Análisis de Los Cazafantasmas: El Videojuego (PS3)

Antes de que llegasen los años 90 con sus producciones "serias" sobre fenómenos paranormales, y que el agente Mulder se convirtiese en el paladín de la lucha contra lo desconocido, los Cazafantasmas salvaron Nueva York dos veces con una mezcla de humor y maquinaria pesada. El mito de los 80, del que se cumplen 25 años, llega de nuevo a los videojuegos, en sorprendente exclusiva para consolas PlayStation. El anuncio de última hora hace que el lanzamiento coincida con el de la película en su versión Blu-ray, y asegura la exclusividad para los títulos de Sony durante al menos algunos meses, en los que las otras versiones no llegarán a Europa.

Cazafantamas es un videjuego de acción en tercera persona que ejerce algo así como de continuación de Cazafantasmas 3. Nosotros nos meteremos en la piel y en el traje de un novato que comienza en la "empresa", a las órdenes de los Venkman, Stantz, Spengler y Winston, interpretados, y con el aspecto físico, de Bill Murray, Dan Aykroyd, Harold Ramis y Ernie Hudson, respectivamente. La historia ideada por el prolífico Ivan Reitman se adapta a la perfección al videojuego, y en unos minutos ya estaremos disparando el rayo reduce fantasmas, mientras oímos los ingeniosos comentarios de Venkman y compañía, que nos llegan en versión original subtitulada al castellano.

Aparte del factor nostálgico que conlleva, pues la sensación de las películas se consigue en el videojuego, Cazafantasmas es un juego de acción en tercera persona donde seremos uno de ellos y, usando sus herramientas como el espectrómetro, las trampas para cazar fantasmas o el pesado y espectacular equipo de protones, tendremos que derrotar y capturar a espectros ectoplásmicos de todo tipo. Para familiarizarnos con el equipo y la mecánica del juego, se incluye un completo tutorial que nos ayuda a conocer a los personajes (los menores de 20 años no los tienen mitificados) y a adaptarnos a la forma de jugar, muy peculiar. No es un shooter donde usemos el rayo de protones para liquidar fantasmas (aunque los enemigos menores los mataremos así), sino que simula la mecánica vista en las películas para atraparlos: primero freirlos con el rayo de protones, luego atraerlos y envolverlos con un rayo similar, y finalmente atraerlos a la trampa para fantasmas, no sin antes pugnar con ellos, pelear hasta extenuarlos y atraerlos a la zona de absorción de la trampa.

El juego está ambientado dos años después que la segunda película, y nosotros asumimos el papel de un novato, pasando a ser el quinto del equipo. Como novato que somos no solo seremos objeto de bromas y chascarrillos, también probaremos el equipo último modelo que Egon Spengler está terminando. No hay rastro, por desgracia, de Rick Moranis, pero los cinco daremos abasto para hacer frente a lo que se avecina, que no es poco. Cazafantasmas intenta ser una continuación de las películas y la historia se desenvuelve a toda velocidad. Tras una misión rutinaria en la que el moco verde de la oficina se escapa, nos vemos rápidamente envueltos en una serie de acontecimientos cada vez más sorprendentes y problemáticos (fantasmas invadiendo Nueva York, básicamente), y tendremos que investigar el motivo de esta nueva oleada ectoplásmica.

Como "chica cazafantasmas" actúa Alyssa Milano, que substituye a Sigourney Weaver (pero es otro personaje, claro). Aunque evidentemente es un videojuego y está compuesto por niveles, estos siguen una historia y las cinemáticas y diálogos entre personajes están bien integrados en el juego, a veces como escenas cinemáticas propiamente dichas, otras como momentos pausados, donde solo caminamos, y los personajes hablan entre sí, haciendo que se conozca algo más de lo que ocurre, o al menos las pesquisas que Stantz y Spengler realizan para intentar darle una explicación. Venkman (el personaje de Bill Murray) hace bromas, como siempre, lo cual crea la misma combinación graciosa de las películas originales.

Cazafantamas es un juego de acción principalmente, donde tendremos que acabar con fantasmas, ya sea friéndolos o atrapándolos, pero también cuenta con una parte de investigación que ayuda a mantener el ritmo del juego equilibrado, darle un toque de exploración, e incluso crear algo de intriga o tensión cómica. Para ello contamos con un "escaner telequinético", que sirve para detectar dónde puede haber fantasmas y seguir su rastro. Este escaner lo activamos pulsando el botón triángulo, y lo usaremos en primera persona, detectando dónde se encuentran los fantasmas enemigos por el movimiento de unas aspas, y por unas luces de colores. Cuando estemos cerca de algo interesante, lo podremos examinar, pasando a nuestra base de datos de fantasmas o líquidos mocosos, o a nuestro repertorio de objetos si se trata de un ítem especial. Generalmente, estas partes de exploración sirven para desencadenar nuevos acontecimientos, como la reaparición de un fantasma enemigo, o la apertura de una parte del escenario, y realmente ayudan a encontrar un equilibrio entre tanta acción.

Como comentábamos antes, en el juego podremos y tendremos que cazar fantasmas siguiendo el "método" clásico. Contamos con un equipo de protones con un rayo para reducir, poco a poco, la resistencia de los fantasmas, que se moverán sin parar, nos golpearán y nos lanzarán objetos para impactarnos y evitar que les sigamos debilitando. Estos objetos tendremos que esquivarlos, por supuesto, o de lo contrario caeremos al suelo magullados y estaremos inmóviles durante unos momentos. En esta fase el juego se parece un poco a un shooter, y cuando estemos acompañados nuestros compañeros nos ayudarán aportando su granito de arena, aunque también tendremos que salvarles y curarles cuando se encuentren en apuros. Una vez hayamos reducido su resistencia, es el momento de cambiar al rayo captor, que atrapa a los fantasmas, y de hecho a otros objetos del escenario, pudiendo moverlos. En el caso de los fantasmas, podemos moverlos -o mejor dicho, dirigirlos- con el stick analógico derecho, intentando que vayan a donde queramos, o que no se alejen de nuestro punto de mira, y también deberemos "golpearles", lanzándolos al suelo, para reducir su resistencia en este nuevo estado. Una vez lancemos la trampa, será el momento de atraerlos hasta ella y, de nuevo con una pequeña lucha, conseguir que sean absorbidos, con una especie de embudo de luz, hacia el interior de la trampa.

Esto es solo lo básico claro. A medida que avancemos en el juego iremos recibiendo nuevos tipos de disparos para nuestra pistola de protones, simulando armas en un juego de acción en tercera persona. Contamos con una especie de disparo de escopeta, un "dardo de bosones" que es algo así como una gran bomba, un rayo eléctrico e incluso un disparador de moco. Algunas armas pueden usarse para lograr efectos secundarios en enemigos y objetos, como por ejemplo el atrafantasmas, que usaremos para mover objetos del escenario y despejar el camino, y el disparador de moco, que sirve para pegar objetos. El equipo cuenta incluso con mejoras que podremos ir adquiriendo, gracias al dinero que conseguiremos causando desperfectos en el escenario (a lo Grand Theft Auto).

Realmente, este equipo de protones juega un papel de protagonista absoluto, no solo dándonos todas las armas para reducir a los fantasmas e interactuar con el escenario, sino también indicándonos la salud de nuestro personaje. Como maquinaria pesada, frágil y totalmente inestable, se sobrecarga fácilmente y contaremos con un botón para ventilarlo (es decir, recargarlo), o de lo contrario, si se sobrecarga, tendremos que estar unos segundos sin poder usarlo. Es una especie de refinamiento de la recarga activa de Gears of War, pero modificada y bien adaptada al contexto. Una de las claves de la progresión del juego es, de hecho, cómo vamos obteniendo nuevos poderes o usos para nuestra mochila de protones a medida que avanzamos, lo que nos dará nuevas formas de afrontar las situaciones, pero hará que éstas sean más variadas.

Combinando todos estos elementos, se logra crear un modo historia de unas ocho horas de duración que funciona bien, girando en torno a unas mecánicas sencillas que se van complicando poco a poco y que, muy importante, nunca logran hacerse demasiado repetitivas. El resultado es bueno, y mejor aún si tenemos en cuenta las bajas expectativas que había generado este título. Cazafantasmas resulta muy divertido, y sobre todo logra tener una ambientación adecuada, un buen equilibrio entre acción, exploración e historia, y la sensación de estar en una película de los Cazafantasmas formando parte del equipo. Como extra, incluye un modo multijugador bastante entretenido.

Hasta cuatro jugadores pueden participar online en partidas jugando juntos en seis modos de juego diferentes, a lo largo de cuatro campañas de tres niveles. Cada modo de juego tiene sus peculiaridades. En Containment tenemos que atrapar cuantos más fantasmas mejor, en Survival hay que sobrevivir el mayor tiempo posible, en Destrucción hay que acabar con unas reliquias; en Slime Dunk hay que competir por atrapar a Slime (el moco verde) más veces; en Protección tenemos que proteger varios equipos de los fantasmas, y finalmente en Thief hay que evitar que los fantasmas roben unos objetos. En todos estos modos ganaremos dinero, que nos irán haciendo progresar en varios rangos, como si fuese un juego tipo Call of Duty. Además, se guardarán estadísticas, como el número de fantasmas atrapado. No es un modo multijugador que pueda competir conlos grandes juegos, pero resulta un añadido entretenido y muy de agradecer.

A nivel gráfico Cazafantasmas es donde menos despunta, especialmente si se compara con los últimos lanzamientos de PlayStation 3, como inFamous o Prototype, de un género parecido. No se mueve mal en absoluto, y el modelado de las caras de los actores, así como su animación, está bastante bien y logra ser cómico, pero a nivel de diseño de escenarios, texturas y demás palidece frente a otros juegos actuales. El efecto del rayo es muy vistoso, y casi igual que el de las películas, pero cuando afecta al escenario, lo hace de una manera muy genérica. No es un mal apartado en absoluto, pero queda lejos de los mayores exponentes en la nueva generación; se nota que está hecho con varias plataformas en mente, entre ellas PS2 y Wii.

El apartado sonoro destaca por la clásica melodía de cazafantasmas, presente en los menús y otras partes del juego, mientras que el resto cuenta con una banda sonora muy acertada, con temas de las películas junto a otros nuevos, que ambienta bien la acción al cambiar dinámicamente, aunque en ocasiones puede hacerse repetitiva. El sonido FX está bien, mientras que las voces, que llegan en inglés, son las de los actores reales, incluyendo Alyssa Milano (la nueva "chica Cazafantamas"). Si sabes inglés, son tremendamente graciosas; si no, siempre quedan los subtítulos.

El gran problema de Cazafantasmas a nivel jugable radica en el control. Los desarrolladores han intentado adaptar las diferentes mecánicas al mando de PlayStation 3, pero a veces nos encontraremos con que es complicado disparar y moverse, apuntar y esquivar, debido a la disposición de los botones. Al controlar el rayo con los botones superiores, y la orientación de él con el stick analógico derecho, para esquivar tendremos que mover el pulgar del stick al botón círculo, un movimiento no muy natural y que a veces no llegará a tiempo para esquivar los ataques enemigos. Del mismo modo, para usar algunos poderes especiales tenemos que pulsar una de las direcciones de la cruceta, teniendo que desviar el pulgar del stick izquierdo, el que se usa para moverse. Esta disposición de botones (aunque honestamente no se nos ocurre una alternativa viable) a veces da problemas, y hará que recibamos más golpes de los merecidos a la hora de enfrentarnos a los fantasmas.

Cazafantamas es un buen juego, algo lejos de los grandes de acción en tercera persona en lo jugable y, sobre todo, en lo visual, pero tiene dos grandes bazas que lo hacen único, la enorme originalidad de su planteamiento y la ambientación: la sensación de estar protagonizando una película de los Cazafantasmas, de interactuar, aprender y seguir el camino de un mito ochentero como son. Si desde tu niñez miras de reojo al muñeco de Michelín, y nunca te has atrevido a dar la espalda al retrato de un tirano de Moldavia, no puedes dejar escapar este juego. Si no eres tan fan de los Cazafantasmas, por su originalidad al menos merece un alquiler.