Análisis de Berserk and the Band of the Hawk (PS4, PS3, PSVITA, PC)
Hablar de Berserk es hablar de una de las obras más importantes e influyentes de la historia del manga, y no por pocos motivos: su historia, sus personajes, su oscuro y retorcido mundo, su espectacular dibujo (cada viñeta es una obra de arte), sus brutales escenas de acción... Una serie que ha inspirado en gran medida a lo que hoy conocemos como "fantasía oscura" y que lleva publicándose desde 1989.
Por desgracia, sus seguidores no ganamos para disgustos y desde hace casi una década su ritmo de publicación se ha vuelto tan irregular que no somos pocos los que dudamos en poder ver su final algún día, ya que Kentaro Miura, su autor, apenas consigue terminar un tomo al año.
Por si no tuviésemos bastante, sus adaptaciones al mundo de la animación tampoco han salido demasiado bien paradas, con numerosos recortes, censuras, malos diseños y uso abusivo de CGI (cada serie ha fallado en una cosa u otra). En videojuegos tampoco es que se haya prodigado demasiado que digamos, y en estos 28 años apenas se han realizado dos de ellos (muy entretenidos para los fans, eso sí).
No es de extrañar entonces que sintiéramos cierta emoción cuando Koei Tecmo anunció que Omega Force estaba trabajando en un nuevo juego de la serie para permitirnos revivir las épicas y sangrientas batallas que ya habían captado nuestra imaginación en las viñetas. Además, el género escogido no nos podía parecer más acertado, ya que pocos estilos hay que vayan mejor con Berserk que un musou. Y si encima lo desarrollan los padres de Dynasty Warriors y Samurai Warriors, pocos motivos teníamos para no frotarnos las manos ante lo que se nos venía encima, especialmente tras la promesa de que el título abarcaría gran parte de la historia del manga.
Finalmente la hora de volver a este fascinante universo ha llegado y, aunque al final no termina de hacer del todo justicia a la obra original, podemos confirmar que se trata de una compra muy recomendable para cualquier fan de la serie.
La historia de Guts
Para quienes no sepáis nada de Berserk, simplemente decir que su historia nos lleva a un oscuro mundo de fantasía medieval en el que nos presentan a Guts, un espadachín que blande una gigantesca espada más grande que él mismo, quien se encuentra inmerso en un viaje de odio y venganza. Decir más sería arruinaros esta magnífica obra, así que tendréis que contentaros con esta sinopsis tan superficial para no destriparos demasiado.
Uno de los puntos fuertes del juego lo tenemos precisamente en que nos cuentan la misma historia del manga desde su primer tomo hasta que el grupo de protagonistas inicia el viaje en barco a Elfhelm, aunque la narración va en todo momento en orden cronológico, por lo que empezaremos directamente a partir de la Edad Dorada con un Guts adolescente buscándose el sustento en el campo de batalla como mercenario (la infancia de nuestro Espadachín Negro favorito se la saltan, aunque se hacen algunas referencias a ella).
Aquí hay que destacar que en todo momento se nos contará la historia desde el punto de vista de Guts, por lo que serán sus batallas las que libraremos y no las de otros personajes, lo que deja fuera de la ecuación ciertos momentos de gran importancia del manga. De hecho, hay muchísimos detalles argumentales que se nos narran mediante vídeos y conversaciones opcionales, gracias a los cuales podremos profundizar en los trasfondos de los secundarios.
Esto también significa que el 95% del Modo Historia está protagonizado por Guts, y solo en unas pocas misiones nos permitirán escoger a otros personajes. Eso sí, gracias al Modo Libre podremos jugar cualquier nivel que queramos con cualquiera de los héroes y villanos que hayamos desbloqueado.
Este empeño por contar la historia lo más detalladamente fiel posible nos ha sorprendido mucho durante la primera mitad, donde los vídeos abundan y llegan incluso a cortar un poco el ritmo. La mayoría de ellos están extraídos directamente de las tres películas que se realizaron entre 2012 y 2013 (eso sí, con bastante censura con todo lo relacionado con los desnudos y el sexo), aunque también hay secuencias generadas con el propio motor gráfico del juego (horrendas y casi sin animaciones) y otras por ordenador realmente espectaculares y bien resueltas.
Sí, faltan cosas y algunos combates, pero cualquiera que no se haya leído nunca el manga se enterará perfectamente de todo jugando al juego. Sin embargo, las cosas cambian bastante una vez terminamos la Edad Dorada, momento en el que la narración se acelera súbitamente y empiezan a sucederse los capítulos a toda velocidad y sin profundizar demasiado en lo que pasa en ellos, llegándose a saltar incluso sagas enteras como la de los Niños perdidos y a omitir multitud de villanos, como los secuaces de Mozgus, lo que nos ha dejado algo decepcionados. A pesar de ello, lo más importante sí que está y resulta fácil enterarse de los detalles claves de la historia y los motivos por los que ocurre cada cosa.
Entrando ya en lo que es su jugabilidad, si habéis jugado alguna vez a algún musou probablemente ya sepáis lo que os vais a encontrar aquí, pues la fórmula apenas ha variado. Es decir, mapas en los que cumplir diferentes objetivos mientras troceamos enemigos que se cuentan por cientos.
Los controles son muy básicos, con un ataque flojo y otro fuerte (que puede ser cargado) para combinar y realizar combos, otro de defensa, otro de esquiva y la posibilidad de entrar en un modo especial al rellenar una barra de energía, lo que nos volverá invulnerables durante un tiempo, más letales y nos permitirá desatar nuestro ataque definitivo o transformarnos si así lo permite nuestro personaje.
Lo bueno es que cada uno de los personajes está muy bien representado a nivel jugable y la experiencia cambia considerablemente de, por ejemplo, controlar a Guts a manejar a Schierke. Eso sí, es un auténtico gustazo destrozar enemigos con todos ellos, especialmente en el caso de nuestro protagonista, cuyos movimientos de espada hacen que sintamos todo el peso de la Dragonslayer con nuestros golpes.
Y eso por no hablar de su apabullante modo berserker que desbloquearemos casi al final de la aventura, donde nos convertimos, literalmente, en una máquina de picar carne, ofreciéndonos algunos de los momentos más espectaculares, frenéticos y viscerales que hemos vivido nunca en un juego del género.
Sin embargo, hay ciertos problemas que dejan esta nueva obra muy por debajo de otros títulos similares, empezando por su diseño de niveles y estructura jugable. Esto se debe a que casi todas las fases han perdido el componente estratégico habitual del género, por lo que apenas tendremos que tomar decisiones tácticas durante las batallas y la mayoría de ellas suelen consistir en seguir una línea recta desmembrando todo lo que se cruce en nuestro camino mientras machacamos botones.
El problema está en que esto, a la larga, se hace muy aburrido, ya que la dificultad de la aventura es demasiado baja incluso a la hora de luchar contra otros generales, siendo solo unos pocos jefes finales los que presentan algo de combate como para obligarnos a tomárnoslo en serio, por lo que os recomendamos que no temáis en subiros el nivel de dificultad para hacer las cosas más tensas y entretenidas.
Además, los mapas no suelen ser demasiado grandes ni tienen un diseño muy elaborado, y la mayoría de misiones apenas duran cinco minutos, por lo que se acaban casi antes de empezarlas. Tampoco es que haya demasiada variedad en los objetivos a cumplir, aunque al menos se agradece el intento de Omega Force por hacer que su desarrollo sea lo más fiel posible a lo visto en el manga, aportando alguna que otra fase con mecánicas únicas (hay hasta un ligero momento de sigilo).
De todos modos, machacar a cientos de soldados y monstruos de forma simultánea sigue siendo una experiencia que resulta de lo más entretenida, especialmente a poco que seamos fans de la obra original, por lo que se puede decir que el título cumple con su cometido.
Algo que tampoco nos ha convencido demasiado es la plantilla de personajes jugables, los cuales apenas llegan a la decena, una cifra ridícula para lo que nos tiene acostumbrados el género y para lo que puede dar de sí la licencia. De hecho, no solo hay pocos, sino que se han realizado algunas decisiones incompresibles a la hora de escogerlos, como la inclusión de Wyald (un villano que aparece en un momento muy concreto y que tampoco dura demasiado) en favor de otras figuras más importantes y relevantes de la serie, como bien podría ser Skull Knight.
Completar la historia nos llevará entre diez y doce horas (hay un buen número de fases), y una vez completada solo nos quedará subir de nivel a nuestros combatientes, jugar el modo libre, rejugar la historia para conseguir todos los Behelits de cada misión (se obtienen cumpliendo ciertos requisitos en ellas) y echarle horas al modo Eclipse Infinito, una modalidad en la que tenemos que enfrentarnos a oleadas de enemigos cumpliendo objetivos mientras avanzamos piso tras piso sin poder curarnos entre ellos. Es un modo bastante entretenido y si conseguimos adentrarnos lo suficiente en él obtendremos recompensas muy interesantes, por lo que probablemente le echaréis unas cuantas horas adicionales una vez acabéis la historia.
En general, Berserk and the Band of the Hawk se nos ha quedado muy corto de contenidos y no nos ha ofrecido ese ingente número de horas de juego que suele aportarnos el género, por lo que esperamos que en el hipotético caso de que se realice una secuela se corrijan todos los errores que hemos mencionado a lo largo del texto.
En lo que respecta a su apartado gráfico, decir que estamos un título muy llamativo en lo visual por lo fiel que es a la obra en la que se basa, utilizando un cel shading con muchos sombreados y colores apagados que le sienta realmente bien. Además, los modelados de los personajes están muy logrados (al menos en lo que respecta a los protagonistas), las animaciones son muy buenas, la cantidad de enemigos en pantalla llega a impresionar por momentos y todo se mueve con gran fluidez.
Sin embargo, ciertas secuencias cinemáticas generadas con el motor gráfico nos han parecido de hace dos generaciones, así como las expresiones faciales de los personajes durante las mismas. También hay texturas que dejan mucho que desear, cierto popping en los elementos lejanos del escenario, efectos mejorables (esa lluvia y ese fuego...) y unos mapas faltos de detalle.
El sonido hace gala de una banda sonora de corte épico y con muchos coros, aunque en general nos ha parecido algo genérica. Eso sí, se adapta muy bien a todo lo que vemos en pantalla y al tono general del juego, aunque nos hemos quedado con las ganas de escuchar algunos temas de la adaptación anime del año pasado (probablemente lo mejor de dicha serie). Los efectos cumplen su función sin grandes alardes y el doblaje nos llega únicamente en japonés, lo que es una buena noticia, ya que la selección de voces y las interpretaciones son magníficas. Lo malo es que todos los textos se encuentran solo en inglés.
Conclusiones
Berserk and the Band of the Hawk es un juego muy interesante y atractivo para cualquier fan de la obra de Kentaro Miura, especialmente si se es fan del género y no nos importa eso de machacar botones para trocear enemigos durante horas. Sin embargo, peca de ciertos problemas que lo alejan de la calidad de otros títulos similares, como una alarmante falta de contenidos, pocos personajes y un diseño de niveles demasiado simple y lineal al que le falta algo de estrategia. De todos modos, también es cierto que pocos juegos de Berserk llegan al mercado y ponerse en la piel de Guts para sentir todo el poder de la descomunal Dragonslayer es una experiencia demasiado tentadora como para dejarla pasar así como así.
Este análisis lo hemos realizado gracias a una copia digital para PlayStation 4 que nos ha facilitado Koch Media.