Análisis de Secret Agent Clank (PSP, PS2)
Si hablábamos de que las fases con Clank en la entrega de la portátil de Sony dejaban la acción en un segundo plano para dar vida a los puzles y acertijos, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que en esta entrega de la franquicia la acción volverá a primera fila, sin olvidar, por supuesto, los ingeniosos puzles que de vez en cuando nos encontraremos a lo largo de la aventura.
En este título, pese a que en un principio la acción siempre pasa por manos de nuestro pequeño robot, varios personajes de la saga serán controlables, cada uno con su propio control, habilidades, y diseño de juego, haciendo de Secret Agent Clank un juego de lo más variado, pese a que en algunas fases peca de monótono y aburrido. Por cada fase que realicemos con Clank habrá una en la que controlaremos a otro personaje, evitando así acabar la historia demasiado rápido, aunque también tendremos desafíos que superar si queremos completar nuestra partida al cien por cien.
Y entrecomillamos sigilosa ya que la manera en la que Clank acaba con sus enemigos de esta manera es de todo excepto sigilosa. Para ello tendremos que pulsar una serie de botones antes de que se agote el tiempo estipulado. Si vamos pasando las diferentes áreas que componen la fase sin levantar sospechas de ningún tipo, iremos acumulando multiplicador de puntos, que nos harán subir de nivel y experiencia mucho más rápido que si de lo contrario decidimos ir a saco a terminar el nivel, exponiéndonos a los ojos de los enemigos. En cuanto a los gadgets, tendremos desde pajaritas boomerang que lanzaremos contra nuestros enemigos (o contra cuerdas o cadenas a cortar), pasando por bolígrafos que lanzan tinta corrosiva (ideal para acabar con los rayos láser que apuntan en cualquier dirección) o bombas dirigidas, perfectas para acabar con la amenaza enemiga en un momento de tensión.
Además, al final de algunas fases, tendremos la posibilidad de jugar a un minijuego al más puro estilo Dance Dance Revolution, donde tendremos que pulsar, al ritmo de la música, los botones que van apareciendo en pantalla para completar con éxito la fase, ya sea al final del museo, donde tendremos que utilizar nuestra agilidad para pasar los rayos láser que abundan en la sala –una clara referencia a Ocean’s Twelve-, o bailando con una dama a la que necesitamos sustraerle una información precisa.
Secret Agent Clank bebe profundamente de la estética ochentena de agente secreto que hizo famoso el personaje de Ian Fleming, James Bond. Atento con las damas, con una personalidad tranquila pero fuerte y sobretodo, con muchos trucos en la manga, es como se nos presenta a este robot que piensa salvar a toda costa a su fiel compañero de aventuras. La historia estará llena, como viene siendo habitual en la franquicia, de chistes e ironías que harán reír a más de uno, y gracias a su perfecta representación en el ámbito de detectives y agentes secretos no podremos dejar de sonreír con nuestro entrañable personaje de metal.
Ratchet está en prisión, y por si eso fuera poco, todos aquellos quienes él y su compañero encerraron alguna vez, están dentro también, por lo que su estancia dentro de la penitenciaria no es muy enriquecedora. Además, el alcaide de la prisión no es que se mueva dentro del ámbito de la legalidad, por lo que nos veremos obligados a recurrir a la violencia para salvar nuestro pellejo. Al principio contaremos con poco más que nuestra llave inglesa, pero poco a poco Clank irá encontrando armas para el animal, por lo que las batallas se librarán de manera más fácil.
Qwark, por su parte, sigue con ese afán de protagonismo tan característico, buscando la fama allá por donde no la hay. Esta vez le acompaña un biógrafo, que irá copiando la historia de su vida, bueno, la historia tal y como él la cuenta, que dista mucho de ser la historia original. Veremos como el capitán se transforma en gigante, luchando contra dragones enormes y, a medida que narra la historia, los sucesos van cambiando trágicamente, para darle más feeling a la historia y que no sea tan aburrida como debería. Dichas fases tendremos que vérnoslas con los enemigos que Qwark se vaya inventando por ahí. Muy curioso.
Por suerte para algunos, los puzles llegarán de la mano de los Gadgebots, esos simpáticos perritos robóticos que ya hicieron de las suyas en las anteriores entregas que están aquí para salvarle las tuercas a Clank, que en ocasiones estará incapacitado. Manejaremos a varios de estos perros de metal, pudiendo hacer una columna colocándose uno encima de otro (al más puro estilo Sonic Heroes cuando Tails o el personaje volador de turno se ponía al frente) para llegar a lugares inaccesibles individualmente. El control de los personajes es bastante notable, aunque por desgracia la falta de un segundo stick analógico para rotar y mover a nuestro antojo la cámara es más que evidente, pues los botones laterales L y R no son suficiente para ver todo el escenario de manera rápida. Dejando el problema de la cámara, que en muchos momentos nos dejará vendidos, el control de los personajes es bastante bueno.
Quizá una de las mayores pegas que podemos encontrar en el título es que intenta abarcar tantos géneros e intenta realizar tantas historias paralelas al mismo tiempo que da la sensación de no llevar bien ninguna de ellas excepto la trama principal. Ratchet es un personaje que en esta historia quedaría mejor en un plano no jugable, pues sus misiones se basan tan solo en acabar con ordas de enemigos que aparecen de las celdas de prisión, sin ningún tipo de historia ni objetivo más que conseguir un dinero extra y mejorar las armas –que se actualizarán en función de la frecuencia en la que las utilicemos-. Por suerte, las fases tan variadas de Clank, y la interesante historia, que aunque no sea digna de Oscar (ni siquiera de Goya), hacen que el jugador quiera seguir acabarlo, cosa que no llevará más de seis horas si vamos a acabarlo con los mínimos, sin subir de nivel, sin actualizar las armas y sin completar todos los desafíos.
Tampoco podemos hablar muy bien de la inteligencia artificial que ha dotado High Impact Games a los enemigos, pues en las partes de sigilo podremos pasar por delante de nuestro enemigo sin ser visto si no entramos en el (pequeño) círculo que emana la linterna que lleva en la mano. En esencia, si no entramos en el radio de la luz que emite cada enemigo no seremos vistos en ningún momento, vayamos corriendo y haciendo un ruido estrepitoso justo detrás suyo o acabando con un enemigo de manera "sigilosa" justo al lado de un compañero de patrulla, dando la sensación de que el desarrollo se ha quedado a medias en este sentido.
En definitiva, Secret Agent Clank no es un imprescindible de la portátil de Sony, pero si lo será para todos aquellos quienes busquen en la consola un poco de acción mezclado con dosis de plataformeo y variedad. Clank no es la revolución que esperábamos, pero sí uno de los títulos que gustará, además de a los más pequeños de la familia, a todas aquellos seguidores de la saga que sigan la historia de esta pareja tan peculiar del mundo de los videojuegos. Además, si uno es buen seguidor del cine de intriga, espías y tensión, sabrá identificar las múltiples referencias sacadas del cine, sin contar con reseñas televisivas, como un guiño perfecto a la serie que ha causado furor en todo el mundo, Perdidos, con referencia a los números "de la suerte".