Análisis de Tales from Space: About a Blob PSN (PS3)

No es muy común ver un juego de plataformas en sistemas domésticos de alta definición, pero cuando lo hacen, es tímidamente en sistemas de distribución digital y en 2D. Este es el caso de Tales From Space: About a Blob, uno de esos juegos para PlayStation Network que no arman mucho revuelo pero que cubren un hueco en el catálogo de las consolas, en este caso PlayStation 3, en el que no se está nunca sobrado de nuevos títulos. Es el primer juego de DrinkBox Studios, y viendo su debut, seguro que no el último.

Este homenaje al cine de terror de serie B comienza con la llegada de unas criaturas, los Blob, a la Tierra. Estas masas gelatinosas son capaces de devorar todo lo que encuentran a su paso, que sea de un tamaño igual o algo menor que ellos, para ir creciendo y continuar devorando cualquier objeto. El protagonista de la historia cae en las manos de un científico, pero pronto comenzaremos la huida de su laboratorio a otro tipo de localizaciones para sembrar el terror y absorber lo que entra en contacto con nuestra superficie. Como vemos, hay más que un parecido sospechoso con la película clásica The Blob en la que se inspira desde una perspectiva humorística; incluye muchos gags ocultos en segundo plano, algunos para científicos, otros son guiños a videojuegos como Super Mario Bros., Pac Man o Punch Out! -¿qué hace Doc Louis paseando en su bicicleta por aquí?-.

A decir verdad, About a Blob no es un plataformas en el más estricto sentido de la palabra, es una mezcla de 60% puzles y 40% plataformas, aunque la parte de inteligencia no sea tan exigente –ni difícil- como pueda ser el caso de Braid. El control es simple en su mayor parte, y las secciones de saltos y demás no tienen demasiada complicación, exceptuando cuando se hace uso de alguna habilidad que se consigue más tarde, como veremos. Con la deformidad de Blob podemos "agarrarnos" a un saliente y no caer, escurrirnos en espacios pequeños, y empujar algunos obstáculos. Todo bastante intuitivo, y con algunos mensajes de ayuda en situaciones nuevas.

La exploración de los niveles tiene su miga, porque no han sido diseñados de manera lineal, alternan muchas plataformas verticales con horizontales, es algo laberíntico y no es el típico juego de recorrido izquierda-derecha. Tampoco nos vamos a perder porque no hay caminos alternativos, aunque sí algunas zonas algo ocultas o de difícil alcance con elementos opcionales como otros Blob que absorber. Por todo el escenario hay objetos, que van acorde al tema del nivel y nuestro tamaño, y que debemos ir "comiendo" al pasar por ellos y pulsar un botón; es algo vital para avanzar, porque los niveles cuentan con diferentes secciones con sus puertas u obstáculos que no podremos pasar si no conseguimos un tamaño determinado. Es decir, te alimentas hasta el objetivo, un aviso visual te indica la dirección de la salida, se te asigna un nuevo tamaño, y vuelta a buscar más alimentos. Un poco tipo Katamary Damacy pero 2D o LocoRoco, en el que acumular objetos será nuestro objetivo principal para poder ir alimentándose cada vez de elementos de más voluminosos.

Ya que los objetos no están muy ocultos y se pueden recoger en nuestro paseo, hay diferentes peligros por el escenario que atentarán contra nuestra barra de vida. Hay unos lanzamisiles, rayos láser, fuego, agua tóxica, pinchos y demás superficies dolorosas para Blob que nos harán soltar algunos de los objetos recogidos con anterioridad si nos tocan, aunque con un botón recuperamos esas pérdidas atrayéndolas de nuevo hacia nosotros, así que en ese sentido, el único peligro real es para la vitalidad. También los objetos comidos pueden servir como proyectiles, para escupir y destruir enemigos, o activar botones lejanos –y nuevamente, se pueden recuperar fácilmente-.

Esta habilidad de disparar comida es la mecánica para derrotar a algunos jefes, a los que lanzamos bombas con temporizador. Estos combates son las pruebas para nuestra coordinación entre habilidades y estrategia, basta estudiar sus movimientos para saber cuándo atacar y cuándo huir, aunque será inevitable morir unas cuantas veces -especialmente con el jefe final, que puede sacar de quicio-. Los generosos puntos de guardado hacen que al menos no sea un suplicio repetir muchas secciones de un mismo nivel.

Recorrer un escenario, primero como una pequeña ameba amorfa en miniatura y luego como una bola gelatinosa de varios metros de altura evitando disparos puede que no suene muy interesante. La cosa cambia con la inclusión de los puzles, algunos de los cuales hacen uso de las físicas de objetos pero sobre todo de nuestro ingenio para activar mecanismos. Son puzles bien pensados, de dificultad creciente que pueden llevar unos minutos hasta que encontramos la solución, y que rompen bien la monotonía que puede ofrecer el resto del juego. Un ejemplo puede ser girar unos tubos y colocarlos de una manera determinada que faciliten escupir un objeto para llegar a un interruptor inaccesible, o lanzar la comida para crear peso e inclinar balancines.

Además, a nuestras habilidades innatas como alien añadiremos otras avanzando en la historia de cuatro niveles –con varias fases cada una, hasta un total de 17-, como puede ser el poder magnético. Este poder para atraer o repeler superficies metálicas tiene múltiples usos prácticos, como deslizarse por paredes y techos, saltar distancias que de otra manera sería imposible con nuestro salto estándar. Admitir que este tipo de saltos controlando la atracción y repulsión es quizás la única parte compleja en el aspecto plataformero de About a Blob, quizás demasiado difícil de controlar en comparación al resto del juego. También vale para mover pequeños mecanismos con superficies metálicas y resolver puzles. En otro momento de la historia podremos drenar y usar la electricidad para hacer funcionar mecanismos, un poco tipo inFamous, aportando más variedad a este tipo de retos mentales.

El juego puede ser terminado en solitario sin más problemas, pero ¿no estaría bien algún componente multijugador? About a Blob lo tiene, aunque sea de manera local, para disfrutar de los puzles con dos de esas curiosas criaturas. Da un enfoque diferente a los puzles, que se vuelven más fáciles, así que es una buena idea para jugar de nuevo a todo el juego. Cambia la jugabilidad, porque los Blobs interactúan entre ellos –uno puede subirse sobre el otro- y se necesita una buena coordinación, ya que a diferencia de Sonic y Tails, por ejemplo, no pueden estar en el mismo lugar simultáneamente. Además, como en LittleBigPlanet, ambos jugadores deben encontrarse en la misma pantalla, porque salir fuera iniciará un temporizador que matará a uno de los Blobs. Tampoco es una gran pérdida: tras unos segundos de castigo, podrá regresar sin problemas, siempre y cuando el compañero no haya muerto. Lo que sí que existen son tablones de puntuación online para batir récords y conseguir coleccionables, como los otros amigos Blob desperdigados por los niveles.

Uno de los aspectos que más llaman la atención de este título es su aspecto gráfico, que recuerda mucho al de películas retro o a los cortos animados de Warner Bros. Por un lado, hay efectos en el marco de la pantalla para simular una vieja televisión de tubo y también para añadir suciedad. El tipo de color que mezcla tonos apagados y estridencias chillonas ayuda a dar un aspecto peculiar junto con el diseño del escenario, que parece extraído de un capítulo de Marvin el Marciano gracias a que los objetos están dibujados de manera irregular, imperfecta. Hay mucha variedad y es difícil encontrar dos adornos idénticos cerca que nos recuerde que estamos ante un videojuego y no en una gran ilustración, así que disfrutar de la alta definición hace ganar a los gráficos. Además se ha tratado bien la escala del escenario respecto a Blob, que irá cambiando según el capítulo.

Por otro lado, aunque técnicamente no guarda ningún secreto, las físicas son buenas y acordes al tamaño de los objetos. Nuestro Blob está bien animado, su superficie se adapta al terreno y se distorsiona con las acciones, además de mostrar más expresividad de la esperada para un ser que carece de extremidades. Quizás como pega se pueda poner que falta algo de animación general, porque aunque en ocasiones hay fondos con movimiento –el científico en su laboratorio, por ejemplo- en la mayoría de momentos es demasiado estático, y también con pocos planos de profundidad, aunque es posible que todo haya sido pensado para dar ese toque a dibujo animado años 60.

Quizás el apartado sonoro sea el aspecto más flojo de About a Blob, aunque no sea malo –imita bien el tipo de música del cine de poco presupuesto-. No hay voces, cosa que tampoco importa mucho dado que la historia se cuenta mediante secuencias y noticias en periódicos –traducidos, como todos los menús- que no necesitan más explicación, pero los efectos de sonido son pasan muy desapercibidos. La banda sonora se hace algo repetitiva y no hay demasiada diferencia entre el limitado número de temas. En definitiva, un aspecto a mejorar pero que dentro de lo malo, no es grave.

Además del modo historia y un menú de extras para revisar algunas escenas entre capítulos desbloqueadas, tenemos la intuición de que esta no será la última vez que veamos a Blob en PlayStation Network. Ya desde el inicio existe la posibilidad de ir a la Store, y aunque aún no hay más contenido disponible o anunciado, parece probable que veamos nuevos capítulos si el juego tiene éxito.

Conclusiones

Tales From Space: About a Blob ofrece unas cuantas horas de diversión directa que siempre vienen bien para alternar entre partidas al último gran y ruidoso lanzamiento del mes. Aunque le falta algo de ambición para ser un clásico instantáneo, muchas veces lo que se agradece de este tipo de juegos es su falta de complejidad que al menos durante la primera partida nos picará por ver en qué lío se mete nuestro pequeño y aparentemente indefenso protagonista. El valor rejugable está en el modo cooperativo y, si te gusta superar retos, las puntuaciones en red.

Esperamos ver los próximos trabajos de DrinkBox, que si son igual de adictivos y frescos como About a Blob, sin duda conseguirán hacerse un hueco en la creciente demanda de juegos independientes con algo de aire retro.