Análisis Reach: Conviértete en Lara Croft en realidad virtual (PS5, PC)
La realidad virtual sigue un poco estancada en ese nicho en el que no termina de crecer, pero no pierde ese grupo de aficionados que disfrutan con sus experiencias al máximo. En este mercado, es difícil justificar grandes inversiones, pero eso no quitan que salgan títulos que, a pesar de su presupuesto más limitado consiguen ofrecer aventuras muy interesantes. Reach, desarrollada por nDreams Elevation, es una de ellas.
Un salto sin red
Reach es una aventura de acción y plataformas en realidad virtual con un importante énfasis en el parkour. La premisa es sencilla: explorar un mundo vertical, moverse libremente por acantilados y ruinas suspendidas, combatir con arco y escudo y, sobre todo, escalar y deslizarse con una fluidez que pocos juegos del medio han conseguido.
Es, en muchos sentidos, algo parecido a lo que Mirror’s Edge habría sido si se hubiera diseñado desde cero para la realidad virtual.
Desde el primer momento, el juego impresiona por la naturalidad de sus movimientos. La sensación de presencia es extraordinaria, esa sensación de mirar abajo, ver el vacío y notar el vértigo. No hay artificio ni concesiones: todo se apoya en un sistema de movimiento libre que, con práctica, se vuelve casi natural. Correr, saltar, colgarse de una cornisa y disparar una flecha en pleno salto son acciones que poco a poco vamos aprendiendo a dominar hasta que nos parezca natural. Obviamente, es un juego un tanto exigente en el medio, con mucho movimiento libre, así que no es recomendable si os mareáis con facilidad o no estáis muy acostumbrados a la realidad virtual.
En lo jugable, Reach apuesta por la mezcla de géneros. Combina las plataformas con el combate y la exploración en un equilibrio que pocos juegos se atreven a realizar. Es una pena que no haya mucha innovación aquí, ya que al final el tema de la escalada y el combate con arco o con pistola es algo que hemos visto varias veces en otros juegos, pero que no innove no quiere decir que no haga las cosas con acierto.
Como decimos, es arriesgado, pero creemos que funciona bien, y siempre podemos usar las opciones de accesibilidad para hacerlo más «suave». Es cierto que algunos tramos nos han parecido algo más torpes, con movimientos que no responden siempre como deberían o con animaciones que rompen la ilusión. No llega a ser un problema grave, pero sí un recordatorio de que la tecnología todavía tiene límites. Aun así, la libertad que ofrece compensa con creces cualquier pequeño tropiezo.
Un mundo que respira
Lo que más sorprende de Reach es lo bien que sabe usar la escala. Hay momentos en los que simplemente te detienes a mirar, incluso sin ser técnicamente demasiado puntero. Su estilo artístico es muy resultón, y tiene algunas zonas muy llamativas que ofrecen una muy buena sensación de inmersión. Es un título que sabe ir a más, y sabe combinar muy bien los momentos de exploración con los momentos de acción, e intercalarlos con otros momentos de reflexión para coger aire.
El ritmo, sin embargo, no siempre acompaña. Hay secciones que parecen alargarse más de la cuenta, y otras que terminan justo cuando parece que vas a llegar al punto álgido. Pero incluso con esos altibajos, la experiencia mantiene un pulso narrativo constante, ayudado por pequeñas secuencias y diálogos que insinúan más de lo que explican.
Desde un punto de vista más técnico, como decimos, no es nada rompedor, pero funciona bien. No hemos tenido ningún problema de rendimiento y, sí, quitando cosillas «feas» aquí y allí propias del formato y el presupuesto, creemos que cumple su cometido con creces, y que sabe sumergir al jugador en la experiencia.
El sonido en Reach está al nivel de lo visual. La música sabe entrar en el momento justo, acompañando cada ascenso o cada salto con una elegancia sorprendente. Como siempre, nos duele un poco más de lo normal la falta de doblaje al castellano en juegos de realidad virtual, ya que leer subtítulos nos saca un poco de la experiencia –y más cuando transcurre en Latinoamérca– pero, de nuevo, entendemos las limitaciones de presupuesto.
Una muestra de lo que la realidad virtual puede ser cuando se desata
Reach es uno de esos títulos arreisgados para la realidad virtual. No por reinventar la rueda, sino por atreverse a usarla sin miedo. Tiene errores, sí, y se nota que a veces quiere abarcar más de lo que puede, pero sus aciertos pesan mucho más. Cuando funciona —y lo hace la mayor parte del tiempo—, transmite una sensación de libertad que pocos juegos pueden igualar, pero requiere que el jugador se sienta cómodo con esa libertad.
En resumen, Reach es una aventura muy recomendable para quienes disfrutan de la realidad virtual y quieren –y pueden– sentir de verdad lo que significa moverse libremente por escenarios muy verticales mientras combatimos y exploramos. No es recomendable para todo el mundo, pero estamos seguros de que su público lo va a disfrutar mucho.
Hemos realizado este análisis en PlayStation VR2 gracias a un código de descarga proporcionado por Diva Agency.

NOTA
Puntos positivos
Puntos negativos
En resumen
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