Análisis de Saints Row 2 (PS3, Xbox 360)
Vuelve a conquistar la ciudad de Stilwater en este juego de acción que opta por la vía de lo extremo y la personalización para diferenciarse.
Pablo Grandío ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
7.5
SONIDO
9
NOTA
8.6
DIVERSIÓN
9
JUGABILIDAD
8.5
Análisis de versiones PS3 y Xbox 360.
Otros análisis: PC
Tras un largo tiempo de desarrollo y algunos retrasos de última hora, Saint’s Row 2 ya está aquí. La secuela del que fue el primer juego de acción de mundo abierto para la nueva generación llega a PlayStation 3 y Xbox 360 planteándonos el mismo reto que el primer juego: hacernos con el control de la ciudad de Stilwater, resolviendo misiones y ganándonos el respeto de nuestra banda. Es inevitable hacer referencia a GTA IV a la hora de hablar de Saint’s Row 2. No en vano, el juego sigue la fórmula GTA que tantos otros han copiado con diversa suerte, y el lanzamiento de GTA IV ha puesto el listón muy alto para todo juego del estilo, y en concreto para Saint’s Row 2, el único que saldrá este año 2008.
La cuestión es, ¿cómo han hecho los experimentados desarrolladores de Volition para diferenciarse de GTA IV, o para hacerle frente? La respuesta es la que ya dimos cuando vimos el juego en movimiento, en el pasado E3: Saint’s Row 2 destaca por su carácter "extremo" o "radical", planteándonos situaciones salvajes y divertidas, y contando con un repertorio de armas extenso y muy original; y también por ofrecer grandes opciones de personalización al jugador. Si en el primer juego podíamos crear a nuestro personaje, en éste las opciones se han multiplicado y el protagonista será configurable hasta el extremo, así como muchos otros detalles del juego. Principalmente estos cambios, aparte de unos cuantos más, le dan a Saint’s Row su propia personalidad sin perder la esencia que caracterizó la primera parte, y paliando, que no evadiendo, las inevitables comparaciones con el actual rey del género. Aunque no lo destrona, sí se muestra superior en algo: el modo cooperativo, disponible para todo el modo historia.
Como en el anterior juego, el objetivo de Saint’s Row 2 es hacernos con el control de la ciudad de Stilwater, donde opera nuestra banda - los Saints. Nuestro personaje está actualmente en la cárcel y acaba de someterse a una cirugía reconstructiva, excusa perfecta para permitirnos diseñarlo a nuestro gusto. Podemos seleccionar entre hombre y mujer y una extensísima variedad de parámetros en el cuerpo y en la cabeza de nuestro personaje, desde el tono muscular hasta la forma del cráneo, pudiendo crear curiosas y aberrantes combinaciones. También podremos configurar su forma de caminar, su expresión facial y gestos de provocación o alegría, y hasta podremos aplicarle maquillaje. Los parámetros de configuración pocas veces se han visto en otros juegos, y permiten realmente crear desde versiones adaptadas de uno mismo, hasta personajes tremendamente graciosos, y por supuesto, como ya mostraron en el vídeo de Obama y McCain, "clones" de personas reales.
Tras fugarnos de la cárcel, Stilwater está a nuestra disposición. Rápidamente retomaremos el contacto con nuestra antigua banda y nos pondremos manos a la obra para hacer reverdecer sus laureles, cumpliendo misión tras misión y ampliando su territorio. Las misiones, como de costumbre, nos exigen una combinación de conducción y combate, siendo bastante variadas como es de esperar, aunque siempre girando en torno a esos dos ejes. Para conseguir el acceso a más misiones, tendremos que aumentar nuestra barra de respeto, y ésta es una de las diferencias del juego respecto al anterior. En el primero, la forma de obtener respeto siempre era la misma, misiones bastante tediosas que teníamos que repetir una y otra vez. En la segunda parte, tenemos que hacer menos misiones, y además éstas son mucho más divertidas y, de hecho, algunas son muy poco ortodoxas.
Por ejemplo, una de ellas consiste en hacer de guardaespaldas a un famoso, evitando que algunos de los que lo rodean le intenten hacer daño. Para evitarlo podremos pegarles, pero también usar el escenario para ganar dinero extra - el objetivo es ganar un mínimo de dinero. En este sentido, esta misión tiene algunas cosas entre gratuitas e hilarantes. Si arrojamos al agresor cerca de unos operarios cortando un árbol, éstos cortarán a la mitad al agresor, y no accidentalmente. Hay otras misiones como las carreras, ya sea en coche o en helicóptero, y a medida que vayamos avanzando iremos teniendo acceso a más modalidades y, al completarlas, a niveles más difíciles de éstas, pero también con mayores recompensas.
Combinando la resolución de estas actividades con la de las misiones del modo historia, aparte de otros secretos que hay por el juego, pasaremos horas familiarizándonos con Stilwater y conquistando poco a poco sus barrios para que estén bajo el control de nuestra banda. Este diseño funciona bastante bien y no resulta muy lineal, aunque continúa exigiéndonos hacer actividades casi obligatoriamente. El "casi" se debe a que hay nuevas formas de ganar respeto, quizás no el suficiente para evitar las actividades, pero sí para minimizar la exigencia que suponen; recibiremos puntos de respeto por prácticamente todas las acciones "fuera del guión" que hagamos, como conducir espectacularmente y acabar con los enemigos de forma original.
Este añadido hace más divertido el juego y nos reta y anima a hacer cosas nuevas todo el rato. Conduciendo, recibiremos puntos por ir en dirección contraria, estar a punto de chocar con los otros coches o hacer derrapes, muy en la línea de juegos de conducción arcade como Burnout. Combatiendo, recibiremos puntos por "rachas" de varios enemigos matados consecutivamente, y por muertes "meritorias", como las de un disparo en la cabeza o las de un solo disparo. También recibiremos puntos por lanzar a los enemigos (sobre todo si es a un precipicio), hacer acrobacias con el coche y comprar nuevas ropas o accesorios.
El sistema de combate merece explicación aparte, al ser uno de los mayores aciertos por parte de los desarrolladores. El extenso repertorio de armas se controla como en un juego de acción en primera persona, usando el stick derecho para apuntar, y tendremos un menú de armas dividido en ocho partes al que podremos acceder usando el stick izquierdo, seleccionando cada arma con él tras pulsar un botón - como en Ratchet & Clank. Las armas van desde clásicas como pistolas, ametralladoras o escopetas, hasta otras más originales, como la bomba pegajosa o el lanzamisiles. Todas se manejan igual, y si se nos acaba la munición siempre podremos recurrir al cuerpo a cuerpo. Este sistema de combate usa los dos gatillos, y nos permitirá hacer combos e incluso movimientos de finalización. El sistema de combate se completa con la posibilidad de lanzar a los enemigos hacia objetos o hacia el vacío, y de usarlos como escudo humano para evitar ser alcanzados.
Cuanto mayor caos causemos con nuestras acciones, con más saña nos buscará la policía para reducirnos y meternos entre rejas. Como ocurre en el género, el nivel de búsqueda irá subiendo a medida que nuestras acciones sean denunciadas o vistas, y cuantas más estrellas tengamos, mayor número de policías nos buscarán y más potentes serán las unidades encargadas de abatirnos. En el máximo nivel, nos enfrentamos a tanquetas de las fuerzas especiales, con soldados pertrechados con armaduras y equipados con ametralladoras y lanzagranadas. Algo similar ocurre con los enfrentamientos con las bandas; en vez de estrellas, iremos acumulando los iconos identificativos de éstas, y cada vez irán apareciendo secuaces mejor armados. Las bandas no son tan procedimentales como la policía, y podrán perseguirnos de más maneras, aparte de involucrarse en batallas en varios frentes, con nosotros, con la policía, y también con otras bandas.
El respeto no solo determinará qué misiones del modo historia principal podemos acometer, sino también la forma de reaccionar hacia nosotros del resto del mundo, tanto de los integrantes de nuestra banda, como de los viandantes con los que nos crucemos. El nivel de respeto que tengamos provocará que inspiremos unas reacciones diferentes en los personajes no jugables, y también influirá en ello la apariencia de nuestro personaje, desde su forma de caminar y actuar -configurables al principio del juego- como la ropa o los accesorios que lleve puestos. Para subir nuestro nivel de respeto y aumentar el cariño que nos profiera nuestra pandilla, podremos también configurar los escondites que tengamos, donde se reúnen nuestros lacayos, y que nos sirven como pisos francos.
Esta personalización del escondite requiere, claro está, un gasto económico, pero pueden lograrse resultados muy vistosos. El cuchitril inicial que es cada uno de los escondites puede mejorarse hasta convertirse en una guarida en condiciones. Podremos cambiar tanto la decoración general -paredes, suelo, techo, iluminación- hasta diferentes partes de la guarida, como la cama (desde una espartana cama de 90 a un picadero en condiciones), la televisión (de las catorce pulgadas al Home Cinema) o la parte de oficina (con un ordenador inicial que es, siendo generosos, un 486). Todo esto nos costará dinero, pero nos otorgará mayor lealtad por parte de nuestra banda, y nos podrá acompañar un número mayor de sicarios en nuestras acciones.
El modo historia tiene una duración notable, que se beneficia de la cantidad de misiones extra y secretos que podremos descubrir, pero sobre todo cuenta con un extra nunca visto en este tipo de juegos: un modo cooperativo para toda la historia. Podremos jugar todo el juego, todas sus misiones y actividades, con un amigo a través de Xbox Live. Ciertos diálogos cambian, y algunas misiones también, principalmente en número de enemigos, pero la experiencia es la misma, pero mucho más divertida al colaborar con un colega, que no solo aumenta nuestro poder destructivo sino que permite que podamos revivirnos el uno al otro. Junto a esta opción, existe también un multijugador competitivo, muy divertido y destacando especialmente su modalidad "Strong Arm". Aquí, competimos por equipos en diferentes actividades inspiradas en las del modo historia, ganando dinero y zonas de la ciudad cada uno de ellos, en una experiencia muy completa. Además de contar con otros modos más tradicionales, el juego tiene un sistema de rankings online divididos en numerosas categorías y, como si se tratase de un juego de acción en primera persona, nuestros progresos se guardarán en este modo online e iremos ganando "apodos" por nuestra forma de jugar.
A nivel gráfico, Saint’s Row 2 se mueve bastante bien y tiene algunos efectos realmente vistosos, pero se queda lejos de lo que puede considerarse hoy en día el techo técnico -al menos el demostrado- de las consolas de nueva generación, y también de GTA IV, que le supera tanto en tamaño y nivel de detalle de la ciudad, animación, modelado de los coches y sistema de daños. Esto no quiere decir que Saint’s Row 2 tenga malos gráficos, simplemente que podrían haber sido mejores, visto el panorama actual, y que pese a cumplir bien con su cometido, no impactan visualmente.
Por desgracia, el juego no viene doblado al castellano, aunque el doblaje al inglés es de calidad e incluye seis voces diferentes para nuestro protagonista -podremos elegir la que queramos. La banda sonora ha sido toda una sorpresa; acostumbrados a largas selecciones de canciones de diversa factura, o a pequeñas selecciones de la actualidad como en los juegos de deportes, Saint’s Row 2 incluye un repertorio numeroso formada, sobre todo, por temas míticos. Podremos escuchar clásicos ochenteros como "The Final Countdown", de Europe, o "Don’t You Forget About Me", de Simple Minds, y también otras más recientes. Se echa en falta algo más de variedad en cada emisora, pero tiene canciones muy notables.
Saints Row 2 es un buen juego y una compra interesante para los aficionados al género, y también para los que disfrutaron con la primera parte. Esta producción de Volition nos ofrece un juego abierto y bastante variado, que destaca por su agudo sentido del humor -eso sí, negro- y por dar gran libertad al jugador a la hora de configurar el personaje y todo lo que rodea a su banda, mejorando en todos los aspectos las opciones del primero. La originalidad de algunas misiones y actividades son uno de los puntos fuertes del juego junto con el modo cooperativo, que nos permite jugar todo el modo historia con un amigo, desde las misiones hasta las actividades, pasando por las partes "libres", es decir, sembrar el caos en la ciudad. Como puntos negativos quedan un apartado gráfico que está lejos de lo que se ve hoy en día, y una estructura de misiones que todavía puede resultar algo frustrante al estar limitada siempre por el requisito del respeto. Por lo demás, es una buena secuela de su antecesor que, pese a quedar lejos de ser el rey del género, apuesta por sus ideas y logra tener personalidad propia.
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