Análisis Leisure Suit Larry: Wet Dreams Don't Dry, regresa un clásico (PS4, PC, Xbox One, Switch)
Aunque es justo reconocer que LucasArts reinó en las aventuras gráficas en los 90 y prácticamente definió el género, hubo más oferta de otras desarrolladoras con nuevas propuestas que ayudaron a que los point-and-click viviesen una época dorada durante toda la década. Ahí tenemos a Sierra y los King's Quest, la saga Broken Sword, el genial Mundodisco, el terrorífico Dark Seed o la española Pendulo Studios con Igor: Objetivo Uikokahonia y Hollywood Monsters, entre otros muchos ejemplos.
Entre estas aventuras Sierra también tenía en su catálogo una saga que tocaba una temática no demasiado habitual en los videojuegos. Hizo bandera del humor de sal gorda, los dobles sentidos, el erotismo y una dosis de machismo con más o menos éxito, al menos el suficiente para que la saga creada por Al Lowe se convirtiese en una serie muy longeva –debutó en 1987- con constantes secuelas que llegan a nuestros días. Este es el caso de Leisure Suit Larry: Wet Dreams Don't Dry, lanzado el 2018 para PC y que ahora se adapta a consolas.
¿Nos hacemos unas… aventurillas gráficas?
Llevar el universo de Leisure Suit Larry a la actualidad podría ser bastante más polémico de lo que era hace 30 años, así que Assemble Entertainment ha tomado una decisión curiosa: mantener la personalidad de Larry Laffer y su intención de seducir a mujeres, pero colocando al protagonista en una situación que le es extraña, los tiempos modernos.
Larry escapará del cuarto oscuro en el que se despierta para descubrir que ya no está en los 80 sino en pleno siglo XXI, una época donde se siente como pez fuera del agua.
La desarrolladora consigue de esta manera que veamos a Larry como lo que es, un personaje anticuado que no está acorde a la sociedad moderna. En lugar de blanquear su comportamiento –Larry ve a las mujeres como objetos para satisfacer sus necesidades más bajas-, te reirás de él y sus tópicos, o de las muchas parodias a las redes sociales, los móviles, las multinacionales de tecnología o servicios –Uber-, etc.
A la vez, Larry sigue siendo reconocible y Wet Dreams Don't Dry se permite mucho humor sexual en diálogos e imágenes para que el juego no pierda su seña de identidad. Al final es una situación parecida al humor de las películas de Torrente: hay quien disfruta de un personaje casposo, perdedor y soez, y hay quien lo ve como una mera disculpa para colocar chistes machistas. Depende de nuestro punto de vista disfrutaremos más o menos de este Leisure Suit Larry.
En nuestra opinión, el juego equilibra bien el humor picante y tonto con las situaciones ingeniosas, aunque podría profundizar más en ciertas críticas aprovechando el choque de costumbres –si bien entendemos que la intención es simplemente ser una comedia ligera-. Ah, y no es necesario jugar a pasados juegos, aunque quienes lo hayan hecho verán numerosos guiños a otros juegos.
Nuevos tiempos, misma misión
Las técnicas de ligue de nuestro protagonista han quedado obsoletas y el mundo ha cambiado mucho en estas décadas, pero no tardará en recibir un cursillo rápido de la situación actual y de conseguir un móvil. Por supuesto nuestro objetivo general volverá a consistir en impresionar a una mujer, en este caso una alta directiva de Prune, la parodia de Apple, y eso supone conseguir una alta puntuación en la aplicación de citas Timber –Tinder-.
La historia nos llevará a conseguir citas y obtener buenas puntuaciones, además de superar una serie de puzles que se resuelven al estilo clásico: guardar todos los objetos que podamos -¿quién sabe la utilidad que podrían tener en un futuro?- y utilizarlos en el lugar adecuado, en ocasiones combinados, mientras que otras pruebas están más relacionadas con la información que podemos extraer de los diálogos. A veces incluso habrá que volver atrás después de un evento para encontrar nuevos objetos.
No obstante algunas soluciones son un poco confusas y no tan lógicas como deberían –un fallo en el que no se salvan ni muchas aventuras clásicas-, a lo que se suma que rápidamente nuestro bolsillo estará lleno de ítems de dudosa utilidad y ni siquiera será posible probar todas las combinaciones posibles por si suena la flauta. Conviene tocar las guías lo menos posible, pero en más de una ocasión tendremos tentaciones de dar un vistazo a ayudas externas.
Poco más se puede decir de Wet Dreams Don't Dry en cuanto a jugabilidad, que sigue las mecánicas de siempre en los point-and-click. Esto nos lleva a algunos problemas típicos de este género en consolas, donde el desplazamiento del cursor se hace con la palanca derecha –que no es tan cómodo como un ratón- y la gestión del inventario es menos intuitiva de lo que debería, sobre todo a la hora de combinar. Por suerte, con las palancas del pad podemos ir pasando entre objetos interactuables del escenario, lo que es mucho más sencillo que repasar toda la pantalla con el puntero, y nos da una pista de objetos valiosos.
También hemos visto algún que otro bug en forma de bloqueo en la versión jugada –PS4- que esperamos que se solucione en futuras actualizaciones. Simplemente, al abrir una puerta e intentar entrar en un local, el juego quedó congelado. Os recomendamos guardar a menudo para evitar perder mucho tiempo en uno de estos accidentes.
Gráficos repletos de ‘gags’
El diseño de escenarios y personajes de Wet Dreams Don't Dry recuerda al de un cartoon, con mucho color y pantallas dibujadas a mano, si bien en algunos momentos habrá animaciones pixeladas tipo retro, por ejemplo con las muertes. La lástima es que el presupuesto es el de un juego independiente, y tanto las animaciones como la vida general en cada pantalla es bastante escasa.
Pero esto es un Leisure Suit Larry y los detalles no han perdido el toque eroticofestivo de siempre, con formas o nombres sugerentes. Ya sea la silueta de un edificio o las puertas de un ascensor, detrás de sus "inocentes" pantallas esconde mucha broma visual sobre genitales y juguetes sexuales. Eso sí, el juego no cruza la línea de lo obsceno ni pornográfico, en ese sentido hay otros muchos títulos más explícitos.
Nos llega con textos en español y voces en inglés –con Jan Rabson una vez más en el papel protagonista- y alemán, y la elegante música acompaña cada localización con una pegadiza banda sonora.
Conclusiones
Leisure Suit Larry: Wet Dreams Don't Dry es una aventura gráfica divertida y graciosa siempre y cuando conectes con su peculiar humor. En este sentido no engaña: quien no esté interesado en el tono zafio de un Larry tiene otras muchas opciones; incluso en consolas, donde este género suele ser escaso, tenemos desde la saga Deponia hasta remasterizaciones de los clásicos de LucasArts.
La principal crítica a este episodio que no pretende reinventar nada sería la inconsistencia de los puzles, unos muy fáciles y otros casi absurdos. Los personajes, la estética y la historia están a un buen nivel, pero a veces se echa en falta una mejor organización de nuestras tareas, más desafíos con sentido y, en el caso concreto de las consola, un control que requiera menos pasos para las tareas más repetitivas. Sin embargo, cualquier aficionado a Larry o las aventuras gráficas en general encontrará suficientes momentos con chispa como para pasar un buen rato frente a los peculiares enredos de este playboy de segunda.
Hemos realizado este análisis en PS4 Pro con un código que nos ha proporcionado Koch Media.