trama muy sencillita y que no da mucho más de sí, algo habitual y a lo que estamos muy acostumbrados en este tipo de juegos puesto que lo realmente trascendente de estas odiseas de acción es su desarrollo puro y duro.
Un ganso armado y peligroso
Al tratarse de un juego run'n gun, seguro que ya sabéis perfectamente lo que os vais a encontrar en términos globales en este título: toneladas de acción sin pausa. Una receta que, pese a resultar bastante encorsetada, lo cierto es que esta obra se las ingenia para evitar caer en la monotonía. Evidentemente, nuestro cometido principal consiste en liquidar a cuantos adversarios se van dejando caer por la pantalla, rivales a los que tenemos que tratar de meter la mayor cantidad posible de plomo en sus cuerpos metálicos para hacerles saltar por los aires. Una dinámica que no por haberla vivido mil veces antes en juegos similares deja de tener todo el interés del mundo. Una descarga de adrenalina constante a la que resulta difícil resistirse.
El protagonista es capaz de realizar las acciones clásicas dentro de este tipo de propuestas, incluyendo la ya casi obligada maniobra evasiva que nos permite volvernos invulnerables durante unas décimas de segundo que vienen a ser fundamentales en muchas ocasiones. El ritmo al que transcurre la acción no nos proporciona ni un instante de tregua y cuando no estamos achicharrando a tiros a un tanque que nos persigue, nos hallamos en mitad de una refriega contra un pequeño ejército de minions o esquivando las acometidas de un robot blindado. Una fórmula de juego que va directa al grano pero que, como os acabamos de comentar, da más de sí de lo que puede parecer en un principio.
La variedad de situaciones que nos propone Mighty Goose va más allá de avanzar y disparar únicamente. Eso es, porque de vez en cuando también nos toca librar más de una batalla aérea como si se tratara de un shooter de scroll lateral tradicional, aguantar el asedio constante de enemigos que no paran de aparecer en pantalla mientras descendemos en un ascensor, etc. Un esfuerzo llevado a cabo por parte de los desarrolladores por aportar diversidad a su obra que desde aquí agradecemos enormemente. Pero hay más. A medida que progresamos, podemos ir habilitando a nuevos compañeros de fatigas (tipos controlados por la CPU) que nos ayudan durante las batallas. Y junto a esto, también es posible ir mejorando el arsenal del protagonista, el cual es capaz de empuñar armas increíblemente poderosas y que se convierten en uno de los grandes reclamos del título. Un conjunto muy sólido al que se suman la aparición de los clásicos jefes finales para dar forma a un sistema de juego tan poco original y sorprendente como, también, bastante entretenido.
Una oferta lúdica a la que se suma una puesta en escena que si bien en los primeros niveles puede resultar un tanto básica, a medida que avanzamos va ganando en variedad, chispa y calidad. La estética pixel art no es la más vistosa que hemos disfrutado nunca en un juego de este estilo, pero cumple sobradamente. Un aspecto visual en el que destacan los efectos especiales por encima de todo lo demás, aunque las animaciones de los personajes tampoco son malas. Por ponerle una pega, a nosotros el diseño del protagonista no nos termina de convencer, pero evidentemente es una simple cuestión de gustos. Y si el aspecto visual es bastante resultón, la banda sonora también alcanza un gran nivel, con efectos sonoros que se escuchan con la contundencia que requieren este tipo de títulos y una banda sonora muy buena creada por Dominic Ninmark (Blazing Chrome).
Acción frenética y clásica
Somos muchos jugadores los que todavía demandamos títulos de acción a la vieja usanza, es decir, de desplazamiento lateral, disparos y explosiones por todas partes y gráficos pixelados. Los desarrolladores de Blastmap han querido contentarnos con una producción que bebe claramente de los grandes exponentes del género, como Contra o especialmente Metal Slug, claros referentes e inmejorables espejos en los que mirarse. Y creemos que ha efectuado un trabajo más que meritorio, dado que si bien no presenta ningún aspecto relevante fuera de lo normal que sea mínimamente original más allá de la (cuestionable) apariencia del protagonista, la dinámica de juego resulta frenética, la variedad de situaciones que propone es destacable teniendo en consideración las características del título y técnicamente está bien planteado. Un juego realmente recomendable y que resulta fantástico para eliminar tensiones.
Hemos realizado este análisis en su versión de Switch con un código proporcionado por Stride PR.