Análisis de Ferrari Challenge Trofeo Pirelli (PS3)

La primera impresión al comenzar el juego es que System 3 claramente ha conseguido uno de sus cometidos: transmitir la leyenda del fabricante desde la toma de contacto, con una cámara que recorre a muy poca distancia el modelado de uno de los vehículos con un menú sencillo amenizado todo por una imponente música lírica. Los fans de la compañía del caballo rampante sabrán apreciar este tipo de detalles en unos menús sencillos y directos (aunque tardan un instante en cargar).

Las opciones para un jugador dan la opción de comenzar con un tutorial en Fiorano, algo útil para comprobar que estamos ante un simulador y no un arcade de velocidad. Un narrador nos detallará los errores que cometemos en nuestras vueltas al circuito, que dispone de un trazado recomendado que nos será útil hasta que lleguemos a aprender cada curva de los circuitos, mostrando por medio de colores la velocidad a la que demos ir. Ferrari Challenge es exigente, muy exigente, y al igual que otros simuladores, recompensa al jugador que es capaz de frenar con previsión y hace buen uso del acelerador en la salida de cada giro. Ferrari Challenge no da concesiones al jugador novato que puede verse frustrado al comprobar que choques y salidas son penalizadas con un límite de velocidad durante unos valiosos segundos, y la ausencia de límites en la mayoría del recorrido hace que al mínimo fallo nos encontremos en una cuneta. Sin duda, los fans de la vertiente más realista y dura de la conducción encontrarán en el título un juego a su altura, mientras que los novatos necesitarán activar las diversas ayudas a la conducción (ABS, control de tracción) para suavizar un poco la dureza.

Una vez acostumbrados al control podemos tomar parte de alguno de los modos principales. Challenge ofrece tres torneos divididos en la localización de las pistas del juego (14 más un par desbloqueables), Italia, Europa y Norteamérica, entre los que cabe destacar por su fama Monza, Spa y Silverstone. La mecánica consiste en superar una serie de carreras divididas en dos días (más la opción de carrera para la pole) consiguiendo puntos para alzarse campeón de la prueba. Cada carrera consta de una duración de 15 minutos (reducible a cinco), tiempo a partir del cual tendremos una última vuelta; con un cuarto de hora, un fallo cerca del final puede echar por tierra toda la carrera, y con poco tiempo es complicado alzarse con los primeros puestos. Existe también la opción de modificar algunos ajustes en boxes antes de cada carrera, pero realmente son variables muy básicas (suspensión, aerodinámica, barras laterales, amortiguadores y alineación) y sin comparación con toda la parte de mecánica de otros títulos, en los que además puedes comprar y cambiar piezas.

Dicho esto, podemos resumir que Ferrari Challenge es un juego sólido en su apartado principal: la jugabilidad. A pesar de la falta de una citada curva de dificultad que hiciese más accesible las carreras a los novatos, los jugadores acostumbrados a la simulación no tardarán en controlar (que no dominar) este título. Un detalle a tener en cuenta, más allá del efecto visual, es la posibilidad de jugar en las pistas tanto en día soleado como bajo la lluvia. Esta variable lógicamente hace patinar fácilmente a los vehículos, las frenadas deben ser más suaves y con antelación, lo que a nivel de control supone un cambio muy radical respecto a las condiciones normales. No tiene importancia en la conducción, y esto es una pequeña decepción, los golpes y degradación por una mala conducción en los vehículos; si, existe la posibilidad de activarlos, pero no pasan de meros maquillajes de arañazos o deformaciones en parachoques casi imperceptibles, producto lógicamente de las condiciones impuestas por Ferrari.

La inteligencia artificial merece mención propia. Si bien inicialmente no deja de ser similar a cualquier otro título, poco tiempo después de repetir vueltas en un circuito nos hará darnos cuenta que la competencia está aprendiendo nuestra forma de jugar, nuestros ticks, y entonces descubriremos el potencial de este apartado. Los 15 vehículos restantes de la pista serán capaces de predecir nuestras acciones, taparnos nuestro recorrido favorito, estorbar en los giros e impedir los adelantamientos. Aunque lógicamente están faltos de la "mala idea" de los pilotos reales (que pueden chocar deliberadamente con intención de sacarnos de la pista) estamos ante un título que no olvida algo tan importante en el género de las carreras: no basta dominar la pista, también a los rivales. La interfaz del juego muestra además el tiempo de diferencia entre el vehículo más cercano que nos adelanta y nuestro inmediato perseguidor.

Además del modo Challenge, incluye Carrera Rápida y Contrareloj, que no necesitan explicación. Arcade se basa en una serie de retos (con varios niveles de dificultad) en cuatro circuitos, con el objetivo de alcanzar una posición determinada partiendo desde el último lugar. El modo Trofeo consiste en campeonatos en los que el jugador puede jugar con los vehículos adquiridos gracias al dinero o crédito.

Si es peculiar el minijuego de cartas incluido, cartas que podremos ir consiguiendo a lo largo de nuestras partidas y que tienen como utilidad un curioso duelo contra la máquina. La mecánica se basa en, aleatoriamente, utilizar una de nuestras cartas basada en un coche de la escudería italiana, con datos reales del año de fabricación, velocidad punta, potencia, peso, entre otros datos; sin conocer la carta escogida por el rival, el objetivo consiste en escoger una categoría de nuestra carta y compararla con la otra carta, y el mejor valor (en años, prima que sea un vehículo antiguo, en peso ligero, en velocidad más rápido, etc…) se lleva la carta del rival, y así hasta acabar con el mazo de uno de los dos contrincantes. La idea de coleccionar todas las cartas no deja de ser curiosa y es un aliciente más para exprimir todo el juego, pero dista de ser perfecto. Por un lado, el hecho de jugar "a ciegas" sin conocer la carta del rival deja mucho margen a la suerte, algo que se podría solucionar mostrando una imagen del coche y al menos así incentivar a conocer mejor los vehículos de Ferrari; por otro lado, no existe posibilidad de jugar on-line a este minijuego, únicamente contra la consola.

El modo multijugador de Ferrari Challenge palia un poco la ausencia de modo para dos jugadores a pantalla partida. Tanto por red o LAN, un total de 16 corredores pueden disfrutar de partidas en las pistas con sus dos variantes metereológicas, y la búsqueda de estas salas permite filtrar los vehículos usados (evitando demasiada diferencia entre jugadores). El juego se completa con una categoría que muestra los logros conseguidos, que en este momento no está sincronizado con los trofeos de PlayStation 3, pero que sin duda hará que muchos agradecerán como aliciente.

A nivel gráfico Ferrari Challenge cumple sin más, y es quizás ese su mayor defecto. Actualmente existen buenas alternativas en el mercado que exprimen la potencia de la generación de consolas en todos los apartados técnicos, y el juego que nos centra destaca en pocos detalles, entre ellos el modelado de los vehículos. No es necesario realizar un potente motor tanto en resolución, frame rate o iluminación como el de Polyphony para su serie Gran Turismo o Criterion para Burnout, ya que una desarrolladora que no aspire a 60 imágenes por segundo puede beneficiarse de detalles extra o filtros visuales (como ha demostrado GRID), pero es ahí donde la obra de System 3 no consigue destacar. Las texturas son de buena calidad, pero la iluminación y el colorido escogidos más que realista da un tono apagado, otoñal. Esto tampoco oculta en buena medida los aciertos del título, como son la recreación de los Ferrari y el efecto de la lluvia, que encharca todo el asfalto y que en la vista interior de los bólidos (poco práctica debido a que muestra escasa visibilidad) muestra las gotas sobre el cristal, también visibles en las repeticiones sobre la carrocería.

Otro elemento a citar son los circuitos, desde Monza a Infinity, todos son fieles recreaciones a los reales. La ausencia de recorridos urbanos (al menos por el momento, ya que se prometen nuevos trazados por medio de descargas) resta espectacularidad, pero esto asegura que las pruebas se realizan con vehículos, contrincantes y escenarios de los torneos oficiales. Visualmente no son demasiado variados y eso complica localizar referencias en su recorrido durante las primeras horas de juego, pero permiten partidas de 16 competidores simultáneos, una cifra respetable.

La ambientación aúna una banda sonora en la línea de lo esperado, música rock, alternativa y algún toque electrónico, todas a un buen nivel a pesar de no contar con el peso de licencias famosas y de renombre de otros juegos de conducción. El sonido de motores y griterío de gradas es bueno, aunque falta alto de contundencia en choques o ruido de neumáticos. Una buena idea es la posibilidad de acceder al menú de opciones durante la carrera, lo que permite modificar el sonido (efectos, volumen de música) o del contraste de la imagen, de forma que el jugador puede alternar entre sonido de motores puro y duro o dar prioridad a las canciones, todo durante el transcurso de la carrera.

Conclusiones

System 3 ha prometido ampliaciones en forma de descargas para dar aún más vida a Ferrari Challenge, que ya de por sí se muestra como una sólida opción para quienes busquen algo más que velocidad desenfrenada arcade o el breve aperitivo que es Gran Turismo 5 Prologue. Aunque está un pequeño paso por detrás de las sagas más veteranas, actualmente no existen demasiadas alternativas de la simulación realista en consola, y es ahí donde este título encuentra su hueco. Pasando por alto que la variedad de vehículos no sea su fuerte (todos Ferrari), los perfeccionistas de la conducción sabrán apreciar lo que este bólido rojo esconde bajo su capó: diversión y realismo a partes iguales.