Análisis de White Knight Chronicles (PS3)

Cuando Level 5 anunció que estaba trabajando en un título completamente nuevo en exclusiva para PlayStation 3, los jugadores más experimentados comenzaron a especular sobre el regreso de una de las series más queridas por los usuarios de PlayStation 2: Dark Cloud. Para bien o para mal, la desarrolladora confirmó que se trataba de una obra completamente nueva, alejada de lo que había creado hasta el momento, y, después de varios años de desarrollo y con un importante retraso con respecto al lanzamiento del título en el continente nipón, nos llega White Knight Chronicles, la primera inclusión de la compañía en la nueva generación en forma de RPG para la multinacional japonesa. La espera se ha hecho larga, y eso se nota en todos y cada uno de los aspectos del título, por lo que lo que podría haberse convertido en un auténtico imprescindible, se ha transformado, lamentablemente, en título irregular, que presenta buenas ideas y conceptos pero que por desgracia no ha sabido llevarlos a cabo para contentar al jugador más experimentado.

Cabe destacar que una de las grandes tragedias del lanzamiento de White Knight Chronicles en nuestro país ha sido el suculento retraso que ha sufrido en relación al lanzamiento original en Japón. Más de dos años de diferencia que, en una generación, se notan en la gran mayoría de aspectos del título, comenzando con el apartado técnico y terminando por la extraña jugabilidad que propone la desarrolladora.

Pero de esto ya hablaremos en su correspondiente apartado. Comenzamos, pues, una historia que promete llevarnos por multitud de lugares diferentes, enfrentándonos a incontables peligros y conociendo, poco a poco, lo que serán las crónicas del caballero blanco, que no es otro que nuestro protagonista.

Una voz olvidada

La historia de White Knight Chronicles encantará a los amantes del rol de corte japonés, pues incluye la gran mayoría de elementos que se pueden ver en los máximos exponentes del género: héroes jovencitos, una trama trascendental que irá desarrollándose a medida que vayamos avanzando por la aventura, giros de historia y multitud de personajes carismáticos que aportarán su granito de arena en un guión que puede no ser de agrado para los que están acostumbrados a los últimos juegos de corte occidental, como Mass Effect o derivados. Comenzamos, pues, en el reino de Balandor, donde se celebra una fiesta en honor a la princesa del reino, princesa que lleva diez años sin hablar debido a unos acontecimientos trágicos que acabaron con la vida de su madre. Las relaciones entre reinos no siempre han ido a buen puerto, pero parece ser que una de las aldeas enemigas tiene un regalo para la princesa, realizando un número de circo que dejará boquiabiertos a los ciudadanos del reino. Sin embargo, el regalo no deja de ser el caballo de Troya ideal para entrar en la aldea y causar muerte y destrucción a partes iguales, acabando con gran parte de los aldeanos y, por desgracia para nuestra princesa, asesinando al rey.

Así comienza White Knight Chronicles, con todo lo necesario para mantener al espectador expectante sobre las relaciones entre naciones y los acontecimientos que están por llegar. Nuestro protagonista, sin embargo, se ve envuelto en la tragedia actual, decidiendo salvar a la princesa y comenzando un periplo para salvarla de su trágico destino, conociendo al caballero oscuro -líder del ataque- y encontrándose con varios personajes que parecen conocer lo que parece ser una conspiración a gran escala, con el único fin de sembrar el mundo en las tinieblas.

La obra nos llevará por multitud de escenarios, unos más agradables de otros. Desde praderas de lo más hermosas hasta las alcantarillas más sucias de la ciudad. La gran variedad de escenarios y el tamaño de éstos harán que más de uno se plantee si de verdad estamos ante un título de corte japonés -donde los escenarios suelen ser más diminutos de lo normal- o si de lo contrario nos encontramos con una especie de Oblivion, a pequeña escala. Hay que tener en cuenta que la obra sobrepasa la media de los títulos de rol que corren en nuestros tiempos, con una duración estimada -según la desarrolladora- de 100 horas para completarlo todo, aunque los jugadores más experimentados podrán acabarla en menos, claro está.

¿Mezclas inapropiadas?

Uno de los aspectos que más dividirá a los jugadores será el sistema de combate, a caballo entre lo visto en los juegos de rol de acción y lo vivido en las obras de rol masivas online, donde tendremos que esperar a que el jugador cargue el ataque para acabar con nuestro enemigo. La acción se desarrolla directamente, sin necesidad de realizar una transición entre escenario y combate, por lo que podremos decidir si atacar o pasar inadvertidos por el paisaje. Si decidimos atacar veremos como un círculo comienza a cargar, pudiendo seleccionar el ataque con la cruceta del mando y realizarlo con un simple toque de botón, similar al sistema de combate visto en Kingdom Hearts, pero mucho más pausado.

Quizá la idea no sea mala para un videojuego donde su máxima diversión resida en el componente online, y, de hecho, White Knight Chronicles parece estar concebido para jugarlo exclusivamente en su vertiente cooperativa, ya que muchos de los aspectos de la interfaz recordarán en gran parte a lo visto en obras como World of Warcraft y derivados. Una ventana de chat, la cantidad de experiencia ganada, los objetos recogidos y toda la información que vayamos recopilando aparecerá en un listado en pantalla, y aquellos jugadores que no estén acostumbrados a tanta información se verán sorprendidos ante la cantidad de elementos que aparecen en pantalla, preguntándose si realmente es necesario saberlo todo.

Sin embargo, el problema reside en la cantidad de elementos que tendremos que configurar antes de entrar en combate y la cantidad de aspectos a tener en cuenta para no quedarnos vendidos ante el enemigo. Habrá que preparar todos y cada uno de los ataques que hayamos aprendido en las barras de acción, ya sean combos, ataques sencillos o magias, dejándolos en el lugar que nos sea más fácil acceder y rezando para que sean suficientes para acabar con el enemigo. Cada combo o ataque fuerte gastará una serie de puntos de acción, que iremos recuperando a medida que vayamos batallando con el enemigo, y, si juntamos un combo donde haya ataques que gasten poder mágico, tendremos que mirar que disponemos de los puntos de acción y el maná suficiente para realizarlo, sino nos daremos un canto en los dientes. Este sistema, que quizá no sea el más directo y apropiado para un videojuego en el que nos vamos a pasar casi un centenar de horas, hay que realizarlo con todos y cada uno de los personajes que nos acompañen en la aventura, en el caso de que queramos controlarlos para aprovechar las características únicas del héroe o heroína. Por suerte, la obra propone un sistema de órdenes directas -con solo pulsar un botón- que hará que nuestros acompañantes sean más agresivos, más cautos o que se centren en un enemigo en concreto.

El punto innovador lo trae la invocación del caballero blanco que da lugar al nombre del videojuego. Una vez hayamos completado los primeros pasos de la aventura, Leonard será capaz de transformarse en el caballero blanco, con todo lujo de poderes y ataques que dejarán a los enemigos fritos en cuestión de segundos. Evidentemente, y para que el videojuego no sea una lectura rápida sin sentimiento, invocar al guerrero requerirá puntos de acción, y sólo durará un tiempo limitado, aunque ideal para finiquitar al jefe de la mazmorra o aturdir a una avalancha de enemigos.

Un toque diferente

Desde el anuncio de White Knight Chronicles, Level 5 ha decidido hacer hincapié en crear una obra única, en la que nosotros podamos formar parte de la historia. Tanto es así, que antes de comenzar la partida, la obra nos obligará a crear un héroe desde cero, adoptando la apariencia que nosotros escojamos, pelo, detalles faciales y demás características que tan de moda se han puesto en los últimos años. El resultado es un tanto irregular, ya que este personaje estará desde el inicio de la aventura hasta el final, con una representación más bien pobre, sobre todo por el hecho de que el héroe -o heroína- no habla, ni siquiera cuenta con el mismo detalle que los personajes principales, por no decir que sus expresiones faciales son mínimas desde las primeras secuencias del título.

Sin embargo, la creación de este personaje viene precedida por la ambición de la compañía en crear un título de rol con componente multijugador. De hecho, a medida que vayamos avanzando por la aventura tendremos la posibilidad de utilizar el sistema Geonet, que nos permitirá trasladar a nuestra creación a un pueblo virgen, con la posibilidad de modificarlo a nuestro antojo (guiño perfecto a los espectadores que disfrutaron de Dark Cloud en PlayStation 2). A partir de la llegada a la villa, podremos invitar hasta un máximo de 11 jugadores más, para charlar, intercambiar información y experiencias, así como objetos y demás ítems curiosos. Lo mejor, sin duda, es realizar misiones multijugador, que, si bien es cierto no guardan relación con la trama argumental del juego, harán las delicias de los usuarios que detesten jugar en solitario.

La idea es sencilla: realizar misiones de hasta cuatro jugadores para aumentar nivel, ganar florines -moneda de White Knight Chronicles- y conseguir objetos exclusivos del modo online. La experiencia es gratificante, aunque sí es cierto que hemos sufrido algún tipo de ralentización cuando se arma mucho jaleo, algo que, a día de hoy, podría haberse solucionado con la versión internacional de la obra (que es la que nos llega a nuestro territorio). El punto fuerte es la posibilidad de utilizar un micrófono para decidir estrategias contra el enemigo, o, si no es posible, abrir la ventana de chat y comunicarnos con nuestros compañeros, algo poco recomendable si tenemos en cuenta que la acción no se detiene en ningún momento, pudiendo ser carne de cañón si nos encontramos en una mazmorra concurrida.

Un retraso que no sólo afecta a los jugadores

White Knight Chronicles hace gala de un motor gráfico que pone a disposición del espectador un mundo lleno de posibilidades, de paisajes completamente diferentes y de un colorido más que dispar. Lamentablemente, y como decíamos con anterioridad, los años no pasan en balde para nadie, y el retraso sufrido por causas ajenas a la obra han hecho que el apartado técnico -que fue puntero en su día- haya bajado un escalón en cuanto a calidad. No nos encontramos con un apartado desfasado, sino que la obra ha sido precedida por títulos que sí han puesto toda la carne en el asador y que han salido a tiempo para asombrar a los usuarios.

Los escenarios son lo suficientemente grandes como para transmitir un nivel de detalle notable, aunque lamentablemente los personajes no cuentan con tanto detalle como otras superproducciones del género. Algunas texturas se muestran en baja resolución, lo que inequívocamente dejará una sensación agridulce al jugador más tecnicista, y la poca -o nada- sincronización labial que plantea el juego hará preguntarnos si la obra debía haber salido cuando en realidad tocaba. Pese a todo, el motor gráfico aguanta el tipo aunque nos enfrentemos a un gran número de enemigos e invoquemos al caballero blanco, por lo que la jugabilidad no se verá afectada por problemas técnicos, no al menos en el modo historia.

La música, por otra parte, cuenta con todos los ingredientes para una historia épica y de corte medieval. Las piezas que oiremos a lo largo de la aventura estarán llenas de ritmo, de trepidantes acordes que dejarán con los pelos de punta a los jugadores más sensibles y que, aunque los más experimentados sientan que no es más que una banda sonora más, existen un par de temas remarcables que podrían justificar la compra del CD por separado. Las voces, por su parte, nos han llegado en completo inglés, con una actuación bastante notable por parte de los actores de doblaje y una caracterización idónea para los héroes, aunque hay que destacar que hay algunos diálogos sin traducir, como los que comentan los personajes cuando van explorando el mapa. Eso sí, la obra nos ha llegado con subtítulos en castellano, algo de agradecer después de ver como algunos grandes del género se han quedado en la frontera inglesa, tanto para PlayStation 3 como para PSP.

Unas crónicas diferentes

White Knight Chronicles es un videojuego que, desde su anuncio, apuntaba a ser uno de los grandes del género. Lamentablemente Level 5 no ha sabido plasmar sus ideas correctamente, lo que sumado al inexplicable retraso por parte de la distribuidora ha contribuido a que el jugador experimente una sensación de "quiero y no puedo" a la hora de disfrutar la obra. No deja de ser un título recomendable para los amantes del rol de corte japonés, aunque como decimos, la extraña jugabilidad y algunos aspectos de la obra harán que el jugador más experimentado se lo piense dos veces antes de pasar por caja. Y más teniendo en cuenta que tenemos a la decimotercera parte de Final Fantasy a la vuelta de la esquina.