Análisis de Red Faction: Battlegrounds PSN (PS3, Xbox 360)

Los sistemas de descarga digital de las videoconsolas actuales han demostrado ser uno de los apoyos fundamentales en la nueva generación de videojuegos. Gracias a las descargas online, los jugadores pueden hacerse con nuevos niveles para sus videojuegos favoritos, títulos de desarrolladores pequeños que cuentan con un mimo y un cuidado poco vistos en la industria y, como no, nuevas obras que los estudios más reconocidos lanzan para mantener a los jugadores contentos mientras desarrollan paralelamente nuevos títulos en formato físico.

En esta ocasión estamos delante de uno de esos títulos que se hacen eco de un nombre popular en la industria y crean un nuevo concepto diferente para amenizar la espera de un proyecto mayor. Hablamos de Red Faction: Battlegrounds, un título descargable para Xbox 360 y PlayStation 3 que se aprovecha del nombre de la franquicia para ofrecer una experiencia de juego que, a priori, debería ser sinónimo de diversión.

Mientras los jugadores más fieles a la saga esperan como agua de mayo el próximo Red Faction: Armageddon, THQ nos ofrece un título descargable con el que amenizar la espera disparando a diestro y siniestro con vehículos de la serie.

En primer lugar debemos aclarar que pese a que la obra cuente con el título de Red Faction, poco o nada tiene que ver con los títulos anteriores más allá de la ambientación y algunos conceptos típicos de la serie, puesto que estamos delante de un videojuego completamente diferente a lo que los seguidores de la serie están acostumbrados. Sí es cierto que la obra cuenta con acción, muy predominante en toda la saga, pero el sistema de juego se ha trasladado a la modalidad arcade de conducción y acción, abriendo horizontes para que nuevos jugadores prueben las virtudes y -sobre todo- defectos de esta nueva obra.

De esta manera pasamos de una franquicia reconocida como una de las más populares en cuanto a diversión dentro del género de la acción en tercera persona gracias a sus opciones jugables, a un título donde lo único que tendremos -y podremos- hacer será coger un vehículo y comenzar a disparar a diestro y siniestro durante un límite de tiempo mientras intentamos asegurar el éxito de la misión. Como decíamos con anterioridad, este tipo de títulos spin off son frecuentes y fundamentales dentro de los sistema de descarga digitales, siempre y cuando cuenten con un mínimo de calidad, por supuesto, y es que la cruda realidad es que los chicos de THQ han concebido un videojuego demasiado monótono, corto y sin alma como para que los jugadores intenten hacerse con una copia virtual, ni siquiera los seguidores de la serie.

El sistema de juego ha cambiado radicalmente para ofrecer una experiencia de juego mucho más arcade, enfocada, sobre todo, a los modos multijugador. De esta manera, el juego se controla única y exclusivamente con las dos palancas analógicas, controlando nuestro vehículo y disparando con un ligero toque de stick. Para aprender a hacernos con el control de la obra, la desarrolladora ha preparado un modo para un jugador que servirá como tutorial para luego adentrarnos en el universo online. Así pues, son 16 misiones las que tendremos que ir cumpliendo paulatinamente durante este modo, visitando diversos escenarios planetarios donde encontraremos una variedad de misiones un tanto escasa: sobrevivir hordas de enemigos, intentar llegar al objetivo de muertos en un lapso de tiempo determinado, proteger un lugar, etcétera. En función de nuestra efectividad, nuestro superior nos recompensará con una medalla de oro, plata o bronce, en función, como no, de cómo hayamos superado la misión.

Este modo principal para un jugador está bastante parco en cuanto a opciones se refiere. Si bien es cierto que la obra se ha enfocado para jugarla con más personas -ya sea en la misma consola o utilizando la conexión a Internet de la misma-, el modo solitario debería aportar algo más de gracia, puesto que después de llegar a la sexta o séptima misión -en función del jugador- comenzaremos a plantearnos si saltarnos el tutorial y comenzar a repartir tiros con jugadores reales. Por suerte, a medida que vayamos ganando las misiones tendremos acceso a nuevos vehículos, cada uno con sus propias ventajas y desventajas, colocando un punto de estrategia depende del escenario donde vayamos a disputar la partida.

Sin embargo, donde -en teoría- reside la diversión en este Red Faction: Battlegrounds es en su vertiente online. Y decimos en teoría porque el videojuego no funciona bien sobre el papel. Tras un sistema de juego para un jugador donde las opciones son realmente escasas, vemos trasladado su concepto a la modalidad multijugador y no consigue divertir -y tampoco demasiado- más que en sus primeras partidas. Contaremos con diversos modos de juego, todos vistos en anteriores títulos del género, como el conocido todos contra todos -en solitario y por equipos-, capturar la bandera, el rey de la colina, etcétera. Hasta cuatro jugadores podremos combatir para demostrar quién es el mejor. No obstante, como decimos, los escenarios son realmente pequeños en comparación con otros títulos similares, y el hecho de que sólo se puedan disputar partidas de hasta cuatro jugadores hace que enseguida veamos la metodología de nuestros adversarios, facilitando de esta manera las trampas y cerrando de golpe las posibilidades tácticas que puede ofrecer un videojuego de este corte. Quizá más jugadores en pantalla hubiera abierto las puertas a nuevas ofensivas y defensivas, así como estrategias a seguir, etcétera.

Por si eso fuera poco, el videojuego no está exento de errores. Bastará con jugar un par de partidas para encontrar engorrosos glitches que terminarán con la paciencia del jugador. Atrancarnos con piedras invisibles, bloquearnos de repente o reaparecer delante del adversario que te acaba de aniquilar son una constante dentro de la obra. En este aspecto cabe destacar que si estamos jugando en una misma consola, los errores se convierten en diversión asegurada siempre y cuando no seamos el típico jugador competitivo. Y quizá este aspecto es el que salva del suspenso a la obra, ya que jugarla en solitario no sólo es aburrido, sino también monótono y desesperante en algunos casos.

En cuanto a la parte técnica, Red Faction: Battlegrounds juega con una ventaja clave: su ambientación. Si bien es cierto que no se ha aprovechado ni de lejos la potencia clara de las videoconsolas a las cuales va destinada, el título de THQ se defiende bien en este aspecto. Las explosiones y los modelados son aceptables, y el ritmo de juego y el motor aguantan bien el tipo, incluso cuando los cuatro vehículos están dando caña a diestro y siniestro. La música y voces, pese a no ser dignos de premio, cumplen perfectamente su función.

En definitiva, estamos delante de un título que contentará única y exclusivamente a los más seguidores de la serie que quieran probar algo fresco mientras esperan la continuación verdadera de la franquicia. Red Faction: Battlegrounds ha sido concebido de manera rápida y apresurada, por lo que su función como entretenimiento digital se ve mermado desde los primeros minutos de juego. Los escenarios son pequeños, las opciones, pese a estar bien pensadas en la teoría, no se han implementado bien en la parte práctica, y no será raro que los jugadores que descarguen la obra terminen abandonándola no sólo por su carencia de diversión, sino también por sus numerosos errores que conforman las partidas online que se disputan. Eso sí, el videojuego funciona bastante bien si se juega en compañía en un mismo salón de casa para echarse unas risas de forma informal, fomentando el -sano- pique cara a cara que tanto se ha perdido por culpa de las partidas online.