Análisis de Citizens of Earth (PS4, PC, PSVITA, Wii U, Nintendo 3DS)
Se nota que en Eden Industries, un pequeño estudio independiente, aman los RPG de la vieja escuela, de la época de las consolas de 16 y 32 bits, y con Citizens of Earth les han hecho un buen homenaje, aunque actualizando el concepto a los tiempos modernos, con todo tipo de ayudas y comodidades para el jugador contemporáneo. Rol por turnos con 40 personajes diferentes para reclutar, un mapa enorme, muchas misiones secundarias y un montón de buenas ideas por aquí y por allá, que hacen que este juego de rol tenga bastante encanto.
El problema es que a pesar de hacer muchas cosas bien, la mayoría, falla en dos puntos clave en un RPG; la historia y los personajes, que no enganchan y te importan bien poco. Y a esto hay que añadirle una dificultad desajustada, demasiado fácil, que hace que a poco que tengas algo de experiencia en el género, el juego sea un auténtico paseo. Es una pena, porque sin una narrativa que te impulse a seguir jugando, ni un reto jugable que te desafíe, todo lo que hace bien en otros muchos apartados no sirve de mucho.
El año pasado pudimos disfrutar de un gran juego de rol como South Park: La Vara de la Verdad, que demostraba que el género de los RPG y la comedia pueden congeniar muy bien, y eso mismo intenta Citizens of Earth, aunque con un humor muy liviano, para todos los públicos, tanto que apenas ha conseguido sacarnos alguna sonrisa. Si a esto le unimos una historia y unos personajes que apenas se desarrollan, en los que en ningún momento se profundiza, nos queda un juego de rol cuya capacidad para entretener recae al completo en su propuesta jugable, que no está mal la verdad.
En Citizens of Earth encarnamos al simpático vicepresidente del mundo, que una mañana se levanta con todo patas arriba, con furiosos manifestantes en la puerta de su casa que no dudan en atacarle, que le obligarán a investigar qué está pasando, ya que las calles y los parajes naturales de los alrededores se han llenado de enemigos a cada cual más extraño. Ciervos con un teléfono en la cabeza, cafeteras asesinas, cangrejos metidos en un cono, pájaros ancla, hippies violentos que no pierden la sonrisa mientras luchan, montones de hojas vivientes, gatos cactus, y un sinfín de divertidos y extraños enemigos.
Lo más curioso es que aunque controlamos al vicepresidente mientras exploramos los escenarios, este realmente nunca combate, no se quiere manchar las manos, y son una serie de ciudadanos que le acompañan los que lo hacen por él. Para empezar su hermano y su madre, y poco a tendremos que ampliar el grupo reclutando personajes, hasta llegar a 40, siendo lo más entretenido y acertado del juego. Cada uno, además de sus propios ataques y habilidades, tiene un talento único, variados a la par que prácticos. El panadero puede crear objetos curativos, el manitas puede abrir puertas bloqueadas, la arquitecta crea puentes por los que accedemos a nuevas zonas de los escenarios, la salvavidas nos permite explorar las profundidades marítimas, la mascota del colegio puede modificar la dificultad de los enemigos, y con el mendigo podemos rebuscar en la basura, entre algunos ejemplos.
Durante los combates solo participan tres personajes, y ampliar el grupo realmente es opcional, y sirve para abrir nuevos caminos, resolver misiones secundarias y reclutar a más personajes, pero la historia casi nunca nos obliga a ello, teniendo mucha libertad para entretenernos o no con estas tareas. Las exigencias para que un personaje se una al grupo son muy variadas, desde lo más sencillo a tareas secundarias mucho más complejas, casi como si se trataran de pequeños puzles, y en esto nos ha recordado a los geniales Suikoden y sus 108 estrellas del destino que podíamos reclutar. Lo que no consigue Citizens of Earth y que sí lograba el juego de Konami es que, si bien no todos, al menos sí un buen puñado de personajes podrían tener más carisma que la media, para que lograras empatizar con ellos y te engancharas.
Por suerte las misiones y tareas secundarias están muy bien indicadas en el mapa, y no nos obligan a buscar una aguja en un pajar, aunque tampoco nos lo dan todo mascado. Hay personajes que te hacen la vida mucho más fácil, como por ejemplo el vendedor de coches, ya que una vez lo reclutas en cualquier carretera puedes "invocar" y utilizar un vehículo para moverte rápidamente por el mundo. También hay personajes con talentos anecdóticos, como uno que nos permite cambiar el nombre de los personajes, y otro la banda sonora.
El combate es muy sencillo, es un sistema por turnos en el que las habilidades y ataques de los personajes o bien consumen esferas de energía, o las rellenan, y tenemos que elaborar estrategias teniendo esto en cuenta, gestionando la energía. Hay efectos de estado como en cualquier juego de rol, elementos en los ataques como térmico, chispazo, acuático, biológico, etcétera, y el inventario, aunque lo hay, nunca llega a ser demasiado importante, ni el equipamiento de los personajes ni los objetos consumibles.
El problema de todo esto es que ni siquiera hace falta molestarse en combatir mucho para subir de nivel e ir sobrados, y simplemente siguiendo el curso de la historia el juego es demasiado fácil, un paseo, y esto tira por tierra cualquier sistema de combate, por bien hecho que esté. Ejecutando siempre los golpes más efectivos de cada personaje te da para superar el 95% de los enfrentamientos, y ni los jefes finales llegan a suponer un gran reto. Por suerte los enemigos se muestran sobre el escenario antes de entrar en combate, y podemos esquivar una gran mayoría, o con un ataque a distancia, si nuestro grupo es ya lo suficiente poderoso y tenemos un poco de suerte, se puede derrotar a un rival sin ni siquiera comenzar una batalla.
Aunque hay un personaje que nos permite subir el nivel de dificultad de los enemigos, y con ello podemos conseguir más puntos de experiencia, no creemos que esta sea la manera adecuada de equilibrar la dificultad de un RPG, recayendo la responsabilidad en el jugador de que la aventura ofrezca un reto apropiado. Al menos al principio del juego deberían advertir de que estamos ante un RPG bastante fácil, y ofrecernos un selector de dificultad. Con esto consiguen que los combates se conviertan en puro trámite, y llegan a cansar en las largas mazmorras, luchando con los mismos dos o tres tipos de enemigos durante muchos minutos, sin que nunca nos pongan en aprietos.
Pese a estos defectos, bastante graves, su agradable propuesta consigue entretener, gracias a un puñado de buenas ideas y a no tomarse nunca demasiado en serio, y nos lo hemos pasado bastante bien en las 15 horas que nos ha durado la historia principal, a las que se le puede sumar tranquilamente una decena más para reclutar a todos los personajes y realizar las muchas tareas secundarias que nos proponen. Que como ya hemos mencionado es lo más entretenido y desafiante del juego, y hacerse con todos los personajes sí es bastante complicado.
El apartado gráfico sin ser un portento es muy simpático, en el diseño de los personajes y sobre todo de los enemigos, bastante originales e imaginativos, y su mayor debilidad son unos escenarios que a veces para ser muy extensos reciclan sus elementos hasta la saciedad, algo habitual en la época de los 16 bits pero que en pleno 2015 rechina un poco. Por el contrario tiene algún detalle bastante chulo, como que hay un ciclo de día y noche, e incluso podemos variar el clima en los escenarios, lo que es necesario en ciertas misiones secundarias. El doblaje en inglés es muy simpático, al igual que las melodías que sin ser memorables acompañan correctamente, y llega con una acertada traducción al español, lo que se agradece mucho teniendo en cuenta que estamos ante un RPG independiente muy modesto.
Un buen intento
Nos ha gustado Citizens of Earth, pero no nos podemos quitar la sensación de oportunidad perdida, de que con una historia y unos personajes con más gancho, y una dificultad mejor ajustada, podríamos haber estado ante un juego muchísimo mejor. En su intento de ofrecer algo ligero, una comedia para todos los públicos, consiguen que la historia no te importe demasiado, y como bien sabrán los aficionados a los RPG, en muchos de ellos la narrativa es lo que te impulsa a seguir jugando, pese a que la experiencia pueda tener otro tipo de carencias.
Todo el entramado de secundarias, lo que tenemos que hacer para reclutar a los 40 personajes, y los talentos innatos de cada uno, nos parecen algo refrescante y por momentos único, pero el sistema de combate, pese a no ser malo, nunca se llega a explotar del todo dada la baja dificultad. Con ese aroma a 16 bits y una ambientación que recuerda mucho al clásico de Super Nintendo EarthBound, Citizens of Earth es un juego de rol entretenido y correcto que ofrece bastante para lo que cuesta, y que con unos pocos retoques podría haber sido una auténtica sorpresa.