Análisis GTA The Trilogy: The Definitive Edition, una remasterización inacabada (PS5, Android, iPhone, PS4, Xbox One, PC, Switch, Xbox Series X/S)

Como se suele decir, para entender el presente hace falta conocer el pasado, motivo por el que muchas veces volver la vista atrás puede resultar en un ejercicio tremendamente satisfactorio, ya sea para descubrir por primera vez cómo fueron aquellas obras que definieron a la industria del videojuego o para revisitarlas con la perspectiva que nos da el paso del tiempo a la hora de apreciar muchísimo mejor cómo ha sido la evolución del medio.

Ahora, Rockstar quiere celebrar el vigésimo aniversario de Grand Theft Auto III, una de las obras más revolucionarias e influyentes de la industria y la que desató la fiebre por los títulos de mundo abierto que hoy vivimos, con una remasterización que, además, llega acompañada de Grand Theft Auto: Vice City y Grand Theft Auto: San Andreas, los dos juegos que lo sucedieron y que terminaron por definir todo un género. Por desgracia, lo que debería de haber sido una fantástica noticia por darnos la excusa perfecta para regresar a la querida trilogía de 128 bits, ha acabado por convertirse en una de las mayores chapuzas que hemos jugado últimamente.

A continuación podéis ver nuestro análisis en vídeo, en el que podéis ver cómo lucen los distintos juegos:

También podéis escuchar nuestra nota de voz, un breve audio en el que os contamos qué nos ha parecido este recopilatorio:

Tres clásicos que no han recibido el homenaje que se merecen

Lo primero que tenemos que comentar es que la intención de Rockstar con Grand Theft Auto: The Trilogy – The Definitive Edition ha sido la de intentar mantener la esencia intacta de los tres clásicos que incluye, pero remozando su apartado audiovisual y añadiendo varias mejoras de calidad de vida que hagan de ellos una experiencia más actual y disfrutable. Es decir, los contenidos, la historia, las mecánicas y la jugabilidad de todos ellos siguen siendo exactamente los mismos, lo que implica poder disfrutar de tres títulos de acción y conducción en mundo abierto en los que deberemos recorrer ciudades con total libertad mientras cumplimos misiones, descubrimos secretos y hacemos el cafre.

Algo que tenéis que tener muy en cuenta si decidís darles una oportunidad o rejugarlos tras muchos años es que son juegos que, especialmente en el caso de GTA III y GTA: Vice City, no han envejecido precisamente bien y que tras dos décadas han sido ampliamente superados, de modo que no os van a faltar momentos un tanto frustrantes por culpa de algunas decisiones con el diseño de ciertas misiones, una IA errática, unos tiroteos extremadamente arcaicos y unos guiones y diálogos que poco o nada tienen que ver con la madurez que han alcanzado las obras actuales de Rockstar.

Hay títulos que por más que pase el tiempo siguen estando igual de vigentes a día de hoy en lo que a diversión y jugabilidad se refiere, pero este no es el caso. Sin embargo, esto no quiere decir que no nos lo hayamos pasado bien rejugándolos, independientemente de la nostalgia que nos puedan generar, pues siguen siendo aventuras que siempre van muy al grano, que tienen un desarrollo variadísimo, que ofrecen muchas posibilidades para desatar el caos, que cuentan con unas ambientaciones fantásticas y que, al final, se dejan jugar con relativa facilidad y saben cómo hacernos pasar un buen rato. Aquí tenemos que destacar especialmente a GTA: San Andreas, una auténtica maravilla que nos sigue dejando con la boca abierta con la cantidad de contenidos y mecánicas que incluye, por no hablar de sus fantásticas misiones y el tono tan peculiar que tienen su historia y personajes.

Probablemente, uno de los mayores aciertos de estas nuevas ediciones lo tengamos en detalles como la inclusión de puntos de control para que podamos reiniciar las misiones directamente cuando fracasemos, un sistema de control y apuntado más cómodo, un mapa mejorado con el que fijar rutas y una rueda para seleccionar el arma que queramos de forma rápida y eficiente, detalles que siempre son de agradecer y hacen de esta una experiencia más accesible.

Entonces, si los juegos son los mismos e incluyen mejoras, ¿dónde está el problema? Pues en todo lo que deriva del cambio de motor gráfico por el que Rockstar ha apostado. Con el fin de modernizar sus gráficos, Grove Street Games ha rehecho la trilogía en Unreal Engine, lo que trae consigo nuevos modelados, un nuevo sistema de iluminación y reflejos, texturas más detalladas y en alta resolución, y unos escenarios que muestran más elementos en pantalla.

La mala noticia es que este loable intento por renovar su apartado visual no ha salido tan bien como debería y la sensación constante que tenemos mientras jugamos es la de estar ante un producto inacabado que se ha lanzado con prisas con tal de llegar a la fecha de lanzamiento prometida. No en vano, el cambio de motor provoca una cantidad de errores de programación gigantesca que van desde problemas con las físicas hasta efectos, texturas y modelados que se muestran incorrectamente, pasando por todo tipo de bugs locos con los que hemos sufrido alguna que otra muerte inesperada. A esto hay que sumarle que el nuevo diseño de personajes nos ha parecido espantoso en la mayoría de casos, perdiendo gran parte de la esencia que los caracterizaba. No es algo aplicable a todos, ya que algunos de los protagonistas han quedado decentemente, pero son la excepción a la regla.

La eliminación de algunos efectos como el de niebla de San Andreas también provoca que el popping sea muchísimo más exagerado y se haya perdido algo de ambiente y escala, pues la distancia de dibujado como tal se ha mantenido similar a la del original. Son pequeñas cosas que van sumando y amontonándose, desluciendo unos clásicos que se merecían un mimo mucho mayor, y problemas como lo mal que utiliza el HDR hasta el punto de oscurecer la imagen hasta niveles insospechados tampoco ayudan demasiado.

Para rematar, tenemos que destacar lo mal optimizado que está y los problemas de rendimiento de los que adolece incluso en consolas como PS5 y Xbox Series X, donde es incapaz de mantener una tasa 60 imágenes por segundo estable todo el tiempo, cuando es algo que debería haber sido un mínimo indispensable incluso en la anterior generación. Si estáis interesados en la versión de Switch, debemos avisaros que aquí los problemas aumentan enormemente por culpa de una resolución paupérrima y un framerate inadmisible y repleto de graves caídas a casi cada paso que damos, algo aplicable tanto en sobremesa como en portátil. Y sí, en la híbrida el máximo que alcanza son los 30 fps.

Finalmente, del sonido no hay mucho que decir, ya que se han mantenido las bandas sonoras, los efectos y las mismas voces e interpretaciones en inglés (con sus correspondientes subtítulos al español). Lamentablemente, debido a dificultades relacionadas con las licencias, algunas de las canciones que podíamos escuchar en la radio se han perdido, lo que es una auténtica pena pues nos quedamos sin escuchar, por ejemplo, los temazos de Michael Jackson que sonaban en Vice City.

Conclusiones

La intención era buena, pero Grand Theft Auto: The Trilogy – The Definitive Edition se ha quedado lejísimos de ser esa versión definitiva que esperábamos de tres clasicazos importantísimos que redefinieron para siempre los juegos de acción y mundo abierto. Se nota que ha habido un esfuerzo por mejorarlos y actualizarlos, pero lo que ha llegado a las tiendas digitales es un producto inacabado y repleto de problemas que ha salido del horno mucho antes de tiempo y que necesita con urgencia una buena cantidad de parches en todas sus versiones.

No vamos a negar que nos ha sorprendido comprobar el trato tan lamentable que le ha dado la propia Rockstar a una parte tan fundamental y relevante de su legado, una trilogía muy querida que en su día marcó a millones de jugadores de todo el mundo y a la propia industria del videojuego. Sí, si hacéis de tripas corazón y pasáis por alto sus innumerables defectos es posible que disfrutéis de lo que propone esta remasterización, ya que las mejoras de calidad de vida se agradecen más de lo que podría parecer, pero eso no quita que estemos hablando de tres obras que se merecían algo muchísimo mejor.

Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha ofrecido Rockstar para Xbox Series X y Nintendo Switch.