Análisis de Folklore (PS3)

Finalmente y tras numerosos cambios de nombre, Folklore ha llegado a las tiendas. Este segundo desarrollo de Game Republic para PlayStation 3 tras el flojo Genji 2 llega con un halo un tanto intrigante. No se ha hablado mucho del juego, y entre cambio y cambio de nombre (Folk Souls, Monster Kingdom Unknown Realms) y perdido entre los numerosos títulos de PS3 para estas Navidades, parece como si hubiese llegado por sorpresa, antes de lo que se esperaba. Folklore es un interesante juego de acción y aventura y rol que, pese a haber sido diseñado en Japón, se aleja de los tópicos del rol japonés para ofrecer una historia que se sumerge en la mitología celta, concretamente en la irlandesa. Realmente llamativo.

Girando en torno a la aldea de Doolin y a su memoria o, mejor dicho, a la memoria de sus muertos, en Folklore controlaremos a dos personajes diferentes, alternando sus historias, aunque pudiendo elegir entre cada personaje antes de cada capítulo.

Los protagonistas son Ellen, una joven mujer que vuelve a Doolin a intentar encontrar a su madre perdida, y el otro Keats, el editor de una revista de ocultismo que pronto abandonará su escepticismo hacia este tipo de cosas.

La historia de Foklore, aunque algo extraña al principio, se desenvuelve de forma bastante curiosa, mezclando las diferentes aportaciones e intrigas de los dos personajes que manejaremos con los sucesos del presente y el pasado de Doolin. El juego cuenta con numerosas secuencias cinemáticas, pero curiosamente están divididas en dos tipos. Por un lado están las "tradicionales", generadas con el motor del juego, y con doblaje al castellano –una muy agradable sorpresa-, y por otra están las genéricas, que se desarrollan como viñetas de comic, con algo de movimiento de los personajes, un efecto cuanto menos llamativo que agradará algunos pero no convencerá a otros. En este tipo de secuencias no hay voz, y nos tenemos que conformar con el texto en castellano.

A nivel jugable, Folklore combina la exploración del escenario a un nivel muy ligero, recorriendo lugares como si de un juego de rol japonés tradicional se tratase, pero sin batallas aleatorias, sabiendo siempre al lugar que tenemos que ir, ya sea por pistas que nos dan los personajes o, en ocasiones, por el impedimento de ir a otros que se alejen del próximo lugar al que tenemos que ir. Esta es la parte "mala", por así decirlo, de Foklore, pues la exploración del escenario se reduce simplemente a recorrerlo y no hay un gran nivel de interacción con él, ni de protagonismo o capacidad de tomar decisiones en las conversaciones. El juego está diseñado de una manera muy lineal y no nos saldremos del camino en ningún momento.

Luego está la parte más interesante, la de acción, que es difícil de comparar con cualquier otro juego que hayamos visto. Los personajes no usan armas, sino que absorben almas, y luego las usan como armas de un modo. Absorbemos el alma de un monstruo en concreto, y usamos su "esencia", como si de una espada se tratase, o lo invocamos para que haga algo por nosotros, como disparar. Este sistema puede parecer sencillo al principio pero hay numerosas almas, o "folks", que capturar, y son numerosos los usos que les podemos dar.

Esta variedad de armas se combina con una inmensa variedad de enemigos y la necesidad de pensar qué arma o estrategia es la más adecuada para cada enemigo; además, y esto es muy divertido, al derrotar a un enemigo tendremos que absorber su alma, obteniendo nuevos ataques y más energía, pero el modo de hacerlo es realmente interesante y recuerda mucho a los Cazafantasmas, moviendo el SixAxis hacia nosotros, absorbiendo el alma del enemigo a base de tirones, y teniendo a veces que librar pugnas especialmente duras cuando el enemigo tenga un gran tamaño, como si intentásemos pescar a un pez enorme.

Además de ir consiguiendo nuevos ataques con cada alma que absorbamos, y poder asignarlos a los diferentes botones de nuestro pad para usarlos en cada momento, el juego tiene una parte de rol que nos permite ir subiendo nuestra barra de vida y aumentado el poder de los ataques de las almas que usamos; podremos tanto aumentar su poder de ataque como mejorar características de nuestro personaje, como la barra de energía. Pero sin duda los protagonistas del sistema de juego de Folklore son las almas, todo gira en torno a su uso como arma, y a derrotarlas aprendiendo cuáles son sus fortalezas y sus vulnerabilidades. Esto último puede parecer baladí pero hay veces en que un ataque no hará absolutamente nada a un enemigo, mientras que hay ataques con los que mueren al momento. Usando nuestra experiencia y leyendo crípticos libros que encontraremos por el juego iremos aprendiendo cómo sacar partido a nuestro repertorio de movimientos.

Algunas de las almas son además muy imaginativas, no solo en diseño sino en las diferentes formas de usarlas para atacar, y a nivel visual el conjunto del juego, de la parte de acción, es realmente vistoso. Los escenarios no le van a la zaga, y muestran un gran nivel de detalle y una gran variedad, mezclando detalles tradicionales, por así decirlo, con imaginería fantástica. Todo ello le da a Folklore un aspecto visual único. Aunque técnicamente no está al nivel de otros "monstruos" de la consola, e incluso a veces se ralentiza, su imaginativo diseño de producción es lo realmente importante.

El apartado sonoro es también muy importante en la ambientación fantástica y "extraña" de Folklore. La banda sonora es magnífica, con temas acertados para cada situación, siempre dentro de un estilo que podríamos definir como esotérico. Los efectos de sonido son acertados también, mientras que el doblaje al castellano es muy bueno, como es habitual en las producciones de Sony.

La duración de Folklore es variable, aunque ronda las 15-20 horas, siempre y cuando al jugador le enganche su dinámica de juego y sus imaginativos diseños. Sin embargo, hay algo que hay que tener en cuenta y es la forma de integrar la alternancia de los diferentes personajes. Folklore está dividido en capítulos que a grandes rasgos comparten la misma estructura, es decir, comenzamos con el personaje que hayamos elegido en la aldea, interactuamos con el entorno, y luego pasamos a un nuevo mundo del Neverworld, donde tras acabar con varias hordas de enemigos, nos enfrentamos al jefe de nivel (el Folklore, un inteligente juego de palabras). El problema es que para tener una percepción completa del juego tendremos que jugar la historia con los dos personajes, ya sea una vez con una y otra con otra, o repitiendo cada capítulo, y cualquiera de las dos opciones da bastante pereza porque ambos personajes comparten gran parte de su historia, especialmente las partes de acción. Viendo la extraña implementación de esto es inevitable no acordarse de Resident Evil 2.

Folklore es un juego raro, y este hecho lo atestiguan las diversas puntuaciones que ha recibido a lo largo de las diferentes revistas, desde la mediocridad hasta el sobresaliente. Lo cierto es que es difícil valorar objetivamente Folklore pues tiene unas cualidades y unos defectos muy concretos, y no es ni mucho menos el típico juego de rol japonés, ni se parece tampoco al estándar occidental. Su sistema de juego se reduce, muy concretamente, a la captura de almas y su uso contra otras almas, y su estilo gráfico es también muy particular, así como la forma de narrar las cinemáticas como si de una novela gráfica se tratase; unos las odiarán, otros las adorarán. Es recomendable un alquiler antes de decidirse por su compra.