Análisis de Tales of Berseria (PS4, PS3, PC)
Algo que tenemos que agradecerle a Tales of es lo fiel que siempre ha sido a sus propias bases. El anuncio de una nueva entrega de esta saga suele ser motivo de alegría para cualquier amante de los JRPG ya que, para bien o para mal, siempre sabemos y tenemos muy claro qué es lo que nos vamos a encontrar en cada una de ellas.
En vez de experimentar con otros géneros y fórmulas, cada Tales of nos ha ofrecido una gran aventura de rol caracterizada por sus divertidísimos combates de acción, por sus carismáticos personajes y la profunda evolución que sufren a lo largo del juego y por sus historias de épica y fantasía que, a pesar de estar repletas de clichés de multitud de animes, siempre consiguen engancharnos de principio a fin. Y todo ello sin olvidarnos de las multitud de horas de contenidos que suelen ofrecer ni de sus geniales diseños artísticos.
Y esto es precisamente lo que viene a ofrecernos Tales of Berseria, la entrega más reciente de esta querida y veterana saga que está viviendo en estos últimos años sus mejores momentos de popularidad: un Tales of con todas las letras y que hará las delicias de cualquier fan de la saga al dar justo lo que se espera de él.
Una historia de venganza, emociones y razón
Esta vez la historia nos llevará a encarnar a Velvet, una joven que por motivos que no nos corresponde a nosotros desvelar, posee un brazo demoniaco y que busca vengarse de cierta persona por un traumático acontecimiento que descubriremos durante las primeras horas de juego.
Es aquí precisamente donde nos encontramos uno de los puntos más interesantes de Berseria, al proponernos un guion mucho más oscuro y adulto de lo habitual. Sus protagonistas están lejos de ser el típico grupo de héroes buenazos buscando salvar el mundo, y casi todos ellos tienen motivaciones mucho más cuestionables y de dudosa moralidad que les llevarán a cometer todo tipo de actos reprobables si con ello consiguen acercarse un poco más a su objetivo.
Como resultado, tenemos a un grupo de antihéroes interesantísimo y muy atractivo que no actuará siempre como esperaríamos, dando pie a conversaciones y debates morales muy interesantes, consiguiendo que empaticemos rápidamente con ellos y que nos identifiquemos con muchos de los conflictos internos con los que luchan día tras día.
Todo esto también se aplica en el desarrollo del guion, tocando temas más complejos y actuales de lo normal en la saga, llegando a permitirse el lujo de realizar incluso ciertas críticas sociales que nos han parecido sorprendentemente interesantes. Evidentemente, no faltan las dosis de humor de siempre, aunque sí que es cierto que están mucho más medidas que antes y suelen reservarse para los skits y las conversaciones opcionales, algo que se agradece considerablemente.
Otra cosa que nos ha gustado muchísimo sobre su argumento es que esta vez la historia se ambienta en el mismo mundo que Tales of Zestiria, la anterior entrega de la serie, aunque muchísimos años antes de los acontecimientos que tuvieron lugar en aquel juego. La aventura es perfectamente disfrutable si no lo jugasteis, aunque ambos títulos están tan bien relacionados y se han metido tantísimos guiños y momentos de puro fan service que bien merece la pena pasar primero por la odisea de Sorey.
De hecho, resulta muy llamativo el contrapunto que hay entre ambos juegos, ya que el grupo de protagonistas de Berseria es precisamente todo lo opuesto al de Zestiria, dándonos un punto de vista muy diferente e igualmente válido de este universo, algo que nos ayudará a entenderlo todo mucho mejor. No en vano, probablemente incluso os lleguéis a replantear y a reconsiderar la legitimidad de todo lo que hicisteis en el título anterior.
El encanto de los clásicos
Entrando ya en lo que es su jugabilidad, volvemos a encontrarnos con un JRPG de manual, es decir, una aventura en la que tendremos que recorrer el mundo mientras asistimos a una ingente cantidad de conversaciones y vídeos, luchamos contra monstruos para ganar experiencia y subir de nivel, resolvemos algún que otro puzle y mejoramos nuestro equipo para hacernos cada vez más fuertes.
No hay sorpresas ni en su planteamiento ni en su estructura, ya que resulta extremadamente clásico en este sentido. De hecho, se ha reducido considerablemente el tamaño del mundo y de los mapas respecto a lo visto en Zestiria para hacerlos más compactos y concentrar mejor los puntos de interés.
Aunque lo lógico sería pensar que esto nos debería de ahorrar muchas pateadas innecesarias, lo cierto es que el desarrollo del propio juego no ayuda a ello y nos encontraremos con bastantes momentos en los que nos obligarán a pasar muchas veces por los mismos sitios y de forma muy seguida, transmitiéndonos la sensación de estar dando numerosas vueltas sin más propósito que el de alargar artificialmente la duración del juego.
La exploración y la forma de movernos por los mapas es igual de clásica, ya que en ellos iremos encontrando cofres, materiales, monstruos y rutas que en un principio estarán cerradas hasta que consigamos la habilidad de rigor que nos permita desbloquearlas. No hay saltos, ni una gran movilidad que nos permita salirnos de los límites y los pasillos fijados por los desarrolladores, algo que se echa de menos en ciertas situaciones, como cuando tenemos que rodear por completo un bordillo que nos llega por los tobillos porque no podemos saltarlo, algo que a día de hoy resulta muy arcaico e incluso ridículo.
Otro aspecto muy mejorable lo tenemos en las propias mazmorras, ya que se ha apostado por un diseño bastante genérico y pobre para las mismas, convirtiéndolas en simples laberintos de pasillos donde encontrar el camino a seguir mientras combatimos monstruos. Algunas de ellas cuentan con algún que otro puzle, pero son tan simples y están tan poco inspirados que cuesta llamarlos como tal, lo que es una pena, especialmente viendo lo que se consiguió con los cuatro templos elementales de Zestiria, probablemente de las mejores mazmorras de la saga, por lo que es una pena que no se haya seguido este camino.
A pesar de estos problemas, el guion está tan bien llevado y los personajes son tan interesantes que la exploración del mundo siempre suele resultar en una experiencia muy agradable y entretenida, incluso cuando no pasa nada realmente importante en la trama principal (os avisamos que tiene varias secciones lentísimas en este sentido).
Tal y como era de esperar, los combates vuelven a convertirse en uno de los principales reclamos de esta nueva entrega, ofreciéndonos un sistema de batalla en tiempo real muy divertido y completo repleto de posibilidades. La idea básica del mismo consiste en realizar combos de artes combinando los cuatro botones principales del mando para enlazar una técnica con otra.
Estas cadenas de golpes las podremos combinar a nuestro gusto desde el menú, asignando el arte que queremos realizar a cada botón según el momento del combo en el que queremos ejecutarlas, de modo que podremos adaptarlos para explotar las diferentes debilidades elementales de nuestros enemigos, algo que le da mucha versatilidad y libertad al sistema.
Para añadirle algo de estrategia al asunto se ha implementado un sistema de "almas" que determinarán lo que podemos abusar de nuestros combos, ya que a medida que realicemos técnicas este medidor se irá reduciendo, impidiéndonos realizar muchas técnicas consecutivas o reduciendo la efectividad de nuestros golpes, algo que podremos evitar defendiendo, quedándonos quietos y realizando acciones especiales.
Podemos tener cinco almas como máximo que actúen de medidor, pero tal y como podréis imaginar, determinados movimientos y sucesos de la batalla podrán reducir o aumentar nuestro límite. Por ejemplo, cada vez que abatamos a un enemigo recibiremos un alma, pero si nos aturden nos la quitarán y el rival ganará una. Lo interesante es que las mismas reglas se aplican tanto para aliados como para enemigos, forzándonos a jugar con cierta cabeza y a gestionar nuestros recursos adecuadamente para no quedarnos vendidos en el peor momento.
Para darle algo más de profundidad a los combates también se ha añadido la posibilidad de desatar un modo especial para cada personaje (sus efectos cambian por completo según quien lo ejecute, ya que depende del héroe que lo active) pulsando R2 cuando tengamos al menos tres almas como máximo (consumirá una de ellas), una acción que nos resulta prácticamente imprescindible por lo útil y espectacular que resulta en algunos casos, como el de Velvet, ya que le permite utilizar su brazo demoniaco para realizar combos devastadores.
Finalmente, durante las batallas también tendremos un último medidor que podremos usar para ejecutar el ataque definitivo de nuestro personaje o para intercambiar los luchadores activos con los de reserva en tiempo real, algo que permite realizar combos conjuntos entre varios personajes o sustituir a un aliado caído por otro que esté al 100% de sus posibilidades si queremos ahorrar en objetos curativos, por mencionar unos pocos ejemplos de las utilidades que le hemos encontrado. Es más, si aprendemos a dominar estos cambios para hacerlos en el momento justo podemos llegar incluso a esquivar ataques que podrían resultar letales.
En general, combatir es una experiencia muy divertida y no nos hemos aburrido en ningún momento de batallar, aunque tenemos que avisaros que el juego es extremadamente fácil en dificultad Normal, convirtiendo los combates en un paseo que puede ser completado a base de machacar botones, perdiendo de este modo todo el toque estratégico que ofrece, por lo que os recomendamos que subáis un poco el nivel de desafío para que os obliguen a sacarle partido a todas sus posibilidades jugables.
A nivel gráfico nos encontramos con un juego que deja bien patente en todo momento sus orígenes como título de PlayStation 3 (versión que se queda sin llegar a Europa). Hay texturas muy pobres y con muy poca resolución, una cantidad de popping exagerada en ocasiones y unos modelados de personajes que podrían dar para mucho más. A pesar de ello, el gran apartado artístico del que hace gala consigue maquillar casi todos sus defectos, ya sea por sus diseños de personajes o por los preciosos y variados escenarios que visitaremos.
Tampoco podemos olvidarnos de sus espectaculares escenas de animación tradicional: más numerosas y bien realizadas que nunca, lo que ya es decir. Los vídeos generados con el propio motor del juego también han mejorado considerablemente y los combates son todo un festival de efectos sucediéndose sin parar mientras todo se mueve con gran fluidez.
El sonido vuelve a regalarnos una banda sonora muy buena y repleta de temas de calidad que saben adaptarse muy bien a todo lo que vemos en pantalla, aunque nos ha parecido algo más genérica de lo que nos gustaría. De hecho, nuestras canciones favoritos han resultado ser las nuevas remezclas de las de juegos anteriores, además de su genial opening. Los efectos son variados y de calidad, y el doblaje nos permite escoger entre inglés y japonés, siendo nuestro favorito este último, aunque sin desmerecer el trabajo realizado en la versión anglosajona. Destacar que todos los textos están muy bien traducidos al castellano.
Conclusiones
Tales of Berseria es un juego de rol japonés que entiende perfectamente lo que sus fans quieren y buscan, proponiéndonos una aventura larguísima (la historia principalmente difícilmente os bajará de las 40 horas aunque os centréis en ella) y con muchas cosas por hacer. La madurez que ha ganado la narrativa de la saga con esta entrega le ha sentado genial, regalándonos una de las historias más oscuras y duras de toda la serie, así como uno de los mejores grupos de protagonistas que hemos visto hasta la fecha.
No todo es perfecto, ya que, por ejemplo, el diseño de las mazmorras es muy mejorable y el ritmo de la aventura es un poco irregular a veces, aunque sus virtudes tienen tanto peso, como su fantástico sistema de combate, que acaban por hacer de sus defectos algo menor y que no estropea el satisfactorio conjunto que se ha conseguido.
Si te gusta lo que lleva proponiendo esta mágica serie desde hace más de 20 años no deberías ni de pensártelo, ya que vas a disfrutar muchísimo de esta aventura de principio a fin, y si solo buscáis un buen JRPG clásico con combates en tiempo real, pocas opciones mejores vais a encontrar ahora mismo que lo que nos propone el apasionante viaje de Velvet.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 gracias a una copia de la versión final que nos ha proporcionado Bandai Namco.