Análisis de Future Unfolding (PS4, PC)
Future Unfolding es uno de esos juegos experimentales que gustará más o menos, pero que al menos trata de romper las reglas a las que estamos acostumbrados. Es normal que durante los primeros minutos –e incluso horas- el usuario quede desconcertado ante un juego que no plantea, al menos directamente, un reto u objetivo: tan sólo explorar un bosque. Algo así como una especie de simulador de paseo, pero en esta ocasión alejado de la habitual vista en primera persona y la narrativa que suele acompañar al género.
A medio camino entre el juego zen, la exploración libre y el puzle, Future Unfolding nos propone avanzar por un mapa generado procedimentalmente con los obstáculos de la naturaleza, principalmente montañas, diferentes alturas de terreno y árboles. Muy similar a la visión de un Zelda 2D, pero eliminando toda la parte de combate y sidequest.
Tampoco hay coleccionables ni una indicación clara de nuestro destino, tú eliges la dirección y avanzas hasta donde los límites te permiten. No es el típico juego que lleva de la mano, bombardea con pistas y muestra indicaciones de la misión cada dos pasos.
Este mundo natural está poblado de animales salvajes. Nos cruzaremos con algunos tranquilos –las aves- e inofensivos, caso de los conejos, mientras que otros son un poco más agresivos, pero rara vez se convierten en un peligro real; corre y dejarán de molestar rápidamente. La muerte no penaliza mucho, lo que hace estos encuentros anecdóticos y no demasiado problemáticos, meramente para demostrar al jugador que su presencia en el bosque no siempre es bienvenida.
Pero volviendo a los animales, podremos interactuar con algunas especies para abrir camino, resolver pequeños puzles -montar un ciervo y pasar sobre obstáculos- o incluso aprovechar los ¿rayos? ¿esputo venenosos? de una serpiente que "borra" vegetación y muros de rocas, facilitando el paso por lugares antes inaccesibles. Ciertos árboles actúan de puntos de teletransporte desde los cuales accedemos a nuevas zonas o se regresa a pasadas. Hay indicios que suelen llevar a algo extraño, pero otras veces son más difíciles detectar a simple vista.
Se trata de experimentar, conectar árboles de diferente color y descubrir qué hacer con el entorno. Si no das el perfil de jugador paciente y prefieres un desarrollo más mascado, definitivamente este no es tu juego. Future Unfolding confía en tu intuición; si coloca unas misteriosas pirámides espera que el jugador investigue para qué sirven. ¿Te explica algún tutorial para qué sirven? No, nunca. Y no lo sabrás hasta dar con varias.
Aunque no hay un trasfondo claro sobre qué hacemos en este paisaje o quién es el personaje protagonista, de vez en cuando activaremos algunas frases de texto. Parecen una intromisión forzada dentro de una aventura minimalista y carente de interfaz salvo por la pantalla del mapa, la única ayuda que impide perder totalmente el sentido de la orientación. La música ambiental no destaca demasiado y no abundan los efectos de sonido, pero la decisión es deliberada, pretende dar un aire extraño a la naturaleza. Algunos comentarios del juego lo describen por una experiencia onírica, y en parte tienen razón.
El aspecto a acuarela, con bosques otoñales y mucha interactividad con los detalles, es algo que no se aprecia en fotografías. Artísticamente no defrauda. Al correr –dejando una estela que simula el trazo de un pincel de azul intenso sobre el suelo- los árboles se agitan y las rocas se desplazan. El diseño es un poco impredecible por el elemento aleatorio, así que la sensación de jugar en una tierra desconocida está siempre presente. En lo técnico no muestra nada especial, pero sí es un juego agradable a la vista.
El problema gráfico de Future Unfolding lo encontramos en la repetición de decoración y puzles. Sin un artista con más sentido del ritmo –al cabo de unas horas se hace repetitivo, e incluso creemos que reducir su duración habría ayudado a no mostrar sus defectos-, atravesar un enorme bosque buscando la salida sin rumbo fijo no es una idea que gustará a todo tipo de usuarios. La mayoría de ocasiones no queda más remedio que llegar a cada esquina del escenario, aunque eso suponga ver muchos callejones sin salida. Exploración pura, para lo bueno y lo malo.
Y también hay que tener en cuenta que uno de los puntos fuertes de muchos walking simulators se encuentra en disfrutar de la ambientación, que muchas veces suple la parte jugable. Aquí, por la vista cenital, eso nunca se explota demasiado. No se trata de una arboleda comparable a Firewatch, no hay un fuerte misterio tipo Virginia ni una historia que te motive a continuar, caso de Everybody's Gone to the Rapture. Una vez nos acostumbramos a sus puntos fuertes, pierde algo de encanto.
Conclusiones
La auténtica gracia de Future Unfolding es la ausencia de explicaciones en un mundo que combina el realismo y la fantasía. Grupos de árboles que despejan las rutas, plantas que se convierten en roca y viceversa, interacción con criaturas y más mecánicas cuyas reglas no quedan explicadas en ningún momento hasta que son descubiertas. Un arma de doble filo que a veces funciona y otras no.
En definitiva, un estilo más cercano a la experiencia que al videojuego, muy difícil de recomendar al gran público. Su mayor logro: lleva el concepto de la exploración hasta sus últimas consecuencias.
Hemos realizado este análisis en su versión PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Spaces of Play.