Análisis de Yu-Gi-Oh! Millennium Duels PSN (PS3, Xbox 360)
Yu-Gi-Oh! es un juego de cartas similar al famoso Magic -con sus propias reglas, por supuesto- que ha triunfado entre los más jóvenes gracias a su serie de animación. Basado en el juego de cartas, en el mundo y personajes que aparecen en las distintas temporadas de la serie se han ido publicando bastantes juegos durante los últimos años. Estos juegos en general se dividen en dos tipos: los que tienen un modo historia y los centrados en el torneo de cartas y por tanto enfocados únicamente a los duelos. A este segundo grupo pertenece Yu-Gi-Oh! Millennium Duels, una secuela de 5D’s: Decade Duels –lanzado en 2010-, y por tanto, nos ofrecerá combates de dificultad creciente a lo largo de cuatro generaciones de personajes sin necesidad de envolverlo en una gran presentación; va directo a los enfrentamientos de cartas.
Es curioso el modelo y desarrollo escogidos por Konami y el estudio desarrollador Other Ocean Interactive, porque en lugar de un free-to-play plagado de microtransacciones orientado al multijugador tenemos un producto de precio único de 9,99 euros –lo que no quita que sí exista contenido descargable- con entretenimiento para un usuario junto con el imprescindible multijugador.
Lástima que sin la inclusión de una aventura o puzle intercalado se trate solo de combates uno tras otro, sin ningún tipo de contexto, historia o secuencias, ya que todo cae en una supuesta simulación virtual sin trasfondo con rivales simplemente personificados por un avatar estático. Visto desde la perspectiva de un jugador no aficionado al manga se pierde mucho carisma y no se llega a conectar con el ambiente.
Tras seleccionar la imagen que nos representa podemos comenzar dando un vistazo al tutorial, esencial si es la primera vez que tocas la saga y recomendable para conocer los nuevos tipos de cartas. Cuidar este apartado es fundamental y, aunque pueda parecer demasiado engorroso –porque lo es- comenzar la primera hora con constantes lecturas y ejemplos prácticos de cada función, no hay nada mejor que unas explicaciones detalladas en un género que fuera de su círculo de incondicionales es bastante oscuro, casi intimidatorio. Millennium Duels pasa con nota el requisito de educar al jugador, además con textos en español.
La jugabilidad no es compleja superadas unas pocas partidas, así que no tener experiencia previa no es una disculpa para no disfrutar de este Yu-Gi-Oh! Básicamente, se eligen cartas que pueden ser de varios tipos; las de monstruos sirven para atacar y se colocan en la parte superior de nuestra parte de la mesa, y abajo se colocan las posibles trampas con efectos secundarios. Vamos pasando por diferentes fases –poner las cartas elegida de nuestra mano, iniciar la parte de combate-, y el objetivo final es acabar con la vida numérica del oponente, procurando eliminar las cartas tumbadas de su área y así hacer un ataque directo muy dañino. Este es el resumen muy general, hay otras normas que hacen el juego más elaborado y que a la larga son la auténtica chicha de Yu-Gi-Oh! Por cierto, si tienes una partida guardada de Decade Duels en tu perfil podrás importar esos datos, con lo que todas las horas invertidas ganando cartas y formando tu mazo no se tirarán por la borda y podrás empezar fuerte desde el inicio.
Hay diferentes torneos que corresponden a Yu-Gi-Oh!, Yu-Gi-Oh! GX, Yu-Gi-Oh! 5D's y Yu-Gi-Oh! ZEXAL, pero será necesario desbloquearlos poco a poco, superando enfrentamientos y jefes. La curva de dificultad está bien ajustada a nuestro progreso, y si es verdad que al principio estamos un poco limitados en cuanto a variedad y poder de las cartas, los oponentes nos lo pondrán fácil en nuestros primeros pasos. Más tarde nos cruzaremos con rivales más agresivos en sus estrategias y con mejores mazos; es posible bloquearse en algún momento porque a fin de cuenta es un desarrollo en el que ganar o perder no depende exclusivamente de nuestra estrategia, también la suerte tiene su papel. Lo adictivo de estos juegos es que inclinas esa suerte jugando y repitiendo partidas -el clásico grindeo- para obtener mejores cartas.
Hay una buena cantidad de rivales –ochenta- si lo comparamos con el anterior juego y eso equivale a más diversión y tiempo coleccionando cartas. Por si no tienes suficiente, se desbloquea un modo de dificultad experta al superar las cuatro generaciones. Fuera del modo en solitario tenemos el imprescindible multijugador online, ya sea en versus clásico o en compañía en modo tag, aunque conviene tener una buena colección de cartas antes de probar suerte aquí. Este modo en red es realmente el que ofrece las emociones y la sensación real de recompensa por la victoria, saber que estás compitiendo con otro jugador y no la imagen manga de un niño sin duda aumenta la tensión.
Del argumento de la simulación proviene el estilo gráfico escogido, en plan realidad virtual años 90, muy frío para nuestro gusto y repetitivo a lo largo del juego pues únicamente vamos a ver la misma rejilla y tonos de azul eléctrico como acompañamiento. Lo único positivo que podemos decir es que la interfaz es clara y práctica, y que este fondo es animado, evitando que la pantalla se queme ante largas sesiones de juego –no es broma, es un detalle a tener en cuenta-. Ya sean los gráficos o la simplemente correcta música hay mucho que mejorar; hasta las propias ilustraciones de las cartas no son especialmente sugerentes si las comparamos con el nivel de otros títulos de cartas con preciosos trabajos de artistas conocidos.
Conclusiones
Millennium Duels es más completo que Decade Duels y de eso se beneficia la rejugabilidad, sobre todo si te gusta el universo de Yu-Gi-Oh! y el género: es un requisito que tengas interés por conseguir las mejores cartas y engancharte al multijugador. Pero al juego le falta motivar al usuario, concretamente a los novatos. Una atmósfera estéril y la ausencia de diálogos para aumentar la rivalidad contra la inteligencia artificial lo convierten en la mínima expresión de un buen juego de cartas. La cuestión es que no entra por los ojos y produce sensación de dejadez, error perdonable en el modelo free to play o en productos para plataformas más modestas.
Si pones mucho de tu parte el juego te va a encantar porque es entretenido enfrentarse a cantidad de personajes y ampliar el mazo con nuevas adquisiciones, o saltar a la competición online y demostrar que somos los mejores duelistas. Eso no esconde que Other Ocean Interactive haya trabajado con el piloto automático para adornar con muy poquito la base de Yu-Gi-Oh!, lo que hará que su reducido público no consiga expandirse.