Análisis de Girl Fight PSN (PS3, Xbox 360)
Afortunadamente los aficionados a los juegos de lucha vivimos un momento dulce con auténticas maravillas tanto en 2D como en 3D y con la posibilidad de competir online en nuestros juegos favoritos. Aprovechando el tirón y el auge de los juegos de lucha en los últimos años, no son pocas las compañías que se han subido al carro para sacar tajada. Hay unas que lo hacen mejor y otras que lo hacen peor y luego están los auténticos desastres prescindibles como este título que nos ocupa.
El juego en cuestión es de los creadores de Spartacus, que si bien tenía carencias también contaba con conceptos muy interesantes. El nuevo trabajo de Kung Fu Factory se aleja de estas buenas intenciones para traernos un producto genérico y oportunista con una aportación casi nula al género de la lucha.
Contamos con ocho luchadoras, cada una con su propio repertorio de golpes y enmarcada dentro de alguno de los consabidos estereotipos del género. Así encontramos unos diseños generalistas y poco inspirados o más bien inspirados en muchos sentidos en la saga Dead or Alive, pero carentes de personalidad.
En realidad ciertos diseños son llamativos a primera vista y los casi 2 GB que ocupa al menos sirven para tener unos modelados correctos aunque con poca animación y malas transiciones entre golpes. Como decimos los modelos van desde la mujer soldado, una ninja, una samurái, una especie de ciberchica, etcétera. La historia nos sitúa en un complejo secreto del gobierno en el que pelean unas chicas con poderes psíquicos. A medida que vayamos completando el modo arcade iremos conociendo la historia y trasfondo de las luchadoras.
La mecánica es, por decirlo de algún modo, similar a la de la saga Dead or Alive pero tremendamente simplificada. Contamos con un botón de puñetazo y otro de patada, nos cubriremos pulsando un botón y haremos los agarres y las contras con otro. Como se puede observar se ha clonado la mecánica sin ningún reparo, pero como decimos se ha simplificado bastante. Esta simplificación comienza con el plantel de golpes y combos de los personajes que es bastante reducido en comparación con la mayoría de juegos del mercado. Las luchas se desarrollan en escenarios cerrados bastante pequeños y sin variación de alturas. Los personajes responden de forma rápida a los comandos y el juego en general se mueve veloz aunque las transiciones entre golpes son algo robóticas y artificiales y comparándolos con la suavidad de juegos como las últimas entregas de Dead or Alive o Virtua Fighter las carencias son aún más palpables.
Cuenta con las modalidades clásicas de arcade, versus, entrenamiento y online. Decir que hemos intentado en varias ocasiones probar el modo online y no hemos encontrado a nadie para jugar, literalmente está desierto, así que no podemos decir si va bien o va mal, aunque por muy bien que vaya no iba a mejorar la experiencia de juego en general. El modo arcade nos servirá para ganar puntos con los que podremos desbloquear extras que tiene el juego. Los extras son generosos con galerías de imágenes picantes, biografías de los personajes para conocer su historia completa, nuevos colores para las luchadoras, etcétera. Para poder desbloquear todo tendremos que pasarnos el modo arcade muchas veces, lo cual puede ser un suplicio.
Hablando del modo arcade hay tres niveles de dificultad, hemos probado los tres y si bien es cierto que no es un paseo en el nivel más alto, el normal es vergonzoso, nos hemos pasado el juego dejando el botón de puño en turbo sin tocar nada más. Así que tenemos una inteligencia de los rivales bastante mala, si te cubres dos combos seguidos el juego estará planeado para entrar por otra condición y agarre que te crio, si repites el mismo combo dos veces el rival te hará una contra y así casi todo el rato. No pedimos la IA de Halo, pero se podían haber molestado más sabiendo que hay que dedicar tiempo al arcade para desbloquear extras y puede ser uno de los pocos alicientes para seguir jugando.
A la hora de seleccionar nuestra luchadora debemos elegir dos potenciadores, estos potenciadores nos darán una ventaja momentánea al pulsar el botón determinado. Esto hará que por ejemplo recuperemos vida cuando golpeamos al rival si hemos elegido ese poder. Hay unos pocos poderes distintos que iremos desbloqueando y que añaden un punto de estrategia a las peleas ya que podremos elegir los poderes de acuerdo a nuestro estilo de lucha. Realmente este punto es de lo poco que el juego aporta o se diferencia de la mayoría de juegos del mercado. Es cierto que es parecido al sistema de gemas de Street Fighter X Tekken, pero nos ha parecido acertada la inclusión aunque es cierto que no tapa el resto de carencias del juego.
Técnicamente anda justito, los modelados son correctos pero carentes de inspiración y demasiado genéricos, copiando como hemos dicho a lo visto en otros juegos. Los fondos son pobres en detalles así como las arenas donde luchamos. No hay grandes efectos especiales ni alardes técnicos de ningún tipo, lo que resta espectacularidad a las peleas. La música es muy tecno y bastante machacona, pasará desapercibida hasta que se te mete en la cabeza y empieza a molestarte al estar contagiado por el resto del conjunto. No hay muchas voces pero las que hay están en inglés y aunque el juego se encuentra completamente traducido al castellano, de modo que nadie tendrá problema para leer los extensos textos de las biografías de los personajes.
Conclusión
Tenemos un juego generalista y oportunista que no aporta nada al género y además es aburrido de jugar. La idea era buena, crear un juego de lucha de chicas picantes con modelados atrevidos y sacados de otros juegos buenos. Pero el resultado es muy malo porque el sistema de lucha es simplón y no engancha, los personajes no tienen carisma y técnicamente es flojo, además de tener una IA que es un desastre. Nos ha parecido un suplicio acabar el juego una y otra vez para sacar extras y tener criterio para valorar consecuentemente la experiencia de juego. No podemos recomendarlo, hay propuestas mucho mejores en el mercado y por el mismo precio. En definitiva un título del que hay que huir a toda costa y un ejemplo de cómo no hacer las cosas.