Análisis de Aqua Kitty UDX (Switch)
Es una grata alegría para los seguidores del género lo que está sucediendo últimamente en lo que respecta al territorio shooter. Después de una era muy lúgubre en la que apenas aparecían títulos pertenecientes a este clásico estilo, la pujanza de los estudios indie ha cambiado bastante el panorama. Gracias a ellos podemos gozar de lanzamientos como el que nos ocupa, Aqua Kitty UDX, un juego que ya pasó por otros formatos y que ahora se presenta en Switch con la versión más completa.
Un título que destaca por varios aspectos, comenzando por su curioso argumento, tan extravagante como, por qué no decirlo, adorable. Unos gatos han encontrado un suministro de leche en las profundidades de un océano, por lo que comienzan a dar forma a su extracción… con todo el peligro que eso conlleva.
Eso es, porque lejos de ser un territorio neutral y placentero, en dichos mares merodea todo un ejército de criaturas acuáticas mecanizadas a las que es necesario liquidar a tiro limpio.
Tiroteos subacuáticos
Bajo este planteamiento se esconde un shooter de jugabilidad 2D y scroll horizontal de la vieja escuela, al menos en muchas de sus mecánicas (la mayoría). En cada uno de los más de 20 niveles que presenta su modo de juego principal, Classic, debemos liquidar a los diferentes adversarios que rondan por el fondo submarino. Dichos rivales se presentan en forma de oleadas, siendo necesario resistir a todas ellas para superar cada fase.
A esta propuesta básica se suman otros alicientes, como por ejemplo la necesidad de tener que proteger a ciertos personajes que se encuentran en el fondo del océano. Los puntos de extracción de leche necesitan ser controlados por gatitos, personajes que están a merced de los enemigos si no actuamos con la suficiente eficacia y velocidad. Por eso mismo en cada nivel debemos tanto estar pendientes de no ser alcanzados por los rivales como de patrullar el fondo marino y dar cobertura a nuestros aliados, dando como resultado una jugabilidad no muy original pero sí frenética y absorbente.
Para dar su merecido a los rivales contamos con una nave que está dotada de dos tipos de disparos, normal y turbo (el cual sufre de sobrecalentamiento, por lo que su uso está limitado)… pero que es capaz de recibir mejoras. Los famosos power ups, un elemento clásico en este tipo de obras, también tiene su espacio en este título. Mediante su obtención es posible acaparar ciertas ventajas temporales como recibir la ayuda de dos aliados que combaten a nuestro lado o ampliar nuestra potencia de fuego, ventajas que en ciertos niveles avanzados se antojan muy necesarias.
Pero la mejor ayuda que podemos recibir es la compañía de un amigo, opción disponible gracias al modo cooperativo que integra esta producción. Además de esta forma (y como siempre sucede en este tipo de títulos) es como más se disfruta con el desarrollo de cada fase, pudiendo incluso diseñar ciertas estrategias sencillas como por ejemplo dejar que cada jugador patrulle una zona determinada del escenario.
Una jugabilidad tan previsible como divertida que, además, se expande a lo largo de tres modos de juego. Al ya citado Classic se une el modo Arcade (muy similar al anterior pero con pequeños matices nuevos, como la posibilidad de poder adquirir mejoras con el dinero que vamos obteniendo), y la principal novedad que alberga esta edición para Switch: el modo Dreadnought (acorazado).
Esta modalidad varía un tanto lo dispensado en las dos anteriores dado que nuestro fin consiste en acabar con enemigos más duros y blindados, dejando de lado el hecho de tener que patrullar. Y además los niveles son totalmente distintos, sumando así más horas de diversión al asunto… aunque no demasiadas. Precisamente la duración que presenta el juego es uno de sus escasos defectos, algo por otra parte habitual en este estilo de producciones, aunque también es justo afirmar que la cantidad de niveles en total que ostenta esta obra es más que decente y, además, su precio es bastante bajo (menos de ocho euros).
Un título, en definitiva, muy notable dentro de su género que además presenta unos gráficos bastante agradecidos, destacando la nitidez de todos sus elementos y la elevada y consistente tasa de cuadros por segundo al que transcurre la acción. Un apartado gráfico aderezado por una faceta sonora no tan conseguida pero igualmente meritoria.
Un shooter cautivador
Switch recibe un nuevo representante del género de los shooters de jugabilidad 2D y desplazamiento lateral que merece mucho la pena, como ya demostró en anteriores formatos. Un título que ostenta una calidad-precio más que ajustada y que nos ofrece más cantidad de contenido del que suelen dispensarnos este tipo de propuestas, plasmando además una jugabilidad muy loable.
Hemos realizado este análisis mediante un código enviado por los desarrolladores.