Análisis de Yakuza 3 (PS3, Xbox One)

La cultura japonesa ha sido fuente de inspiración para multitud de desarrolladores, que no han dudado ni un ápice en recoger los elementos más destacados de la sociedad para trasladarlos directamente en sus obras más personales. No hablamos sólo de videojuegos, sino de música, largometrajes y arte en general, donde se reconoce a simple vista si una obra contemporánea está realizada bajo ojos occidentales u orientales. Es por eso que Sega, una de las grandes veteranas japonesas, quiso compartir con el mundo la cultura japonesa suburbana, realizando un título que se anunció como el sucesor espiritual de Shenmue, uno de los legados más queridos que nos dejó la difunta Dreamcast.

Yakuza fue la obra que preparó el estudio japonés para todo el mundo, con una fuerte documentación acerca de la mafia japonesa, trasladando elementos del mundo real en tres dimensiones y escribiendo un guión que, desde el primer momento, parecía que podía dar más de sí. De hecho, poco después fue anunciada su secuela, que no sólo nos llegó a nuestro país con un retraso importante con respecto al lanzamiento japonés, sino que además nos llegó en japonés -punto a favor para algunos jugadores- con subtítulos en inglés, siendo, irremediablemente, un batacazo en ventas.

Es por eso, quizá, que Sega decidió atar su tercera parte -y el spin off ambientado en el periodo edo de la historia nipona- en fronteras japonesas, decidiendo no lanzar el título más allá de su nación de origen para evitar costes innecesarios. La realidad ha sido completamente distinta, y, aunque si bien es cierto nos ha llegado con un poco de retraso y algunos elementos diferentes con respecto a la obra original, Yakuza 3 ha desembarcado en exclusiva para PlayStation 3, continuando el viaje de Kazuma y desvelando, poco a poco, una trama que dejará a más de uno boquiabierto.

Dejando a un lado la yakuza

Sin querer destripar demasiado los títulos anteriores al que hoy nos ocupa, Yakuza 3 nos vuelve a poner bajo la sombra de Kazuma Kiryu, un ex miembro de la mafia japonesa que pretende mantener su vida en orden, alejado de problemas y del mundillo que un día le llevó a pasar 10 años entre rejas. Después de los acontecimientos ocurridos en Yakuza 2, nuestro protagonista -y su compañera inseparable Haruka- decidirá abrir un orfanato en Okinawa para alejarse de la urbe, construyendo un apacible hogar para aquellos pequeños que no han tenido una figura paterna en su vida. Este lugar paradisíaco pronto se verá envuelto de varios problemas, ya que dos partidos políticos están luchando para conseguir las tierras vírgenes para sus propios cometidos. Y, como no podía ser de otra manera, nuestro orfanato estará en medio de todo el embrollo, comenzando los dolores de cabeza para nuestro protagonista, que verá como poco a poco la yakuza también está involucrada en uno de los partidos políticos.

Así comienza una historia que parece haberse alejado de lo que vimos en anteriores entregas, y ciertamente es de agradecer que Sega haya dado un respiro a la ciudad de Tokyo y Osaka y nos haya puesto en un escenario mucho más soleado y colorista, como es Okinawa. La desarrolladora no ha querido hacer "otro título más" de la franquicia con su correspondiente actualización gráfica, sino que ha trabajado en un nuevo guión para darle un poco más de variedad a la obra, sin olvidar, por supuesto, las bases fundamentales de la jugabilidad, que estarán presentes en todo momento.

A medida que vayamos completando las más de cien misiones que nos plantea el juego, iremos conociendo a nuevos amigos que nos ayudarán en la aventura, mientras que otros regresarán para hacernos la vida imposible y meternos de nuevo en plena guerra de mafias. La ambientación de la obra es sencillamente espectacular, con multitud de transeúntes por las calles que harán sus tareas mientras nosotros desempeñamos nuestra misión. Es de agradecer que Sega haya aprovechado tan bien el hardware de PlayStation 3, puesto las limitaciones de su predecesora dejaron en evidencia unas calles que, en la realidad, siempre están repletas de gente, aunque no sea hora punta.

El desarrollo del juego es lineal, pero tendremos la suficiente libertado como para dedicarnos a nosotros mismos si nos apetece. De hecho, una de las grandes bazas de Yakuza es la libertad que deja al jugador a la hora de realizar las misiones, siendo una mezcla entre Grand Theft Auto y -en menor medida- y Shenmue que, sin ningún tipo de duda, dejará un buen sabor de boca al jugador. Las misiones que vayamos encontrando por nuestro camino irán abriendo nuevos senderos en el mapa, conociendo a nuevos personajes que nos ofrecerán pistas sobre como llevar a cabo nuestra misión principal. Todo está bastante bien hilado para que el jugador no se sienta perdido por las calles de Japón, y, si utilizamos un poco el mapa, enseguida reconoceremos los lugares más elementales de las ciudades, como pueden ser las tiendas, los puntos de guardado y los burdeles, como no. Además, el videojuego ofrece un sistema de ayudas bastante peculiar. Si no sabemos muy bien lo que tenemos que hacer, bastará con quedarse quieto unos segundos para que Kazuma piense lo que debe hacer; amén de lo útil que resulta el mapa a la hora de desenvolvernos por las calles de la ciudad.

Las misiones secundarias abundan en el juego, pudiendo activarlas una vez hablemos con los ciudadanos que tengan problemas. Algunas de estas misiones no tienen relevancia alguna en cuanto a la historia principal de Yakuza 3, pero sí que harán que nos olvidemos por un rato de que nuestro orfanato peligra. Minijuegos veremos por todas partes, desde jugar al billar mientras nos bebemos una copa hasta entrar en el campo de golf de la ciudad, donde podremos distraernos al más puro estilo Tiger Woods -sin escándalos, por supuesto- para dotar al juego de una variedad mayor. Sega ha decidido crear una obra redonda, sin ningún tipo de linealidad y con multitud de libertad para que el jugador decida qué hacer cuando le de la gana, sin dar cuentas a nadie y sin estar pendientes de la hora que es.

Acabando con el enemigo

El combate de Yakuza 3 ha sido mejorado a la enésima potencia para ofrecer al jugador una experiencia audiovisual excelente, junto con una jugabilidad que invita a verse involucrado en problemas para seguir utilizando nuestros puños... y todo lo que nos encontremos por el suelo. Kazuma no sólo utilizará sus habilidades como ex-yakuza para acabar con el enemigo, sino que también utilizará elementos que encontremos en los escenarios para librarnos de ellos más rápidamente. La mecánica es bien sencilla, y aquellos quienes jugaron a anteriores obras no encontrarán dificultad alguna a la hora de desenvolverse por los combates, puesto que con un botón repartiremos puñetazos y con otro patadas, pudiendo combinarlos para realizar mortíferos combos para los gamberros que nos encontremos por las calles.

Pero no sólo tendremos que atacar para hacernos con la victoria, puesto que Yakuza 3 no es un videojuego que pueda terminarse machacando los botones del mando rápidamente, sino que tendremos que hacer uso de la habilidad con el mando para esquivar los ataques, evitar que nos agarren o que nos claven una navaja por detrás. En los combates callejeros no hay ningún tipo de problema, puesto que apenas entrarán al círculo de violencia más de tres o cuatro gamberros, pero cuando nos enfrentemos a una banda de mafiosos sí que habrá que ir con pies de plomo, puesto que nuestra vida no se regenerará en ningún momento a no ser que bebamos algún producto isotónico -de venta en las calles de Okinawa- o comamos algún delicioso plato. El control puede hacerse duro en un primer momento, al no saber cómo centrar la vista en un enemigo o al vernos rodeado por una multitud sedienta de sangre, sin embargo, bastarán un par de combates de práctica para darnos cuenta de que el sistema de combate es notable en todos sus aspectos.

El tiempo de transición entre aventura y combates se ha reducido drásticamente, haciendo que los combates se hagan mucho menos pesados y que el ritmo del juego no se vea afectado por cuestiones técnicas. Es curioso ver como en las calles de Japón los ciudadanos nos rodearán para obtener un ángulo de visión idóneo para ver cómo nos curtimos en combate, así como personas que no dudarán en animarnos, en realizar fotografías, etcétera.

El sistema de habilidades sigue los mismos pasos que en anteriores obras de la franquicia. Nada más comenzar el videojuego veremos que apenas sabremos golpear con las manos y los pies, pero a medida que vayamos realizando misiones y ganando batallas podremos potenciar las características de nuestro personaje, como el cuerpo y la mente de Kazuma. Esto se traducirá, evidentemente, en nuevas habilidades y combos en el modo de combate, que podremos emplear en el momento necesario para acabar con la vida de aquellos quienes se interpongan en medio del protagonista. Algunos de estos golpes sólo podrán efectuarse una vez que nuestra barra de energía llegue al máximo, haciendo que Kazuma emita una luz azul que indicará que puede realizar los "golpes de gracia" o fatalities para finiquitar el combate.

La violencia extrema de la que seremos testigos hace que la obra esté calificada para mayores de 18 años, con todo lo que ello conlleva. No estaremos exentos de violencia gráfica, sangre por doquier y multitud de escenas subidas de tono para dar una sensación de libertad mucho más acusada. Es realmente impresionante ver cómo nuestro protagonista va llenando de sangre su rostro a medida que recibe golpes, y que, en el último momento -y con la barra de energía al máximo-, éste lance un grito al cielo y se disponga a realizar un combo automático, donde tendremos que pulsar una serie de botones correctamente en un lapso de tiempo para infringir al enemigo la mayor cantidad de daño posible.

Alta definición japonesa

Uno de las características que más sorprende de esta tercera parte es la actualización gráfica que ha sufrido el juego con respecto a su predecesor. Si bien es cierto la segunda parte nació en una consola inferior -PlayStation 2-, Sega ha desarrollado un motor gráfico para la nueva máquina de Sony y así aprovechar al máximo las capacidades técnicas de la videoconsola. Y así lo ha hecho, con un detalle extremadamente bueno en el rostro de los personajes, unas animaciones que -en ocasiones- nos harán dudar de si estamos jugando a un videojuego o si de lo contrario estamos viendo una película japonesa, y unos escenarios variados que servirán para dar pie al potente guión de Yakuza 3.

Por primera vez en la historia de Yakuza podremos visitar las calles en pleno día, con multitud de transeúntes haciendo su vida en las calles, con varias tiendas abiertas y, como no, con más gamberros que buscan su minuto de gloria buscando pelea con nuestro protagonista. Si bien es cierto los personajes secundarios no tienen la misma calidad que los personajes principales, es bastante curioso ver cómo éstos cuajan perfectamente en la ambientación que propone el juego, haciendo su vida, pidiéndonos ayuda y enfrentándose con nosotros cuando no ven otra salida.

La cantidad de escenas que propone el juego para puntualizar los momentos más punteros del guión son dignas de mención, no sólo por la calidad gráfica que rebasa en todo momento, sino por los detalles que podremos encontrar a medida que vayamos fijándonos un poco en el juego. La boca de los personajes está perfectamente sincronizada con lo que dicen los actores de doblaje, por lo que la sincronización labial -eso sí, en perfecto japonés-, servirá para darnos cuenta del mimo con el que Sega ha tratado esta obra... pese a que nos haya llegado con subtítulos en inglés, imposibilitando así la comprensión para los jugadores que tengan poca idea del idioma de Shakespeare.

Y lo mismo ocurre con la banda sonora que ha compuesto Sega para la ocasión, siguiendo la misma estela que ya vimos en los anteriores títulos de la obra. Escucharemos multitud de temas con ritmo para las batallas, guitarras cañeras y multitud de detalles nipones que harán ponernos en situación en todo momento. Las voces de los personajes, tal y como hemos comentado con anterioridad, están en su doblaje original -japonés-, con los mismos actores de doblaje que nos deleitaron en la segunda parte de la franquicia. El trabajo realizado ha sido completamente satisfactorio, con una muy buena caracterización de los personajes que, por el hecho de hablar japonés, aumentará en gran medida la ambientación de la obra. Es curioso ver como el hecho de haber contado con profesionales de Hollywood en su primera parte hizo que las pérdidas de la primera obra llegaran a decidir -por momentos- el futuro de la franquicia fuera de Japón. Por suerte, y aunque nos haya llegado una versión aparentemente distinta y en inglés, es preferible jugarlo así que quedarnos con las ganas.

Una versión distinta

Con el anuncio del lanzamiento de Yakuza 3 vinieron las primeras decepciones por los usuarios al descubrir que la desarrolladora ha recortado diversos aspectos del videojuego por cuestiones del calendario. En esencia no se han perdido demasiadas características con respecto a la versión japonesa de la obra, pero sí es cierto que hay algún contenido que habría sido divertido de jugar. Por ejemplo, se han caído de esta edición los juegos de mesa típicos del país nipón y las encuestas sobre la cultura japonesa, que, ciertamente, la mayoría de los occidentales desconocemos. Sin embargo, lo que más ha afectado a los jugadores ha sido el cierre de la gestión de clubs de alterne, que proponía al protagonista hacerse con un club de chicas y llevarlo con nuestras manos para conseguir las mejores bellezas japonesas y, de paso, hacer un dinero extra para nuestro bolsillo.

En definitiva, un excelente título que debería ser jugado por todos los amantes de las aventuras con toques de acción. La versión que nos ha llegado a occidente no ha sido la idónea, pues se han caído algunos contenidos con respecto a la versión original y nos ha llegado con subtítulos en inglés, lo que hará que más de uno se plantee seriamente su compra. Sin embargo, si el inglés no supone un problema y además nos gusta la cultura japonesa, Yakuza 3 se convierte en una compra obligada para todos los usuarios de PlayStation 3, que verán como la peculiar obra de Sega se transformará en uno de los juegos más queridos por los espectadores. Además, para paliar la falta de algunos contenidos, Sega incluirá en la edición europea la banda sonora de la obra y cuatro packs de contenidos descargables completamente gratuitos, que podremos descargar de PlayStation Network en cualquier momento. El 13 de marzo llegará, en exclusiva, para PlayStation 3.