Análisis de Adam's Venture: Origins (PS4, PC, Xbox One)
Adam's Venture fue una aventura no demasiado conocida que, a modo de episodios, apareció en PC (y algo más tarde también en PS3) hace ya algunos años, cosechando críticas de todo tipo y levantando no demasiada expectación. Y esta misma producción es la que Soedesco y Vertigo Games han querido remasterizar para lanzarla nuevamente para PC así como para las nuevas consolas PS4 y Xbox One.
De esta forma, Adam's Venture: Origins es una aventura de exploración centrada especialmente en la continua resolución de puzles, que se convierte en el principal pilar en el que se basa la jugabilidad que propone el título.
Aventuras en los años 20
Uno de los ingredientes más llamativos, al menos en un principio, de todos los que posee esta obra es todo lo relacionado con su trama argumental. La historia que se desarrolla a lo largo de los 21 capítulos que componen el modo Historia tiene que ver con la búsqueda de varios objetos, hallazgos y lugares que han sido nombrados muchas veces tanto en la Biblia como en diversas obras literarias de historia y ficción.

Siguiendo con esto, a lo largo de la aventura debemos recorrer escenarios relativamente diversos persiguiendo tanto las ruinas del rey Salomón como el Jardín del Edén, por citar un par de ejemplos. Y mientras lo hacemos, también debemos llegar al fondo de lo que se esconde detrás de una oscura organización denominada Clairvaux.
Sin ser la mejor historia jamás contada en un título de estas características, para nada, por lo menos termina haciéndose interesante y cuenta con la solidez e interés suficiente como para que merezca la pena avanzar para conocer sus tejemanejes. Además dicha trama está salpicada de ciertas dosis de humor, a veces bastante bien urdido y otras todo lo contrario (no hay grises en este sentido), lo cual muestra al menos el afán de los desarrolladores de aportar frescura a la historia principal.
Una vez que nos sumergimos en la aventura, descubrimos que se trata de una idea de juego que se desmarca bastante de los actuales referentes del género, léase Tomb Raider y Uncharted. Y es que a pesar de que esta obra de Soedesco guarda ciertos paralelismos con las producciones millonarias y muy queridas de Crystal Dynamics y Naughty Dog que acabamos de citar, lo cierto es que presenta rasgos claramente distintos.

Y uno de ellos es la total ausencia de elementos y segmentos de acción. Efectivamente, Adam es un protagonista pacífico en su máxima expresión. Tanto es así que ya no sólo empuña arma alguna (ya sea del tipo que sea) en ningún momento del juego, sino que ni tan siquiera utiliza habilidad de lucha alguna para entrar en combate contra los rivales. Esta decisión de diseño nos parece tan loable como cualquier otra, pero por desgracia pensamos que el resto de los elementos que sí que forman parte de la aventura no terminan de llenar el hueco dejado por este aspecto tan trascendente.
Los puzles son la base que sustenta al título. Los hay de todo tipo y son muy diversos, variando tanto su dificultad (aunque hasta los últimos episodios suele ser bastante baja) como su disposición. Los hay de lógica, otros que tiran más de memoria, aquellos ya clásicos en los que debemos recopilar una cantidad de objetos determinada para colocarlos en sus respectivos lugares… En general no están mal y los hay realmente buenos, aunque también es cierto que algunos de ellos terminan repitiéndose a medio plazo.
