Análisis de Semispheres (PS4, Switch, PSVITA, PC)
El panorama independiente de la industria nos suele dejar buenos juegos de puzles. No es que tengan menos mérito que otros géneros, pero sí es verdad que pueden prescindir de la parte más costosa de las grandes producciones; no se necesitan gráficos espectaculares ni demasiada ambición –salvando casos concretos como The Witness o The Talos Principle-. Únicamente, que no es poco, un diseño de niveles y unas reglas bien definidas.
Semispheres de Vivid Helix es un nuevo título de puzles 2D que llega ahora a PC y PlayStation 4 –y más adelante a Xbox One-. Va directo al juego, sin rodeos, y aunque tiene alguna pequeña historia de un niño y su robot contada mediante viñetas que se van revelando a medida que resolvemos un grupo de niveles, realmente no aportan demasiado ni a la sensación de progreso ni al interés por avanzar. Sí lo es en cambio que su curva de dificultad esté bien ajustada, de forma que nuestros primeros pasos son prácticamente un tutorial de su mecánica, para después pasar a algo que, por lo menos, nos hace pensar. No obstante su dificultad en general es bastante asequible.
La idea de Semispheres es simple: se basa en controlar dos especies de medusas, hemisferios cerebrales o semiesferas, cada una con las palanca del pad –lo hemos jugado en PS4, pero también se recomienda mando para PC-. Estos hemisferios deben atravesar unos laberintos y llegar a una meta, cada uno la suya, que se diferencian en colores –naranja y azul-. Esta jugabilidad no es completamente original y se ha podido ver en alguna variante en otros títulos –Brothers: A Tale of Two Sons, aunque su presentación sea muy diferente-, pero eso no le resta diversión.
A lo largo de los más de 50 niveles estos retos van incrementando el número de ítems que proporcionan habilidades imprescindibles para resolver cada reto, representados en mapas simétricos -salvo por la colocación de enemigos-.
Y aunque no se trata de un lanzamiento que requiera reflejos o velocidad –no demasiada, al menos-, sí que se inspira un poco en el tipo de peligros que encontraríamos en un juego de sigilo, con esferas que proyectan un campo de visión al que no debemos entrar. Para sortear estos retos necesitaremos la colaboración de ambos hemisferios, pues no están totalmente incomunicados.
En estos tableros encontraremos una especie de portales que comunican los laberintos; no para saltar de uno a otro, sino para "ver" por esta ventana al compañero y emitir un sonido que alerta a los enemigos. Es decir, gran parte de estos puzles consisten en llevar a uno de los personajes a este punto, hacer que un vigilante se desvíe momentáneamente de su lugar y entonces aprovechar ese descuido con el hemisferio bloqueado.
Esta es la regla básica de Semispheres, aunque obviamente se va complicando a medida que resolvemos niveles. Por ejemplo, un ítem nos permitirá crear nuestros propios portales allí donde se necesite –cerca de enemigos de la otra imagen-, e incluso más adelante una teletransportación que lleva a estos hemisferios de una parte a otra –pudiendo tener las dos en la misma zona-.
En definitiva, el juego nos anima a ver hasta dónde avanzas en uno de los puzles, utilizar el compañero para abrir camino y continuar así hasta que ambos alcanzan su objetivo. Puesto que no hay presión por una cuenta atrás, el juego en ningún momento nos obliga a controlar las dos partes simultáneamente –algo que podría causar problemas de coordinación, porque se hace difícil ver los dos puntos en los extremos de la pantalla grande-; puedes ir a tu ritmo, paso a paso y sin confusiones.
Semispheres cumple con lo que se pide de un juego de puzles. Su música relajante a cargo de Sid Barnhoorn -Antichamber, The Stanley Parable, Out There- no destaca demasiado, pero tampoco molesta. Las pruebas iniciales se resuelven a la primera y en pocos segundos has visualizado la solución; en la recta final necesitarás tomar tu tiempo, reintentar varias estrategias y experimentar con las herramientas disponibles.
El principal problema que encontramos en el juego es que básicamente esto es todo lo que ofrece, y se echan en falta algunas costumbres habituales en el género, por ejemplo los sistemas de calificación. A diferencia de otros puzles que incluyen algún tipo de coleccionable extra más complicado de obtener –por situarse en un lugar de más difícil acceso-, una valoración con estrellas/medallas por completar el puzle en un tiempo récord o un menor desplazamiento, Semispheres no tiene en cuenta estos parámetros. Esto no sólo reduce el esfuerzo requerido –los fallos apenas tienen penalización-, sino que también elimina la rejugabilidad. Completarlo nos puede llevar de tres a cuatro horas según nuestra experiencia.
Visualmente Semispheres es tal y como se ve en las imágenes: laberintos de neón en dos colores, con un fondo que representa algo así como una red neuronal. Utiliza algunos efectos de iluminación para representar con precisión la vista de los centinelas, aunque no es un juego que destaque precisamente en lo técnico o artístico; simplemente es práctico y no se le puede exigir mucho más.
Conclusiones
El reducidísimo número de creadores –cuatro- que han diseñado Semispheres ha ido sobre seguro: no abarcar demasiado. Esto es un arma de doble filo, porque el juego ofrece lo que promete, pero también da la sensación de quedar un poco corto en contenido, modos de juego y otras funciones si lo comparamos con propuestas similares en el mercado móvil, de consola o PC.
Si buscas un juego de puzles sencillo –que no necesariamente fácil-, hasta cierto punto relajante, y disfrutas con la estrategia de los juegos de sigilo, aunque sea en versión muy ligera, no lo descartes en tus futuras compras.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Vivid Helix.