Análisis de Rush'N Attack Ex-Patriot PSN (PS3, Xbox 360)

Stab to Start

El universo de los videojuegos es un medio de entretenimiento audiovisual relativamente joven si lo comparamos con el mundo del cine. A pesar de ello, ya cuenta con unas cuantas décadas a sus espaldas y a lo largo de todos esos años, los más veteranos hemos sido testigos del nacimiento, evolución y declive de una serie de máquinas recreativas que, en su mejor momento, ejercieron un poder hipnótico en más de una generación. Dicho poder nos llevaba a acudir una y otra vez a cualquier establecimiento que contase con alguna en sus instalaciones, ya fuese un bar, una cafetería o un salón recreativo.

Estas máquinas creaban tal adicción que, aunque ya no nos quedase dinero para seguir disfrutando de ellas, esperábamos a que alguien introdujese una moneda de 25 pesetas para frotarnos las manos y seguir disfrutando de un espectáculo de sonidos y píxeles tan intenso que nos hacía perder la noción del tiempo y nos mantenía horas y horas pegados a la pantalla.

En aquellos años, cada vez que llegaba un nuevo juego a nuestro barrio se convertía en todo un acontecimiento.

Títulos como Ghost and Goblins, Jail Break, Renegade o Commando, entre muchos otros, fueron recibidos con los brazos abiertos por todos nosotros y Rush´n Attack no fue ninguna excepción.

Rush´n Attack era un adictivo juego arcade de corte bélico y scroll horizontal que fue desarrollado por Konami en 1985. El título nos metía en la piel de un Boina Verde que, a golpe de cuchillo, debía liberar a una serie de prisioneros de guerra atrapados por los rusos en el contexto de la conocida "Guerra Fría". El juego fue lanzado en Europa y en Japón bajo el nombre de "Green Beret" (Boina Verde) y gozó de gran popularidad en sus excelentes conversiones a Spectrum y Nes.

Cuatro años después de su lanzamiento apareció una secuela llamada "Missing in Action", un juego que, a pesar de apuntar buenas maneras, no gozó del mismo éxito que el original. La mecánica de aquel juego era idéntica a la de Rush´n Attack y las mayores diferencias se encontraban en un aspecto gráfico mejorado y en un cambio de conflicto que sustituía la Guerra Fría por la de Vietnam.

Desde el lanzamiento de este último título han pasado más de veinte años y durante ese tiempo hemos sido testigos de grandes cambios en el universo de los videojuegos. Este cambio ha trascendido hacia nuevas formas de jugar más pausadas y reflexivas y a un nuevo tipo de jugador mucho más exigente a la vez que consumista. Donde antes nos pasábamos días y días explotando un título que, una vez conocíamos la mecánica del mismo, apenas nos duraba un par de horas, ahora iniciamos un juego y tras 7-10 horas, que es lo que como término medio suelen durar, lo abandonamos y nos ponemos con otro nuevo y así sucesivamente.

A pesar de esta situación, a día de hoy todavía existen compañías que siguen apostando por videojuegos con aroma a clásico, cuya duración es más bien escasa y que normalmente se alargan por una elevada dificultad que exige que nuestros reflejos se encuentren en plena forma. Generalmente, este tipo de juegos han encontrado su hueco en los stores virtuales de las plataformas de última generación y juegos como Söldner-X 2: Final Prototype, Afterburner Climax, Hard Cops Uprising y un largo etcétera, son un claro ejemplo de ello.

Ahora Vatra, en colaboración con Konami, nos trae una nueva continuación de la saga Rush´n Attack para PS Network y Xbox Live a la que han bautizado como Rush´n Attack Ex Patriot. Un juego que pretende apelar a la nostalgia de los más veteranos del lugar y darse a conocer ante las nuevas generaciones de jugadores ávidos de nuevas experiencias lúdicas.

Rush´n Attack Ex Patriot, al igual que otros juegos actuales como Shadow Complex, se apoya en el motor Unreal Engine 3 para mostrar unos vistosos gráficos en 3d sobre una base jugable completamente bidimensional. El motor se mueve de forma bastante fluida, sin tirones ni fallos extraños que ensombrezcan el desarrollo del juego, aunque en ocasiones el control se hace algo impreciso, sobre todo cuando tenemos que saltar sobre determinadas plataformas o realizar acciones que requieren una mayor precisión del pad.

Más que un lavado de cara, un juego diferente

En esta nueva entrega nos pondremos de nuevo en la piel de un Boina Verde, que volverá a infiltrarse en las bases rusas enemigas con el fin de rescatar a un grupo de prisioneros de guerra, aunque ahora además, también deberá detener los experimentos de un científico loco y cumplir alguna que otra misión más que preferimos no desvelar. No obstante, a nivel jugable ya no nos encontramos ante un arcade de la vieja escuela como Contra, Commando o el mismísimo Green Beret, donde el más mínimo fallo significaba acabar frito al instante. Ahora estamos ante un juego que entremezcla un poco de infiltración, acción más acorde a los nuevos tiempos "para todos los públicos" y algunas pinceladas de aventura laberíntica.

De esta forma, con excepción a algunos guiños al juego original en forma de animaciones, sonidos o en la utilización de armamento, no nos vamos a encontrar nada más que nos lo haga recordar. Rush´n Attack Ex Patriot es un juego más pausado en el que el sigilo "descafeinado", las luchas cuerpo a cuerpo con utilización de sencillos combos, la búsqueda de llaves o la activación de palancas para acceder a otros lugares, serán la tónica principal de la aventura. De hecho, incluso contaremos con un mapa que nos indicará la posición de nuestros enemigos y las zonas a las que deberemos dirigirnos para alcanzar el siguiente punto de control.

La aventura se desarrolla a lo largo de tres extensos niveles bastante variados que nos llevarán por diversas zonas interiores y exteriores, como celdas de prisioneros, fábricas nucleares o silos de armamento en las que deberemos ingeniárnoslas para sobrevivir. Esto es algo que, en los primeros compases del juego, se hace relativamente fácil, incluso en el nivel de dificultad más exigente. Sin embargo, una vez hayamos superado el primer nivel, observaremos que la dificultad se incrementa progresivamente, aparecen mayor número de enemigos que además cuentan con mayores habilidades y nos veremos mucho más asediados por minas, granadas, zonas electrificadas, etc.

Al final de cada fase nos enfrentaremos a los clásicos "Jefes Finales". No son enemigos especialmente difíciles, ya que una vez conozcamos su rutina y sus puntos débiles no nos costará mucho acabar con ellos, sin embargo, los enfrentamientos resultan bastante divertidos y dan frescura al desarrollo.

A lo largo del juego nos encontraremos con gran cantidad de Checkpoints que amenizarán el desarrollo de la aventura. Al contar únicamente con tres niveles de gran tamaño, se hace necesario este recurso, pues en el supuesto de que tuviésemos que iniciar el nivel cada vez que nos matasen, podríamos acabar aborreciendo el juego. No es que se trate de un título especialmente difícil, de hecho es más bien todo lo contrario, pero el mero hecho de no calcular un salto por la imprecisión del control antes comentada, puede significar la muerte inmediata de nuestro personaje.

Para afrontar la aventura contaremos con una barra de vida bastante generosa que disminuirá con los ataques de los enemigos, aunque podremos recuperar energía cada vez que utilicemos los botiquines de salud que recojamos y acumulemos en nuestro inventario. También encontraremos repartidos por diversos lugares del juego una serie de ítems que nos ayudarán en muchas ocasiones, como chalecos antibalas, granadas de mano y diversos gadgets como gafas de visión nocturna o máscaras anti-gas que nos servirán para resolver ciertas situaciones.

Al igual que en el título original, nuestro protagonista utilizará su característico machete como arma principal y en ciertos momentos también podremos hacernos con bazookas, metralletas, lanzallamas y otras armas de fuego de soldados caídos, que nos permitirán utilizar su limitada munición para matar unos cuantos enemigos a distancia.

En lo que respecta al apartado musical, nos irán acompañando una serie de melodías sencillas que dotan al juego de ese ambiente inquietante característico en los títulos de espionaje e infiltración. En cuanto a los efectos de sonido, el juego cumple sobradamente y escucharemos gran diversidad de sonidos ambientales bien resueltos que logran crear un ambiente acorde a la situación que estamos afrontando. Ladridos lejanos de perros adiestrados, gritos de alarma de los soldados enemigos, ventiscas, lamentos de soldados encerrados tras los barrotes y un largo etcétera, son sólo algunos ejemplos de esa variedad que ayudan a cuidar la ambientación del juego. Hemos de hacer especial mención al guiño de la sirena (aquella que sonaba al inicio del juego original) cada vez que somos detectados por las cámaras de vigilancia.

Conclusiones

Rush´n Attack Ex Patriot es un título bastante peculiar que poco tiene que ver con el juego que disfrutamos en 1985. Por ese motivo, aquellos que hayan pensado que nos encontramos ante un nuevo Green Beret en alta definición, deberán abandonar tal idea. El juego de Vatra es una aventura con grandes dosis de acción y algo de sigilo que se aleja bastante de los arcades ochentenos y se inspira mucho más en las aventuras de acción actuales, con sus barras de salud, botiquines, puntos de control y una serie de facilidades que raramente se veían en los ochenta. Esto no significa que el juego sea malo ni mucho menos, es más, nos ha parecido uno de los juegos de acción más interesantes del catálogo de juegos descargables ofrecidos por el precio de 10€.

Su estimable duración, su vistoso apartado gráfico, su desenfadada jugabilidad y su mecánica de juego (sencilla pero a su vez divertida) nos hará disfrutar de unas 5 o 6 horas acompañando a nuestro Boina Verde en su misión suicida de rescate que, todo sea dicho, ya no es tan suicida como en los viejos tiempos.