Análisis The Lonesome Guild: Pocas veces la importancia del grupo se había reivindicado tanto en un RPG de acción (PS5, PC, Xbox Series X)
Las producciones más modestas también merecen su espacio en la industria del videojuego. Además, a veces nos sorprenden con planteamientos tan entrañables como el que propone The Lonesome Guild. Se trata de un título para un único jugador al estilo acción RPG, con ese aire de aventura de cambio de siglo. Hay bastante exploración, combates, algunos puzles y una trama muy presente, con un trasfondo potente: la lucha contra la soledad.
Tiny Bull Studios es una desarrolladora modesta de origen italiano. No es su primer proyecto, pero sí que se nota el salto cualitativo con respecto a anteriores producciones.
Puede que tenga que ver mucho la mano de DON’T NOD, editora del videojuego, pero también se aprecia un interés por dibujar un mundo artísticamente destacado que se acompaña de unas bases jugables sólidas. No es un lanzamiento sobresaliente, pero sí más que decente, relajado e ideal para aquellos que busquen una aventura agradable de seguir.
Un RPG de acción directo y sin complicaciones
La propuesta de The Lonesome Guild se podría definir como la de un ARPG de introducción, especialmente orientado a aquellos que quieran introducirse en el rol de acción. También está pensado para veteranos (dispone de tres grados de dificultad), porque a este tipo de usuarios también les puede interesar desconectar con un periplo que precisamente dura menos de la media del género, en torno a las 14-15 horas, lo cual no está mal dado el enfoque "ligero" de la obra.La premisa narrativa del juego es otra de sus virtudes. Todo comienza cuando Ghost, un misterioso espíritu, despierta y descubre que sus recuerdos se han desvanecido. Al mismo tiempo, la soledad se ha expandido por todo el mundo a través de una niebla que corrompe todo a su paso. Ahora deberemos recorrer los territorios de Etere en busca de amigos que nos ayuden a acabar con esta terrible situación, encontrando a sus responsables y devolviendo todo a la normalidad (por cierto, todo perfectamente traducido con textos en español).
La estructura está bien llevada, puesto que a medida que avanzamos vamos sumando personajes a nuestro grupo, hasta un total de seis integrantes. Cada uno de ellos cuenta con sus propias habilidades y personalidades. Los héroes de la aventura están bien caracterizados, disponen de diálogos que definen su carácter y en el plano combativo se diferencian por sus armas, ataques y habilidades. Ir descubriendo lo que propone cada uno es parte de la magia, y prácticamente hasta la recta final de la aventura no acabas de descubrirlos a todos, lo cual apoya la sensación de novedad durante casi toda la campaña.
Siempre podemos tener en activo hasta a tres combatientes, y alternar entre ellos con una simple pulsación en la cruceta direccional. Esto es muy importante durante los enfrentamientos, puesto que en determinados momentos se te pedirá cambiar de protagonista para recibir un potenciador de ataque. También hay momentos en que pulsando un botón frente a un compañero es posible recuperar ligeramente la vida. Y si un aliado cae, podemos revivirlo. Es decir, la sensación de grupo es importantísima y está muy conseguida en lo jugable.
Aunque el juego se prestaba a ello, no existe opción cooperativa. Tal vez ha sido una decisión de diseño y que encaja con el enfoque de lucha contra la soledad que plantea a nivel narrativo, pero cuando juegas no dejas de pensar en que la opción coop no hubiese estado de más. En cualquier caso, los combates no es que sean demasiado elaborados. Se apoyan en la acción de atacar y esquivar continuamente, leyendo las intenciones de los adversarios (que son variados).
Disponemos de un par de técnicas de recarga activa, que son equipables y personalizables para los gatillos izquierdo y derecho. Si no hubiese sido por esto, el esquema de combate hubiese sido extremadamente simple. Así, por lo menos, dispones de alguna acción adicional que alternar entre los ataques estándar. Luego tienes una ofensiva grupal cuando se recarga una barra de energía especial, la cual crea daño en una amplia zona de la pantalla y que resulta ideal tanto para acabar con grupos de enemigos como con jefes.
Los enemigos se presentan en arenas cerradas, y hasta que no los superas no puedes avanzar. Esto ha permitido a los desarrolladores manejar milimétricamente la progresión de este RPG, así que no está pensado para grindear. Como decíamos al principio, es una experiencia ligera, en que no tienes problemas de escasez de nivel a la hora de enfrentarte a un determinado reto de la trama. Más bien, todo depende de tu habilidad, y el juego tampoco es especialmente exigente en este sentido, especialmente si no optas por el modo de dificultad más elevado.
Los jefes no están mal, a veces presentan diseños elaborados y un cierto desafío. No obstante, lo mejor del juego no es el sistema combativo, sino el concepto en general. Todo encaja bastante bien dentro de su propuesta, con una exploración sencilla, en que debes orientarte a través de unos mapas que vas descubriendo. No hay demasiados caminos, el avance es lineal, aunque con posibilidad de desviarte para obtener alguna recompensa o completar las no pocas misiones secundarias que existen.
Es un juego ideal para principiantes por todas estas cuestiones. No hay mucho margen para perderse, el avance está muy guiado, la progresión viene prácticamente dada y el reto no es mayúsculo. Esto también puede decirse de los puzles. Consisten habitualmente en la activación de interruptores, en este caso haciendo uso de distintos personajes, aprovechando el concepto de grupo. También hay algún momento en que debes fijarte en un mural o en un documento para resolver algún acertijo. Puedes quedarte puntualmente atascado, pero más por un planteamiento irregular de ciertos rompecabezas que por el desafío en sí. Los rompecabezas no son variados, ni tampoco especialmente inspirados.
Adicionalmente tienes al fantasma, que no puede combatir, pero sí explorar y ser crucial en determinados momentos. Por ejemplo, controlando al fantasma podemos observar elementos ocultos en el escenario, como un interruptor. Luego la forma en que se relacionan los personajes con Ghost importa para la progresión, puesto que hay un medidor de relación que va avanzando para desbloquear nuevas técnicas en un árbol de habilidades. Con cada nivel de EXP superado, obtenemos puntos para invertir en nuevos movimientos para nuestros personajes, algo que incentiva la sensación de novedad mientras combates.
También hay amuletos que potencian diversos aspectos de los protagonistas, así como mejoras permanentes sobre sus estadísticas. La progresión, como decimos, no está nada mal, pero siempre que se entienda que estamos ante un RPG en que la profundidad no es la clave, sino aportar una experiencia sencilla y directa. No obstante, esto no quita que existan momentos únicos, como cierta capacidad de decisión al estrechar vínculos. Al hacer campamento para recuperar fuerzas, podremos charlar en grupo y con nuestras respuestas determinar qué personajes estrechan lazos o no. Eso nos ha gustado mucho, porque da sentido al grupo y ese concepto de luchar contra la soledad que estructura la aventura.
El grupo es importante para explorar, resolver puzles, combatir y progresar. En ese sentido, el concepto jugable encaja con el narrativo, dando lugar a un videojuego bien pensado, con una dirección bien resuelta. Pero lo dicho, no esperéis una gran duración ni rejugabilidad. Tampoco es un RPG de acción especialmente destacado en su combate, ni los puzles resultan especialmente estimulantes. Sin embargo, tiene parcelas sobresalientes, como el apartado artístico, que en este caso se apoya en un estilo cartoon muy acusado.
Los personajes son entrañables y el diseño de escenarios es realmente variado, con un buen puñado de localizaciones que se desarrollan en praderas, montañas, ciudades, castillos, fortalezas y un largo etcétera. Hay lugares en que llueve, otros en los que nieva, y la sensación de aventura, de estar recorriendo un mundo fantástico, está muy conseguida. La banda sonora acompaña con ritmos suaves, algunas veces más épicos, pero no son tampoco temas que os vayan a sorprender.
En lo técnico hemos tenido algunos contratiempos con la versión para PlayStation 5, que es la que hemos jugado. En determinadas secciones de la historia nos hemos encontrado con tirones cuando avanzamos y hacemos scroll por la pantalla. Obviamente, se debe a un fallo de optimización y esperamos que se resuelva pronto, puesto que no ha sido poco frecuente y molesto. Quitando eso, no hemos encontrado errores de programación o pulido: todo es bastante correcto.
Conclusión: Una aventura RPG preciosa y muy agradable
Aunque The Lonesome Guild puede gustar a veteranos de los RPG, especialmente en su dificultad más retante, creemos que es una aventura más relajada. No compite con otros exponentes, sino que ofrece una experiencia diferente, con un mensaje interesante sobre la importancia del grupo. Creemos que es especialmente recomendable para principiantes en el rol de acción, o aquellos jugadores experimentados que prefieran un juego más directo, pero siempre teniendo en cuenta que sus combates pueden volverse repetitivos y que los puzles no son los más elaborados que hemos visto.
The Lonesome Guild no destaca en muchos aspectos, pero es cierto que cuenta con un acabado audiovisual entrañable y una trama con personajes carismáticos que merece la pena descubrir. Si te atrae su propuesta, encontrarás un ARPG único, de duración adecuada y un equilibrio considerablemente acertado entre cada una de sus partes.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga para PlayStation 5 que nos ha proporcionado ICO Partners.

NOTA
Puntos positivos
Puntos negativos
En resumen
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