Análisis Chorus, un Ace Combat espacial (PS5, Xbox Series X/S, Xbox One, PS4, PC)
Hace unos meses os hablamos de Chorus, una nueva aventura de combates espaciales desarrollado por Fishlabs, uno de los muchos estudios de Deep Silver y Koch Media. El equipo es conocido especialmente por sus juegos para móviles Galaxy on Fire, aunque en los últimos años también han participado en la adaptación de Saints Row 3 y Saints Row 4 para Nintendo Switch. El título, aunque no trata de revolucionar el género, viene acompañado de una historia más interesante que otros juegos de la competencia, un buen acabado técnico para tratarse de un proyecto AA y mucha acción a bordo de Forsaken, la nave que nos acompañará en este viaje de redención.
Un frenético arcade de naves
Como os contamos en su momento, la protagonista –Nara- se embarca en una historia de venganza contra aquellos a los que sirvió. En los primeros minutos de Chorus se presenta a esta piloto del Círculo, la guerrera más letal, que decide enfrentarse al Gran Profeta y la oscura secta para la que cumplió misiones de las que ahora no se siente precisamente orgullosa. Puede que el argumento tenga sus tópicos –está todo inventado- pero hay que admitir que el juego se esfuerza por dar peso a la narrativa con constantes diálogos entre Nara y la IA de Forsaken, otros compañeros por radio, extrañas visiones de su pasado o incluso los pensamientos de la protagonista. Puede que detrás no tenga una licencia tan potente como fue el caso de Star Wars: Squadrons, pero eso no ha impedido que Fishlabs dé un mejor contexto a las motivaciones de Nara.
¿En qué consiste Chorus? Una vez a los mandos de la nave nos encontramos con unas áreas más o menos amplias a explorar, cordones de asteroides con sus puertos espaciales, estaciones y templos excavados en las rocas. Funciona de manera similar a como lo haría un mundo abierto -o semiabierto- terrestre, con la opción de participar en misiones opcionales, explorar el entorno libremente o seguir las misiones principales. Todo esto afecta al pilar del progreso, pues la nave se podrá personalizar con mejor equipamiento ofensivo y defensivo, nuevos tipos de armas y otras tecnologías que aumenten el daño, la velocidad u otros aspectos. En tu mano avanzar de manera directa en la historia o conseguir recursos que quizás necesites más adelante.
En cualquier caso, las misiones van a cubrir los encargos típicos de estos juegos: eliminar oleadas enemigas, derribar torretas fijas, escoltar una nave, localizar alguna carga perdida… También hay algunas decisiones que tienen impacto en el desarrollo de acontecimientos posteriores. Es un shooter de naves espaciales, y aunque hay otro tipo de actividades en el exterior o las cavernas en minas, casi siempre hay algún combate esperándonos a la vuelta de la esquina.
Chorus se controla de manera similar a otros juegos de naves o incluso la serie Ace Combat: más arcade que simulación, y aunque manejar la nave siempre requiere un poco de trabajo hasta que te acostumbras a su desplazamiento en las tres dimensiones, no tardarás mucho en empezar a derribar naves con lásers, misiles o ametralladoras. Como hemos comentado, será posible personalizar este armamento que por daño, cadencia o enfriamiento se adapta más a un tipo de enemigo u otro, por lo que deberás ir alternando entre una arma u otra dependiendo de si objetivo se desplaza mucho, va bien protegido o es estático y te puedes permitir la potencia de los misiles, más destructivos pero lentos.
Si bien hasta ahora lo que hemos contado de Chorus no se sale mucho del guion clásico, hay que decir que tanto Nora como Forsaken son un tanto especiales por sus habilidades y los poderes, aquí llamados ritos. Poco a poco iremos desbloqueando nuevas técnicas que amplían nuestras posibilidades, como un giro de la nave sobre su eje –sin por ello perder el impulso, como si fuera un "derrape" en el espacio- que se utiliza para pequeñas secciones de puzles donde hay que disparar pilares en una breve ventana de tiempo, o para sorprender por la retaguardia a naves que van protegidas con escudos en la parte frontal. Combinando esto con un viaje rápido detrás de una nave enemiga, la localización de puntos de interés –parecido a un sónar-, la desactivación temporal de escudos u otros poderes más fantásticos casi de Jedi nos va abriendo más posibilidades en el combate y la exploración. El estudio ha reconocido que, con todo su potencial desbloqueado, casi ni nos hará falta hacer uso de las armas de fuego para derribar las fuerzas del Círculo.
La diversión está asegurada entramos de lleno en batallas espaciales con multitud de naves, lluvias de disparos y persecuciones a pilotos que se mueve a una velocidad pasmosa. Hay que admitir también que no todas las misiones son tan épicas como se podría esperar, y que a veces echamos de falta puntos de control dentro de las misiones para no repetir de nuevo un combate desde el principio –nos gusta el desafío pero a nadie le gusta repetir batallas que pueden llevar muchos minutos de partida- o incluso de guardado, porque hay misiones se eternizan con oleadas de más y más naves que sólo aportan escudos más resistentes. La historia principal nos llevará unas 15 horas que alcanzan las 20 si tomamos parte de encargos extra.
Con todo, el combate es sin duda uno de los puntos fuertes de Chorus, y con práctica se pueden hacer auténticas virguerías en el espacio, eliminando enemigos, esquivando minas y volando cerca –o dentro- de los grandes cargueros. Una montaña rusa de emociones que nos hace olvidar los tramos menos brillantes, como los viajes por el espacio hasta alcanzar un punto de interés alejado o la próxima misión de historia, pero hay que admitir que hasta esto está bien planteado: toda la exploración opcional es exactamente eso, puedes investigar o participar en los encuentros aleatorios, o saltar directamente a la siguiente área.
En la inmensidad de la galaxia
Chorus es un juego que viene un poco limitado en cuanto a localizaciones y ambientes por la propia naturaleza de su ambientación. Cada mapa juega con una iluminación diferente que en ocasiones produce cambios drásticos en el color o los contrastes, varía el escenario a la lejanía y tenemos interiores que van desde estaciones espaciales a los misteriosos templos. La impresión varía mucho, hay rincones muy espectaculares y bonitos mientras que otros caen en algo más genérico que sería difícil de diferenciar de cualquier otro shooter de naves.
Lo hemos jugado en PS5 y el buen rendimiento siempre ayuda a un juego que puede volverse muy frenético con giros en las tres dimensiones, disparos por toda la pantalla y naves estallando; es un juego resultón al que se le puede echar en falta alguna opción que añadiese más espectacularidad –por ejemplo una vista desde la cabina- pero es posible que eso complicase mucho realizar ciertos movimientos con Forsaken. Comentar que hemos sufrido cuelgues pero esperamos que se solucionen para el lanzamiento o muy poco tiempo después.
En la banda sonora del compositor portugués Pedro Macedo Camacho es, por lo general, ambiental y con toques que refuerzan la parte espiritual de su historia. Naturalmente hay momentos para subir la emoción durante persecuciones y batallas multitudinarias, pero nos ha gustado que se experimente un poco más con instrumentos y voces –sería delito que un juego llamado Chorus, coro, no contase con ellas- para alejarse del sonido estándar que solemos encontrar en otras superproducciones. Nos llega con voces en inglés –textos en español-, bastante abundantes dado que Nara está hablando o recitando sus pensamientos constantemente.
Conclusiones
Si miramos atrás, la popularidad de los shooters espaciales va y viene. Algunos de los mejores títulos de los 90 pertenecían a este género, después pasamos por sequías y ahora parece que regresan con propuestas para todos los gustos. Chorus entra en la categoría más arcade y accesible -por comodidad, no hablamos de la dificultad que tiende a ser alta-, e incluso debajo de ese aspecto un tanto típico se esconden algunas mecánicas originales que van más allá de pulsar el gatillo a todo lo que aparezca en pantalla.
Lo mejor que podemos decir es que tiene personalidad: incluso si no te interesa su historia hay que reconocer que se ha cuidado para que te impliques en ella, el combate tiene algunas ideas frescas gracias a las habilidades de la protagonista y la nave, mientras que el progreso rolero da flexibilidad a la personalización. No todo nos ha parecido al mismo nivel: encadenar varias misiones similares se puede hacer monótono y explorar las zonas en busca de recursos o encargos es más pesado de lo que debía, pero el núcleo más importante –la acción- encantará a todos los aspirantes a piloto espacial. Una agradable sorpresa para terminar el año.
Hemos realizado este análisis en PS5 con un código proporcionado por Koch Media.