Análisis Edens Zero, una aventura entretenida para el fan, un ARPG del montón para el resto (PS5, PC, Xbox Series X)

Estamos tan acostumbrados a que que la mayoría de juegos basados en series de anime y manga apuesten por el género de la lucha que cuando una de estas adaptaciones decide ser algo más que el enésimo arena fighter resulta hasta refrescante. Este es justo el caso de Edens Zero, una aventura de rol y acción desarrollada por Konami que acaba de llegar al mercado para permitirnos revivir parte de la historia de la obra más reciente de Hiro Mashima, el creador de Fairy Tail. ¿El resultado? Un título muy mejorable, pero que probablemente convencerá a los seguidores de la serie por lo bien que adapta el material original.

De aventuras por el Cosmos Sakura

Lo primero que debéis saber es que este nuevo videojuego no cubre todo el manga, por lo que la trama principal únicamente nos permite disfrutar desde el comienzo de la historia hasta la batalla contra Drakken Joe, lo que, sinceramente, resulta un poco decepcionante, ya que no llega a abarcar ni la segunda temporada del anime al completo.

A cambio, tenemos una recreación muy fiel y detallada de todos estos acontecimientos que consigue que la aventura sea disfrutable incluso por quienes no conocen la obra en la que se basa.

Sí, hay algunas partes que se omiten y la recta final nos ha parecido especialmente atropellada, pero, en líneas generales, podéis aproximaros a este título sin necesidad de haber leído el manga o visto el anime.

Obviamente, nosotros no os recomendaríamos que descubráis esta historia de este modo, ya que estamos ante una producción de bajo presupuesto que se queda muy lejos de poder ofrecer el espectáculo, puesta en escena e intensidad de la serie original, pero es algo que nos ha parecido conveniente señalar y que creemos que habla bien del esfuerzo que se ha invertido para recrear la obra de Mashima.

Centrándonos en el juego como tal, decir que está estructurado en dos partes bien diferenciadas: las misiones de historia y la exploración de Blue Garden. Las primeras son, evidentemente, las que hacen avanzar la trama principal y en ellas únicamente nos dedicaremos a avanzar por unos escenarios tremendamente pasilleros mientras se van intercalando vídeos y combates, ya sea contra los enemigos principales de la serie o contra rivales normales.

Estas secciones nos han dejado muy fríos, ya que el diseño de niveles es prácticamente inexistente y no hace el más mínimo esfuerzo por intentar proponer situaciones ligeramente diferentes o que incentiven la exploración de sus escenarios. En líneas generales, la sensación que hemos tenido en todo momento es la de estar ante una especie de beat ‘em up 3D con historia, lo que es una pena, ya que el material original está repleto de situaciones que pedían a gritos algo más de valentía a la hora de adaptarlas y que hubieran permitido romper con la tónica general con mayor frecuencia.

Unos combates demasiado simples y fáciles

Esto no sería tanto problema si, al menos, el sistema de combate fuese lo suficientemente profundo como para compensarnos con unas batallas intensas, exigentes y en constante evolución, aunque mucho nos tememos que tenemos noticias muy diferentes que daros. Básicamente, todo se resume en aporrear un botón de ataque normal para realizar combos básicos y rematarlos con dos tipos de golpes pesados mientras esquivamos y ponemos en práctica las habilidades personales de cada personaje.

La cosa mejora un poco cuando subimos de nivel e invertimos puntos en nuestros árboles de habilidades, ya que adquirimos nuevos movimientos y técnicas, aunque nos ha sido imposible quitarnos de la cabeza la sensación de estar todo el rato machacando botones, algo que acabó por aburrirnos a medio plazo. De igual modo, también hemos echado de menos que los personajes tengan algo más de movilidad y una esquiva que resulte más satisfactoria de ejecutar.

Eso sí, con esto no queremos decir que las peleas sean un desastre, ya que tiene detalles que nos han gustado mucho, como lo bien diferenciados que están todos sus personajes jugables. Aunque a nivel de controles son todos iguales, la forma en la que combaten es bastante diferente. Y ojo, no nos referimos solo a sus estadísticas o a que estén especializados en el combate cuerpo a cuerpo o larga distancia, sino también a lo mucho que cambia la forma en la que jugamos con ellos gracias a sus movimientos y técnicas exclusivas. Por ejemplo, Shiki puede atraer a todos los enemigos a un mismo punto con sus poderes de gravedad para así contenerlos y poder golpearlos a todos a la vez, Rebecca puede convertir a Happy en un potente fusil que cambia los controles y la cámara a los propios de un shooter en tercera persona, Witch puede alternar entre tres elementos distintos para provocar diferentes estados alterados con sus hechizos y Homura tiene un estilo de combate para luchar contra grupos de enemigos y otro para hacer frente a un único rival.

Como veis, esto cambia la forma en la que nos comportamos y posicionamos en el campo de batalla y si lo deseamos incluso podemos jugar con las sinergias de cada héroe. Nuestro grupo puede estar formado por cuatro personajes, aunque en pantalla únicamente veremos al que estemos controlando, pudiendo alternar el control de uno a otro siempre que queramos con la cruceta. Gracias a esto podemos hacer cosas como, por ejemplo, colocar una torreta lanzamisiles con Weisz, cambiar a Shiki para atraer a los enemigos a un mismo punto con su campo de gravedad para que las explosiones de los misiles afecten a todos ellos y pasar rápidamente a Witch para castigarlos con un tornado de fuego que les provoque quemadura.

Sobre el papel no suena mal, aunque el título nunca nos ha dado motivos para esforzarnos lo más mínimo e intentar sacarle partido a estas mecánicas, ya que la dificultad es extremadamente baja, haciendo que el machaque de botones indiscriminado sea una técnica perfectamente válida para arrasar con todos. Además, los rivales tienen una IA nefasta y no vais a parar de ver cómo esperan pacientemente su turno para actuar y ser despachados. Da igual que haya 18 enemigos en pantalla, pues solo dos de ellos a lo sumo harán por intentar pegarnos cada vez, lo que en muchas ocasiones provoca situaciones ridículas.

Con los jefes la cosa mejora al tener unos patrones más definidos y variados que nos obligan a estar más atentos, aunque siguen siendo unas batallas muy facilonas y con escasas rutinas que apenas tardaremos unos segundos en aprendernos. En estos duelos nos ha faltado algo más de espectáculo y las peleas contra los enemigos gigantes creemos que no están del todo bien resueltas por culpa de una cámara algo caprichosa y un sistema de apuntado mejorable. Hablando de la cámara, por lo general no suele dar problemas, pero hay unos pocos escenarios cerrados en los que se ha convertido en nuestra peor enemiga cada vez que nos hemos aproximado a una pared.

Un mundo abierto desaprovechado

El otro pilar del juego lo tenemos, tal y como hemos dicho con anterioridad, en la exploración de Blue Garden, un planeta de mundo abierto en el que podemos aceptar multitud de misiones secundarias, encontrar coleccionables, hacer amigos si cumplimos con los requisitos adecuados, obtener recursos y nuevas piezas de equipo y más. El mundo como tal no es especialmente apasionante de explorar, ya que los eventos que se producen en él no son muy estimulantes y la recolección de coleccionables como cartas con sus correspondientes artes para la galería no ha conseguido terminar de incentivarnos, por lo que su mayor atractivo reside en completar las más de 200 misiones que incluye, las cuáles se dividen en meros recados sin gracia alguna y otras con un ligero componente narrativo que tampoco es que nos cuenten nada que nos haya interesado lo más mínimo y cuyo diseño no va más allá de ir al punto que nos marquen en el mapa para hacer lo que nos hayan pedido (generalmente, librar algún tipo de combate).

Al menos, se agradece que podamos desplazarnos por él volando y en vehículos y no podemos negar que, desde luego, hay bastante contenido si queréis dedicarle horas. Además, aunque las misiones como tal no nos hayan terminado de convencer, se les ha dado una estructura relativamente adictiva, ya que nos recompensan de multitud de formas distintas. No en vano, completar misiones sirve para desbloquear nuevas piezas de equipo para personalizar a nuestros personajes (tanto a nivel de estadísticas como en lo estético), y subir nuestro rango de aventurero, y esto último también nos servirá para desbloquear más equipo y más encargos de dificultad creciente, además de facilitarnos reclutar como amigos a los personajes con los que nos encontremos (lo que sirve para mejorar y ampliar las instalaciones de nuestra nave), generando así un bucle que nos ha gustado y que está bien diseñado.

En total, si solo queremos completar la historia principal el título tiene una duración sorprendentemente baja de entre 10 y 12 horas, aunque si decidimos invertir tiempo en Blue Garden y aspiramos a conseguirlo todo la cifra se dispara fácilmente por encima de las 30 horas, por lo que contenido no os va a faltar.

Una buena recreación del arte de Mashima

Finalmente, cabe destacar que el apartado técnico es muy, muy discreto, hasta el punto de que parece un título de hace dos generaciones y no precisamente de los punteros. Los modelados van muy justos, la distancia de dibujado es bajísima, las texturas son pobres y de baja resolución, las animaciones resultan demasiado rígidas (especialmente durante las secuencias de vídeo) y los escenarios no podrían ser más desangelados. A pesar de todo ello, tenemos que admitir que el arte de Mashima lo clava (al final, esto es lo más importante), especialmente en lo que se refiere al diseño de los personajes y de las distintas caras que suelen poner.

La banda sonora es de calidad, variada y ambienta perfectamente todas nuestras aventuras, logrando ese toque de aventura espacial que tanto busca la serie, mientras que los efectos se limitan a cumplir sin grandes alardes. La gran noticia es que las voces están en japonés con el mismo reparto del anime y los textos están traducidos al español, toda una sorpresa de lo más agradable y que se merece nuestro aplauso, pues no es lo habitual que juegos de animes menos conocidos por el gran público nos lleguen en nuestra lengua.

Conclusiones

Edens Zero es, en cierto modo, el tipo de adaptación que nos gustaría ver más a menudo de juegos basados en mangas, a pesar de que su ejecución podría haber sido mucho mejor. Es un título que si te gusta la serie en la que se basa probablemente vayas a disfrutar por la recreación que hace de su historia y de sus personajes y por su buena cantidad de contenidos, pero que para el resto no dejará de ser un RPG de acción del montón con unos valores de producción muy modestos, con un diseño de misiones nada inspirado y con unos combates demasiado simplones y mejorables en los que la estrategia brilla por su ausencia. ¿Es entretenido a pesar de todo? Sí, pero tampoco le pidas mucho más.

Hemos escrito este análisis gracias a un código de descarga para PS5 que nos ha facilitado Peidró Comunicación.