Análisis de MLB 16: The Show (PS4, PS3)

El año pasado hablábamos de cómo MLB 15: The Show parecía haberse dormido un poco en los laureles, principalmente por la falta de competencia. Hoy podemos decir que San Diego Studio ha aprendido de su, quizás ligeramente relajada entrega de 2015, y retorna con un MLB 16: The Show más satisfactorio y con una evolución mucho más perceptible. Obviamente es difícil sorprender cuando ya se tiene una base tan sólida, pero las sensaciones son bastante mejores.
Por si andáis desconectados de la saga, MLB 16: The Show es la nueva entrega del simulador de béisbol que Sony lanza anualmente en sus consolas PlayStation, y que, desde un tiempo a esta parte, es el principal (por no decir único) contendiente en este deporte, a diferencia de otros como el fútbol y el baloncesto, que cuenta con, como mínimo, dos grandes representantes cada año.

Avalancha de modos
MLB 16: The Show, como decimos, es un simulador de béisbol, y en su edición de 2016 nos ofrece pequeñas mejoras jugables y visuales (que comentaremos más adelante), mientras que se centra más en innovar en lo que respecta a los modos de juego. Como su predecesor –y lo decimos ya por si alguien piensa que puede ser difícil de jugar–, cuenta con multitud de opciones para novatos, y a poco que sepamos cómo funciona este deporte, podemos estar bateando en cuestión de minutos. De igual manera, no faltan las opciones para los más veteranos.

Para sacar el verdadero partido de MLB 16: The Show tenemos que sumergirnos en sus modos principales. Uno de ellos es Road to the Show, en el que nos creamos –o importamos de entregas pasadas– nuestro personajes y nos lanzamos a la conquista de la MLB. La esencia del modo permanece intacta, aunque se adereza con el llamado Showtime, que nos permite ralentizar el tiempo para afinar nuestra puntería. Es una habilidad consumible (y prescindible, si queréis obviarla), que también nos habilitará el uso de ciertas mejoras durante un partido.
También se introduce una especie de pretemporada donde nos enfrentamos a una serie de desafíos, cada uno centrado en una de nuestras habilidades, que tendremos que superar para ir forjando nuestra leyenda. Son pequeños detalles que, sin romper su núcleo, dan la sensación de variedad y novedad.
El modo Diamond Dynasty es, una vez más, la estrella. Siguiendo la estela de modos como Ultimate Team, de Electronic Arts, Diamond Dynasty nos propone crear el equipo definitivo que se haga con el dominio de Norteamérica. Y de manera literal, porque cuenta con una adición, el modo Conquest, que casi como si de un juego de estrategia se tratara, nos anima a ir tomando terrenos con nuestras "tropas" de aficionados. Si queréis algo más directo, tenéis el modo Battle Royale, en el que nos enfrentamos a 25 rondas en las que, cuanto más ganemos, más recompensas obtendremos.
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