Análisis de Doki-Doki Universe PSN (PS3, PSVITA, PS4)

Cuando se anunció Doki Doki Universe, además de su estilo visual, lo que más nos llamó la atención a este juego desarrollado por HumaNature Studios fue la participación de Greg Johnson, creador de Toejam & Earl –uno de los primeros clásicos de MegaDrive- . Precisamente una de las mejores ideas detrás de este nuevo proyecto está que en algunos momentos nos recuerda a aquel juego por su humor y ambiente galáctico surrealista. El resultado es este proyecto independiente que se aleja de los lanzamientos habituales –lo cual es un plus añadido- y lo hace por partida triple, mediante cross-buy para PlayStation 4, PlayStation 3 y PS Vita; juega en una plataforma, guarda la partida en la nube y continúa en otra de manera sencilla, pagando sólo por una versión.

Doki Doki Universe es una especie de aventura gráfica y conversacional protagonizada por el robot QT377665, que ha sido abandonado en un pequeño asteroide por sus dueños. Él y los de su clase están obsoletos, y para poder demostrar que es algo más que un montón de chatarra andante debe aprender el significado de ser humano, la empatía, y mostrárselo a un alienígena encargado de supervisar nuestra evolución robótica.

Los acontecimientos comienzan así, explorando pequeños planetas en los que conoceremos personajes variopintos, resolveremos sus problemas, conseguiremos su amistad –o todo lo contrario- y recolectaremos una serie de coleccionables entre los que se encuentra la invocación –con forma de pegatina- de objetos o criaturas que afectarán de algún modo nuestra relación con cada secundario, un elemento que recuerda a la serie Scribblenauts. También encontraremos objetos de decoración para personalizar nuestro planeta hogar, en el que podrán entrar a visitarnos otros amigos de PlayStation Network. Esta función es más bien anecdótica, al igual que cambiar la apariencia del propio QTE3, pero puede ser curiosa para cotillear a otros usuarios.

El objetivo es claro y muy interesante, viajar por planetas para superar las misiones que vamos desbloqueando. HumaNature Studios ha plagado la historia de situaciones absurdas –diálogos con zombis, trocitos de sushi que no quieren ser comidos, luchadores de sumo…- que lo hacen bastante entretenido. Primer problema serio: nos llega en inglés, y estamos en un título en el que la lectura es constante para conocer lo que se nos pide. El lenguaje usado no es complicado y tampoco hay grandes parrafadas como podrías encontrar en un juego de rol, sin embargo, el idioma puede ser una barrera decisiva para ciertos jugadores.

Una vez partimos planeta elegido tras el tutorial comprobamos que el desarrollo 2D, aunque clásico y funcional, restringe mucho la exploración y no es el tipo de representación más apropiada para esta mecánica, en nuestra opinión. Se trata de caminar por una localización –cada planeta tiene su propio ambiente- en una pantalla no demasiado amplia en forma de bucle. Una de las tareas es investigar las cajas de regalos ocultas entre el decorado, tarea que puedes hacer por simple intuición interactuando con todo lo que veas, o usando un sónar que durante breves segundos muestra los objetos escondidos o que puedan ofrecernos los personajes. A partir de aquí, como parte de nuestro aprendizaje tocará escuchar lo que nos cuenta cada habitante de este universo, intentar resolver su caso y si es posible, conseguir su recompensa. Atención porque no todos ofrecen obsequio si caemos bien, hay gentuza que prefiere que vayas por las malas –lo sabrás viendo su perfil-.

¿Qué pueden pedir los personajes de nosotros? Buena pregunta, porque van de minijuegos a pequeños puzles. En los primeros encontramos pruebas de baile, nos harán saludar, mandar besos, hacer ejercicio físico -frotando el panel táctil de Vita en una dirección concreta, o mediante el stick derecho en domésticas-, lanzar por el aire a estos interlocutores o aprovechando los sensores de movimiento, sacudir el sistema y crear terremotos. En definitiva, cada personaje tiene unos gustos raritos que deberemos cumplir. Otros retos son más cerebrales, resolver situaciones mediante respuestas o dialogando con varios para conseguir un propósito, un poco al estilo de los juegos sociales o las aventuras gráficas. Mediante diálogos también conoceremos los gustos y fobias de cada uno, útil si quieres agradar o asustar invocando un objeto.

Como decíamos, buenas intenciones en un juego en el que no tienes que matar enemigos, competir con nadie ni se trata de probar tu habilidad con los dedos, sólo pasar por la revisión en el diván de un sicólogo que comprobará periódicamente nuestra personalidad. La del jugador, sí, no la de QT3. Hay unos asteroides con test sicológicos con las típicas preguntas para descubrir nuestra capacidad de liderazgo, la preponderancia de nuestro hemisferio cerebral y otros parámetros mediante la elección de una respuesta entre varios ejemplos. Cuando hayamos realizado un número suficiente de exámenes podremos pasar por la consulta y se hará un informe más exhaustivo que puede o no ser acertado según consideres que este tipo de pruebas son válidas o no. Es en cualquier caso es un aspecto opcional que no tiene influencia en el juego.

También existe un sistema de mensajería en el que personajes con los que hemos hablado nos seguirán contando sus historias, lo que hace que nuestras amistades tengan más impacto en el tiempo, o al menos, da un poco de profundidad a los habitantes que te vas encontrando. Si lo conectas con una cuenta en Facebook podrás mandar mensajes animados a amigos de esta red social.

Y esta es básicamente la mecánica del juego: visitar cada mundo –entre los más de 20 disponibles-, ver qué se nos pide, coleccionar regalos y repetir la tarea en otro planeta. El funcionamiento es simple y no por ello menos original o divertido, y ahí tenemos la serie Persona que ofrece 50 horas de juego o más basadas principalmente en las relaciones entre personajes. Pero pese a las buenas intenciones que tiene, la ejecución no es del todo acertada. La historia global es inexistente, se trata de las pequeñas situaciones que vamos encontrando y la mayoría no tienen un gran peso emocional o relevante. Si buscas jugabilidad en el sentido estricto, Doki Doki Universe no es para ti; se trata más de un entretenimiento sin ningún tipo de dificultad real, pensado más para partidas rápidas que para largas sesiones de juego –así se evita la monotonía que encontraremos tras varias horas de juego continuadas-. Incluso si quedas atascado en algún planeta porque no consigues dar con la solución, harto improbable, siempre puedes montar en tu cerdo alado y explorar otra localización.

El juego se lanza en tres sistemas, siendo PS Vita la más beneficiada por la pantalla y panel táctiles, que agiliza mucho navegar por la interfaz tocando iconos y bocadillos de los personajes. Se nota que se planteó con Vita en mente y después se adaptó a PS3 y PS4. Por desgracia, el juego no está bien optimizado en la portátil y aunque sus aparentemente simples gráficos –que lo son- deberían no ser ninguna carga pesada para esta portátil, encontramos que en Vita el juego va muy forzado, como al intentar ejecutar una animación Flash en un PC con años de más. No es que sea injugable –y más teniendo en cuenta que no es un título de acción- pero la falta de fluidez se nota ya incluso con el retardo de la selección de opciones en el menú inicial. Empeora un poco la experiencia, así que si es posible, alterna entre las diferentes versiones para valorar con cuál te quedas: accesibilidad o un mejor rendimiento.

Por otro lado, el estilo artístico imitando dibujos infantiles nos ha gustado a pesar de que la expresividad de los personajes podría estar mejor. La música es alegre, pero no memorable y puede agotar si dedicas mucho tiempo en un mismo escenario. Carece de voces, se usan sonidos para representar el estado de ánimo. Es a fin de cuentas una producción modesta, y realmente la mayor crítica a la falta de presupuesto está en el citado idioma del juego, no en los aspectos artísticos.

Conclusiones

Uno de los propósitos de HumaNature Studios era hacer algo diferente, y eso lo han conseguido. Toma conceptos de varios juegos, entre ellos el más evidente Scribblenauts, se interesa por la faceta sicológica del usuario y de los personajes que pululan estos planetas. Donde falla ligeramente es en la ejecución: le falta distribuir mejor el contenido, dar más variedad a las situaciones y ofrecer un reto a la inteligencia del jugador. Si eres consciente de estas peculiaridades, quizás le perdones sus defectos y te entretenga durante horas investigando más sobre tu carácter y el de los personajes.

Doki Doki Universe se lanza por 7,49 € euros en PlayStation Store. Si dispones de las tres consolas, o al menos dos, el precio podría ser rentable; de lo contrario, lo encontramos algo elevado arriesgarse a su compra y recomendamos dar una oportunidad a la demo, que puede despejar dudas. En definitiva, un lanzamiento diferente, con personalidad, pero con un par de graves defectos –idioma, repetitividad- lo suficientemente importantes como para que no podamos calificarlo como de clásico independiente. Una pena porque bien rematado podría haber dado mucho más de sí.