Análisis Captain Tsubasa: Rise of New Champions, sueños de campeón (PS4, Switch, PC)
Si viviste tu infancia a principios de los 90 y te criaste en España, probablemente recuerdes con muchísimo cariño esas mañanas y tardes vibrando ante el televisor con los épicos combates de Dragon Ball, los emocionantes duelos de Saint Seiya (Los Caballeros del Zodiaco), las curiosas aventuras de Sailor Moon o las disparatadas historias de Ranma 1/2, por mencionar tan solo unos pocos ejemplos de los míticos animes que se emitieron en las cadenas de nuestro país y que marcaron a toda una generación.
Videoanálisis
Entre todas ellas, una de las series que más consiguió brillar y cuyo éxito sigue resonando incluso en nuestros días es Captain Tsubasa, o mejor dicho, Oliver y Benji, que fue como la mayoría la conocíamos por estos lares.
Y no es para menos, ya que estamos hablando de una obra espectacular creada por Yoichi Takahashi en la que seguíamos la trayectoria de Tsubasa Ozora, un niño de 11 años que ama el fútbol y sueña con convertirse en un futbolista de élite que lleve a Japón a ganar la copa mundial.
Con esta premisa argumental tan sencilla, la serie nos dejó una ingente cantidad de personajes carismáticos y memorables, y unos partidos de auténtica locura en los que sus protagonistas ponían en práctica todo tipo de técnicas y acrobacias imposibles que más de uno y de dos intentamos imitar en la vida real con catastróficos resultados. Por desgracia, en aquella época no nos llegaban sus videojuegos (y si lo hacían era quitándole la licencia, como ocurrió con Tecmo Cup de NES), así que tampoco teníamos forma alguna de recrear, aunque fuese virtualmente, sus inolvidables partidos.
De hecho, no fue hasta 2010, con el lanzamiento de Captain Tsubasa: New Kick Off para Nintendo DS, que un título basado en este manga saldría oficialmente fuera de Japón. Irónicamente, también es el último juego de la serie que se ha hecho para consolas y desde entonces ya han pasado diez años, aunque ahora la obra de Takahashi parece volver con fuerza gracias a su nueva adaptación al anime (estrenada en 2018) y otros productos, incluyendo, como no podía ser de otro modo, un nuevo videojuego.
Producido por Bandai Namco, esta vez la responsabilidad de su desarrollo ha recaído sobre Tamsoft, un estudio que la mayoría conoceréis por ser los creadores de Senran Kagura y Battle Arena Toshinden, sagas que poco o nada tienen que ver con lo que aquí nos proponen, así que había ciertas dudas sobre la calidad que tendría el producto final. Ahora que ya está a la venta y que hemos podido dedicarle un buen número de horas podemos confirmar que se trata de un juego muy irregular y con algunos fallos que cuesta perdonar, pero que al mismo tiempo sabe cómo llegar al fan recreando como nunca antes todo el espectáculo y la emoción de esta maravillosa serie.
¡A por el gol!
Así pues, nos encontramos con un juego que, a pesar de ser descrito como fútbol arcade, tiene más de ARPG que de deporte. Si esperabais poder disfrutar de un título desenfadado y accesible en el que organizar jugadas para superar al contrario y buscar la manera de sorprender al portero, ya os vamos avisando que lo mejor que podéis hacer es mirar hacia otro lado. De hecho, ni siquiera se llegan a seguir del todo las reglas del fútbol y las faltas directamente no existen, convirtiendo los enfrentamientos en auténticas batallas campales donde los jugadores se embisten y se hacen entradas más propias de un juego de lucha que de cualquier otro género.
La acción siempre se desarrolla en tiempo real y podremos realizar las acciones más o menos habituales del género, como hacer diferentes tipos de pases, centrar, chutar, rematar balones aéreos, correr, driblar y entrar al rival para robar el esférico. Sin embargo, aquí todos los jugadores cuentan con una barra de energía que es la que se encarga de limitar lo que podemos hacer, ya que casi todos nuestros movimientos nos consumen parte de ella. Este medidor se recarga a gran velocidad, pero siempre requiere algo de gestión para no quedarnos sin fuerzas a la hora de regatear o tirar a puerta.
Eso sí, existe una importantísima excepción: los porteros. A diferencia del resto, su barra de energía no se rellena a menos que haya un descanso o les cuelen un gol y esta se va consumiendo a medida que hacen paradas. Cuantas menos fuerzas le queden, más probabilidades hay de que el balón acabe entrando en la portería, momento en el que entran en juego los diferentes tiros especiales que tienen muchos personajes.
Si el futbolista que controlamos en ese momento tiene un chut especial y se encuentra dentro del rango de tiro, simplemente tendremos que mantener pulsado el botón de disparo hasta llenar un medidor para que se active una espectacular animación y la pelota salga disparada hacia la portería, forzando así a que el portero tenga que actuar. Que el balón entre o no depende de muchos factores, como la distancia a la que estemos, las estadísticas del jugador y del guardameta, la energía restante de este último, de si un defensa se interpone en su trayectoria para hacerle perder fuerza, de las propiedades del tiro que hayamos hecho, etcétera.
Considerando que, al igual que en la serie, hay chuts que se pueden hacer desde el centro del campo, la estrategia básica para marcar es reventar a tiros al portero hasta conseguir que el balón entre por puro desgaste, aunque claro, lo ideal es hacer estos disparos en las mejores condiciones posibles para hacer daño de verdad y asegurar más tantos. Ojo, esto es algo que cuesta más de lo que parece, pues encontrar el hueco para cargar el tiro sin que nos interrumpan no siempre es fácil.
Como veis, el título no parece muy táctico y profundo, ya que aparentemente apenas hay mecánicas. De hecho, hasta el sistema de regates es extremadamente básico, reduciéndose los enfrentamientos entre jugadores en una especie de piedra, papel, tijeras de dos botones que depende de nuestras estadísticas y de si el tipo de entrada que nos hacen tiene ventaja frente al tipo de drible que hacemos.
Sin embargo, no es hasta que hemos avanzado muchísimo en el Modo Historia cuando desbloqueamos nuevas mecánicas que, sin revolucionar su jugabilidad, aportan frescura y amplían su propuesta a los mandos al darnos nuevas formas de sortear al rival e incluso de marcar goles. Evidentemente hablamos de los tiros combinados entre dos jugadores que sean afines (por ejemplo, si cargamos un chut especial con Tsubasa y Misaki se encuentra cerca de nuestra posición, chutaremos junto a él y el disparo ganará muchísima fuerza), de jugadas en equipos que nos permitirán avanzar por el campo haciendo espectaculares pases que apenas dan opciones al contrario para interceptarlos y de los supertiros, los movimientos más potentes y devastadores de todo el juego y los más difíciles de realizar, ya que nos obligarán a cargar la friolera de dos barras de disparo enteras. Eso sí, ejecutad estos últimos cerca del área y ni el propio Wakabayashi los podrá detener independientemente de su energía.
Como veis, todo esto nos da más posibilidades a la hora de diseñar nuestras estrategias y armar jugadas con algo más de cabeza, además de incentivarnos a reforzar nuestra defensa para evitar que el contrario nos la líe y nos anote un tanto crucial, obligándonos a situar defensas con habilidades de bloqueo, a buscar sinergias entre jugadores para poder desatar todo su potencial con tácticas combinadas, etcétera. No es que el juego pase a ser algo muy profundo, pero sí que los partidos ganan en dinamismo, tensión y diversión, con cambios en el marcador que se pueden producir en cualquier momento.
Por último, no podemos olvidarnos de mencionar la barra de V-Zone, la cual rellenaremos realizando todo tipo de jugadas, aunque algunas acciones, como robarle el balón al enemigo cuando está cargando un tiro, dan más de lo habitual. Una vez la tenemos completa podemos usarla para que nuestro capitán active su habilidad especial y ganar diversos tipos de ventajas durante unos segundos, aunque también podemos reservarla para hacer una superparada con nuestro portero y así evitar goles que de otro modo nos habríamos comido. Y sí, ya os avisamos que esto último es fundamental cuando entran en juego los supertiros y los movimientos combinados.
Como veis, Rise of New Champions es un juego simple y algo limitado que se quedará muy corto para cualquiera que busque un buen juego de fútbol arcade, pero que hace un buen trabajo a la hora de recrear el estilo de los partidos de la serie con todo su espectáculo intacto, algo que, como fans, hemos disfrutado y nos lo ha hecho pasar muy bien al permitirnos "fliparnos" controlando a nuestros personajes favoritos y replicando esos trallazos de ensueño que tan buenos momentos nos hicieron pasar en el manga y en el anime.
No es un título que vaya a tener un recorrido demasiado largo, ya que se adapta mejor a pachangas casuales con los amigos que a algo que realmente invite a tomárselo en serio y a competir online, pero si os gusta la serie y tenéis claro qué es lo que os vais a encontrar, creemos que os lo vais a pasar tan bien como nosotros, ya que desprende mucha energía y cariño por la serie, algo que se ve rápidamente en multitud de detalles, como las propias habilidades pasivas de los jugadores y lo bien adaptados que están sus estilos de juego.
Ahora bien, existen algunos defectos de bulto que van más allá de lo simple y limitado que pueda resultar a nivel mecánico y que empañan bastante las sensaciones que transmite a los mandos, empezando por su desastrosa IA aliada, de las peores que hemos visto jamás en juego alguno. Tiene problemas graves para posicionarse, no busca hacer marcajes, dejan a los jugadores rivales completamente solos en multitud de ocasiones en las que podrían entrar o presionar, se quedan mirando los balones muertos y hasta los hemos llegado a ver dando vueltas sobre sí mismos sin saber muy bien qué hacer o hacia dónde moverse. Evidentemente, esto trae consigo un buen número de frustraciones y propicia que se produzcan situaciones realmente absurdas que estropean más de lo que nos gustaría la ilusión de estar viviendo la serie.
De igual modo, las colisiones a veces son un poco extrañas y erráticas, dándose casos como que pasamos por encima de un balón y el personaje no llega a controlarlo, dejándolo donde estaba como si no lo quisiera y regalándoselo al contrario. Por supuesto, tampoco esperéis físicas de ningún tipo, y menos para la pelota, y los cambios entre jugadores cuando estamos defendiendo suelen ser un auténtico caos.
Forjando nuestra leyenda
En lo que respecta a sus modos de juego, el principal para un jugador lo tenemos en El Viaje, el nombre que ha recibido su Modo Historia, dividido en dos partes bien diferenciadas: Episodio Tsubasa y Episodio Nuevo Héroe. El primero de ellos nos llevará a revivir el tercer torneo nacional de secundaria encarnando al Nankatsu, permitiéndonos jugar los seis partidos principales de esta saga mientras numerosas secuencias de vídeo nos narran con muchísimo detalle todo lo que pasó, desarrollando de esta manera los diferentes arcos argumentales de sus personajes y equipos principales.
Os avisamos que hay mucho texto y la presentación de los diálogos es algo estática, así que preparaos para estar entre 15 y 20 minutos sin jugar entre partido y partido, aunque siempre existe la opción de omitir estas secuencias para saltar directamente al terreno de juego. Pero lo realmente interesante de este episodio es que si replicamos los hechos que tuvieron lugar en la serie activaremos unas espectaculares secuencias de vídeo en las que los personajes aprenderán técnicas y recrearán los momentos más míticos del anime. Evidentemente, esto es algo totalmente opcional e implica forzar ciertos resultados (por ejemplo, en la final contra el Toho hay varios vídeos que solo podremos ver si vamos a la prórroga), pero es todo detallazo que cualquier fan sabrá apreciar y agradecer por la autenticidad que le da al juego.
Sin embargo, lo verdaderamente interesante lo tenemos en el Episodio Nuevo Héroe, donde nos cuentan una historia alternativa en la que el Mundial juvenil de Francia se cancela y pasa a celebrarse en Estados Unidos, lo que ha servido de excusa a los guionistas para crear una nueva trama que, a pesar de replicar muchas de las cosas que ocurrían en el manga, les ha dado el suficiente margen como para introducir jugadores inéditos, nuevos equipos e incluso permitir que brillen algunas selecciones a las que Takahashi no terminó de sacarle demasiado partido.
Con esta premisa, tendremos que crear a nuestro propio jugador y escoger nuestro equipo entre el Toho, el Musashi o el Furano, una elección que marcará el rumbo de la historia durante la primera mitad. Como un alumno de primer año que se une a uno de estos clubes, nos tocará ganarnos nuestro puesto como titular, subir de nivel, desarrollar nuestras estadísticas, especializarnos en una posición concreta, aprender nuevas técnicas y habilidades y trabar amistad con el resto de personajes de la serie. Todo ello para que, al final, nos convoquen para la selección japonesa.
Además de golear a los contrarios, una de las cosas que más nos interesará en esta modalidad será que nuestro jugador se luzca y participe mucho en los partidos para que así sus valoraciones sean altas y reciba una gran cantidad de puntos de habilidad para repartir entre sus diferentes estadísticas, las cuales serán más propensas a mejorar o no dependiendo de si es delantero, centrocampista o defensa. La cantidad de técnicas y habilidades pasivas que podemos aprender es gigantesca y todas ellas tienen sus peculiaridades y propiedades especiales, dándonos así una libertad total para configurar y personalizar a nuestro futbolista ideal que nos ha encantado.
Quizá lo que no nos ha terminado de convencer es el proceso de aprendizaje, ya que nos obligará a comprar sobres de cartas con los puntos que consigamos jugando. Dependiendo de nuestra colección, estos naipes se barajan en varios grupos antes de los partidos y solo podremos escoger uno de ellos para que así nuestra amistad suba con esos personajes. Evidentemente, hay que conseguir muchas copias repetidas para maximizar los naipes, tener algo de suerte con la baraja y, cuando lleguen a un determinado nivel, cumplir algunos requisitos especiales durante los enfrentamientos. Todo esto, además, desbloqueará nuevas secuencias y conversaciones, aunque la aleatoriedad de dicha mecánica y lo poco orgánico que resulta todo le resta interés y acaba convirtiéndose en un engorro poco gratificante.
Quitando esto, tenemos que admitir que hemos disfrutado mucho con esta nueva historia, la cual llega a sentirse como una nueva película de la serie en la que nos cuentan eventos no canónicos pero igualmente apasionantes. Y no nos engañemos, cosas como poder ejecutar el tiro combinado junto a Tsubasa o Kojiro es un sueño de la infancia que con este modo por fin hemos podido cumplir. Además, los partidos del Mundial tienen desafíos opcionales que son muy amenos de cumplir y nos recompensan con nuevos supertiros y escenas adicionales que captan a la perfección la épica del manga.
Eso sí, aquí los diálogos y vídeos entre partidos son muchísimo más numerosos y extensos que en Episodio Tsubasa, algo que quizá a algunos pueda resultar incluso excesivo. Sin embargo, el auténtico problema de El Viaje lo tenemos en su dificultad: total y completamente inexistente por culpa de la nefasta IA. Sin apenas esfuerzo podemos ganar casi todos los partidos con resultados de 5 a 0, y esto es tirando por lo bajo y sin exagerar lo más mínimo. No hay reto alguno, lo que le quita toda la emoción a los enfrentamientos, convirtiéndolos en meros trámites en los que lo único interesante que encontraremos por hacer será cumplir sus retos opcionales.
Aspirando a lo más alto
La oferta de modos la completan Versus y Versus Online. En el primero tenemos partidos rápidos, tandas de penalties, torneos y ligas, unas variantes que podemos jugar tanto contra la IA (nuevamente, sin dificultad alguna incluso en su nivel máximo) como contra otros jugadores, mientras que el segundo nos ofrece partidas de sala que podemos personalizar a nuestro gusto y puntuadas. Estas últimas se organizan en diferentes ligas y dependiendo de en la que nos encontremos tendremos un límite de valoración u otro para nuestro equipo. Es decir, el valor máximo de todos nuestros jugadores no puede superar el de nuestra liga, así que tendremos que ganar partidos, subir en los marcadores online y ascender a categorías superiores para aumentar este tope.
Esto es algo que nos parece todo un acierto, ya que así evitaremos encontrarnos con equipos personalizados formados únicamente por los mejores personajes del juego y nos obligará a mezclar nuestras estrellas con otros jugadores menos habilidosos. Además, podremos usar también a los personajes que personalicemos y entrenemos si así lo deseamos. Eso sí, os recomendamos encarecidamente que terminéis primero el Modo Historia, ya que así desbloquearéis a todos los jugadores, equipos y mecánicas que os ayudarán a no partir con desventaja cuando entréis en la competición a través de internet.
La mala noticia es que, por los partidos que hemos jugado, el lag se deja notar más de lo deseable, con personajes que no terminan de responder todo lo bien que nos gustaría a ciertas acciones, una cámara que tiende a volverse loca y, lo peor de todo, bugs muy graves que nos bloquearán a los jugadores y los controles. Por lo general, se deja jugar, pero es evidente que le falta un punto de pulido.
Los goles más espectaculares
A nivel gráfico nos encontramos con una de cal y otra de arena. Por un lado, lo que vemos durante los partidos es un juego muy discreto en lo técnico, con unas animaciones que dejan muchísimo que desear, pobres interacciones entre jugadores y unos modelados que cumplen sin grandes alardes. Sin embargo, cuando entran en juego las secuencias de tiros especiales, regates, pases únicos, paradas y técnicas combinadas el título es capaz de poner en pantalla un espectáculo brutal, exagerando más incluso lo que veíamos en la serie y realzando a lo grande la emoción de estos momentos. Es una maravilla ver el detalle y mimo que se ha puesto y os aseguramos que cuesta mucho cansarse de ellos, por lo que es una pena que no siempre consiga mantener este nivel.
En lo que respecta a su banda sonora, esta usa unos temas muy animados y a veces de corte épico que acompañan bien la acción, pero que no terminan de brillar. Aunque lamentamos habernos quedado sin las composiciones del anime original, os alegrará saber que al menos se ha incluido una nueva versión del mítico Moete Hero que hace acto de presencia en ciertos momentos clave de la historia para poneros los pelos de punta. Por lo demás, unos efectos correctos, voces en japonés y textos en español. Destacar que se han mantenido los nombres nipones de los personajes, mientras que las técnicas sí respetan la nomenclatura del doblaje que recibimos en España.
Conclusiones
Captain Tsubasa: Rise of New Champions es un juego dirigido única y exclusivamente a los fans de este legendario manga, ya que lo que busca ofrecer no es un buen título de fútbol arcade, sino una buena recreación de los espectaculares y exagerados partidos por los que se ha caracterizado la obra de Takahashi, algo que hace bastante bien. Si cumples este requisito, te encontrarás con un título que dista mucho de ser perfecto y que en lo jugable se siente un pelín corto y limitado, pero que sabe entretener con suma facilidad y plasmar como nunca antes habíamos visto todo el espectáculo de un anime que marcó a toda una generación.
Hemos realizado este análisis gracias a una copia para PS4 que nos ha facilitado Bandai Namco.