Análisis de Romancing SaGa 2 (PS4, PSVITA, Xbox One, Switch, PC)
Square Enix tiene un legado de RPG suficientemente grande como para rescatar todos los años, con más o menos mejoras, clásicos de los 90. Se acaba de lanzar Romancing SaGa 2 y en dos meses lo hará una revisión más profunda –con gráficos 3D- de Secret of Mana. Estamos en pleno aniversario de Final Fantasy y ya se prometen noticias en 2018 relacionadas con la saga, lo que nos hace pensar que el filón por la nostalgia todavía continuará durante años.
Lanzado en 1993 para Super Nintendo, Romancing SaGa 2 nos cuenta la lucha de siete héroes que acabaron con unas fuerzas demoníacas, pero tras su éxito desaparecieron y el acontecimiento se convirtió en leyenda.
Después de un tiempo de paz regresan estos héroes, pero no son buenas noticias precisamente: ahora son nuestros enemigos.
En Romancing SaGa 2 tomamos el control de diversos personajes en la línea sucesora de los gobernantes de un imperio, y con cada fallecimiento –en combate o por la historia-, podremos elegir un sucesor que heredará técnicas de su linaje. Este planteamiento fue uno de los puntos más originales frente a la mayoría de RPG de la época donde controlábamos a un único personaje, habitualmente poco importante, que por algún motivo se convertía en el salvador de la humanidad. Aquí somos el gestor de un reino que se expande durante décadas.
Romancing SaGa 2 nos propone explorar el mundo, derrotar a monstruos, participar en misiones secundarias y mejorar nuestro reino. Un desarrollo bastante libre nos permite hacer crecer nuestro reino, pero si lo deseamos, también podemos olvidar un poco este aspecto y centrarnos más en la narrativa. En su momento no era tan habitual encontrar un RPG con tantas opciones como este.
La cuestión de herencia y de integrar la muerte dentro de la historia –puedes perder y continuar con otro personaje que intentará buscar la venganza- son los que hacen especial a un juego que por lo demás es muy tradicional: rol por turnos. Las mazmorras y escenarios con enemigos –visibles- nos llevan a un combate con nuestro grupo, utilizando ataques con armas, artes marciales, técnicas especiales y magias. Nuestros compañeros tienen un sistema de muerte permanente, y si mueren repetidamente los perderás.
Para dar algo más de profundidad o estrategia a las batallas hay que decir que la formación tiene peso en modificar los atributos de cada personaje y las probabilidades de recibir ataques, y que también influye el tipo de arma que usamos. Además, podrás crear nuevas técnicas y hechizos hablando con soldados, forjando armas o construyendo edificaciones que incentiven el desarrollo en el imperio. Romancing SaGa 2 no destaca demasiado en la acción, pero tampoco aquí es un mero clon de Final Fantasy.
La actual versión parte de un remake para iOS y Android. De ahí dio el salto a PS Vita, y en Occidente amplía el número de plataformas a PlayStation 4, Switch, Xbox One y PC, además de la propia PS Vita. La adaptación trae novedades y la primera salta a la vista: gráficos más detallados, manteniendo la esencia 2D pero con mucha más definición para los escenarios, que son preciosos. Los personajes en cambio están más pixelados y desentonan un poco con el detalle que les rodea.
Sin las limitaciones de la paleta de colores, con más resolución y efectos de transparencia, el juego visualmente nos ha gustado mucho durante la exploración. Sin embargo los combates, salvando algunos puntuales donde se han aplicado animaciones a los enemigos, pecan de ser tan estáticos como los originales, así que llaman menos la atención. Una lástima que no se hayan aplicado mejores efectos o más cuadros de animación que diesen una vida de la que carecen estos enfrentamientos.
Pero el equipo no se limitó a actualizar sprites, también hay nuevo contenido. Al inicio de nuestra partida se nos preguntará entre la experiencia mejorada –que es lo recomendable- o jugar sin las novedades, tal y como era el original. Se han añadido nuevas mazmorras, clases, localizaciones y un modo New Game+ para trasladar datos de nuestra partida a una nueva; por ejemplo, si encuentras que la dificultad es alta, puedes volver a empezar con esos atributos y objetos conseguidos desde un principio, suavizando las primeras horas.
En cambio hay algunos aspectos de esta revisión que no nos han gustado tanto. La interfaz está claramente pensada para móvil y resulta demasiado intrusiva durante los combates por sus enormes recuadros de texto que ocupan media pantalla. Lo curioso es que a pesar de estas fuentes innecesariamente grandes echamos en falta información básica en un simple vistazo, como la vida del resto de personajes -se activa con la pulsación de un botón-.
El control no es demasiado cómodo. El desplazamiento funciona en una especie de rejilla invisible, de manera que los pasos avanzan una distancia determinada. Cuesta acostumbrarse y en espacios pequeños –interiores de habitaciones- se hace impreciso y con algo de lag. El problema es que esto también sucede en las mazmorras, y puesto que están muy pobladas de enemigos –que además se mueven a gran velocidad- a veces no será posible evitar la confrontación, que era una de las ventajas de tener enemigos visibles.
Conclusiones
Un rápido vistazo a Romancing SaGa 2 puede recordarnos a muchos otros RPG de la época, pero tiene aspectos en su desarrollo diferentes y originales. Y aunque Square Enix lanzó mejores exponentes del género, siempre es una buena noticia que Occidente pueda disfrutar de este título en numerosas plataformas actuales.
La revisión nos da una de cal y otra de arena. Los nuevos gráficos recrean el original de manera fiel y lo mejoran, la música mantiene el estilo clásico, hay más contenido, pero por otra parte el control y una interfaz pensada para smartphone impiden que sea más redondo.
Hemos realizado este análisis en su versión PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Koch Media.