Análisis de Numblast PSN (PS3, PSP)
Un divertido galimatías numérico
Numblast es el nombre occidental que recibe Qruton, puzzle de descarga vía PlayStation Network de agilidad mental para PlayStation 3 y PSP. Lanzado sin armar mucho ruido, su sistema de juego extremadamente simple pero adictivo lo convierte en un serio candidato a consumir horas y horas del jugador sin que este apenas se de cuenta.
La historia –por así decirlo- cuenta el terrible accidente que sufre Akasaka en un laboratorio con unos misteriosos cubos, que como resultado de una explosión lo convierten en un mono. Su amigo Aoyama (nosotros) deberemos encontrar la cura y devolver al compañero su estado humano, para lo cual, como era de esperar, deberemos ir solventando los puzzles que se nos presenten.
La escena es contada por medio de unas imágenes casi estáticas con voces, que sin más, sirven de excusa para empezar una partida en el modo principal. Detrás de este absurdo argumento encontramos entre sus creadores a dos destacadas mentes del equipo de Namco Mr. Driller: Shinozaki y Nagaoka, este último ligado a la saga Ape Escape (donde encontramos más monos) y otro puzzle para PSN, Piyotama. Actualmente ambos se encuentran trabajando en Sony Japan Studio.
Describir la mecánica de Numblast es casi más complicado de lo que es realmente, y basta un minuto para hacerse con los controles y empezar a picarse por subir el ritmo de juego. Tenemos en pantalla una especie de "sopa de números", podríamos decir un Sudoku completado. Nuestro cursor de 2x2 casillas se desplaza por el panel y con los botones X y O giramos los cubos numéricos en el sentido de las agujas del reloj, o al contrario. El objetivo básico es hacer coincidir en el panel cuatro mismos números adyacentes en forma de cuadrado para que estos puedan ser eliminados, sumando puntos. A los pocos segundos el hueco queda otra vez cubierto por más números aleatorios. A diferencia de la primera impresión que ofrece, no es necesario ser adicto a las matemáticas, también aquellos quienes tengan fobia a las cifras podrán hacerse rápidamente a las normas, si bien es cierto que los más habituados a ver números lo tendrán más fácil en un principio.
Existen algunas normas especiales que son la salsa de Numblast, como la creación de combos, que marcan la diferencia entre una puntuación mediocre y otra sobresaliente. Los cubos, antes de desaparecer, suben su puntuación una unidad. Existen cuatro tipos de casillas, del uno al cuatro, y al unir, por ejemplo, cuatro de número 3, pasan a ser casillas de cuatro durante un instante: si casualmente disponemos de dos cubos de esa nueva cantidad en contacto con la figura, pasará a unirse a las casillas eliminadas, realizando una cadena y ampliando las casillas a destruir. Esta nueva figura además subirá otra unidad (tras el cuatro pasan al uno), con lo que es posible, si somos extremadamente habilidosos, borrar gran parte o incluso todo el panel con un solo combo. Aunque en principio es complicado "ver" este tipo de jugadas –muchos combos se realizan casi por casualidad-, con horas de entrenamiento es posible preparar el terreno para realizar cadenas enormes.
Numblast tiene un tiempo límite marcado por el tiempo, que se materializa en cubos grises. Todos los cubos del mismo número poseen un mismo color para que de forma visual sea sencillo unir unos con otros de un vistazo. Pero tras un tiempo, el impoluto panel ira plagándose lentamente de cubos grises, que mantienen su numeración. La característica especial de este tipo de cubos es que sólo pueden ser girados por nuestro cursor si en uno de sus cuatro espacios aún hay un cubo "normal". Dicho de otra manera, no podemos girar y por lo tanto jugar con cuatro cubos grises. Nuestra única opción consiste en realizar combos que incluyan estas fichas para que la explosión los borre del panel y ganar más tiempo, gracias a los nuevos números "sanos" que reemplazarán a los desaparecidos.
Existen además algunas casillas con efectos especiales que merecen ser consideradas. Cuando una estrella aparece en uno de los cubos, este comodín –vale como cualquier número para realizar un combo- afectará también a todos los números del panel, sea cual sea su posición, sin necesidad de ser adyacentes. Con ellos los combos pueden ser bastante grandes. Por otro lado, existen algunos cubos que cambian de número con cada giro, complicando la planificación de las jugadas si necesitamos desplazarlos a otra posición.
Además del modo Infinito que, como da a entender, se basa en conseguir la partida con la mejor puntuación hasta que los cubos grises, inevitablemente tarde o temprano, acaban plagando todo el panel marcando el final de la partida, existen otros dos modos. Contrarreloj es la mejor puntuación en un tiempo límite de tres minutos, y el modo Puzzle, en el que borrar todos los cubos (de formas concretas, no necesariamente todo el panel) con un número determinado de rotaciones en varias pruebas originales de ingenio para resolver la solución a la primera. Para que el jugador pueda comprobar sus reflejos, tampoco se olvidan los famosos tablones de puntuaciones online, en los que comprobar que, por muy buenos que nos creamos, siempre habrá alguien más rápido y habilidoso que nosotros.
Numblast engancha por su sencillez de manejo. Una vez quedas enganchado, es difícil cortar una partida hasta el final, y a poco que tengas sentido de superación intentarás repetir para superar tu record. Posiblemente por su concepto tan simple y directo, idóneo para gastar tiempo sin darte cuenta, la versión PSP sea más recomendable que PlayStation 3; no se trata de sentir vergüenza por jugar en una pantalla de alta definición y una potente máquina con Blu Ray a un juego que prácticamente es una pantalla estática, pero el concepto parece ser más propio para una portátil. Eso si, la versión PS3 incorpora los ya ineludibles trofeos, algo que puede decantar la compra entre un sistema u otro en todos aquellos adictos a conseguir estos premios virtuales.
El tema gráfico en este juego es completamente un extra. Dos personajes a los laterales de la pantalla intentan alegrar el juego con animaciones constantes en cada movimiento, pero por experiencia propia, durante la concentración de la partida todo lo que queda fuera del cuadrado numérico pasa completamente desapercibido. La interfaz es clara y los diferentes colores para cada cubo con número son una gran ayuda; todo lo demás en este juego son meros adornos, agradables a la vista, eso si, si conseguimos centrar la atención en ellos.
La banda sonora que incorpora el juego es poco estridente y alegre, pero es fácil cansarse de ella por la excesiva repetición tras muchos minutos de partida. Es por esto que la opción de utilizar nuestra propia lista de reproducción gracias el reproductor integrado en el XMB nos da la oportunidad de solventar este problema, escogiendo los temas y ambientes que deseemos escuchar, o incluso, los más obsesionados por mejorar la marca personal, desconectar cualquier melodía. El selector de voces trae el doblaje en inglés y japonés, aunque los diálogos son más bien escasos y sin ninguna importancia.
Conclusiones
No está probado que Numblast mejore la percepción visual y los reflejos matemáticos, pero seguro que no hace ningún mal y si cumple uno de los objetivos marcados: entretener y enganchar al jugador. Cualquiera de las dos opciones, PlayStation 3 o PSP es válida, pero por los citados motivos en portátil parece ser un estupendo compañero para largos desplazamientos.
Cualquiera puede disfrutar de este juego, pero también hay que contar con cierta predisposición al género y tener en cuenta que el único objetivo –como en otros muchos puzzles- es la superación personal y desbloquear todos los extras y trofeos disponibles. Si eres capaz de entrar en sus redes, Numblast te atrapará.