Análisis de I am Setsuna (PS4, Switch, PSVITA, PC)

Todavía recuerdo perfectamente las sensaciones que se incrustaron dentro de mí justo después de terminar Chrono Trigger hace unos 20 años, el gran clásico de Squaresoft para Super Nintendo (que no llegó a nuestro país de manera oficial). En ese mismo instante fui perfectamente consciente de que acababa de disfrutar de uno de los mejores títulos que había jugado nunca y que difícilmente volvería a encontrarme con un JRPG de la misma calidad en todos los sentidos… y, desgraciadamente, esas percepciones se transformaron en una realidad irrefutable.

Por eso cuando Square Enix anunció I am Setsuna y comentó su propósito de tratar de seguir los pasos de dicha producción, inevitablemente tanto yo como muchos otros jugadores sentimos algo especial. Pero la pregunta es, ¿I am Setsuna es tan bueno como dicha obra maestra? Por supuesto que no, queda lejos de serlo. Pero, también, es justo señalarle como un JRPG bastante notable que seguramente satisfará a los seguidores del género, especialmente a los más veteranos y hardcore.

Una ofrenda rigurosa

La historia que ha sido concebida para dar vida a esta producción no es que sea la más profunda jamás experimentada en un juego de estas características, pero tampoco está mal. En un pueblo situado en una isla remota y, cada diez años, sus habitantes realizan una ofrenda a un demonio para mantenerle apaciguado… ofrenda que viene a ser el sacrificio de un ser humano. Para llevarla a cabo es necesario viajar hasta Last Lands, viaje repleto de peligros por la amplia cantidad de monstruos que acechan.

Sin embargo en un momento determinado dicho demonio se enfurece antes de que la ceremonia tenga lugar y, para tratar de calmar sus ansias de destrucción, Setsuna es enviada como una ofrenda especial. ¿Y por qué es especial esta joven? Pues porque posee unos poderes mágicos únicos, lo cual en teoría satisfaría plenamente a dicho demonio.

I am Setsuna se centra precisamente en dicha ceremonia, siguiendo los pasos de Setsuna hacia Last Lands. Y para que ésta llegue a buen puerto va a contar con varios personajes que la acompañarán a lo largo de su viaje, el cual se extenderá durante unas 25 horas aproximadamente.

Rol de antaño, combates por turnos

Si por algo destaca esta producción, más allá de por gozar de un apartado artístico y sonoro más que llamativo (y del que os hablaremos más tarde), es por poseer un estilo y un desarrollo más propio de las producciones de antaño que el que poseen las que nos ofrecen los JRPG en la actualidad.

Y eso se deja notar en numerosos aspectos del juego que vamos a pasar a comentaros. De entrada y como en todo buen juego de rol, los combates se desarrollan por turnos, pero conviene recalcar que dichas batallas no tienen lugar de manera aleatoria sino que en casi todas las ocasiones vemos venir a nuestros enemigos. Y si conseguimos entrar en contacto con ellos por la espalda, comenzaremos la batalla con ventaja. El sistema instaurado es bastante similar al empleado en el citado juego de SNES y de hecho se sirve del sistema ATB (Active Time Battle) para darles vida, herramienta que nos permite realizar numerosas acciones distintas.

De esta forma debemos estar al tanto de la barra de energía que aparece justo debajo de cada uno de nuestros personajes para, una vez repleta, ir escogiendo aquellas acciones que deseamos efectuar con cada uno de ellos. Usar objetos, efectuar combos, atacar con nuestras armas básicas a los rivales o usar técnicas especiales son algunas de las posibilidades que tenemos a nuestra disposición. Dichas técnicas las vamos aumentando y mejorando a medida que avanzamos en la trama y pueden ser tanto pasivas como activas, en función de las spritnites que vayamos encontrando a lo largo de nuestro viaje.

Estas piedras mágicas nos conceden slots para ir alojando aquellas técnicas que vayamos obteniendo y que debemos ir equipando cuidadosamente para cada batalla, especialmente cuando llegan los combates contra los jefes finales, los cuales suelen aumentar de manera considerable la dificultad general del juego.

Justamente en estos enfrentamientos es cuando debemos echar mano siempre que podamos de otra particularidad que presenta el sistema de combate: el denominado Momentum. De esta forma y sólo en ciertas ocasiones podemos activar dichos Momentums para que nuestro protagonista efectúe una acción especial aleatoria. Para que esto ocurra debemos rellenar un medidor determinado, el cual va cargándose una vez que la barra ATB está repleta y nos mantenemos sin dar indicación alguna a nuestros personajes, así como realizando otras acciones estándar. Los reflejos son fundamentales en estos casos ya que debemos pulsar un botón en el instante preciso pero, si lo hacemos bien, las ventajas que nos concede dicha acción son realmente estimables.

Aventuras variadas

Pero como ya imaginaréis, no todo consiste en luchar en I am Setsuna. ¡Ni mucho menos! A lo largo de nuestro viaje es posible disfrutar de una jugabilidad bastante variada aunque, por desgracia, para nada original.

De esta forma los diálogos con numerosos personajes principales y secundarios son bastante frecuentes. Y lamentablemente aquí estriba uno de los primeros problemas importantes (al menos para muchos usuarios) que arrastra esta producción, y es que todos los textos están en inglés: menús, interfaces, conversaciones, secuencias… No es que sea fundamental entender dicho idioma para poder avanzar como sí que sucede en otros títulos parecidos pero, si no se domina dicha lengua, nos perderemos ciertas partes de la historia y nos costará más comprender algunos de los pormenores del juego y su funcionamiento.

Por otra parte, a medida que avanzamos vamos mejorando y aumentando el nivel de nuestros personajes, algo habitual en el género. Pero en esta ocasión lo cierto es que es mucho más importante explorar a fondo los escenarios en busca de nuevas armas y complementos para nuestros personajes que el hecho de grindear. ¿Y por qué? Pues porque aumentar el nivel de los protagonistas "únicamente" nos reporta más puntos de vida (HP) y magia o especial (SP), por lo que encontrar un arma más poderosa es la única manera de potenciar nuestra capacidad ofensiva, por citar un ejemplo.

Esta última característica puede suponer una espada de doble filo (y nunca mejor dicho), ya que si bien a nosotros nos parece una decisión de diseño igual de válida que cualquier otra, habrá usuarios a los que pueda no convencerles del todo.

Para añadir todavía más variedad al asunto también podemos visitar aldeas y diversas otras zonas habitadas, las cuales son perfectas para descansar y mercadear, algo muy aconsejable en este título. Por desgracia en estos lugares hemos echado en falta la posibilidad de poder efectuar tareas secundarias para ciertos ciudadanos, algo que en otros títulos similares está a la orden del día. Y este hecho, unido a las no especialmente amplias dimensiones de los escenarios, provoca que el título sea más lineal de lo que nos hubiera gustado. Nuevamente se trata de una decisión de diseño escogida por los desarrolladores, pero en este caso sí que pensamos que daña un tanto a la jugabilidad, si bien para nada la arruina.

Con todo esto, más otros aspectos como la posibilidad de poder viajar de un lugar a otro a través de un mapamundi, lo bien representadas que están la personalidad de la mayoría de los protagonistas principales, ciertos momentos realmente cautivadores que nos proporciona la aventura (¡ya veréis!) y demás detalles pequeños conforman un título que, a pesar de los defectos que presenta y de no haber cumplido todas las (enormes) expectativas que muchos habíamos depositado en él, sigue siendo un notable JRPG. Una cosa no quita a la otra.

Cuidada estética y ambientación

Para terminar con este análisis, también conviene ensalzar su parte gráfica. Sin ser el JRPG más bello que hemos disfrutado en PS4 y PC, se trata de una aventura que presenta unos valores de producción más que estimables.

Lo más destacado en nuestra opinión son los fondos. Dejando al margen sus ya citadas reducidas dimensiones (al menos en la mayoría de entornos que visitamos), la recreación de todos ellos nos ha parecido muy buena. Además existe una amplia variedad de zonas que podemos recorrer, todas muy diferentes entre sí (aunque en muchos casos semejantes a lugares visitados en Chrono Trigger), que además gozan de una belleza considerable.

La apariencia de los personajes no alcanza el mismo nivel, pero tampoco lo pretende, si bien el aspecto que lucen algunos enemigos, sobre todo los finales, sí que mejoran las cosas en este sentido.

Y en cuanto a su banda sonora, sin ser una obra maestra las composiciones recreadas para ambientar cada zona de juego son bastante sugerentes, aunque quizá falta algún tema más potente y memorable. Y en cuanto al doblaje, las voces están en japonés (con subtítulos en inglés, reiteramos) y éstas son bastante convincentes, mientras que los efectos cumplen con su cometido sin mayores pretensiones.

Conclusiones

Lo bueno y lo malo convergen, curiosamente, en la característica principal que presenta esta producción. El espíritu que retiene I am Setsuna nos traslada a la era de los 90, una de las más grandes en lo que respecta al terreno de los JRPG puros. La magia, el encanto y la sencillez que presentaban estas producciones de antaño se han mantenido en esta nueva obra de Square Enix… pero también tiene sus puntos negativos como un ritmo algo irregular, menús demasiado vetustos, una linealidad demasiado evidente para lo que estamos acostumbrados a experimentar en nuestros días y diálogos en inglés (¡como pasaba antes!). Un muy buen título en cualquier caso que seguramente exprimirán más a fondo los jugadores más veteranos.

Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Square Enix.