Análisis de Legend of Kay Anniversary (PS4, Switch, Wii U, PC, PS3, Xbox 360)

Somos muchos los que echamos de menos los plataformas en tres dimensiones de la época de las consolas de 32bits (PlayStation, Saturn y Nintendo 64), y después de los 128 bits (PlayStation 2, Xbox y GameCube). Y sino que se lo digan a Yooka-Laylee, un sucesor espiritual de los Banjo-Kazooie de Nintendo 64, que hace poco recaudó en Kickstarter más de dos millones de libras. Hay una demanda de que vuelvan este tipo de juegos, que desaparecieron en la pasada generación, y las compañías parece que no lo están viendo.

Aunque hemos metido en el mismo saco a los plataformas tridimensionales de los 32 y 128 bits, lo cierto es que en estas segundas consolas la pureza y el arte del salto evolucionó en aventuras con toques de acción que ya no se podían considerar plataformas puros, y ahí tenemos grandes ejemplos como las series Ratchet and Clank o Jak and Daxter.

Legend of Kay es uno de estos juegos, una aventura de acción y plataformas que se lanzó en 2005 para PlayStation 2, y que pasó algo desapercibida, aunque unos cuantos jugadores guardan un grato recuerdo de él.

Ahora diez años después nos llega remasterizado como Legend of Kay Anniversary, para PC, PS4, PS3, Xbox 360 y Wii U, un regreso que se justifica por la falta actual de aventuras de plataformas y acción para todos los públicos, porque el original es un gran desconocido para la mayor parte del público, y bueno, porque en plena lluvia de remasterizaciones, una más o una menos tanto da. Legend of Kay no fue un juego sobresaliente en su día, y el paso de los años no le ha hecho un gran favor, aunque se agradece el esfuerzo para remasterizarlo, por encima de la media, hecho con bastante cariño.

Legend of Kay se desarrolla en un mundo de estética oriental, en el que diferentes animales con comportamiento humano conviven en harmonía, hasta que la cosa se tuerce, y los Gorilas y las Ratas entran en guerra con las diferentes tribus. En la de los Gatos habita nuestro protagonista, Kay, un felino con habilidades ninja, que combate con la espada, y que tendrá que salir de su zona de confort para ayudar a los suyos en esta guerra. Para ello tendremos que superar 25 niveles, en un juego de una duración bastante generosa para lo que ofrece, unas 12-14 horas.

El principio del juego en la aldea del protagonista da la sensación de que estaremos ante una aventura de acción y plataformas con incluso algunos toques roleros, al poder hablar con los personajes y realizar diferentes misiones secundarias. Pero una vez hemos superado este tramo, un poco pesado con tantos tutoriales, diálogos y cinemáticas que no se pueden saltar, el desarrollo de los niveles se vuelve más lineal, y apenas nos podemos desviar del camino principal. La carga narrativa desciende, y el juego gana en ritmo y entretenimiento, cogiendo velocidad.

Se van mezclando saltos, combates con espada y algún que otro pequeño puzle, y si queremos un reto lo podemos elegir al principio de la partida, definiendo el nivel de dificultad. El combate es un poco más elaborado que la media del género, y podemos ejecutar algún combo, protegernos, rodear a los enemigos por la espalda, usar magias, e incluso utilizar objetos para curarnos o potenciar nuestras habilidades. Explorando y venciendo enemigos obtenemos monedas, y estas se pueden utilizar para comprar ítems en unas tiendas. Además hay combates con jefes finales, y unas fases de acción montados sobre otros animales, que ahora denominaríamos al estilo runner, y que si bien no son brillantes, aportan su toque de variedad.

El control responde más o menos bien, mejor en los saltos que en los combates, teniendo en cuenta que en ninguna de las dos facetas es un juego demasiado exigente, pero lo que no funciona tan bien es la cámara, que deja bastante que desear. Este era un mal endémico en muchos plataformas tridimensionales de la época, y si bien gráficos aparte, el juego apenas se ha retocado, esto sí merecía algún tipo de mejora, ya que estropea bastante la jugabilidad.

Cuál ha sido nuestra sorpresa al volver al original, que la cámara no solo no se ha mejorado, sino que encima ha empeorado. Esto se debe al nuevo formato de pantalla, 16:9 frente a los 4:3, algo que no han tenido en cuenta, y al ser la pantalla menos alta, no vemos bien los objetos o enemigos que vienen por la parte superior. Esto se nota especialmente en los jefes final, contra los que solemos combatir en espacios reducidos, y que casi no podemos venir de frente, o en una fase en la que avanzamos saltando troncos, que apenas vemos venir. La cámara no se sitúa bien para mostrarnos estos obstáculos, y no tenemos casi margen para ajustarla.

Por lo demás sí se ha hecho un buen trabajo remasterizando el juego gráficamente, diríamos incluso que notable, ya que se han molestado en crear nuevos modelos de los personajes con más detalle, añadir texturas en alta resolución, y todo a 1080p y 60fps, incluso en la versión de Wii U (no sabemos si también en PlayStation 3, es posible que no). Lo que no se ha retocado es el diseño de los escenarios, un tanto pobres poligonalmente y escasos de detalles a estas alturas, pero la verdad, no nos importaría ver otros juegos de GameCube, Xbox y PS2 tan bien remasterizados como este.

El apartado sonoro también se ha retocado, añadiendo sonido envolvente, y han mantenido el trabajado doblaje al castellano original, bastante bueno para la época, no tanto hoy en día, aunque resulta simpático y apropiado para un juego orientado al público infantil o adolescente.

Una buena remasterización

Ya a estas alturas del año estamos un poco cansados de analizar remasterizaciones y tenemos ganas de títulos nuevos y que nos sorprendan, pero lo cierto es que pocas veces hemos podido decir lo que en este caso, que curiosamente es mejor remasterización que juego. Legend of Kay es una correcta aventura de acción y plataformas, entretenida pero que no destaca especialmente en nada, y una de sus mayores virtudes no es ni siquiera propia, la falta de juegos de este estilo en las consolas actuales.

Eso sí, debemos alabar el trabajo de Kaiko y Nordic Games, que no han apostado por la ley del mínimo esfuerzo y técnicamente han adaptado con acierto a los tiempos actuales un juego con diez años. Si os gusta mucho el género, no sois demasiado exigentes y su precio os parece adecuado, es una opción a tener en cuenta, especialmente para el público infantil.