Análisis de Pang Adventures (PS4, Switch, Android, iPhone, PC, Xbox One)
Muchos jugadores crecimos disfrutando de las grandes vivencias que nos hacían experimentar los antiguos salones recreativos, algo que en los tiempos actuales por desgracia es una actividad que no tiene cabida en la mayoría de los pueblos y ciudades de nuestro territorio. Y sin duda juegos como Pang y sus correspondientes versiones posteriores nos hicieron pasar ratos inolvidables, siendo una de esas propuestas tan sencillas como endiabladamente enganchantes y divertidas.
Varias décadas después y tras haber sido versionado para diversas plataformas de juego, este gran clásico se ha querido dar un paseo por los formatos de juego actuales, siendo un título de carácter digital ameno para cualquier tipo de usuario. Pero el problema es que le falta contenido, ya que en cuestión de un par de horas lo más probable es que acabemos cansados de él.
Cuidado con esas pelotas
Programado para PS4, Xbox One, PC y terminales móviles iOS y también Android, en Pang Adventures tenemos que librarnos de esas dichosas bolas de colores que rebotan incesantemente por la pantalla.
¿Y quién es el culpable de que debamos realizar dicha tarea? Pues los alienígenas, quiénes si no. Resulta que en la exótica isla Bora Bora se ha desatado el caos. Unos alienígenas han soltado unas bolas de colores que están acabando con la población, lo que supone una amenaza para toda la humanidad. Y para poder parar los pies a dicho apocalíptico desenlace para la especie humana, dos hermanos (los Pang) deben acabar con decenas y decenas de estos orondos objetos (o seres, no lo tenemos claro todavía).
Un hilo argumental sin pies ni cabeza y carente de cualquier sentido que podamos comprender, que de todas maneras es lo de menos para un título cuya razón de ser es la de proporcionarnos la diversión más simple. Como sucedía en la recreativa original, en el papel de los hermanos Pang debemos armarnos con arpones (que es nuestra arma básica en el juego) y saltar a los diversos escenarios donde se encuentran las bolas.
Estas pelotas son de diversos tamaños, y a medida que las atizamos, éstas van menguando sus dimensiones hasta acabar desapareciendo. Nosotros solo podemos guiar a los personajes de derecha a izquierda de la pantalla, en la zona inferior, y únicamente se emplea un solo botón para accionar el arpón o el arma que estemos usando en ese momento. Más simple, imposible.
Pero claro, a esta propuesta de juego tan básica se van sumando diferentes ingredientes y elementos adicionales que le van aportando un interés más elevado. Para empezar, es posible ir recogiendo diferentes power ups y armas que nos facilitan las cosas. Ametralladoras, pistolas o lanzallamas son algunos de ellos, pudiendo incluso congelar el tiempo durante unos instantes recogiendo un reloj de arena que a veces aparece en los fondos o, también, obtener frutas y otros objetos que nos permiten acumular una mayor puntuación. Y al tratarse de un arcade de los de toda la vida, este último hecho se convierte en uno de los principales puntos de interés del título.
Siguiendo con su mecánica, no todo es tan sencillo como puede parecer. Los escenarios están repletos de objetos y animales (pájaros, cangrejos, una especie de caracoles, etc.) que entorpecen nuestro trabajo. Igualmente, muchos escenarios poseen un diseño de lo más retorcido y en ocasiones nos deparan ciertas desventajas, como el hecho de que se reduzcan paulatinamente sus dimensiones, que presenten elementos que no pueden ser destruidos, etc. Y además y por vez primera en la saga (al menos si no recordamos mal), se ha incorporado algún que otro jefe final que aporta más diversidad a un esquema de juego demasiado reiterativo.
Pero más allá de todo esto, el mayor problema que tenemos que combatir es el tiempo. En efecto, debemos superar cada nivel dentro de un límite de tiempo determinado y si nos excedemos, Game Over. Un recuerdo más de que nos encontramos ante un arcade de los de toda la vida.
Recorriendo el planeta
Hasta aquí todo correcto. El juego es de lo más divertido, incorpora modo para dos jugadores cooperativo en el que es posible controlar a los dos hermanos Pang, es muy accesible y engancha desde el primer momento. Pero el título posee un problema fundamental: su falta de contenido.
El modo de juego principal se denomina Tour Mundial y en él debemos ir recorriendo el mundo para ir acabando con las bolas de colores. Y es que aunque al principio os hemos comentado que todo comienza en la paradisíaca isla de Bora Bora, el problema va extendiéndose por todo el globo, siendo necesario visitar lugares como Escocia, el Ártico y otras zonas para acabar con los alienígenas. Más de 100 niveles nos aguardan.
Mientras dura es divertido, pero el problema es que en un par de horas como mucho lo habremos superado. ¿Y qué hacemos después? Pues disfrutar de un par de opciones complementarias que habilitamos. La primera en aparecer es la modalidad Pánico. En esta opción debemos afrontar una especie de modo Supervivencia en el que debemos superar 99 niveles del tirón, sin descansos de por medio, iniciando la partida con tres vida únicamente. Pero si lo hacemos bien, es posible ir acaparando más con los puntos que vamos consiguiendo.
Pero más desafiante si cabe es el modo Puntos. Como si de un guiño a los juegos clásicos se tratara, en esta modalidad es necesario completar el juego entero con sólo tres vidas, un reto sólo a la altura de los usuarios más habilidosos. ¿Y qué más tenemos? Pues no demasiado.
Es en este punto precisamente donde más pegas podemos echar en cara a Pang Adventures, dado que no nos ofrece nada más en cuestión de opciones o modos adicionales. Y dejando de lado la exigente dificultad del modo Puntos que, a fin de cuentas, ofrece una experiencia de juego similar a la observada en el modo Tour, lo cierto es que este título no destaca por su rejugabilidad precisamente, algo que le resta varios puntos en su valoración final.
Es una lástima que no se haya cuidado más este aspecto, porque de lo contrario estaríamos hablando de un grande dentro de su género tan olvidado en nuestros días. Sí, porque visualmente es realmente alegre y da gusto avanzar de un punto a otro del mapa para disfrutar de bellos fondos realizados con mucho gusto y animaciones sencillas pero funcionales para los personajes.
Conclusiones
Los que más disfrutarán con esta propuesta van a ser sin duda los usuarios más veteranos. Y no porque el juego suponga un reto inigualable, para nada, sino porque va a hacerles recordar los viejos tiempos disfrutados en el interior de esas salas idealizadas por muchos de nosotros que eran los salones recreativos. Esta puesta al día del clásico Pang es un título divertido que merece la pena probar, eso por descontado, lo que pasa es que se hace muy corto a pesar de los pesares y, objetivamente, le pasa factura al conjunto. Eso sí, el modo Puntos es una modalidad que puede suponer un reto más o menos decente para los jugadores más experimentados.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código de descarga proporcionado por DotEmu.