Análisis Tormented Souls 2: Terror de la vieja escuela para los amantes de clásicos como Resident Evil y Silent Hill (PS5, Xbox Series X, PC)
Para los que crecimos en la era dorada de los survival horror, primero con Alone in the Dark y luego con las primeras entregas de Resident Evil y Silent Hill, recibir un exponente tan puro y clásico como Tormented Souls resultó una bendición. Un título que recuperaba las claves icónicas de estos juegos de mediados de los noventa, caracterizados por el uso de cámaras fijas y estudiadas, escenarios prerrenderizados, cantidad de puzzles y una gestión muy limitada de recursos.
Tenemos estupendas noticias, porque Tormented Souls 2 es todavía un mejor survival horror. Si bien la esencia permanece intacta, en esta secuela se ha mejorado el control, retocado la interfaz, las animaciones están más trabajadas, gráficamente es un juego más impactante e incluso la ambientación sonora ha ganado enteros. Y sí, sigue dando bastante miedo, o al menos sabe meterse dentro de su universo, atrapándote para que no salgas de él hasta que lo hayas completado… y eso ya es todo un logro.
Para los que crecimos con los primeros Resident Evil y Silent Hill
Tormented Souls 2 nos vuelve a poner en el lugar de Caroline Walker. Su hermana Anna ha empezado a experimentar una serie de horripilantes visiones premonitorias, y juntas viajan hasta el sur de Chile para tratar de descubrir qué le está ocurriendo. Lo que no esperan es que en el pueblo de Villa Hess no todo sea tan bonito como parecía, y tras la fortuita desaparición de Anna, deberemos investigar desde un tenebroso convento hasta un solitario centro comercial, pasando por una escuela abandonada.
La aventura dura entre 12-15 horas dependiendo de lo que te atasques o la dificultad que escojas para enfrentarte a los enemigos. No está nada mal y la sensación es la de encontrarte ante una experiencia con unos contenidos que no tienen nada que envidiar a clásicos como Resident Evil 2 o Silent Hill 2. De hecho, este videojuego camina entre varios conceptos jugables que lo acercan a algunos de estos exponentes, incluyendo Haunting Ground de Capcom, que es también una de sus grandes inspiraciones.
Como sabéis, el género survival horror ha cambiado mucho desde entonces. La acción ha ganado terreno a la pura exploración y la resolución de puzles. Pero hay desarrolladoras como la chilena Dual Effect que saben que todavía quedan muchos jugadores de la antigua escuela. Para ellos va especialmente dirigido este lanzamiento, porque tiene ese aura de los años noventa, aunque con la tecnología actual.
De hecho, una de las cosas que más sorprenden cuando te pones a jugar es el estupendo equilibrio alcanzado. Es un survival horror clásico, pero que se controla bien. Tal vez al pasar de una escena a otra puedas perder un poco la orientación por los cambios de cámara, pero es un problema menor dentro de los innumerables aciertos del videojuego. Por ejemplo, se ha añadido acceso rápido a armas para hacer la acción más satisfactoria, además de varios niveles de dificultad para que nadie se quede por el camino.
La presencia de distintos modos de dificultad creemos que es uno de los mayores aciertos del título, y más en particular por la existencia del modo asistido (el más asequible de todos). En esta modalidad hay mucha munición, los enemigos cuentan con menor vida, la salud se recupera sensiblemente al entrar en el estado de peligro y, el aspecto clave, existe guardado automático para crear un punto de guardado sin necesidad de usar cintas de grabación (el equivalente a las máquinas de escribir de Resident Evil).
Un survival horror que por sus puzles ya merece la pena
No obstante, es un juego desafiante en sí, y por una simple razón: los puzles. Es el aspecto que más nos ha agradado de Tormented Souls 2. Hay cerca de 70 puzles y una buena parte de ellos están muy trabajados. Hay algunos que funcionan como auténticos minijuegos, y van desde los clásicos juegos de rompecabezas con combinaciones de símbolos hasta el manejo de una grúa, la interacción con una máquina expendedora y otros mecanismos que nos obligan a estrujarnos la cabeza.
También hay puzles que dependen de una minuciosa observación del entorno. Por ejemplo, hay uno que se basa en lo que hay dibujado en un cuadro colgado de la pared, y luego tenemos un buen puñado de documentos que contienen jeroglíficos. También está la importante labor de encontrar objetos, combinarlos y averiguar cuál es su función dentro de los elementos del escenario. A veces parecen puzles rebuscados y te atascarás casi seguro en más de uno, pero la sensación que hemos obtenido es muy satisfactoria, porque los planteamientos al final resultan bastante lógicos y se resuelven tras indagar un poco.
La exploración es otro elemento muy cuidado. Resaltamos que, para tratarse de un juego no demasiado largo, los escenarios son bastante variados. La mayor parte estaremos en espacios cerrados, aunque se ha apostado también por lugares en el exterior (más que en la anterior entrega). Pero lo importante es que resultan decorados muy laberínticos, en que debes observar continuamente el mapa, estudiar los accesos, adonde llevan las escaleras y la disposición de las distintas plantas para saber cómo llegar a cada localización. También existe un concepto de dimensiones paralelas muy interesante, algo que añade aún más complejidad a la ecuación.
Pero lo dicho, puedes esperar lo clásico del género: puertas cerradas, llaves que deberás encontrar, caminos cerrados… y un gran enemigo: la oscuridad. Es otra de las claves, porque en cuanto caminas por un pasillo oscuro, la pantalla se apagará hasta que los gritos de los enemigos te inunden y tu vida se acabe esfumando. Por eso es importante ir en todo momento con el mechero equipado, creando de paso una ambientación tenue, ideal para un survival horror de este estilo.
A este respecto, el diseño de juego nos parece fenomenal, muy bien estudiado. Tanto, que parece mentira que lo haya hecho un equipo tan pequeño. Tal vez lo que menos convence es el sistema de combate, que en realidad es muy simple. Todo consiste en posicionarte, apuntar y disparar (muy en la línea de lo que hemos experimentado en los survival horror de antaño). No es un movimiento tipo tanque, sino más fluido, y existe una ayuda al apuntado para que los disparos vayan donde tienen que ir.
Al principio solo disponemos de una pistola de clavos, pero pronto se va sumando un considerable repertorio de armas. También tenemos lucha cuerpo a cuerpo con un martillo, aunque usarlo obviamente nos expone mucho y recurrentemente la mejor opción es atacar desde la distancia. Pero claro, la munición no es ilimitada, y especialmente en los niveles de dificultad más elevados escasea bastante. No obstante, está bastante bien medido y creemos que existe un desafío bastante justo.
Otro elemento que tampoco destaca es el de los jefes. No son particularmente brillantes. El problema es que estas contiendas, al igual que ocurre con otros monstruos que van apareciendo durante la aventura, se resuelven con un sistema poco ajustado, en que la única herramienta para esquivar es salir corriendo. Muy sencillo, demasiado. Es sin duda otra de las asignaturas pendientes de los desarrolladores para una futura entrega. Si os lo preguntáis, el juego dispone de dos finales (uno bueno y uno malo), lo cual incentiva cierta rejugabilidad, también por el hecho de que el mayor grado de dificultad disponible (tormento) es desbloqueable.
En lo técnico no es un juego que desentone con las producciones actuales. Es un producto bien terminado y con escenarios que llegan a sorprender por lo bien resueltos que están en términos de detalle e iluminación. No se trata de entornos tan estáticos como podríamos haber imaginado, sino que tienen movimiento, se sienten vivos, con un sistema de sombras muy destacado (con un pequeño margen de mejora) que logra sumergirnos en decorados tétricos y que llegan a causar terror.
El diseño de enemigos tampoco está nada mal. Hay algunos espeluznantes, y aunque otros sean recurrentes en este tipo de títulos, lo cierto es que acaban funcionando muy bien a la hora de causar cierta angustia. La ambientación sonora contribuye a que la sensación de miedo se intensifique, con gritos, gruñidos y una música de fondo que acompaña de forma sensacional a la acción. Las composiciones son, de hecho, todo un guiño a los clásicos del género survival horror, con incluso esos temas calmados que aparecen al acceder a las salas seguras de guardado de partida. El juego está doblado al inglés con unos correctos subtítulos en español.
Conclusión: Un survival horror clásico que tienes que jugar
Es una gran noticia que existan juegos como Tormented Souls 2 y que lo hagan tan bien a la hora de recuperar viejas sensaciones dentro del género survival horror. Sus combates no te van a sorprender y su historia no es la mejor que hemos visto en este tipo de juegos, pero su ambientación es simplemente genial y te hará sentir terror en varias partes de la aventura. Además tiene unos puzles numerosos y muy inspirados en buena parte, además de una exploración altamente satisfactoria que te recordará a cuando jugabas a los Resident Evil y Silent Hill más clásicos. Si eres de esa época y quieres rememorar esas sensaciones, esta secuela (que además mejora en prácticamente todo) te va a encantar.
Hemos realizado este análisis con una versión física del juego que nos ha proporcionado Meridiem Games.

NOTA
Puntos positivos
Puntos negativos
En resumen
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