Análisis Bloodroots, venganza frenética y sangrienta (PS4, Xbox One, Xbox Series X/S, PC, Switch)
El sector indie cuenta con una capacidad para sorprendernos como ningún otro. A fin de cuentas, no son pocos los títulos de estudios independientes que llegan a las tiendas digitales casi "salidos de la nada" para darnos un potente bofetón con su altísima calidad. Buenos ejemplos de esto mismo serían Hotline Miami, Undertale o Celeste, juegos sin apenas repercusión mediática antes de sus estrenos que acabaron sorprendiendo al mundo entero y convirtiéndose en auténticos exitazos. Algo parecido nos ha ocurrido con Bloodroots, una divertidísima aventura desarrollada por Paper Cult que nos ha pillado totalmente desprevenidos y con la que hemos disfrutado de lo lindo desatando nuestro lado más salvaje.
La venganza es un plato que se sirve con muchos litros de sangre
Esta vez nos encontramos ante un juego de acción en el que encarnaremos a Mr. Wolf, el líder de una banda de forajidos del Salvaje Oeste que tras ser traicionado y dado por muerto por sus compañeros, emprende un crudo viaje de venganza para acabar con ellos y con toda su legión de seguidores. Si bien al principio todo es un tanto confuso, la trama se va desarrollando y explicando poco a poco, aunque tampoco esperéis una gran historia ni nada demasiado profundo. De hecho, la mayoría de conversaciones para profundizar en el trasfondo de los personajes son totalmente opcionales, dejándonos claro que aquí lo importante es coger el mando y teñir los escenarios de rojo.
Así pues, ¿cómo se juega a Bloodroots? En esencia se trata de una especie de Hotline Miami en el que debemos limpiar los escenarios de enemigos para poder progresar a la siguiente sección del nivel en el que nos encontremos. Sin embargo, esta no es una tarea nada sencilla, ya que cualquier golpe que recibamos acabará con nosotros y nos mandará automáticamente al último punto de control, y los rivales son tan numerosos y peligrosos como cabría esperar.
Por suerte para nosotros, nuestro héroe es realmente capaz y, además de poseer una gran agilidad, puede utilizar casi cualquier elemento del escenario como un arma improvisada. Un hacha, un remo, un palo, el torso que acabamos de partir por la mitad de un enemigo, un pescado, una ardilla muerta, un barril, una bota, etcétera. Todo esto y más puede acabar convertido en un arma letal en nuestras manos y lo mejor de todo es que cada uno de estos objetos se usa de forma muy diferente y tiene sus propias características. Algunos incluso nos servirán para "plataformear" y abrir nuevos caminos, y los movimientos que realizaremos con cada ítem son tan distintos que deberemos calcular nuestros golpes teniendo esto siempre en cuenta. Por ejemplo, con una espada realizaremos una rápida estocada hacia delante, mientras que con un hacha simplemente golpearemos en el mismo sitio en el que estuviésemos.
No os hacéis una idea de la cantidad de cosas que hay repartidas por el escenario con las que podemos jugar e interactuar, incluyendo algunos objetos totalmente inesperados, como espadas láser o pistolas nerf. Un detalle muy interesante es que el uso de cada arma está limitadísimo y estas se romperán con tan solo uno, dos o tres golpes, obligándonos de esta manera que improvisemos constantemente y echemos mano de lo primero que nos encontremos cerca. Esto da pie a auténticas coreografías que son todo un gustazo de ver y de jugar, especialmente cuando encadenamos una muerte tras otra usando ítems muy diferentes.
Huelga decir que, a excepción de unos pocos adversarios, la mayoría mueren con tan solo recibir un golpe, aunque esto no significa que vaya a ser fácil abatirlos, pues existe un buen número de enemigos distintos y con unos patrones muy concretos con los que deberemos lidiar, algo que combinado con escenarios muy verticales y repletos de trampas y obstáculos da como resultado un desafiante cóctel que nos pondrá realmente a prueba. Evidentemente, aquí hay muchísimo ensayo y error, ya que vais a morir incontables veces mientras os aprendéis los mapas y dais con las mejores rutas y métodos para liquidar a vuestros rivales, aunque las reapariciones tras cada muerte son tan instantáneas y el ritmo de juego tan desenfrenado que siempre tendremos ganas de seguir intentándolo.
Por si todo esto no fuese suficiente, el título no para de sorprendernos con todo tipo de situaciones inesperadas que dan mucha variedad a su desarrollo, a pesar de que, al final, nuestro objetivo siempre es el mismo: acabar con todo. Tan pronto estaremos "plataformeando" con la cámara colocada de forma lateral que nos las veremos con un jefe que hará las delicias de los amantes de los shmups mientras llena toda la pantalla de balas que deberemos esquivar. El diseño de niveles es realmente bueno y cada "arena" de combate está minuciosamente estudiada para que haya decenas de formas distintas de superarlas al mismo tiempo que nos lanzan nuevos problemas con los que lidiar. Eso sí, no se libra de algunos momentos un tanto tramposos e irregulares, especialmente en la recta final, donde los actos se alargan demasiado, la dificultad se dispara y nos hacen repetir largos enfrentamientos que ponen más a prueba nuestra resistencia que nuestra habilidad.
En lo que respecta a su duración, la aventura principal dura una media de ocho horas, aunque las fases son muy rejugables y si queremos conseguir la máxima puntuación en ellas vamos a tener que dedicarle bastantes horas de práctica e innumerables reintentos. Además, cuenta con marcadores online y hay algunos coleccionables en forma de sombreros que nos dan poderes, así como unos lobos ocultos que no son nada fáciles de encontrar.
A nivel gráfico también nos ha gustado mucho. No es que sea ningún portento técnico (en realidad, los modelados y los escenarios son muy simples y básicos), pero tiene un diseño artístico con mucha personalidad inspirado en la serie de animación de Samurai Jack, aunque aquí no falta la sangre ni las mutilaciones. Además, nos ha sorprendido para bien su motor de físicas, permitiendo que destruyamos montones de cosas e incluso que provoquemos incendios, cosas que, evidentemente, se aprovechan de una forma fantástica en lo jugable. La banda sonora tampoco se queda atrás con un estilo musical que nos recordará inevitablemente a montones de westerns, pero con un ritmo mucho más movido y frenético que acompaña genial nuestras carnicerías. Lo sonidos son tan contundentes y satisfactorios como cabría esperar y los textos están traducidos muy pobremente al español, dificultando la comprensión de la historia. Finalmente, decir que no hay doblaje de ningún tipo.
Conclusiones
Bloodroots es un juego divertidísimo, con buenas ideas y una ejecución impecable que, a poco que os llame la atención su propuesta, deberíais probar, ya que hace las cosas realmente bien y sabe enganchar como pocos. Masacrar hordas de enemigos haciendo uso de nuestra habilidad e ingenio para convertir en un arma letal hasta el ítem más inofensivo es algo que resulta tremendamente satisfactorio, la variedad de situaciones es realmente alta y los más perfeccionistas encontrarán aquí una obra a la que dedicarle decenas de horas compitiendo en los marcadores online. Muy recomendable.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para PS4 que nos ha facilitado popagenda PR.