Análisis de Double Dragon 4 (PS4, PC)

Hablar de Double Dragon es hablar de una de las sagas más míticas que ha habido en la historia del videojuego. Por desgracia, el mito se extiende a finales de los 80, con estertores hasta mediados de los 90, pero durante ese tiempo hay lugar a una de las cantidades más grandes de material extra de una saga. Películas en imagen real, series de animación, cómics, juegos derivados como Battletoads vs Double Dragon, o incluso homenajes como Abobo's Big Adventures, además de consolas de un sólo juego con pantallas de cristal líquido, o incluso uno de los juegos para ordenadores de 8 bits desarrollados internamente en España.

Pero la magia de Technos, sus desarrolladores originales, se apagó hace tiempo, y aunque no han parado de aparecer homenajes o versiones actualizadas (como Double Dragon: Neon o la trilogía que publicó DotEmu hace poco), lo cierto es que la saga, como tal, se había dejado de actualizar hasta ahora.

Curiosamente, Arc System Works, que también tienen la licencia de Kunio Kun, en lugar de continuar la saga por donde se quedó en su plataforma original (recreativa), han decidido seguirla por la versión que seguramente sea más famosa históricamente hablando en sobremesa, y desde allí sacar el nuevo capítulo de la saga. Hablamos de la entrega de NES que se diferencia del original tanto en el apartado técnico como en el juego en sí, mucho más pensado para jugar en casa, y con una especie de mejora del personaje mientras avanza la partida.

En este Double Dragon 4 la historia, que no deja de ser una excusa como otra cualquiera, nos pone en la piel de Billy y Jimmy, los protagonistas de siempre, que mientras van por un desierto cercano a San Francisco, que intuimos que será el de Nevada, aunque el juego se ambienta en una especie de futuro cercano post apocalíptico, se ven asaltados por una banda de maleantes. Esta es la excusa para empezar a repartir galletas, pero indudablemente en algún momento de la partida ocurrirá lo que ha pasado en todos los Double Dragon, y que mejor os dejamos que imaginéis.

A la hora de jugarlo, se siente extraño y anacrónico, aunque en ningún momento se hace aburrido, pero sí algo frustrante. Como hemos dicho, el juego imita las formas de los títulos desarrollados para la 8 bits de sobremesa de Nintendo (que recordemos se desarrollaron desde el 1988 hasta el 1991), pero si bien el aspecto de los personajes que aparecen en pantalla, especialmente el dúo protagonista, es muy parecido al que se encontraba en esa plataforma, con muy poco detalle en el relleno de color de Billy y Jimmy, en cambio los escenarios están realizados con todo lujo de detalles, pudiendo decir que en algunas ocasiones incluso nos encontramos con fondos digitalizados o imitando la realidad. Queda algo extraño, y si bien es de agradecer que hayan realizado algo de esfuerzo en los fondos, lo cierto es que hubiéramos agradecido ese esfuerzo en el resto del juego.

Porque una vez nos ponemos a los mandos, el juego es habitualmente un beat 'em up con uso de profundidad en el que nos enfrentamos a una buena cantidad de enemigos, que van apareciendo en pantalla hasta que los derrotamos a todos, y entonces ya podemos avanzar a la siguiente zona. No se juega mal, y de hecho el juego tiene una buena cantidad de movimientos que se realizan con cierta facilidad, de manera que cualquiera que tenga algo de experiencia en este tipo de juegos al poco tiempo se sentirá bastante cómodo con él. No provoca ningún avance en el género, pero se juega relativamente bien.

Y hemos dicho que habitualmente es un beat 'em up con uso de profundidad, porque cada poco tiempo nos encontraremos algunas escenas en las que el eje Z deja de importar, convirtiéndose en una especie de beat 'em up al más puro estilo Kung Fu Master, o incluso, en una especie de plataformas. De hecho, uno de los puntos donde peor está realizado el juego es en estas zonas de plataformas, porque a veces intenta realizar zonas donde hace falta cierta agilidad, como plataformas que desaparecen o estados que varían en el tiempo, pero el salto de los protagonistas no está pensado para ello, resultando en una posible pérdida de vidas en las que importa poco la habilidad del jugador a la hora de afrontar el reto, ya que puede superarse o no de una manera algo aleatoria.

Por lo demás, el juego es entretenido pero muy anticuado en cuanto a mecánicas, y está totalmente enfocado o a quien quiere echar una partida rápida, ya que no dura mucho más que eso, o a quien quiera darle un homenaje a la saga, porque de hecho hasta incluye uno de los momentos más míticos de esta. El modo torre, que se desbloquea al completar el modo arcade, y que nos hace enfrentar a enemigos hasta que acabamos muriendo, y el modo de lucha a dos jugadores, con personajes que se van desbloqueando conforme avancemos en el modo principal aportan algo más de jugabilidad, pero lo que es el modo principal se puede finalizar en la primera hora de partida, y todo ello a pesar de los momentos mal diseñados que hemos comentado anteriormente.

A nivel gráfico lo cierto es que es bastante irregular. Como hemos comentado anteriormente, comparte unos fondos muy bellos, con unos personajes inaceptables a día de hoy. Si aún Arc System Works hubiera querido realizar un juego con las limitaciones de la NES, lo podríamos entender, porque hay juegos que tienen cierto encanto como Shovel Knight o A Hole New World, pero en este caso ver unos fondos tan bonitos y unos personajes tan retro crean un efecto poco agradable.

El aspecto sonoro, en cambio, es fácilmente lo mejor del juego. Ya de inicio nos encontramos con la mítica melodía original de Double Dragon, pero luego encontramos melodías muy cañeras que nos trasladan sin pensarlo a un escenario de pelea cruento y sucio. Se pueden poner en "modo retro" o en modo actual, y en cualquier caso quedan bastante bien. Los sonidos si que son muy parecidos a los que se pueden disfrutar de las versiones de 8 bits, con pocos efectos y muy parecidos todos. Por suerte, tampoco hace falta mucho más. Eso si, el juego ha salido sin traducir al castellano, e incluso podríamos decir que el aspecto de la aplicación, al menos en la versión PC, parece ligeramente hecho por aficionados.

Conclusiones

Double Dragon 4 es un producto curioso. Evidentemente va dirigido al público nostálgico y ya entrado en años, aprovechando el tirón que han ido marcando productos como Megaman 9, Shovel Knight o la reciente NES Mini. Pero toma una serie de decisiones que no tienen demasiado sentido a la hora de seguir esos pasos, y en cualquier caso está mucho peor producido que todos ellos, lo que es algo doloroso teniendo en cuenta que, realizados por el mismo equipo, los últimos Kunio Kun son mucho mejores. Es entretenido, tiene sus aspectos positivos y por el precio que tiene habrá quien lo compre como verdadero homenaje, pero es una verdadera oportunidad perdida de hacer algo realmente interesante con una saga que fue mítica, y que es parte viva de la historia de los videojuegos.

El juego se ha podido analizar gracias a un código para PC que se ha proporcionado Strangely Compelling PR.