Análisis de Iron Man (PS3, PS2, PC, Wii, Xbox 360)
La emblemática compañía japonesa prosigue con su estrategia de acercamiento a los mercados occidentales, realizando cada vez más títulos orientados a Estados Unidos y Europa, y produciéndolos allí, y se ha asegurado la licencia de Iron Man y la de Hulk en detrimento de Activision, habitual beneficiaria de las propiedades de Marvel. Este juego de Iron Man sigue la historia de la película aunque la complementa con material original de los 45 años de comics que amparan la trayectoria del héroe, creando un título interesante que agradará a los fans.
Tony Stark se jacta, a lo largo del juego, de que no es simplemente un hombre, sino un ejército; y como ejército que somos, nos enfrentaremos a otros ejércitos al completo. Esta idea es la base fundamental del juego, organizado de forma lineal en niveles de bastante tamaño, donde tenemos libertad de movimiento, aunque con la obligación de cumplir objetivos, y nos enfrentaremos en solitario a fuerzas enemigas no solo totalmente superiores en número, sino actuando de manera coordinada para aniquilarnos. Por suerte, la armadura de Ironman está llena de recursos, y además dentro de los niveles tendremos cuatro vidas, o resurrecciones, antes de perder completamente.
El hombre de hierro puede volar con completa libertad, pudiendo incluso hacerlo más rápido usando los postquemadores (afterburners). Cuando no estemos volando, generalmente, estaremos flotando, combinando el juego estos dos movimientos, que se realizan con dos botones diferentes, para controlar toda la jugabilidad en el aire. Esto al principio resulta un tanto confuso pero a medida que avancemos nos iremos acostumbrando. También podemos actuar en el suelo, andando con normalidad, ganando además la capacidad de realizar potentísimos ataques cuerpo a cuerpo.
Una de las cosas más chulas, a primera vista, de Iron Man, es la posibilidad de acercarnos a un tanque o helicóptero, mantener pulsado el botón de ataque, y entrar en una secuencia cinemática en la que, pulsando repetidamente el botón, al estilo de God of War, acabamos con el enemigo inmediatamente. Estas secuencias nos exigen frecuentemente separar la mano del mando y apretar repetidamente el botón, como en una recreativa, y son especialmente rápidas para acabar con ciertos enemigos, como los helicópteros, que abordaremos en el aire. Hay media docena de secuencias para acabar con ciertos vehículos, pero aunque hacen gracia al principio, enseguida se tornan repetitivas y, aunque no una pérdida de tiempo, sí acaban constituyendo un engorro al interrumpir el flujo del juego.
Finalmente y como colofón al arsenal de Iron Man tenemos el hiperrayo, que sale de su pecho, y que es el arma más potente de nuestro héroe, capaz de acabar de un solo golpe con algunos enemigos, aunque su punto débil es que consume mucha energía, y además requiere unos segundos de carga en los que seremos vulnerables al enemigo, que puede interrumpir la preparación de este ataque; sin embargo, resulta muy efectivo contra ciertos jefes finales, y se puede atacar desde mucha distancia.
Finalmente, y terminando con el traje y los poderes, a medida que avancemos por el juego y ganemos dinero podremos ir comprando mejoras, y luego configurar el traje antes de cada misión, optando por una u otra opción en cada uno de los apartados. Algunas de estas opciones conferirán a Iron Man poderes especiales, como un escudo de energía o un modo sigiloso, que consumirán gran cantidad de energía del traje, pero al mismo tiempo nos darán una gran ventaja. El escudo de energía es casi imprescindible para algunos niveles.
El problema de Iron Man no es tanto la idea sino cómo se ejecuta y el resultado que se acaba obteniendo. El diseño de los niveles no es malo pero lo que tenemos que hacer en ellos es casi siempre lo mismo y con frecuencia resulta caótico. El juego nos exige al mismo tiempo enfrentarnos a una decena de enemigos al mismo tiempo mientras coordinamos unos controles complicados y no quitamos ojo de nuestra barra de vida y energía. Las situaciones se vuelven con frecuencia caóticas y a veces frustrantes. En el nivel normal no será raro morir en algunos niveles, y tener que intentarlos de nuevo, lo que no cuesta mucho, pues tampoco son niveles largos; sin embargo, es fácil quedarse atrancado en niveles, pues la curva de dificultad no está muy ajustada, y tras una epopeya en la que terminamos in extremis, con una sola "recarga" de vida, podemos encontrarnos con que el siguiente nivel sea un paseo, y al siguiente otra vez un infierno.
Uno de los puntos fuertes de la ambientación del juego es la personalidad de Tony Stark. Como sabrán los aficionados al tebeo y pronto los que vean la película, el héroe de Marvel no solo se caracteriza por ser multimillonario y un genio de le mecánica, sino que es también un experto en juergas y un afamado alcohólico. De este modo nos encontramos con un protagonista que es una mezcla entre niño bien y cooperante de ONG, preocupado por las consecuencias de la venta de armas de su empresa, pero también hábil en el flirteo con mujeres vía radio, y con grandes comentarios como los "para eso le pago", de esos que en un chat llevarían un emoticón con gafas de sol. El buen doblaje contribuye a que la personalidad de Iron Man sea una de las virtudes del juego. Al mismo tiempo, los efectos de sonido son buenos y la música, aunque no muy variada, es bastante cinematográfica y cumple bien con su cometido.