Análisis de Frogger Returns PSN (PS3, Wii)
Hay clásicos que se han visto revitalizados con mucho éxito, y Konami ha firmado, precisamente, el resurgir de Contra y Castlevania en sus vertientes más clásicas, pero esta vez no han sabido cogerle el punto a su mítica rana, y Frogger Returns no logra cuajar con el mismo éxito.
Desarrollado para WiiWare y PlayStation Network, el retorno de Frogger no consigue devolver la vieja gloria al anfibio, principalmente porque no han conseguido adaptarse a lo actual ni hacer valer los clásico, algo que se percibe nada más empezar a jugar por una tosquedad en el control que no se corresponde con lo que el título nos demanda.
Y pocas cosas cabrean más que un juego que no se deja llevar por culpa de su control y no por nuestras propias torpezas. Así no es de extrañar que la rana acabe tantísimas veces bajo las ruedas de los vehículos.
Otros juegos en esta línea (e, insistimos, dos grandes representantes firmados por la propia Konami) sí han sabido aprovechar ese control de toque tosco reproduciendo la misma jugabilidad que antaño, pero en esta ocasión la fórmula no ha funcionado. Como antaño, debemos llevar al otro lado de la carretera a la rana para alcanzar las metas (que ya no son los nenúfares), que, como marca la tradición del original, son cinco en total. Por lo tanto, debemos cruzar cinco veces la carretera, antes de pasar al siguiente nivel. El objetivo, en definitiva, no ha cambiado, pero se incorporan nuevos entornos, enemigos, y modificadores que no estaban en el original.
El modo principal nos propone cuatro entornos diferentes, de ambientaciones diferenciadas, pero mecánica idéntica, con pocas variaciones reales. Se añaden además un modo contrarreloj y un modo para alcanzar la mejor puntuación posible, aunque no cuenta con tablas de puntuaciones en línea, lo que es una pena. Hay, asimismo, un modo multijugador, pero es también local y punto. Con cuatro variaciones está bien, pero es sólo para dos jugadores y, como insinuábamos, la ausencia de multijugador en línea le resta gracia al asunto. Eso sí, el modo multijugador nos pone en una cámara superior, vertical, mucho más cercana a la visión del juego original, mientras que en la vertiente para un jugador hay cierto ángulo... que es peor. Y esto resulta especialmente absurdo.
Precisamente al otorgar cierta perspectiva, cierto ángulo, a la cámara por detrás de la rana hace que se pierda algo de visibilidad y muestra que no se ha trabajado lo más mínimo en ofrecer una cámara que dé sensación de profundidad, aprovechando el entorno de gráficos tridimensionales, y, al mismo tiempo, no afecte a la jugabilidad. Y eso que la cámara está quieta, pues no es esto un juego de acción, o una aventura, donde ésta se mueva todo el rato. Bastaba molestarse en dedicarle tiempo y ver que hay muchas veces que hace que la cámara sea la causa directa de perder una vida, y eso, simplemente, no tiene sentido. Está mal hecho, pues complica saber con la suficiente precisión dónde nos va a llevar nuestro salto.
La versión para Wii obliga a jugar con el mando en vertical, para no usar para nada reseñable el puntero. Desde luego, el mando en horizontal, como el mando de NES, hubiese sido mejor opción: más cómodo, práctico y "retro", si tanto queremos. Realmente, la opción tomada para el sistema de control carece de sentido, y hace que uno se pregunte si alguien se ha molestado en probarlo antes de lanzarlo. En PS3, claro, esto no pasa. Sea como fuere, es impreciso, tosco y no se corresponde con la exigencia que luego se demanda al jugador.
Visualmente, el juego usa gráficos tridimensionales que, sin embargo, no lucen bonitos, ni a nivel estético ni técnico. Los diseños son muy feos, y repetitivos, con entornos sosos que no aportan nada alegre, ni desenfadado, a un juego al que se le presuponen esas características dada su trayectoria. Es minimalista en algunos terrenos, pero está mal llevado, y las animaciones, de la rana y de la propia cámara, van a tirones. No es suave, e incluso puede marear un poco que dé esos tironcitos tan molestos todo el rato. Además, como ya hemos comentado, la posición de la cámara es extrañamente incompetente, sobre todo porque uno no se espera que dé problemas, hasta que lleva un rato jugando y el juego empieza a exigir precisión. A nivel sonoro, se ha optado por recuperar buena parte de los efectos de antaño, lo que es interesante al combinarse con melodías que tienen ritmillo y suenan con cierta calidad, aunque son algo machaconas.
Conclusiones2
Frogger Returns no está a la altura de las circunstancias. Uno puede pensar que el juego ha envejecido mal, pero basta rescatar el original para ver que ése sigue dejándose jugar más que bien. Es la adaptación a los tiempos modernos la que se queda a medio camino de lo viejo y lo nuevo, no sabe aprovechar y reinventarse, ni reivindicarse como experiencia retro, y tiene problemas en el control que juegan muy en su contra, especialmente en Wii, por el control propuesto.