Análisis de Chime Sharp (PS4, PC, Switch, Xbox One)
Tetris creó un género en sí mismo, y todos los juegos de piezas beben de la obra de Alekséi Pázhitnov en mayor o menor medida. Cambian formas, reglas para limpiar bloques, se añaden nuevos modos, incluso físicas… Decenas de ideas que buscan alejarse del original, aunque en la mayoría de ocasiones el resultado queda muy lejos del mito.
Chime Sharp, lanzado el verano pasado en PC y ahora en consolas, es otro de estos juegos de puzles, y a decir verdad, bastante bueno. Secuela de Chime -2010-, no sólo se inspira en Tetris, también en otro de los sucedáneos más conocidos de aquel, Lumines -principalmente por la importancia de su banda sonora-, si bien da una vuelta de tuerca para buscar su propia personalidad.
En esencia, lo que se propone es formar cuadrados, primero con un tamaño de 3x3 en la cuadrícula del fondo y luego aumentarlo si es posible en los segundos posteriores para subir la puntuación. De esta forma se consigue que no sólo sea necesario colocar las fichas de la mejor manera posible para conectar más figuras, sino hacerlo rápido.
Existe un tiempo límite para la partida que se puede extender al cubrir más área del tablero, el cual suele disponer de algunas zonas de rejilla recortada –imposibles de utilizar-.
Efectivamente, es otro juego de puzles basado en formar bloques –de cinco cubos, lo que permite algunas siluetas nuevas respecto a Tetris-, aunque a diferencia de otros títulos, aquí las piezas no caen de la parte superior, sino que podemos crear las siluetas en cualquier dirección dentro del espacio dado, e incluso compaginar varios cuadrados y rectángulos en diversos puntos de la rejilla. Esta es en realidad la mejor estrategia en nuestros primeros pasos, da un aspecto más caótico que intentar formar un bloque enorme y ordenado, pero suele lograr una mejor recompensar.
Dominar estas técnicas y cubrir el mayor porcentaje de la pantalla es esencial no sólo para batir récords, sino también para desbloquear nuevas fases y modos, puesto que inicialmente estamos un poco limitados en diseño de tablero, paleta de colores y música. Por una parte reduce las opciones para comenzar a jugar, pero por otra nos fuerza a mejorar.
Hablando de banda sonora, Chime Sharp nos ofrece más de una docena de temas electrónicos de gran calidad: Kavinsky, Chvrches o Magic Sword son sólo algunos de los compositores que aportan temas que se adaptan de forma dinámica a lo que hacemos en el puzle; jugar bien es un "premio" que aumenta la cantidad de sonidos en la melodía. No es una música excesivamente cañera que pudiese descentrar al jugador, más bien tienda al trance, pero desde luego cobra mucha importancia y sube la emoción –en especial cuando el tiempo empieza a apretar-.
Este sistema de desbloqueos es un incentivo más para repetir y mejorar las puntuaciones si los tablones de récord no nos motivan demasiado, aunque hay que admitir que dentro de la simpleza de sus reglas se agradecería un tutorial más detallado de cada modo o al menos una curva de aprendizaje más cómoda. En cualquier caso, al poco tiempo y después de unas cuantas partidas empezarás a plantear estrategias que impulsen los multiplicadores.
En cuanto a modos tenemos práctica y estándar –con el sistema antes mencionado. Sharp Mode es una variante que sustituye el cronómetro por vidas que se pierden cuando expiran los fragmentos –también se pueden recuperar-. Strike en cambio está orientado a poner en práctica nuestra inteligencia bajo presión, buscando el mejor récord en un tiempo muy limitado. Si logras cubrir el 90% de un nivel desbloqueas el modo reto, con menor variedad de piezas y el objetivo de alcanzar el 100% de la superficie.
Como vemos, dominar un nivel o canción nos llevará tiempo, y picarse por mejorar hace a Chime Sharp casi eterno. Se pueden echar en falta alguna variante competitiva multijugador como han explorado otros puzles –entre ellos Tetris-, pero no se puede negar que cumple todas las papeletas para convertirse en uno de esos lanzamientos adictivos que te mantienen pegado al pad durante más horas de las previstas.
A la combinación de jugabilidad y música se suma un tercer componente, en este caso no tan espectacular: el gráfico. Tampoco es que se pida mucho más a un puzle minimalista, pero si damos un vistazo a lo que hizo Lumines con fondos animados y efectos, la impresión era mucho más llamativa. Cierto, aquí no se busca un aspecto tan discotequero, pero algunas paletas de colores a veces pecan de ser demasiado intensas, mientras que en otras de colores pastel falla el contraste. Es algo que debía estar más cuidado porque cansa a la vista y puede dificultar a nuestros reflejos –indirectamente modifica la dificultad-.
Conclusiones
Chime Sharp no deja de ser la enésima revisión –con personalidad propia- de una fórmula incombustible que definió el género desde los años 80. En 30 años el Tetris original sigue siendo el mejor: el más simple y el más adictivo. Aceptando esto, la propuesta de Twistplay y Ste Curran es una de las mejores variantes de puzles: absorbente, con una banda sonora sobresaliente y unos excelentes modos entre los que destaca Sharp.
Quizás podría incluir más contenido o alguna modalidad local/online, pero no hay duda, este es otro de los lanzamientos que debemos agradecer a la financiación de Kickstarter.
Hemos realizado este análisis en su versión PS4 gracias a un código que nos ha proporcionado Plan of Attack.